Partida Rol por web

La Mina de Montes Lejanos

La Aldea Remota

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06/08/2021, 00:39
Director

Saavorn se mordió el labio. Deseaba hacer más por aquellos valientes aventureros, pero se hallaba limitado tanto en autoridad como en capacidad. Devolvió el agradecimiento a Galahad y, atando el saco de vuelta, regresó al interior del monasterio. Sin decir más, Alard hizo lo mismo, tratando de ignorar las amenazas del paladín pero lanzando una fría mirada a Lynx... La guardabosques le había dado donde más le dolía, pero no osó contestarla.

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06/08/2021, 00:42
Irena

— Guardad las distancias, extranjeros... — La guerrera se tapa la boca y tose. — Os agradezco de corazón vuestro noble sacrificio y no es mi deseo exponeros a mayor peligro. — Dice, alejándose. — Desde que Wilhelm marchó a la mina, una fiebre pérfida infesta mi cuerpo y nubla mi mente. Mis fuerzas me abandonan y solo el andar supone una magna tarea.

Tiene 30 años, pero aparenta muchos más. Su piel plagada de pústulas empalidece hasta un blanco casi cadavérico mientras lucha por retener el foco de su mirada perdida.

— Nunca me perdonaría contagiar a cualquiera de vosotros esta odiosa enfermedad. Nunca me perdonaría... — Se repite a sí misma. — Trataré de contestar vuestras preguntas, pero sabed que no soy plena dueña de mis facultades. — Explica con algo de humor, intentando sonreír. —  También, si necesitáis una guía que os conduzca por la montaña... — Dice y observa el ribazo del camino que conduce a la mina. —  ...Creo tener fuerzas suficientes para serlo. — Inhala y exhala con dificultad, como preparándose para el esfuerzo.

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06/08/2021, 07:53
Thalgrog

Thalgrog agradeció los suministros que les dieron con una inclinación de cabeza. Iban escasos de provisiones y toda ayuda se antojaba poca. ¿Antídotos? ¿Qué clase de mal se esconde en esa mina? Sir Galahad le entregó las pociones a Elaxidor. Él desde luego no quería llevar ninguna encima, acabarían despachurradas casi seguro.

Vió alejarse a la gnoma, con sus pasitos cortos tan graciosos. Para ser tan pequeña tenía mucho carácter. Sólo los dioses saben qué estará maquinando esa cabecita suya.

-¡Ten cuidado! -le gritó a lo lejos- Y no te metas en líos. Aunque, bien pensado, los que deberían tener cuidado son los que se crucen con ella haha.

La mujer guerrera se ofreció a guiarlos por la montaña. Estaba bastante jodida por la enfermedad pero parecía tener las fuerzas necesarias. Y si no las tenía pensar en rescatar a Wilhelm se las daría. Era escalofriante cómo esa enfermedad parecía haberla envejecido otros treinta años en tan sólo unos pocos días. 

-Si os veis con fuerza no nos vendría mal, no conocemos la región. Y antes de nada una pregunta: ¿la mina tiene algún sistema de iluminación? Mis ojos están acostumbrados a la penumbra del interior de las minas, pero mis compañeros probablemente no vean más allá de dos palmos. Y otra pregunta: el tabernero nos dijo que Wilhelm es el mejor de vosotros. ¿A qué se refería? ¿Es también guerrero?

 

 

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06/08/2021, 11:12
Irena

[~ Respondiendo a Thalgrog.]

Viendo la extrañez del enano al tomar uno de los viales, la mujer se apresura a explicar.

— Ese antídoto no es para la mina, sino para lo que podamos encontrarnos de camino a ella. — Esclarece. — A diario sufrimos los ataques de saqueadores que, a la manera de buitres en busca de carroña, vienen a devorar lo que queda de Montes Lejanos. — Ahoga una tos y continúa. — Como cobardes que son, prefieren asentarse en montañas desde las cuales emboscar y huir se hace más fácil.

Trata de sonar menos severa. — No creo que el antídoto sea necesario. A nuestro pueblo le queda poco que robar y, por otra parte... — Nota a faltar la presencia de la gnoma, pero lo calla. — ...Sois un grupo considerable. Los números deberían bastar para intimidarlos.

Al escuchar el comentario de Brendan, esboza una sonrisa. — No sabía la opinión del posadero sobre Wilhelm, pero agradezco me la hayas transmitido. — Cierra los ojos y recuerda. — Verás... Hasta hace poco, nuestro pueblo era un total desconocido a ojos del mundo. Nosotros, sencillamente, vivíamos nuestras vidas... Y nada más. Podrían pasar semanas, meses... Y no ocurriría nada de interés. — Abre los ojos, despertando de un sueño nostálgico. — ¿Suena aburrido, verdad? — Bromea.

— Por ello, en el rarísimo evento de ser atacados por hombres, bestias salvajes, o quien fuere... — Prosigue la explicación. — ...Solo contamos con nosotros mismos para defendernos. No tenemos guardia ni soldados, ni los habíamos necesitado... Las propias gentes de Montes Lejanos eran la milicia que lo defendía. — Dice sin soberbia. — Como tal, nuestra organización es anárquica: no hay jerarquía que seguir ni capitán al que obedecer. 

— Aún siendo esto así... — La guerrera coge aire y prosigue. — La mayoría de personas sienten la necesidad de aferrarse a un líder. De vez en cuando, de entre los hombres normales, surge uno con un carisma especial, capaz de elevar las voluntades de los otros, animarlos y guiarlos hacia un propósito común... — Lágrimas brotan, involuntariamente, de sus ojos. — Wilhelm era ese tipo de persona.

No queriendo ahondar más en su dolor, cambia de tema. — En la mina siempre se contó con sobrante iluminación, aunque a día de hoy, no sé que pueda quedar en ella... — Pondera las opciones que tienen. — El Emporio de Rander es el lugar perfecto para abastecerse en este tipo de casos, pero... Al igual que la mayoría... — No es capaz de ocultar un matiz de desprecio. — Ha echado el cierre y ha huido. Típico comportamiento de mercader...

Reflexiona de acorde con Thalgrog: las razas humanas tienen nula visibilidad en espacios oscuros y eso puede suponer un grave problema. — Es un riesgo que tendremos que asumir. — Se limita a añadir, encogiéndose de hombros.

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06/08/2021, 12:20
Sir Galahad

Moxie decidió separarse del grupo de mala manera. El paladín la miró, sorprendido, y al igual que el enano, deseaba que no se metiera en ningún lío. Tras avanzar unos metros, ya lejos de oídos extraños, Galahad guardó silencio mientras escuchaba la conversación entre Thalgrog e Irena.

El naugrim tiene razón, las minas después de los continuos ataques, con toda probabilidad se había vuelto un lugar oscuro, necesitaremos luz para poder descender sobre ella.- pensó.

También descubrió que los bandidos rondaban el bosque cercano a Montes Lejanos y que la enfermedad se había cebado con la población. Wilhelm era una buena persona y fruto de ello, se encontraba en la mina...algo le decía al paladín, que todavía estaba vivo.

Tenemos que darnos prisa.- se dijo a si mismo. Vio el estado de Irena y cómo esta se ofrecía a hacerles de guía, Galahad levantó la palma de la mano haciéndola callar, se acercó y le pidió que le dejara ver las heridas, tal vez la gracia de Torm pudiera curarla. La hizo sentarse y Sir Galahad se sentó con ella, tomó su mano y empezó a hablarle concentrado, esperando que el Dios del coraje les asistiera aquel día.

¿A dónde vas con tanto miedo posado sobre tu espalda?- le dijo mirándola a los ojos intentando reconfortarla. ¿Por qué piensas en la derrota antes de siquiera empezar la batalla? ¿Qué no ves que para triunfar solo hace falta la voluntad?- continuó mientras de sus manos emanaba una luz blanca que eliminaba bubones y pústulas. Wilhelm está vivo cuando lo creían muerto y vos estabáis muerta aunque todos os vieran viva. Tened fé en Torm, acompañanos a la cueva, nosotros traeremos a vuestro marido de vuelta.- acabó diciendo mientras una gota de sudor caía por su sien.

El paladín separó su mano de la de Irena, moviéndose a un lado, con un ataque de tos empezó a vomitar, arrojó moscas negras y su saliva era oscura cómo la tinta de un pulpo. Estuvo así varios minutos, tratando de recuperarse, él tomaba esa enfermedad para sí y liberaba al enfermo de ella, a cambio lo dejaba débil varios días, dónde su cuerpo poco a poco, eliminaba aquella toxina. Ese era uno de los dones que había recibido de Torm.

E...espero...ha...haber..te alivi...aliviado la...car..ga- pudo decir el paladín mientras el ataqe de tos iba menguando.

Notas de juego

Utilizo la habilidad- Curar enfermedad (1 uso semanal) sobre Irena.

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06/08/2021, 16:52
Lynx

Lynx no hizo ningún comentario sobre la partida de Moxie, después de todo mientras no le hiciera un mal directo poco le importaba, después haciendo caso a la advertencia de Irena se colocó detrás del grupo, viendo los síntomas que presentaba prefería evitar todo lo posible coger lo que sea que afligía a la pobre mujer.

-En principio los elfos y semielfos tenemos buena visión en la oscuridad, los halfling depende más de su linaje y bueno La Reina al ser una gnoma tampoco debería tener problemas, esto nos deja Galahad-, comento simplemente cuando Thalgrog mencionó el tema de la iluminación.

Por otro lado no le sorprendió oír sobre los bandidos, esos desgraciados siempre esperaban a que sus víctimas estuviesen débiles o distraídas, aunque si lo pensaba un poco podrías compararlo con cazar. Ver como Irena recuperaba su buena salud mientras el paladín enfermaba fue como mínimo impresionante, tanto por la habilidad en sí como la voluntad del hombre para soportar la enfermedad el tiempo que su cuerpo tardase en eliminarla.

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07/08/2021, 01:32
Irena

El color regresaba a su piel igual que el iris azul retornaba a su ojos con fuerza divina y celeste. Abandonaba la nerviosa necesidad de toser a cada instante y las ganas de llorar a cada segundo. Su corazón palpitaba excitado, vibrante de emoción y asombro por igual. Sentía rejuvenecer y el mal apartar; sentía volver a nacer.

— ¿C-có...? ¿¡Cómo!? — Su habla no consigue despegar. — ¡G-Grácias...! — Expresa incrédula mientras palpa su rostro: en efecto, las pústulas se reducen y el dolor mengua; su enfermedad ha sido extirpada. — Después de esto, quiero pensar que Wilhelm sigue vivo. Quiero creer en vosotros. — La mujer se acerca, sin temor a ningún contagio. — Creo en vuestro poder. ¡Creo que podemos recuperar nuestro pueblo! — Dice, conmovida.

— Mi nombre es Irena. Mi voluntad, mi espada y mi vida os pertenece. — La guerrera se arrodilla frente al grupo. — Que vuestro noble dios sea testigo de la deuda que acabo de contraer con su siervo. —  Se encara con Galahad, desenvaina la espada y la coloca en vertical, entre ambos. — Acompañaros en esta empresa será el mayor honor que pueda brindarme el destino. 

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07/08/2021, 07:58
Thalgrog

Thalgrog miró atónito la sanación de Irena. Nunca antes había visto nada parecido. Cuando el paladín abrió la boca dejando escapar aquel enjambre de moscas... Aquel zumbido de decenas de insectos... Se le pusieron los pelos de punta. Hasta los de la barba. Tuvo que apartar algunas moscas de un manotazo.

-Sois un cajón lleno de sorpresas, paladín. -miró al resto del grupo. ¿Qué otras habilidades ocultarán?- Creo que me voy a divertir con vosotros. - dijo con una sonrisa mostrando los dientes. No los tenía especialmente limpios, pero eran suyos.

Entonces vio algo por el rabillo del ojo. Una sombra diminuta que se arrastraba por el suelo. Miró bien y allí estaba él: un pequeño ratón de campo.

-¡Por los dioses! ¿Ven bien mis ojos o acaso estoy alucinando? Estás muy lejos de casa, ¿no crees, Señor Jingles? Venga, márchate, éste lugar es peligroso... ¡Largo! - El ratón pareció envalentonarse. Se alzó sobre sus patitas traseras y moviendo los bigotes miró al grupo con unos ojillos negros como cabezas de alfiler- ¡He dicho que largo, maldita sea! -Hizo amago de pisarlo y el ratón se escabulló entre los pies del grupo, perdiéndose de vista. ¡Hahaha! ¡Vuelve a tu madriguera!

Una vez pasada la paja mental habló al grupo:

-Bien, esperemos a que vuelva La Reina. Ojalá no esté encerrada en una celda oscura con unos grilletes. O tal vez sí, sería gracioso.

 

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07/08/2021, 09:54
Señor Jingles

— ¡Squeek, squeek! — Y otros sonidos ininteligibles de ratón.

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07/08/2021, 10:10
Zancada Profunda

Zancada Profunda hizo una reverencia a Alard. - Ou omben su sacote de Misaco al deus de la cosina. Los punzantas entermos mi son Azat dubian de besar en homos e rezados pur menkigos u sonadores qui eleven so sofamiento wa qui non ha mora por es deformidad. wel empotra di Rondul es mo rata a ducur vorda, dogime quá fizo on cosa sopada, a non sur qua du au ven la deformidad quizamus olisqüar wada manente pur tonto li pudemes qui nus hi la gita para joder embestir la fonda di Rondul quem incontremus coin de fu monederus.

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07/08/2021, 10:28
Zancada Profunda

Notas de juego

- Yo también soy clérigo de Mishakal la diosa de la curación. Las personas enfermas mi buen Alard deberían de estar en camas y atendidos por clérigos o sanadores que alivien su sufrimiento ya que no hay cura para esta enfermedad. El emporio de Randel es muy raro a decir verdad, dígame qué hace una casa tapiada, a no ser que de ahí vino la enfermedad queremos investigar este incidente por tanto le pedimos que nos dé la venia para poder investigar la tienda de Randel quizás encontremos pistas de esta maldición. 

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07/08/2021, 11:22
Elaxidor

Elaxidor, acostumbrado cada vez más a su útil oficio, traduce:

- Yo también soy clérigo de Mishakal la diosa de la curación. Las personas enfermas mi buen Alard deberían de estar en camas y atendidos por clérigos o sanadores que alivien su sufrimiento ya que no hay cura para esta enfermedad. El emporio de Randel es muy raro a decir verdad, dígame qué hace una casa tapiada, a no ser que de ahí vino la enfermedad queremos investigar este incidente por tanto le pedimos que nos dé la venia para poder investigar la tienda de Randel quizás encontremos pistas de esta maldición. 

- Tiradas (1)
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07/08/2021, 11:25
Alard

Alard escucha al halfling con atención perpleja, después a su traductor. — Yo era de la misma opinión que tú, joven clérigo de Mishakal. Pero ese hombre acaba de demostrar mi error... — Señala a Galahad. — La enfermedad es curable. — Admite con lo que parece algo de envidia y celo hacia el paladín. — Aún así, de poco nos servirá cortar una rama si no podemos arrancar el problema de raíz.

El sacerdote se lleva la mano a la barbilla y medita la petición. — Concuerdo en que hallar el origen de este mal es prioritario, pero no puedo otorgarte el permiso que me pides. — Niega con la cabeza. — Mi única responsabilidad es llevar el mensaje de Ilmáter a los que quieran escucharlo, junto a su tutela espiritual. — Hace un signo religioso con la mano. — No soy dueño de la ley aquí, porque Montes Lejanos no tiene ninguna ley formal: sus pobladores viven de acuerdo a costumbres ancestrales sobre las que no tengo, ni quiero, jurisdicción.

— Aunque Rander no era una persona muy querida por aquí... — Se da la vuelta. — Tendréis muy difícil justificar la invasión de su hogar ante las gentes de Montes Lejanos. — Finaliza y marcha hacia el templo junto al resto de los iniciados.

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07/08/2021, 21:45
Elaxidor

Viendo como se marcha el sacerdote quien cada vez le cae peor le dice a Irena en voz baja, para que solo pueda escucharle el grupo:

Que piensas tu compañera? hay alguna manera de que podamos entrar ahí? necesitamos equiparnos para poder cumplir con la misión, y en este pueblo no hay mas piedras de afilar que las que guarda esa casa. Hasta dónde sabemos...

 

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07/08/2021, 23:13
Irena

Irena se apresura a responder.

— No tengo interés por defender a ese sacerdote, pero debo admitir que, esta vez, está en lo cierto. Nadie verá con buenos ojos una intrusión, por buenas que sean las intenciones. Yo también guardo sospechas sobre Rander, pero no tengo nada que pueda demostrar en su contra. — Asegura.

Puede que el ver sus energías renovadas haya excedido su confianza. — Aunque el tiempo no está de nuestra parte, debo deciros que esta expedición promete mucho más que ninguna otra. Vuestra habilidad y equipo es más que digno y capaz. ¡Marchemos de inmediato hacia la mina, rescatemos a Wilhelm y los demás! — Manifiesta, ansiosa.

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08/08/2021, 01:47
Sir Galahad

Galahad sonrió ante las palabras de Irena, su entusiasmo por traer a su esposo de vuelta, le hizo levantarse al ver cómo Torm le había escuchado y sintió alegría al ver cómo aquella mujer tendia la espada en vertical en signo de servicio.

El paladín, todavia convaleciente por la última cura que había realizado, miró a la esposa de Wilhelm.

¿ Y vuestros hijos?- le preguntó. Agradezco vuestro juramento de servicio pero no puedo permitir que vengáis-intentó paliar el ímpetu de la espadachina.

Podéis acompañarnos hasta la mina y hacernos de guía pero no quiero que vuestros hijos queden huérfanos. Ya oísteis a Alard, es una misión suicida.- intentó razonar con la mujer.

Tosió un par de veces, poco a poco iba encontrándose mejor.

Busquemos a Moxie y vayamos hacia la mina. ¿Os parece bien?- preguntó al grupo.

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08/08/2021, 19:19
Lynx

A Lynx realmente no le sorprendió el inmediato agradecimiento de Irena, después de todo hace un rato estaba moribunda y enferma era normal que se sintiese así, -Recuerdo cuando el maestro me rescato, como me abalancé llorando sin pararme a pensar quien podría ser ese hombre-, ante el recuerdo se forma una pequeña sonrisa en su rostro.

-No esperes mucho más que habilidades de caza por mi parte, y convencer a algún animalillo-, comenta después de que Thalgrog compartió sus expectativas sobre las habilidades o lo entretenidos que podrían ser sus compañeros. -Supongo que sería gracioso si no nos relacionan con ella-, acompaña el último comentario del enano.

-Galahad tiene razón los niños necesitan de sus padres, si la ausencia de uno ya es mala mejor no ponernos en el caso de los dos, deja que nosotros busquemos a Wilhelm-, dice rápidamente para apoyar la postura del paladín.
Ante la pregunta final responde con un poco de vergüenza,-Por vergonzoso que resulte también debería regresar al herrero a por esas flechas-, se sentía tonta al dar toda esta vuelta para acabar comprándolas con dinero.

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08/08/2021, 20:43
Irena

Irena abre los ojos, vivos y brillantes. 

— Estáis en lo cierto y, aún así... Aprieta el pomo de su espada.  ...Aún así deseo con todo mi ser acompañaros. — Su expresión guerrera se ablanda.  Si Wilhelm no vuelve nunca... Y vosotros tampoco... Nadie podrá permanecer en Montes Lejanos. — Se lamenta, incapaz de imaginar dejar el lugar donde había nacido, crecido y vivido siempre.

Finalmente, recapacita. — Habláis con razón y virtud. Soy madre y, como tal, tengo una responsabilidad por encima de mí. Si mis hijos quedaran abandonados y sin sustento, yo sufriría más allá de la muerte. — Admite, en voz alta.

— Os estaré esperando, contando los segundos hasta vuestro regreso.  Envaina el arma y, luego, observa las estrellas con tal concentración que parece intentara leerlas para descifrar el futuro. 

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08/08/2021, 20:48
Director

[ ~ Moxie regresa al grupo.]

Bajo el abrigo de la noche, Moxie disfrutó de un sigilo absoluto. Más acostumbrada a trabajar bajo los ojos de la luna que los del sol, la gnoma ágil y saltarina supo esquivar los caminos concurridos, aprovechar las sombras de los tejados, doblar las esquinas en el momento preciso y alcanzar su destino siendo prácticamente invisible.

En tan solo unos breves minutos ya se hallaba frente al Emporio de Rander. Miró para un lado y para otro; derecha e izquierda estaban despejadas. Sabía que era indetectable y que era el momento perfecto para actuar. Se encaró nuevamente con el candado: el muy maldito seguía en el mismo lugar exacto, como si nadie lo hubiera tocado... 

Ella no lo sabía, pero sus amigos la habían seguido muy de cerca. Tal vez porque estaban preocupados, o porque se habían pensado mejor si invadir el local del mercader fugado podía valer la pena...

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08/08/2021, 20:49
Director

Notas de juego

Ankha me avisó de que igual estaba unos días sin poder escribirnos. Si ella no pudiese contestar, hacemos lo que crea la mayoría (respecto a la cerradura). 

@Lynx tengo anotado lo de las flechas, luego nos ocupamos de eso:)

Ya dentro de poco nos vamos al dungeon! Si alguien tuviera asuntos pendientes en el pueblo me lo puede decir en rol, por nota o como prefiera.