Partida Rol por web

¿Qué? ¿Alguna poción?

Bramo caminaba incómodo, con un hombrecillo sobre la espalda y un libraco en el vientre. Los ojos fuera de las órbitas cuando Arávilar vió las cien piezas de platino pasaron desapercibidos para el mago, poco observador con los tics y gestos de las personas.

Madre mía, voy a tener que lavar la cubierta de ese libro cuando lo saque de mis calzones. El aceite de unicornio sería perfecto para quitarle el olor a... a partes pudientes.

-No-

Arávilar estaba a menos de un metro de Bramo, observando el interior de la mochila de Lilith como si su mente ya no estuviera junto a su cuerpo. Sus ojos miraban con un aire de relajación excesiva, atrapados por una realidad demasiado dura. Su expresión, ausente. Su garganta, totalmente bloqueada y adolorida. Parpadeó, bajó los brazos con lentitud, soltó la bolsa, y miró al vacío.

-Lilith no había gastado absolutamente nada de su recompensa-

Miró al turmishano, que probablemente aún no entendía todo con exactitud, y menos aún las razones de su estupefacción. -Bramo, vayamos a la taberna. Curemos a Lilith, y luego te contaré todo. Creo que al menos no estamos en problemas- Se colgó la mochila del mediano y se acercó al mago, con la intención de ayudarlo a llevar su carga.

Los 3 comienzan a desandar el camino a Camas calientes, con una sensacion de desasociego en el pecho. Lew, el buen elfo, no esta con ustedes. El bardo tiene heridas de gravedad, y los dos que le portan apenas andan un poco mejor.

Esto es mas complicado que lo vaticinado por Quarivian, mucho mas...  Por su fuera poco, no atraen la conmiseracion de la gente de este barrio, quien en eralidad tienen el tacto de alejarse de vosotros. ,,,

En la calle mientras regresan, cargando al malherido bardo, ves algo que desentona... entre tanta gente rica, una enana con armadura, escudo y hacha, todas las trazas de una aventurera. Esta sola, o eso parece, y mira a derecha e izquierda como buscando algo...

Su rostro esta surcado por una cicatriz que lo corta casi a la mitad, dandole un aspecto decididamente peleonero..

El clérigo comenzaba a compartir la desdichada carga de Bramo, cuando el mismo gentío que comenzaba alejarse de ellos le reveló una presencia extraña. No tanto como la de ellos mismos, pero extraña a los ojos de Arávilar. Como pudo, sacudió el hombro del turmishano, y señaló con un gesto discreto y nervioso.

-Bramo, mira. Una presencia extraña, ¿no?- comentó, viendo la misma ironía que no había hallado en sus pensamientos. -Quiero decir... extraña para nosotros. ¿Qué tal si Tessalar la envió a buscarnos? ¿O si el ladrón contrató a unos asesinos a sueldo? ¡Vamos, huyamos! ¡A la taberna!- apremió, mientras el terror infundado teñía su semblante.

Sí... ya le he visto.

Era mentira: no se dió cuenta de aquella presencia. Pero era orgulloso, y no quería admitir que un semielfo, como es bien sabido, tiene mejores sentidos que un humano.

Pero estás siendo irracional. Está claro que está ahí por algo, pero hay tantas posibilidades de que sea un asesino a sueldo como de que sea un valioso testigo que viese al ladrón.

Yo no puedo echar a correr hacia la posada en estos momentos, porque... bueno, porque el bulto de mis pantalones me dificulta la carrera. (Se refería al libro)

Deberíamos reunirnos con él por si nos hace algún bien, pero si nos quiere mal estamos desarmados para resistirle... Y no podemos dejar que nos siga hasta la posada en la que nos hospedamos...

Cambio de planes: entra en una tienda y compra una poción de curar heridas para Lilith con su dinero. Yo te esperaré fuera del comercio con nuestro pequeño convaleciente. Si veo que se acerca, entraré en la tienda para huir de él.

Arávilar miraba hacia todos lados, buscando con desesperación el lugar que le indicaba Bramo. Sin embargo, nada. Sólo casas lujosas, una elegante casa de perfumes, gente acaudalada que les miraba raro, y la enana, que seguía sin inspirarle confianza, y que no tardaría en encontrarlos.

-¡Bramo! ¿De qué tienda estás hablando? ¡Larguémonos de aquí de una vez!-

Vale, vale... Sólo digo que mejor que no nos sigan hasta la posada, para poder dormir tranquilos por la noche sin miedo a que no nos acuchillen, y esas cosas. Y para eso mejor que Lilith ande por su propio pie.

Siguió caminando. El libro de sus pantalones empezaba a inclinarse con el andar. Una de las esquinas de la cubierta se clavaba incómodamente en el muslo.

De todas formas tú estate atento a alguna tienda de pociones, que este tomo me está haciendo replantear lo de mi amor por los libros.

La enana pasa a vuestro lado, sin veros en apariencia...

Por ahora, el camino esta libre. Posada? Mercado? Templo? A donde ir?

El mercado de Aguasprofundas es probablemente la ciudad de tiendas más grande del continente, con la posible exepcion del mercado de Puerto Calim. Cientos y cientos de tenderetes, carromatos, vendedores ambulantes, mercachifles, y por supuesto, clientes, recorren la plaza, flanqueada por los negocios serios y respetables de la zona, asi como por las altas torres en el Este, donde se encuentran los templos mas importantes, por no hablar del imponente Castillo.

La gente tiene la misma reaccion que la de las calles, esto es, evitarlos ampliamente, cual si fueran apestados (lo son). La mugre que los cubre se va secando sobre ustedes, dejandoles un aspecto francamente asqueroso. Sin embargo, alcanzan a oir comentarios aqui y alla, de gente mas mundana. "aventureros seguro" "otro grupo del alcantarillado". "basura saliendo de la basura jeje" "ey, esos no la pasaron bien abajo" y asi...

En lo que alcanzan a ver, hay productos mundanos de todas las clases, baratijas, ropas, comida, bebida, enseres, hierbas, animales... de todo. Pero a simple vista, no hay vendedores de pociones o similares.

Creo que la rozadura de mi ingle se va a convertir muy pronto en erupción cutánea. Por mis santas partes que voy a encontrar esa tienda para poder llevar mi libro bajo el brazo.

El turmishiano zigzagueó por la calle para leer de cerca cada letrero y asomarse a cada calle aledaña a izquierda y derecha.

Merced de los esfuerzos de Bramo no hallan ninguna tienda o tenderete, mas si un pordiosero tan harapiento y mugroso como ustedes, dispuesto a orientarlos...

-jijiji pociones si... son muy raras en el mercado...+rie el viejo+ La guardia las controla jiji... como toda mercancia magica, jajaja.. . Solo los vendedores autorizados pueden traficarlas jaja, el resto son perseguidos... Pero estan de suerte.. jejeje.. la embajada de Thay, al norte de la Cynosura, jejeje... alli venden. En la reunion de calle Sulter con la de los comerciantes jojojo... y las demas, las 6 calles... jojojo..

Les señala mas o menos por donde han venido, pero mas hacia el Este de la ciudad, no demasiado lejos de donde estan.

Sin embargo, ninguno de los dos debe tirar saber para reconocer que Thay es el dominio de los famosos Magos Rojos... Es su eleccion.

Arávilar posó una moneda en las sucias manos del pordiosero, dedicándole una sonrisa cálida. -Gracias, buen hombre. Que Mystra guíe su camino-

Pero al separarse del pordiosero, no se le podría haber visto más contrariado. Maldita sea esta ciudad, repleta de lunáticos y esclavistas. ¿En que travesía me he embarcado, mi Señora? El clérigo observó a Bramo, en cuyo rostro no se veía la misma sensación.

-Zhayinos. No puedo creerlo. Nuestra única oportunidad de salvar a Lilith yace en las manos ensangrentadas de los Magos Rojos. ¡Me rehúso a alimentar su avaricia con una sola pieza!- susurró, frenético, temeroso de oídos inoportunos. Sin embargo, al observar al mediano, su corazón se debilitó.

-Creo que no tenemos otra opción... Si tú lo dices, iremos. Lo que sea por sacar a nuestro amigo de su dolor. Entramos y salimos, fácil y rápido. Sólo espero que ese maldito Tessalar no tenga nada que ver con los malditos Magos Rojos,  Mystra los condene-

Este mago negro no tiene intención de acudir a los magos rojos.

Bramo duda, sabiendo que sus opciones se reducen a cero.

Nos separamos aquí. Tú corre a casa de la clériga subordinada de Quarivian. Adelántate para traerla a la posada. Yo, que he de ir más lento para que las heridas de Lilith no se abran, iré directamente a nuestras habitaciones y lo tumbaré en la cama.

Lleva la pequeña mochila de nuestro mediano contigo, por si acaso te pide un pago por adelantado.

El clérigo no supo más que sonreír. Necesitaba un simple empujón para cometer una estupidez en pos del bienestar de su amigo, y a juzgar por el constante pragmatismo de Bramo, habría jurado que optaría por los zhayinos.

Apoyó una mano en el hombro del turmishano, asintiendo. -Bien, bien. Cuídate Bramo. Parece que acechan más enemigos de los que imaginábamos- Arávilar no tardó en acomodarse la mochila del mediano, para salir cagando leches. Nunca mejor dicho.

Aravilar se va entre el gentio, corriendo todo lo que dan sus delgadas piernitas.

Mientras, comienzas a seguirlo con Lilith a hombros. La incomoda sensacion de que estas siendo observado te atenaza la nuca...