Partida Rol por web

Tras examinar los caballos con una rodilla hincada en tierra junto a estos.

- No hay equivocación...las monturas le pertenecían a Gundren...- mira el rastro de sangre hacia el bosque con mirada grave. ¿Por qué tomarse la molestia de contratarlos si los iba a dejar atrás...? 

- Viejo testarudo...- suspira negando con la cabeza.

- Debemos ir en su busqueda...- pero entonces miró el carruaje lleno de mercaderia  y a la noble herida. 

- Si estan de acuerdo...- no podía hacer eso solo, incluso con ellos tal vez sería un suicidio. Pero si seguía con vida y lo abandonaban...

El combate fue rápido y Dastar luego de ver caer al rival que tenía enfrente, intenta dar captura al que huía, pero le fue imposible. La criatura conocía bien el terreno. Quizá se ocultó o corrió muy rápido, lo cierto era que no lo habían podido capturar a ninguno como deseaba Nairiel. Luego se acercó hasta el cuerpo del arquero goblin que había abatido y lo revisó en busca de alguna pista sobre los dueños de los caballos que yacían muertos en medio del camino.

Los tres goblins caen casi al instante, uno detrás de otro, lo mas espectacular son los dardos mágicos que surgen tras los movimientos del mago, a Rosco siempre le fascinan esas cosas. La voz ruda del enano instando a perseguir a la criatura que escapa lo saca de su ensoñación.

-¡Si maese enano! Ese bastardo no escapará - dijo mientras pone su arco a la espalda y de un ágil salto salva el cadáver del animal para adentrarse en el bosque.

El mediano se mueve con gracilidad, evitando las ramas bajas debido a su altura y saltando las gruesas raíces, su pequeño cuerpo y su agilidad es una ventaja en aquella espesura, pronto recorta distancias para con su presa. Apoyandose en algunas ramas bajas toma altura para saltar sobre el goblin que huye sin saber lo que se le viene encima.

-¡Ya te tengo apestoso! - el mediano se abalanza, derribando al asustado pielverde, ambos ruedan por el suelo del bosque en un amasijo de brazos y piernas.

Lo pillas Rosco, y más con ese pedazo de 19 en la tirada. De hecho, no solo lo pillas, lo dejas tirado en el barro tendido boca abajo entre quejidos y maldiciones en idioma goblin. Le pones tu enorme pie peludo en la nuca ante los nuevos lamentos del pequeño bribón y se queda inmovilizado.

- No!! gtptchu!!! No me matéis!! agrchu!!! Piedaaaad! - implora lastimero, ahora en común, mientras escupe barro y hierba de su boca.

Los cuerpos inertes de los goblins no ofrecen ninguna pista sobre los caballos asaeteados en medio del camino. Aunque el elfo Laor parece tener una pista al respecto.

También descubres que el goblin se encaminaba hacia un sendero oculto por la maleza, a poca distancia del camino principal.

Rosco se las arregló para derribar e inmovilizar a esa pobre criatura, atar las manos del goblin a su espalda y despojarlo de sus armas para evitar cualquier ataque.

-¡Calla apestoso!, solo escuchar tu aguda voz y me dan ganas de atravesarte, en marcha, ese mago elfo quería hablar contigo, espero que pueda soportar el olor de tu aliento, que pestazo. ¡¡Puag!!

El mediano caminó con su prisionero maniatado de regreso, empujandolo de vez en cuando de manera brusca para que el pielverde conociera quien estaba al mando.

-¡Amigos, traigo un invitado! - gritó el mediano al mismo tiempo que le daba un empujón aun mas fuerte para que el goblin cayera de bruces ante el resto de la comitiva - El muy pérfido trataba de escapar por un camino secreto, por suerte le di alcance antes de que se perdiera entre la espesura. Balbucea algo nuestra lengua, por lo menos le da para suplicar por su miserable vida - se acuclilló junto a la criatura apresada para susurrarle al oido - Responde a las preguntas del elfo, no le hagas enfadar, he visto que guarda un colgante hecho de orejas de goblin, leí en su libro que es un componente para sus hechizos.. - le dió unas palmaditas en la cabeza antes de incorporarse. - Todo tuyo hechicero.

Dejó al goblin bajo los cuidados de Laor y se dirigió hacia los humanos, señalando hacia el bosque.

-Como os decía, hay una senda oculta entre la vegetación, creo que nuestro nuevo amigo trataba de escapar por ella, quizá deberiamos preguntarle hacia donde lleva ese camino - sin saber como entre los dedos del mediano aparece una hermosa ciruela, en las manos de Rosco mas bien parece una manzana pequeña, le da un bocado sin borrar su sonrisa de niño travieso - ¡Que dulce!

Ante la llegada de rosco y su invitado abre los ojos con sorpresa antes de ponerse de pie y acudir hasta ellos.

- Estupenda labor aprendiendo a nuestro no tan estimado camarada, inquieto rosco. Mi gratitud contigo.- 

Hablando en goblin y señalando los caballos.

- Lamento profundamente el fracaso en la querrella de tus amigos. Seguramente habríamos sido un buen botín, y nuestras cabezas un gran trofeo, pero parece que la gracia nos ha sonreido al menos durante este día. No pretendo hacer esto más dificil de lo que es. Habla y podrás marcharte. No lo hagas y te enviare con tu dios.  ¿Donde se llevaron tus amigos a quienes iban sobre esos?...y donde esta ubicado el cragmaw...donde esta ubicado el santuario de tu dios...Maglubiyet...-

Mas vale que nos digas la verdad, goblin, mi compañero tiene paciencia, pero yo  no asi que mas vale que respondas a todas las preguntas, o me hare un collar con tus dedos.

Dijo Dwalin con voz amenazante, mientras jugeteaba con un hacha de mano.

El goblin es zarandeado de aquí para allá entre tirones de oreja y collejas sonoras. Con gesto asustado, tirado en el suelo del camino y con el brazo extendido, suplica por su vida entre lamentos y sollozos.

- Noooo por favor, yo no he hecho nada!! - ante la intimidación del enano junta ambos manos en gesto de rezo y dice - Si!!! Si!!! El enano y el humano, si!! Se lo llevaron a la guarida, pero yo no fui!! Lo juro!! Eran órdenes de ese maldito osgo abusón - por un momento, al hablar del osgo su rostro cambia a un aspecto de odio - Nadie quiere al osgo, pero él habla con nuestro rey, y ordenó asaltar al enano, no esperábamos al humano, pero también se lo llevaron, si! 

- La guarida está siguiendo el sendero - dice indicando con el dedo el camino oculto en la maleza - No es un santuario, lo juro!! - ahora su rostro cambia e incluso sonríe, esperanzado de sobrevivir - Vamos, os he contado lo que queríais, ahora soltadmeeeee!!! - suplica de nuevo, arrodillado y hundiendo su cabeza entre las piernas.

Por cierto, distinguís en el goblin una dentadura un tanto... anormal. Sus dientes parecen más finos y afilados de lo acostumbrado.

No le hace mucha gracia que le diga que no es un santuario, pero presta atención cuando menciona la guarida. ¿Podría ser la misma que buscaba? Podría ser una mas del montón, pero entonces se fijó en sus dientes. ¿Estas criaturas tenían la dentadura tan afilada? Era grotesco. 

- Conten tus gimoteos. Podrás marchar libre a realizar tus quehaceres de Goblin tan pronto como proporciones todo lo que sabes. A menos que cometas la mala fortuna de mentirnos o guardarte información. - dijo haciendo aparecer la ilusión de una llama debil de color rojo sobre su mano con la que comienza a jugar haciendo bailar con los dedos.

Ese Osgo, dices que habla con tu Rey. ¿Cual es el nombre de ese Rey? ¿Y donde reside? Y nuestros amigos. ¿Para qué los dejarian con vida? ¿En que parte de esa guarida los guardarian? Habla Goblin...no pongas a prueba a mis compañeros...

Estás seguro de que no miente. En estos momentos vendería a su abuela por conservar la vida. Aunque es lo que haría cualquiera de estas alimañas verdes.

- Lo contaré todo, lo juro! - dice chillando - Si!!! El osgo, Klarg, él manda!!! Solo responde ante Grol, nuestro rey!! Está en el castillo Bocapeñasco - esto último lo dice en apenas un susurro cargado de intención, como si estuviera contando un secreto.

Te suena el nombre del castillo del que habla el goblin. Tal vez sea la traducción del nombre élfico del lugar que buscas.

- Si!! Siguen con vida, ya lo he dicho! - espeta el goblin - Eran órdenes de Klarg, llevarlo vivo junto a sus pertenencias!! 

Entonces recordáis el estuche vacío encontrado junto al caballo muerto de Gundren. 

- Puedo... puedo irme ya...? - reclama acobardado.

- Muy bien goblin...me da la impresión que no mientes...- entonces mira al resto. 

- Si nadie mas tiene algo que añadir, lo dejaré marchar...- entonces mira la carroza.

- ¿Que haremos con eso?- mira al resto. Aunque no le hacia gracia que se dividieran y le preocupaba mas la seguridad del enano y el caballero, aun tenian una misión. Llevar la mercaderia a phandalin. No podían fallar en absolutamente todo. Si la dejaban tirada podria quedar a mercer a más goblins o bandidos, o cualquiera que pasara por ahi.

—¿Podemos confiar en la autenticidad de lo qué dice este goblinoide? —dice Dastar luego de escuchar lo que dice el pequeño piel verde— ¿Podría alguno de ustedes lanzarle algún encantamiento, embrujo o sortilegio qué le maldiga si osa enviarnos encerrona? —agrega mirando a los compañeros capaces de invocar magia de algún tipo.

Y finalmente agrega: 

—O podemos atarlo, amordazarlo y que nos guíe hasta su madriguera.

Luego respondiendo a lo que pregunta Laor sobre el carreta y su carga le dice:

—Teniendo en cuenta la eventualidad del secuestro de nuestro actual patrono y su guardaespaldas podríamos intentar esconder la carga y dejar a los cornúpetas y el carromato atados a algún árbol. Si todo sale como deseamos volveremos y recuperaremos lo que dejamos atrás.

—¿Qué les parecen mis ideas? —agrega al final.

Yo tengo una cuerda por aqui. Alguien me puede ayudar a atar a este goblin? Sujetadlo con fuerza. Dwalin saco la cuerda de su petate.

Mas vale que sepas lo que haces o tus dedos formaran parte de un bonito collar. Dijo al goblin con un tono amenazante.

El mediano se acerca hacia Dwalin y agarra el extremo de la cuerda que le ofrece, se dispone a maniatar a ese goblin a un árbol cercano, cerciorandose que las ataduras queden firmes y el rehén bien sujeto, por ultimo utiliza un trozo de tela sucio de uno de los cadáveres para amordazarlo y ahogar sus gritos.

-Creo que con esto bastara maese enano, aunque no me gusta dejar a nuestra espalda enemigos, pero llevarlo con nosotros me parece peor idea, solo nos retrasara y puede tratar de traicionarnos en el peor momento. - se queda mirando a los ojos al goblin unos segundos, su expresión risueña se desvanece un momento por otra mas sombría mientras sus dedos rozan la empuñadura de su arma. -Pero tenéis razón, seria cruel arrebatarle la vida de esta manera, y además el mago le prometió dejarle en libertad si respondía a sus preguntas. - le da unos golpecitos cariñosos al goblin en su calva cabeza - Portate bien socio, y cuando regresemos serás libre.

Se encaminó hacia la espesura del bosque, hacia el sendero que había descubierto durante la persecución.

-¡Seguidme! conozco el camino, no hay tiempo de esconder el carro, y creo que Guldren antepondrá su pescuezo a cualquier mercancía que transportemos - despreocupandose por el carro y las pertenencias de la caravana se pierde entre el follaje, pero se escucha su voz - Vayamos rápido, si el enano sigue con vida, cada momento cuenta, no podemos perder mas el tiempo.

El elfo asiente a las palabras de Dastar cuando el mediano sale a la carrera despues de atar al goblin.

- Me parece estupenda idea guerrero Dastar, te lo encargo...- dijo mirando al goblin- no te preocupes, nos encargaremos de ese osgo. Usa este tiempo para reflexionar sobre tu vida...quien sabe, tal vez oghma ponga algo de iluminación en esa cabeza...lo que pueda entrar...- 

- Cuando estes listo San dwalin, iré detras de ti y de la Noble.- dijo esperando para ir hacia la guarida detrás de estos, dependiendo desde ahora de sus resguardos.

Después de escuchar la propuesta del mediano Dastar decide confiar en su habilidad de rastreo y dejarle que sea él quien guíe al grupo hasta la guarida de los goblins.

—Si te sientes capaz Rosco —dice Dastar al mediano—, confiaré en que nos llevarás hasta el escondrijo de esos pérfidos duendes. Pero difiero en que  desamparemos la carga y los bueyes, ya que si no encontráremos a nuestro contratista, habremos perdido hacha, calabaza y miel. Es por esto que insisto en poner a buen recaudo nuestra diligencia.