Partida Rol por web

Querido Lloyd, estoy tan contenta... Madame Delacroix se quedó en el intento de iniciar una conversación con su anfitrión, pero este pasó como una exhalación, saludando a todos y deteniéndose en ninguno. La frustración en su rostro hizo surgir un par de arrugas, pero no se dejó amilanar. Habrá tiempo de hablar con él. Por el momento, mantuvo su conversación con el cazador.

Fantástico, como usted decía bien, nos ha traído la sorpresa. Su amigo Sir Herbert lo confirma. Oh la la. Espero ansiosa a su sorpresa, Robert. Será una gran fiesta. ¿Me acompaña?

Cuando el ama de llaves abrió las puertas, Delacroix entró por ellas sin preguntar. Tengo permiso para moverme por la casa y lo haré. Miro a la ama de llaves y la saludó con un movimiento de cabeza, dándole la copa vacía. Thelma, más champagne. Que me lo sirvan al salón. 

-Como ordene madame Delacroixe...- miro discretamente con desdén y enojo adelantarse hacia el salón principal a Delacroixe, ¡Que se cree esa presumida!.

-¡Боже, я опаздываю!...- Exclamo al bajar del coche, y apresurando el paso acomodandome mi grueso abrigo negro y mi Ushanka. -¡HERR CAMARRADA HEBERT!- doy un grito con la palma de mi mano para hacerme oír, ya sea a los sirvientes ó a quién sea que este en la entrada, ya ue veo una multitud moviendose hacia adentro de la mansión.

El viaje a la mansión habia durado más de lo previsto ya que tuve que pasar primero al Ministerio, pero afortunadamente el chofer condujo muy habilidoso lo cual fue perfecto para mi, si mas de mis subordinados fueran asi la Jefatura sería muy distinta.
Al llegar a la mansión entregue mi abrigo al mayordomo y en ese momento aparecio nuestro anfitrión dándonos la bienvenida.

-"El melancólico camino hacia la mansión Grimshaw"...- ese sería un buen comienzo para mi columna en el "London Times" guardo los escritos para después ya que el coche se detiene frente a la entrada principal de la mansión, antes de bajarme me asomo por una de las escotillas y la casona se ve muy grande y tétrica, el cochero me ayuda a bajar tomandome de la mano, y con la otra sostengo mis apuntes y levanto el vestido para evitar que se ensucie con el barro, agradezco al cochero con un ademán y le encargo mi equipaje, me adelanto al recibidor ya que la parecer hemos llegado con algo de retraso. -¿H-Hola?... Una disculpa por la demora, el cochero tuvo que dar un pequeño rodeo al bosque y al parecer hay caminos cerrados por veda de caza... ¿Hola?...-

Al llegar con nerviosismo miro el reloj una y otra vez, asuntos familiares no muy agradables provocaron que tardara en tomar el carruaje rumbo a la mansión Grimshaw.

-“Eres su secretaria, deberías de estar ahí antes de que lleguen los invitados!”- Pienso molesta.

Por la ventanilla veo pasar algunos carros que se encuentran vacíos, ya van de regreso, siento que el estómago se me hace un nudo pues aquello es señal clara de que ya habrán de estar ahí varios asistentes.

Saco de mi bolso un espejo pequeño y al ver mi reflejo acomodo algunos mechones que la premura de partir provocaron que se desacomodaran.

-“El colmo, además de llegar tarde me presentaré hecha un desastre”.- cierro el espejito de golpe.

En el tiempo que llevo trabajando para Sir Lloyd Grimshaw es la primera vez que soy requerida para asistirlo en uno de sus eventos, he escuchado tantas cosas que ocurren en ese lugar cuando da sus fiestas.

Al llegar al lugar bajo con rapidez, prestando apenas atención a la fastuosidad del sitio. Entro de manera discreta en el momento de que Sir Lloyd se dirige a sus invitados, espero a que termine su discurso de bienvenida para acercarme a él, a su lado lo acompaña ya una dama.

-Buenas noches- los saludo antes de que dejen el recibidor- Lamento el retraso, estoy atenta para lo que requiera.- le digo en voz baja a Sir Lloyd acercándomele un poco más para que logre eschucharme.

La ruidosa entrada de Sir Lloyd, a quien observo y asiento a su afirmación acerca de mis... practicas, da paso a que nos ubiquemos en una nueva estancia y no tengo reparo en ir directamente hacia allí. -El evento debe continuar. -Me digo mentalmente y me muevo hacia nuestro siguiente destino.

Entre tumbos, gritos y latigazos del cochero me maquillo para presentarme en la mansión Grimshaw, nunca antes me habían invitado a una de estas fiestas misteriosas, mi sueño es llegar a presentarme ante la reina, por algo se empieza, el coche se detiene y desciendo del carruaje, con un ademán exagerado me despido del cochero y levanto un dedo en señal de que espere, de mi bolso imaginario saco varias monedas imaginarias y uno que otro billete gordo imaginario, se lo extiendo al cochero con una enorme sonrisa, que no diga que soy un ávaro, la mirada del cochero, sus ojos en blanco más el grito furioso y el latigazo al pobre animal me indica que no le cayo bien la propina, en fin que más puede pedir de un pobre mudo.

Sin voltear atrás entro en la mansión saludando a quién me encuentre a mi paso.
 

-Desconozco el mecanismo de acción de esa fórmula, pero si el proceso de transpeptidación durante la síntesis de aquel elemento puede que me de un resultado diferente.- Pienso mientras reviso mis notas y apuntes, de pronto el coche se detiene frente a la mansión de heredero Grinshaw. -Gracias buen hombre, espero que el camino de regreso no se presente con problemas. -Me despido del cochero después de todo llegué tarde, pero llegué. Ya no veo a nadie afuera ni en el recibidor por lo que me sigo de largo hasta el salón principal y que me disculpe Sir Lloyd por la demora.

          La señorita Azkarizade corresponde la sonrisa del cazador y escucha a la distancia que la cantante se cruza con él para saludar le también ... entonces Samara le sonríe divertida y se mantiene callada mientras que ubica con la mirada a cada nuevo personaje que hace su presentación hasta que aparece el anfitrión y conforme llega a la joven y bella acróbata y contorsionista, esta hace una pasa para generar cierto interés antes de corresponder con la mano para que él la besara en la mano o el pie tras una acrobacia

          Entonces y tras ser recibidos la joven mujer se quedó cerca de la mayoría en la primer planta hasta que reconoció que el señor Regullus subió y con curiosidad de hablar un momento con él le siguio

Bajo de mi montura ágilmente y el sonido metálico de mis espuelas junto con el resoplido d emi caballo es lo único que se escucha, al parecer haber tomado esa desviación ha hecho que llegue muy tarde a la velada, espero todavía pueda pasar, al ingresar en la casona después de haber atado mi caballo a uno de los postes del pórtico camino a paso firme quitandome los guantes de viaje y ajustandome el sombrero, mis dos colts 1880 grabadas y personalizadas con mi nombres relucen a mis costados, no veo a nadie cerca y me rasco la nuca. -¿Hay alguien en casa?...-
 

me visto elegantemente para asistir a la fiesta con mi mejor ropa,cojo mis puros favoritos y salgo de mi mansión para subirme a mi carruaje  Arnold a la Mansión Grimshaw miro mi reloj de oro blanco, mmm llegaremos bien a la fiesta,cuando estoy cerca de la mansión veo que hay varios carruajes eso quiere decir que no seré el primero, pero si todos me verán entrar. llegamos y me bajo del carruaje mi criado llama a la puerta y se vuelve a subir al carruaje, a los pocos segundos sale el mayordomo a recibirme y que me acompaña hasta donde esta toda la gente invitada. me siento en el sillon que esta al lado de la chimenea teniendo la pared a mi espalda

El mayordomo regresa hasta el recibidor y se dirije a los invitados que se han demorado. -Damas, Caballeros tengan la bondad de acompañarme, los demás invitados ya están en el salón principal esperándolos y mi amo Sir Lloyd Hebert me ha enviado por ustedes, acompáñenme...- Thomas hace una elegante reverencia y emprende el camino hacia el salón principal guiando a los huéspedes que acaban de llegar.

Jonathan observaba a los invitados, pensando en que nada de esto era lo "protocolariado" mientras caminaba por los pasillos siguiendo al mayordomo. Cuando vio a Sir Lloyd se saludo efusivamente con el:

-Kipling!... un gusto verte, cómo sigue tu esposa, espero que bien, más tarde necesito hablar contigo...

-El gusto es mutuo Sir, la familia bien gracias. Por supuesto, cuando usted quiera podemos reunirnos. 
​

Dicho esto acepto el Brandy del mayordomo y se acerco hacia el salon principal. Mientras iba caminaba no podia evitar pensar: Esta mansión puede ser una buena fuente de inspiración...¿una habitación cerrada quizás?

El momento había llegado, se aproximaba la hora de la reunión a la que había sido invitado, aunque por más extraña que resultase esta invitación Nilrem sabía que era la oportunidad de mostrar sus habilidades y ganar algunos contratos pues gente muy importante asistiría a dicho evento, por lo que termino de guardar sus materiales en el maletín, estaba dispuesto a mostrar su mejor magia e impresionar a la mayoría de los invitados. Por lo que una vez terminado de preparar dicho maletín, se gro al espejo de cuerpo completo y tras colocarse unos guantes blancos acomodo su sombrero de copa verifico el reloj de bolsillo con el que siempre cargaba y se dispuso a salir, por suerte no había tenido problemas en rentar un carruaje que lo llevase a el evento y pensando cual sería el orden de su actuación se perdió en sus pensamientos mientras el carruaje se dirigía a la mansión.

Al llegar el aura de dicha mansión lo impresiono pero contrario al temor que dicha mansión causaba, el Mago se emocionó, se sentía muy cómodo con dicho ambiente y sabia en lo más profundo de su ser, que no podía ser una mejor oportunidad.

Una vez bajo del carruaje y tras atravesar la puerta principal notó que aunque se había preparado al parecer llegaba tarde pues la mayoría de los invitados ya se encontraban en el lugar eh incluso algunos ya pasaban a los salones, un poco apenado Nilrem se disculpo con los que se cruzaba presentándose como usuario de la verdadera Magia el gran Nilrem…

Una vez alcanzo al anfritrion continuo con sus presentaciones.

-Disculpar la tardanza, soy el único y verdadero usuario de la Magia real, el Gran Nilrem a sus servicios, que espectacular hogar tiene usted.

Tras dialogar un poco después de su presentación Nilrem se dispuso a avanzar a una de la salas principales.

"William Kennedy Laurie Dickson

William Kennedy Laurie Dickson

William Kennedy Laurie Dickson"

No paraba de repetir ese nombre mientras el coche me llevaba a su encuentro. Mis ansias y desesperación por hacer algo innovador y reconocido eran tantas que incluso me estaba entrando fatiga y una sensación de mariposeo en el estómago. Cuando llegué, vi que había gente que ya entraba y me quedé asombrada de la magnífica y gran mansión que tenía delante. El chófer paró y le dí la mano para que me la besara al despedirse, había sido un buen conductor. 

Analicé la situación, pero por lo visto era de las últimas en llegar. Normal, por el amor de dios ¡Yo venía desde América y ellos seguramente eran de aquí!

- Siento el retraso...- Dije con una tímida sonrisa. 

El tal Gran Nilrem, un hombre caballeroso sin lugar a dudas, avanzó y me precipité para alcanzarlo. 

- Disculpe, voy con usted si no es molestia.- Prefería conocer ya a alguien que estar completamente sola antes de que llegara William. ¿Cómo estaría? Llevaba demasiado tiempo esperando su carta y ¡Voilà! Aquí estaba, justo en el momento y lugar indicados. 

Oh, demonios. Me había quedado inmerso en mis pensamientos una vez más. ¿Cuanto se supone que ha pasado? Me siento profundamente avergonzado. ¿Qué ha sucedido acá? ¿Cuando llegaron todas estas personas? Saco un pañuelo azul de mi saco, y me enjugo la frente. Escuchando al mayordomo logro salir del letargo. Es hora de que vaya a ver al anfitrión. ¡Qué descuido el mío!

Me pongo a caminar detrás del mayordomo hacia el salón principal, mientras saludo a los que acaban de llegar con la cabeza.

Milton llego tarde. MUY TARDE. La mala suerte quiso cebarse con él y no solo porque el primer carruaje al que tenia pensado subirse se fue sin él. -Seguro que mas tarde dirán que no me vieron. - También porque el segundo perdiera una de las ruedas y estuvieran a apunto de romperse el espinazo. -Sí, seguro que dirán que es porque los caballos se asustaron al verme. -Ademas de que el tercer carruaje que sustituyo al segundo se perdiera. -Claro, porque el cochero se distrajo con mi persona... - Y por si fuera poco un maldito vencejo le confundió con un retrete perfecto para sus deposiciones. -Eso es envidia, porque yo vuelo mejor que cualquier pájaro.

Pero a pesar de todo ello Milton Eugene Judd, a quien sera mas cómodo llamarlo Judd. Finalmente llego a aquella mansión y aun con la ropa sucia y la dificultad de subir semejantes escaleras, sonrió al anfitrión una vez estuvo en el recibidor.

-Buenas, tardes o noches... ya no tengo clara la hora, Sir Lloyd. Se lo puedo asegurar cada día es una aventura con semejante estatura. Si me disculpe iré a buscar el lavado para asearme, parece que los pájaros no desean compartir su aire y me atacan tan pronto pueden. -Dicho el saludo y puesta en escena sus intenciones inmediatas se despidió de aquel alto hombre y pidió a la ama de llaves que le indicara el camino mas cercano. Y eso le hizo consciente de que debía pasar antes por el salón principal.

Ya a anochecido cuando el carruaje se detiene frente a la fachada de la enorme mansión, la cuál luce espléndidamente aluzada y la encuentro hasta acogedora.

El cochero se perdió en el camino y hubo que dar un enorme rodeo al bosque Grimshaw y al parecer fuímos de los últimos carruajes en llegar.

Desciendo ayudada por un mozo que me conduce hasta el recibidor vacío, la decoración es acorde al lugar, a lo lejos en la estancia siguiente escucho mucho ajetreo, sin perder un momento me dirijo hasta allá, de seguro ya inciaron la misteriosa reunión.