Partida Rol por web

-Si Oscar, si puede, y ya he dicho como podemos resolverlo. Solo veo espero que Sir Hebert, el anfitrion, nos prepare una sala aparte para empezar la eliminacion de sospechosos. Ya dije quienes estan descartados como sospechosos, el Medico, el Policia, el Abogado y el Medium.-
-El resto, habia siempre muchas gentr y el pequeño estaba igual de inquito ante tanta gente, o por la amenaza camuflada entre todos nosotros. Asi que no Delacroix, usted no está descartada por haber tenido al cachorro en brazos. Creo que el primero en descarta o pasar a la sala de "interrogstorios", por decirlo de alguna forma, deberia ser Sir Herbert, en particular para su propia seguridad y por que es nuestro anfitrion, luego los hombres armados, el Cowboy y el Cazador. Y asi pasar todos, uno a la ves.-

El misterio no la atraía tanto como a esos hombre y el ambiente era terrorífico y asqueante allí, entre miedos, gritos y sospechas. La propuesta de la mujer barbuda sonó mucho más interesante, alejarse por un rato de ese jaleo. Buena idea, Magdalena. La verdad es que no fumo, aunque dicen que el humo del tabaco es bueno para afinar la voz y para la salud, a mí me desagrada la sensación. Pero será un placer acompañarte, con alguién más si nos acompaña, a un lugar más tranquilo donde fumar y alejarnos de... esto.

Sin esperar respuesta, la cantante usó la campana para llamar al servicio y empezó a ordenar sin fijarse si era el mayordomo o la ama de llaves quien les antendía. Madame Thelma, querida. La señorita Magdalena y unos amigos quisieramos ir a una sala de fumar en el piso superior. ¿Nos indica el camino, por favor?

Por supuesto, escuchó al presuntuoso cazador insinuar que ella era sospechosa de algo horrible, ves a saber porqué. Pero no iba a seguirle el juego, e ignoró el comentario. Sonriendo a Magdalena y preguntando al resto, ¿Alguien nos acompaña? 

Con paso lento y achacoso, vuelvo a entrar en el salón, proveniente del salón principal, mientras escuchaba las conversaciones de los otros invitados.

-Tres asesinos -dictaminé, alzando los dedos índice, corazón y anular-. La criatura que dio muerte al cocinero no es la misma que la que ha destrozado al mago, y dudo mucho que tenga nada que ver con la persona que asesinó a la periodista. Tenemos a una bestia capaz de destrozar las costillas y el esternón para arrancar el corazón y las vísceras de un ser humano, a una segunda bestia que desgarró al mago, y a alguien que cortó la garganta de la periodista, seguramente con algún tipo de arma blanca. Y eso por no mencionar el sospechoso "accidente" del señor Allen, el actor.

Tras esas palabras, procedí a tomar asiento en el mismo sillón de antes, apoyado en mi bastón y pensando en los hechos que habían tenido lugar en los últimos minutos.

-¡Estoy completamente de acuerdo con el Doctor Bradley!...- El Sr. Remedios entra en el salón de descanso con el Sr. Renczi cargando al cazador como si de una princesa dormilona se tratara -si es posible- lo ayuda a dejarlo en cualquier sillón del salón.

- Gracias Sr.-  le hace una reverencias de gratitud a Ion Renczi y luego se dirige a los demás- Pasé por la escena del doble crimen donde el jefe Warren hace las pertinentes investigaciones y hay ciertos detalles que hemos pasado de largo, pero que analizaré con más detenimiento una vez recuperé el aliento, esto es demasiado serio y peligroso, estoy seguro que entre nosotros hay varias amenazas, pero también estoy seguro que hay más personas decentes que tienen habilidades muy particulares y podemos salir avantes de esto...- saca de entre sus ropas un reloj de mano. -Ya es demasiado tarde  y a estas horas tan avanzadas de la madrugada ya no habrá posibilidad de que algún cochero se arriesgue a venir  y menos aún con el terrible accidente sucedido esta tarde.- Guarda su reloj y se dirige al anfitrión -si esta presente- -Sir Lloyd creo que lo más conveniente será que nos prepare habitaciones para pasar la noche, por seguridad creo que tenemos bastante gente armada que puede brindarnos protección, y dejar que las autoridades reales se encarguen de las investigaciones... abusando de su hospitalidad.- Mr. Remedios lo observa con vista cansada esperando una respuesta favorable.
 

Creo que el primero en descarta o pasar a la sala de "interrogatorios", por decirlo de alguna forma, deberia ser Sir Herbert,

El policía tenia razón, había que empezar a saber que estaba pasando, y lo mas lógico era empezar por los presentes y el servicio. También sabia que era su momento de demostrarle a Sir Lloyd que valía para algo mas que para ajustar entuertos comerciales:

-Lamento ser molesto, pero si el dueño de la casa cree que procede, me gustaría informarle y acompañarle a este. A fin de cuentas, mi trabajo es hacerle sentir seguro en cualquier ámbito del derecho, incluido el penal.

Tres asesinos...

-​No podría ser uno solo, inteligente y muy eficiente?-

-Delacroix, si la bestia escapo y puede transformarse en cualquiera de nosotros, no veo oportuno retirarse del lugar. Cualquiera que le acompañe podría ser la abominacion transformada en uno de notros, li mismo para Magdalena, o cualquiera que se quiera quedar solo. Me preocupa que el policia este solo, pero estando armado, debemos suponer que la bestia, si es inteligente, no lo atacara él. La bestia o cualquiera, si hay mas de un asesino.-

Al parecer la gente seguía queriendo moverse por el lugar aun sabiendo que estábamos rodeados de asesinos. -Hasta que no mueran ellos no se enteraran del peligro. -Por su parte Judd seguiría plácidamente en ese salón, mientras el grueso de las personas permanecieran en él.

Se levanto finalmente del asiento para caminar y hacer movimiento en su estomago, pues el nudo de todo lo sucedido no le dejaba reposar la comida como le gustaría. -Preferiría volver a casa antes que pasar la noche sabiendo los peligros que existen, pero que no se diga lo contrario de mi.

Miro al payaso y su comentario. -Mas nos valdría que cada uno tuviera su arma para protegerse de los posibles nuevos ataques, ¿No cree? Empiezo a pensar que tanto el pistolero como el cazador no son mas que actores contratados por el anfitrión y por eso apenas dar muestras de heroicidad. -Sin pelos en la lengua.

El salón estaba lleno de cosas... cosas fáciles de prender y ahora que habían hablado sobre fumar, quien sabe, tal vez un poco de fuego les ayudara a decidirse en acompañarlo en ese noble habito en vez de salir hacia otra sala que nada tenia que ver con el resto. Así pues aprovecho que empezó a caminar por el salón, para dejar caer sutilmente una colilla al rojo de su buen habano, uno preparado para prender fácil, de propia cosecha podría decirse.

Dejaría que el humo y la llama se formara detrás de la mujer barbuda. Solo un pequeño susto, para tranquilizar el ambiente, las llamas y su calor seguramente les ayudaría en su intranquilidad e indecisión... -A mi, el fuego siempre me ayuda a tomar mejores decisiones...

-¿Crees que es buena idea armar a un montón de gente que desconfía una de la otra?- dije mirando a mi pequeño compañero cuando propuso el armar a todos. Por mi parte esperaba encontrar algo con lo que defenderme, pero no me sentiría tranquilo si a mi lado tengo a un tipo con un pesado palo mirándome con sospecha. Para colmo el doctor había dicho que eran tres los asesinos, monstruos o lo que sea. Como cuando el malabarista con los sables prendidos fuego decidía hacer su número en la cuerda floja-. Si aún piensan salir- les dije a las señoritas que se disponían a ir a fumar-, les acompañaré.

Quizás tuviera suerte y no moriría sin al menos haber estado una última vez con una mujer. ¿Quién se resistirá a esta cara cubierta de maquillaje y el traje exuberante? Y si nada pasaba, siempre podía fumar algo. No tenía ese vicio pero quiero empezar a hacerlo, solo para ver como es.

-Señor Kipling, es imposible que sean tres asesinos por un simple motivo -maticé, pensativo-. Tanto el cocinero como el mago fueron atacados por bestias y, a juzgar por sus heridas, no pudo ser la misma ambas veces. Es poco probable que un ser humano pueda quebrar el cuerpo de un semejante y arrancar costillas para hacerse con el corazón o las vísceras. Ni tampoco creo que una persona pueda hacer trizas a otra y arrancarle un brazo, como ha sucedido con el mago. La periodista, en cambio, fue degollada, lo que podría haber hecho cualquiera lo bastante hábil con un arma blanca.

Con un pañuelo húmedo sujetándolo en la frente Sir Hebert se incorpora a la plática más compuesto después de haber sacado todo el banquete antes de ingresar al salón de descanso, toma asiento junto a la chimenea en uno de los elegantes sillones de piel tratada en color vino con acabados en los descansabrazos en forma de cabezas de lobo talladas en madera oscura.

Luego del ajetreo y el nuevo y terrible suceso de dos muertes más, el anfitrión siente desfallecer en medio del sillón, uno a uno escucha atentamente a sus alarmados huéspedes, no deja de llevarse el pañuelo a la frente y los mareos parecieran afectarle nuevamente.

En un respiro se ajusta el corbatín y trata de recomponer lo mejor que puede su aspecto, se levanta del sillón con las manos en alto para llamar la atención de todos los presentes.

-Damas presentes, Caballeros... esto se está saliendo de control, por favor, apelo a la cordura y ruego que todos, absolutamente todos se presenten en este salón a la brevedad...- Hace un movimiento de mano para llamar a Thomas el cuál le da instrucciones para que llame al jefe Warren.

-Esto no puede quedar así, una vez que el jefe Warren tome nota y realice todas las investigaciones necesarias trasladaremos los cuerpos hasta las catacumbas familiares donde hay espacio suficiente para esperar a que llegue la guardia real, ya que con el accidente de esta tarde donde perdió la vida uno de mis invitados será imposible que nos envién algún otro coche para transportar los cuerpos de estos pobres huéspedes e invitados míos. - Sir Hebert bebe agua ávidamente de una copa para remojar un poco la garganta.

-Desde este momento todos somos sospechosos, unos más que otros por supuesto, el jefe Warren siguiendo el protocolo real detendrá a cualquier sospechoso para entregarlo a las autoridades correspondientes, el cuál estará confinado en las mazmorras de la mansión, obviamente es la zona menos confortable pero será lo mejor...- El anfitirón baja la vista, un poco perdido en sus pensamientos. -En fin... todos tenemos un sospechoso, así que todos votaremos por uno de nuestros acompañantes, sé que esto debería ser de día y esperar a que llegue la mano de nuestra amada reina pero la situación es insotenible- el anfitrión señala a su abogado personal después de haber escuchado su fidelidad absoluta y haciendole una reverencia. -El Sr. Kipling tiene toda mi absoluta confianza, él llevará la lista y como abogado de la familia él me indicará quién legalmente no puede ser detenido, hasta que llegue la guardia real y resuelva estos terribles crímenes...- Hebert vuelve a tomar asiento un poco más calmado. -Entonces... votemos, Mr. Kipling, aliste pluma y papel y dígame a quién no es posible detener según su perspectiva legal, una vez que se determine al sospechoso ó sospechosa el Jefe Warren procederá a encerrarlo en las mazmorras, las cuáles madame Thelma le indicará y dará las llaves para su custodia. Una vez  que finalicemos con la votación he dado órdenes pertinentes de que preparen los dormitorios para que descansen estimados invitados -si eso es posible, ¡Dios Mío!- y Una vez con luz de día esto pueda resolverse de la mejor manera.-Hebert vuelve a sacar su pañuelo y secarse la frente- -Mr. Kipling, también hágame el favor de revisar la situación de indemnizaciones para los dolientes -Dios en cuanto me puede a salir esto-  no quiero tener problemas con acusasiones en contra de mi honorable familia...- finaliza recostando la cabeza en el respaldo del sillón y dejando el pañuelo húmedo en la frente con los ojos cerrados.

Desde una de las sillas el cowboy escucha con el sombrero puesto y tapándole los ojos -aunque eso signifique muy mala educación pero que se puede esperar de un vaquero.- y las piernas cruzadas colocadas encima de un taburete. Saca una de sus pistolas y gira el tambor luego abre el compartimento de la das balas para contarlas.

-Yo puedo ayudarle Jefe Warren, vine por el anuncio de que alguien pagaría bastante bien por protección, solicitado por un misterioso "cliente" el cuál me recomendo traer conmigo balas de platas.- cierra la pistola y la gira como un malabarista para  enfundarla de un golpe.

-Si me preguntan a mí creo que el cazador es uno de los principales sospechosos, así que...- se acomoda el sombrero. -Yo voto por el cazador...- Cruza los brazos y se acurruca en el sillón como si fuera a dormirse.

De momento seremos tres y si alguien más accede a venir, más protegidas estaremos

Mientras la gente habla sobre los terribles crímenes cometidos en la mansión, un hilillo de humo comienza a subir flotando lentamente hasta el techo y comienza a oler a tela quemada, una de las cortinas que están justo detrás de la mujer barbuda comienzan a incendiarse, el crepitar del material ardiendo ya es un sonido consistente mientras las llamas amenazan con extenderse por todo el lujoso ventanal.

         - Tengo familiares gitanos con habilidades similares a las suyas y he aprendido a respetar sus propios ... procedimientos por ser únicos en poder hacer uso de su don .. y porque iteractuar con los muertos .. debe ser complejo e inseguro, pero si me lo permite no lo haga solo, porque en las condiciones actuales puede ser mas peligroso para usted y los que estamos cerca! -    La acróbata le sonrió gentilmente por un momento y dejo de tocar el tema para no presionar lo, entonces escuchó las aventuradas suposiciones de sir William, las conjeturas del doctor y las indicaciones del anfitrión  a quien respondió tras acercarse un momento para hablar en voz alta:

          - Por mas 'linda' que pueda ser su criatura caballero no veo porque alguien pueda creer que el león pueda determinar si alguien o algo es peligroso así como tampoco la vox populi de un grupo de desconocidos va a hacer justicia ... yo pido antes de continuar con una caza de brujas sin sentido ... que no se acepte ningún voto sin una buena justificación del mismo  y que no se haga ningún tipo de ajusticiamiento bárbaro sin que la policía confirme una investigación completa del 'sospechoso', ya que hasta el momento todos los presentes fuimos invitados cordialmente por el anfitrión ...  seguramente un pistolero como usted deberá ser  de gran ayuda señor Warp -   Terminó por decir Samara ligeramente indignada con voz alta con lo dicho por el anfitrión, pero un poco mas tranquila y protegida por la declaración del vaqueo a quien le sonrió sutilmente y entonces olfateó el humo y reaccionando de un brinco acrobático trató de reaccionar lanzando cualquier líquido no inflamable cerca de ella a la mujer barbuda para tratar de salvar la 

Magdalena estaba a punto de levantarse cuando empezó a escuchar algo extraño, una especie de frufrú de ropas pero sin llegar a ser eso. No identificó el sonido y al comienzo pensó que se trataba de su vestido en contacto con la tela de la butaca, pero al levantarse el extraño sonido que no era un frufrú en absoluto continuó crepitando.

Quizás fue eso lo que la mantuvo inmóvil en el mismo lugar en el que se encontraba con gesto de desconcierto intentando identificar el sonido mirando a la chimenea con gesto confuso, pero fue suficiente para que una lengua de fuego lamiese la parte baja de su lujoso vestido ceñido.

El repentino calor en la pierna la alertó, pero ya era demasiado tarde, el fuego avanzaba comiendo la tela sintética del vestido de manera inexorable y no precisamente lenta. Las lentejuelas crepitaban furibundas con chispazos una tras otra.

Magdalena reaccionó a la velocidad que pudo y consciente del peligro que suponía su vestido sintético, se bajó la cremallera y quitó la parte alta del vestido entubado a escasos segundos de que la lengua de fuego tocase su pelo o sus barbas y, por ende, envolviera su cabeza.

Intentó salir del guante de fuego que era su vestido ya prácticamente convertido en un manto de llamas, dejándolo caer hasta sus pies, pero el vestido altamente inflamable lamió sus enaguas en el proceso y las llamas continuaron adheridas a ella, por suerte, esta tela prendía más lentamente, así que tuvo ocasión, ya despojadadel vestido y ta solo con un corpiño y unas enaguas hasta media pierna* en llamas, de tirarse al suelo a rodar.

En todo el proceso, que duró apenas unos segundos, Magdalena no paraba de gritar con una voz que, en otro contexto, hubiese resultado melodiosa.

La idea de votar para ver a quien metíamos en una olorosa y húmeda mazmorra me gustaba. Claro que si me tocaba a mí no me agradaría para nada. Mientras no sea yo, no tengo problemas. Aunque la verdad que no se a quien tendría que votar, la mayoría me cae mal y no podría decir el porqué. Comenzaba a oler raro, como si algo se estuviera quemando.

-¡Pero qué demonios!- exclamé cuando vi a la mujer barbuda rodar por el piso mientras las llamas comenzaba a extenderse por todo su cuerpo. Con rapidez arranqué una de las pesadas cortinas y con ella intenté apagar las llamas que amenazaban con engullirla. Nadie del circo iba a sucumbir en mi turno. Menos una mujer bonita.

Mientras intentaba apagar el fuego, recordé el accidente del escupe fuego, en ese momento ambos estábamos muy ebrios y el intentó su acto mientras yo le contaba un chiste. Se rio justo cuando iba a escupir el líquido y… bueno, ahora sigue trabajando en el circo pero en el laberinto del horror. Espero que no le pase eso a Magdalena…