Partida Rol por web

Os alejáis del camino y la caravana mientras buscais el origen de lo que sea que fuera aquello. Avanzáis tratando de permanecer ocultos y no ser descubiertos. Tras unos cuantos metros, cuando ya habéis perdido todo contacto con la caravana, encontrais un cuerpo en el suelo. En un charco de sangre, hay una mujer elfa, vestida con ropas similares al que os salió al paso y con una fea herida en la espalda. Antes de poder comprobar si está viva o muerta, oís una voz, bastante cerca, que habla en un idioma que desconocéis.

avanzo oculto y ne silencio hacia le origen de la voz

El movimiento defensivo de Elessar es rápido y fluído desenfundando y buscando el origen de esa voz...

Auris avanza en silencio mientras Elessar trata de ver de donde viene el ruido. La mejor posición del humano y la mejor vista del elfo permiten que ambos detecten el origen de la voz. Es un ser grande, de más de seis pies de alto y vestido con una armadura de cuero. En su mano porta un hacha ensangrentada, posiblemente la que causó la herida de la mujer del suelo. Está de espaldas a vosotros ladrando órdenes a alguien que no podéis ver desde donde estáis. Sin embargo, aunque no conoceis el idioma que habla, reconocéis su raza aún estando de espaldas. Es un orco, así que probablemente esté utilizando su idioma natal para hablar con sus congéneres, a los que no véis.

Antes de poder decidir si es buena idea aprovechar que está de espaldas para acabar con él, se da la vuelta sorprendido guardando silencio, escucha unos segundos mientras vosotros tratais de oir lo mismo que él. No es dificil, alguien se acerca a vuestra posición desde donde vinisteis. Dos hombres y un caballo. El orco sale corriendo y pronto lo perdeis entre la espesura.

Os preparáis para enfrentaros a la nueva amenaza, pero no son una amenza. Se trata de vuestro viejo compañero Klaxtor, acompañado por Olaff Relier el sacerdote de Tempus y la joven elfa, Naurnes Maeniel que viene montada a caballo.

Rápidamente os internáis en el bosque siguiendo a vuestros compañeros. Sin embargo, vuestras dotes para el sigilo son bastante escasas, y el hecho de llevar un caballo tampoco ayuda. Si realmente hay un combate, las sutilezas están de más. Sin embargo, cuando alcanzáis a Auris y a Elessar, no sólo no están enzarzados en combate, si no que no parecen muy contentos con vuestra llegada.

Rápidamente señalo a la Elfa herida y grito

--"Naer min alarther, Naurnes!!"
--"Klaxtor sígueme!! ese no se tiene que escapar!!"

Y salgo corriendo por donde ha ido el orco

Blando mi arma con fuerza y salgo tras Elessar...

Los recien llegados no se habian fijado, pero al señalarla Elessar, todos podeis ver a una mujer elfa en el suelo. Viste unas ropas similares al varón encontrado en el camino y tiene una fea herida en la espalda. Puede que mortal, a simple vista no sabeis si está viva o muerta.

-¡No sé sanar! -exclama la elfa, aterrada por la situación que en la que se encuentran. En cambio, si logra alcanzar a ver al orco que escapa...- ¿Tú eres clérigo, verdad? ¿Puedes sanar? -dice refiriéndose a Olaff.

La elfa ha titubeado, desearía continuar la persecución, pero lo primero era lograr estabilizar a la elfa, así que descabalga, muy a su pesar, por si puede ayudarla, aunque sea tapando la herida para que no se desangre.

Salimos inmediatamendete a por el orco.

Dejo mis ansias combativas para acercarme a la elfa a la que intenta auxiliar mi compañera Naurnes.

Antes de hacer la curación debo saber exactamente el alcance de la herida por lo que con la daga le corto la ropa de la parte superior para verla. En su estado sería peligroso irla zarandeando para sacársela debidamente.

Una vez examinada intento vendarla para detener la hemorragia.

-Dependiendo de cómo reaccione la transportaremos a uno de los carros o empleare otro de los conjuros pero prefería poder esperar por si encontráramos mas heridos o alguno de nosotros los necesitara.

Examináis a la elfa para ver la gravedad de la herida. Tan pronto como lo hacéis, comprobáis que la herida es mortal. El corte, con una hoja pesada, posiblemente un hacha o algo parecido, le ha partido la columna, matándola en el acto. No hay nada que podáis hacer ya por ella.

Salís rapidamente en pos del orco. Por el momento no es necasio buscar sus huellas, pues aunque sólo lo véis fugazmente unos segundos, podéis seguir sus pasos viendo las ramas que se mueven. Aunque parece huir de vosotros, no oculta sus movimientos muy bien.

Los seguís unos segundos, hasta que oís otros ruidos en el bosque, que no vienen del orco al que perseguís. Puede que halláis asustado a algunos animales, o puede que sus amigos estén colocándose en posición para atacaros.

Si no os detenéis y apuráis un poco el paso, lo alcanzaréis enseguida, pero puede que caigáis en una emboscada... o quizás no.

Una vez descubierta la herida veo que no hay nada que yo pueda hacer por ella. Esta ya muerta.

-Le apoyo la mano en su hombro a Naurnes.- Lo siento soy un simple clérigo y ella necesitaría uno de los altos dignatarios de la iglesia para que intercedieran delante de Kélembor o de su deidad patrona para que le permitieran regresar a Toril.- empuñando de nuevo mi ballesta.- Pero podemos encargarnos de los que se lo han hecho.

me desplazo en silencio por un lateral rodeando el posible lugar de emboscada, y le persigo dando el rodeo

Mejor no pararnos Auris,... persigamoslo e intentemos rodearlo... evitemos el camino corto..

Me freno en seco, miro a mis compañeros y agudizo el oído... los trasgos no me gustan y los orcos menos.
 

--"Atentos a posibles emboscadas." susurro.

Una lágrima cruza la nívea mejilla de la encantadora, un brillo húmedo inunda sus ojos. Parece que es la primera vez que presencia la muerte, brutal además, de alguien en su vida. Un leve asentimiento troca su pesar absoluto en resolución en sólo cuestión de unos segundos. Se alza de nuevo y busca el ruido de la persecución con sus finos oídos élficos, no costará mucho seguirlo. Rápidamente vuelve a montar, ceñuda, la decisión marcada en su rostro.

Con la ballesta cargada sigo el camino que ha tomado Naurnes.

Mientras elevo una plegaría silenciosa a Tempus por los ya caídos en este combate y los que están por caer.