Partida Rol por web

Pese a ver visto la cueva anteriormente, Turi no pudo dejar de asombrarse con la grandeza y magnificencia de la caverna.

Finalmente logró ser el primero en sobreponerse y tras tragar saliva y se dirigió a los enanos.

Cuando nos quedamos atrapados intentamos abrir una abertura por la que escapar y fue cuando encontramos esto... Dijo señalando a la pequeña abertura por la que habían entrado. No nos atrevimos a tocar nada y buscamos otra forma de salir.

¡Qué maravilla! -dijo Fingar al contemplar la preciosa cueva. Los brazos del enano se relajaron y dejaron caer totalmente por el magnífico espectáculo. Una espada de luz atravesaba esa cueva como lo haría en cualquier cuerpo, y el resultado era un brillo más fulgente en el preciado mineral.

¡Ya es nuestro! -pensaba para si.

Acto seguido, Fingar intentó percibir posibles presencias en la cueva. Esa escena era demasiado hermosa y tranquila para lo que estaba acostumbrado.

Era increible, la combinación de colores, luces y formas, eso era lo que tenian ante si, pero tenían que asegurarse que la zona era segura para poder hacer su trabajo, si apareciera alguna forma de vida hostil, allí estaría preparado Batum para rebanar cabezas, pero en lo referente a las posibilidades de que el techo se viniera abajo, Batum no conocía muy bien ese arte, por lo que miró a sus compañeros aun ensimismados, alguno seguro que era minero y sabría decirnos que la cavidad era segura.

Halin se acercó lentamente, atraído, casi hipnotizado por el material. Cuando estuvo cerca alargó su brazo para poder tocar esas rocas con su mano, pero se detuvo en el último instante, como con miedo de tocarlo.
Ya habrá tiempo, pensó mientras se puso a examinar el resto de la estancia, para ver si podía encontrar mas salidas o pasajes, pues aquel era su trabajo y no el de trabajar el mineral.

 Yo no me inmute, sin miedo alguno me acerque al lugar donde el rayo de luz salia de la cavidad y despues toque el prediado metal sin pensarmelo. - Esto es mithril, es un hallazgo increible - pensaba mientras acariciaba el metal. La cueva aparentemente era segura, pues no habia indicios de derrumbes o corrimientos de tierra.

Halin examinó los alrededores, sin alejarse demasiado. El suelo estaba inundado y a pesar de que donde se encontraban tan solo les llegaba por el tobillo, no quería decir que en otros lugares la profundidad no fuera mayor. Con cautela caminó, asegurandose de donde pisar. Todo hacía indicar que aquella gran caverna se había formado de Mithril en casi toda su totalidad. Aquel hallazgo podía ser más importante que el de la ciudad de Moria, de la cual ya ningún enano hablaba sin sentir una rabia y un odio enormes.

Fingar se sintió más aliviado cuando su empatía con la cueva pareció mejorar y no sentir ningún tipo de peligro cercano. El resto de los enanos fueron tranquilizandose también, e incluso el fanfarron y gruñón de Ojodelince pareció relajarse y mostarse algo menos tenso y rigido que aquella misma mañana.

Después simplemente se dedicaron a contemplar la cueva, y el metal dejandose llevar por su poderoso hechizo. Ninguno de ellos pudo decir a ciencia exacta cuanto tiempo permanecieron allí hasta que a Batum comenzaron a enfriarsele los pies por el agua y soltó un fuerte estornudo que les despertó a todos.

¡Humm! Turi también volvió en si y carraspeo un poco su garganta. Bien... No sabía muy bien que indicar, el hechizo del metal todavía era fuerte en ellos. Vamos, tomemos unas muestras y analicemos la cueva. Nuestra misión aquí es preparar todo para la llegada del resto. Halin y Khuzdor, mirad a ver hasta donde llega la cueva y como es su topología, no os alejeis mucho y tened cuidado.

Miró a Fingar con una sonrisa fraternal. Bien herrero. Tu me ayudaras a tomar muestras. Decías que sabías como majenar el mithril. Necesitaremos extraer un poco para llevarlo a la superficie. Allí lo analizaran para catalogar su pureza. Puede que el mithril resalte con la luz, pero igual este trozo de roca no es más que hierro con particulas de nuestro precioso metal. Turi no lo creía, estaba convencido de que era Mithril autentico y tan puro como el de Moria, pero eran ordenes de los jefes y tenía que cumplirlas.

Kâmtur, aquí esta la razón por la que te elegí a ti sobre otros. Y esque pregunté a tus oficiales y todos me corroboraron lo que tu me dijiste, que conoces la piedra y sabes donde no es peligroso cavar y donde hay peligro de hundimiento. Dijo recordandole la entrevista que habían mantenido anteriormente. Bien, para extraer el mineral de la cueva habra que reacondicionar ese derrumbamiento que casi me lleva la vida. Quiero que vayas y analices el lugar con detalle, tu opinión será tenida muy en cuenta para cuando haya que tomar decisiones al respecto. ¿Alguna duda, hijo? Batum irá contigo, él tiene buen ojo para la piedra.  Le guiñó un ojo.

Halin cargó de nuevo su mochila que había dejado unos instantes antes apoyada en una de las paredes, asintió al oír las ordenes del capataz. Realmente hubiera preferido ir solo a explorar las inmediaciones, pero si le habían dicho que fuera con ese extraño enano... Ojodelince pues eso iba a hacer.

- Pues vamos a explorar a ver que encontramos por aquí - dijo mirando a Khuzdor y hablando también para los demás. Halin miró algo extrañado el agua que inundaba levemente la cueva, pensó que dificultaría un poco las cosas.

De la que empezaba a avanzar, cargó la ballesta y se la colgó del hombro para poder alcanzarla en caso de necesidad.

- Vamos a ello - dijo para sí, mirando el camino que tenía delante.

El extraño humor del enano comenzó a volver conforme la normalidad volvía a todos.

Hagamos una cosa, ¿quieres? Tu explora el ala oeste y yo explorare el ala este. Así tardaremos menos y trabajaremos solos.

A Halin le pareció una buena idea y asintió.
- Claro, buena idea.. - dijo. Luego lo miró por ultima instancia y cabeceó a modo de reconocimiento y despedida. Halin ahora aceleró un poco mas su paso aunque tenía cuidado de no hacer demasiado ruido, ahora podía trabajar solo que era como mejor sabía.

Afinó su vista hacía la oscuridad de la caverna y empezó a avanzar.

 - Asi se hara, descuida - dijo lleno de orgullo al reconocersele su trabajo, no siempre tan tenido en cuenta. - Batum, vayamos cuanto antes.

Me dirijo directamente hasta el lugar del derrumbamiento para comenzar la "investigacion"

Para empezar, observo minuciosamente cada una de las grietas que vea en los alrededores del derrumbamiento. Meto los dedos incluso en busca de musgos, humedades tratando de averiguar si son recientes o quizas estaban antes del derrumbe. 

Despues pido ayuda a Batum. - Compañero, movamos esta roca grande, he de ver que hay exactamente detras, inspecionemos la gravilla que haya tras ella. - dije mientras trataba de mover una roca cercana que no parecia sostener nada. - Con cuidado... si ves que algunas rocas se mueven lo dejamos, no desamos quedarnos encerrados.

Me movia de aqui para alla, toqueteando las grietas, recogiendo arena del suelo, observando las paredes y el techo. Despues de mover esa roca, tambien me agache a inspeccionar el lugar donde habia caido, la presencia de sedimentos antiguos o la carencia de estos. Sacando un pequeño martillo de gemas que usaba para tomar muestras de roca, rompi pequeños pedazos de piedra de los distintos sitios que habia estado mirando, para guardarlos despues en la mochila, mas tarde los analizaria.

Claro Turi, vayamos a por esa delicia -dijo Fingar al mirar de nuevo las paredes llenas del incrustado Mithril. ¿Por dónde quieres empezar? Opino que deberíamos extraer metal de diferentes zonas, porque la pureza será distinta en las distintas paredes... ¿y bien?

Acto seguido, Fingar avanzó unos pasos y comenzó a dudar hacia donde dirigirse. Miraba hacia un lado, hacia otro. En cualquier dirección se concentraba el brillo magnífico.

.- Bien Kamdur, tu eres el especialista .- Batum se acercó hacía el lugar y empezó a mover piedras, observando posibles grietas en las paredes, Kamdur parecía muy bueno en su trabajo, por lo que se dedicó a cumplir las órdenes de este, y siempre que veía algo raro se lo comentaba, era mejor la opinió de dos que el criterio de uno solo .- Yo primero averiguaría por que esto se cayó cuando la patrulla exploradora entró aquí por primera vez, tu que crees? 

Turi mesó su barba blanca.

Me parece buena tu idea. Así las conclusiones serán más acertadas y no quedaran falseadas por tomar pruebas de un solo punto. Empecemos por aquí ya que estamos. Luego iremos a aquella roca donde cae la luz, mis viejos ojos necesitan ver mejor el trabajo que realizan mis manos. Y después esperaremos a que los exploradores regresen para que nos informen de si el terreno es seguro y tomaremos muestras por donde ellos fueron.

Turi sostuvo el cincel en la pared y con su martillo de trabajo lo golpeó duramente, el repliqueó fue atronador y sin embargo la roca no pareció sufrir ningún daño.

¿Has visto muchacho? Eso es buena señal, el Mithril es duro como la voluntad de Aüle y tan preciado que ni la roca quiere cedernoslo. Pero debemos sacar algo para llevarlo.

Kamdur notó al pasar los dedos por entre las grietas que la roca estaba humedecida ya que unas gotas de agua se formaron en su mano al hacerlo, pero no parecía haber musgo. Al menos en esa zona. Al parecer el agua que inundaba la camara circulaba por entre la roca y por eso notó la humedad en los dedos.

Entre ambos enanos movieron la roca, con cuidado de que no se produjera un nuevo derrumbamiento debido a su hazaña. La roca era pesada, pero los enanos tenían una fuerza muy grande, y entre los dos lograron moverla. Bajo está tan solo había rocas iguales pero más pequeñas, que habían quedado destrozadas por el peso de la que acaban de retirar.

Halin se alejó del grupo, adentrandose en las profundidades de la caverna. El agua poco a poco subía su nivel a cada paso que daba, y en cuestión de varios metros se encontró con que el agua le llegaba casi a la cintura. Por el contrario el techo comenzó a descender y casi pegaba con su cabeza.

El agua era cristalina, tan limpia que podía ver el fondo de la roca a pesar de que la oscuridad comenzaba a ganarle terreno a la escasa luz que entraba por el techo. Un rastro de suciedad, quedaba tras sus pasos, debido al polvo que él portaba en las ropas y que contaminaba la pulcritud de aquellas aguas subterraneas.

Se giró y pudo ver a sus compañeros en la lejanía, donde la luz era más abundante. Allí el color azulado era más intenso en la sala, aunque no obstante, y pese a la oscuridad que comenzaba a reinar allí donde ahora pisaba, también la roca brillaba tenuamente con ese color azulado.

Mientras Turi Barbadeplata picaba el mineral que gratamente sospechábamos que era Mithril, Fingar habló sin prestar demasiada atención a la extracción.

Y dime, Turi... -comenzó el enano-, ¿cuánto tiempo llevas en contacto con este precioso tesoro? ¿Has corrido muchas aventuras tras este mineral? La verdad es que yo he logrado trabajar en Mithril... incluso en secreto, pero nunca he tendio grandes cantidades en mi fragua como para hacer un escudo completo, o tan siquiera una herradura...

Luego se acercó a la pared, puso su oído en ella, y la roca acarició su cara.

De hecho, incluso mi mazo está hecho de mithril, no en su totalidad, pero si con muescas que mi padre bueno... que mi padre y yo forjamos... ¿qué puedes contarme tu? ¿por que..."Barbadeplata"?