Partida Rol por web

Cada vez que exhalaba, Arávilar podía notar el terrible esfuerzo que tenían que hacer sus pulmones. Los sonidos del otyugh se habían empezado a perder en la lejanía, pero pronto estaría junto a ellos. Depositó al mediano en el suelo con suavidad, y se agazapó junto a él.

Echó mano a su collar, y presionó las siete estrellas de su Señora con una mezcla de adrenalina y terror que le mantenían acalorado y sumamente agitado. A duras penas, recitó unas palabras de alabanza y ruego, y posó su mano en el maltrecho cuerpecito de Lilith.

No es demasiado tarde... pensó, al borde del colapso nervioso.

El mediano sana algo, pero no recobra la conciencia... Sus heridas externas no son muy grandes salvo donde fue mordido, pero al simple tacto sus huesos estan rotos... y muy probablemente tenga serias heridas internas.

Otyugh aun no aparece...

-Mierda, mierda, mierda-

Arávilar observaba el cuerpo inerte del mediano con desesperación.

-¿Aún tenemos la soga? Podemos usarla para subirlo. Primero uno, luego el otro y entre los dos tiramos...-

Bah, no es muy grande. No debe de pesar mucho más que una de nuestras mochilas. Un poco sí, pero no mucho más. Creo que uno bastará para izarlo...

Bramo sacó la cuerda y se puso a atar con un extremo al mediano.

Mientras le amarro, quítate esa mochila y sube la escalera con un trozo de cuerda entre los dientes.

El clérigo asintió, secándose el sudor de la frente. Dejó su mochila en el suelo, besó el colgante con labios temblorosos y mordió el extremo de la cuerda casi hasta causarse un dolor de muelas. No deseaba darle una mirada a Bramo, pues tampoco quería tener que observar el túnel oscuro que dejaban atrás. Simplemente, subió.

El clerigo de Mystra llega arriba sin tropiezos... Por suerte, dejaron esta tapa abierta... Las calles continuan poco transitadas, y nadie parece dar mucha importancia al semielfo que sale de las alcantarillas, aunque todos se apartan un poco. Hay una cosa llamada "peste" que se les ha quedado en las ropas...

Del monstruo aun no hay rastros, alñgo que Bramo puede agradecer. Todavia faltan subir Lilith, las mochilas, y el mismo...

Arávilar emergió de las profundidades acompañado de una fetidez indescriptible. El hedor aún le taladraba alguna zona de su cerebro, pero aquel no era momento de quejas. Luego de limpiarse el sudor de las manos, asió la cuerda y uso sus pies para apoyarse en el borde de la entrada a las alcantarillas. Sin más, comenzó a tirar, apretando los dientes y emitiendo un gruñido bajo.

Al ver el cuerpo de Lilith en aquel lugar sombrío, Bramo recordó el laberinto en el que ambos compartieron una aventura subterránea. Y también recordó uno de los objetos saqueados a los guardias de la capitana Alya: una poción de salto.

Sacó la poción de su mochila para tenerla a mano en caso de necesitar un despegue vertical repentino, pero el otyugh no era lo suficientemente rápido para forzar ese esperpento. Algunos magos vuelan, sí, pero no para hacer apariciones patéticas saliendo de una boca de alcantarillado y oliendo a excrementos que en su día fueron alimentos de la gastronomía local.

El jadeo... El espantoso jadeo empieza a resonar y surgir de la boca del tunel. Bramo no necesita ningun conjuro de adivinar, para saber de que se trata. Otyugh ya esta lo bastante cerca como para oirlo, mientras Aravilar termina de subir al mediano.

Con un último esfuerzo, el clérigo logró subir al mediano inconsciente. Sus jadeos comenzaron a resonar dentro de la alcantarilla, pues se asomaba para ver mejor a Bramo. Sus susurros se vieron amplificados dentro de la cámara.

-¡Bramo, ya puedes subir! ¡Regresaremos por las mochilas después!-

Hagámoslo espectacular...

Bramo bebió la poción y saltó por el hueco de la escalerilla con los brazos extendidos hacia arriba y los puños cerrados.

A continuación, unas breves palabras arcanas le hicieron descender suavemente de nuevo hacia abajo.

Mientras el mago lidia con la escalera, el ruido es mas intenso... Oty esta casi alli! Llevado pues por la premura, Bramo se bebe su pocion de salto y se arriesga...

Tras el salto (un buen salto, pero nada excepcionalmente sobrehumano), Bramo se agarró a la escalerilla y empezó a subir. Unos susurros resoplaban por el túnel, tenebrosos, horripilantes... El otyugh se había vuelto más siniestro, o simplemente estaba cansado de tanto correr, primero detrás de Lilith y ahora detrás de todos. Aunque no se sabía si era porque al monstruo le faltaba el aire, no le quedaba curiosidad para volver a bajar las escaleras y comprobarlo.

Sudaba. El sudor de la carrera, de subir la escalera y del miedo. Y siguió subiendo. La sucesión de barras de acero en el que apoyaba pies y manos parecía no acabar nunca.

Mientras los bufidos y los ruidos metálicos desde la entrada a las alcantarillas crecían en volumen, Arávilar observaba el cuerpo de Lilith claramente nervioso. Aún no comenzaba a pesarle la perdida de Lewess, ni tampoco le molestó la posibilidad de que Tessalar estuviera riendo tras una bola de cristal. Simplemente, se sentía aterrado por la posibilidad de perder al mediano también.

Pero en el fondo, sabía que su curación había sido suficiente como para mantenerlo vivo. Deseaba que sus habilidades le sirvieran de algo más, pero no podía hacer más que intentar reanimar al mediano mientras el turmishano subía las escaleras.

Sin soltar su colgante, continuó murmurando palabras sagradas junto al cuerpo de Lilith, mientras sus heridas iban cerrando y su respiración comenzaba a sentirse más regular.

Las heridas del mediano cierran apenas, la respiracion de este todavia es lenta e irregular...

Mientras en eso estas, un sudoroso Bramo sale por la alcantarilla... Por suerte la peste que todos comparten los hace inmune a las de los demas, en cierta medida. NO asi a los pocos transeuntes de la zona, quienes se mantienen bien apartados del trio, cuando no dan media vuelta o se desvian por una calle distinta a la que transitaban...

Han salido magullados, sin sus equipos, cansados y apestosos, pero vivos... al menos tres de ustedes. Por ahora.

Bramo, aún con la adrenalina de la subida, se apremia en colocar la tapa de alcantarillado en su sitio y ponerse sobre ella para que aquel monstruo nunca, nunca, saliera de allí. Lo cual es ilógico; Bramo vió al monstruo y sus dimensiones y sabe que por ahí no cabe... Paranoias de una mente despierta.

Ha sido... interesante.-dice entre jadeos.

Sentado sobre la tapa, Bramo pudo ver a un nervioso Arávilar, afanado en su tarea de devolverle la consciencia a su magullado amigo. Ambos, en especial Lilith, estaban sucios rasguñados y manchados de sangre. El mediano, pálido, apenas respiraba, mientras el clérigo sobre él jadeaba y transpiraba.

Luego de unos segundos, el turmishano le sacó de su profundo ensimismamiento con una frase curiosa y alentadora, nada más alejado de la realidad. -Eso... no ha... sido... nada- dijo, entre intensas exhalaciones e inhalaciones. -Aún... debemos... traer a... Lilith de... vuelta-

Arávilar relajó sus músculos adoloridos, sentándose junto al cuerpo del mediano. Tragó saliva, notando su saliva espesa, y se secó el sudor de la frente con la manga de su túnica. Sus pulmones lograron darle aire para una frase más.

-Tenemos que saber lo que sucedió con Lewess- dijo, evitando derramar una lágrima por el elfo. -Creo recordar que... había un templo... de mi Señora por aquí... o tal vez... o tal vez alguno dedicado a Ilmáter. Vamos-

El clérigo se paró con dificultad, y señaló a Lilith, en claro indicio de que pretendía cargarlo.

Bramo se inclinó sobre Lilith para evitar que Arávilar lo levantara. Y pegando su boca en la oreja del semielfo susurró...

Nada de templos. Hacen preguntas... Y ya estamos llamando lo suficiente la atención. Volvemos a la posada.

El mago cargó al mediano sobre la espalda y se puso en pié.

Registra el contenido de la mochila de Lilith. Tal vez tenga alguna poción curativa que no le diera tiempo a usar allá abajo.

-Pero...-

Arávilar estaba anonadado ante la reacción de Bramo. Detrás del mago malhumorado, sarcástico e introvertido, su espontaneidad no dejaba de sorprenderle. El clérigo asintió, admitiendo que no conocía la ubicación exacta de ningún templo cercano, y no tenían tiempo de recorrer la ciudad.

Asintió y recogió la mochila del mediano. Mientras caminaba detrás del turmishano, revisaba su contenido con gestos frenéticos. Lilith estaba estable, ¿pero Lewess? Podía imaginarse sobre el cuerpo sin vida de Tessalar si el elfo había sido devorado o asesinado. Lástima que tal escenario sólo existiera en su imaginación.

-Uf. A la posada entonces-

Ya que ambo dejaron sus mochilas abajo, la unica que tienen es la de Lilith.(uds estan con lo puesto) El mediano tampoco cargaba demasiado, y ha perdido tanto la ballesta como el puñal en el enfrentamiento.

Encuentran pues

-una cuerda comun. un estuche para mapas. 4 garfios de escalada. una bolsita con herramientas de tallado. una bandolina. 10 ramas yesqueras. unos 30 virotes.

Y en el fondo de la mochila... 1000 piezas de oro. Parece que el mediano no habia gastado ni un cobre de lo que Quarivian les diera hace un dekhana...