Partida Rol por web

Ejem...

Bramo intenta recobrar la compostura...

Ahora mismo estamos esperando a que nos traigan ropas nuevas. Los detalles de la misión son sencillos... No sé si Quarivian te ha puesto en antecedentes... Debemos recuperar un anillo que le ha sido sustraído a Lady Wisp. Todavía estamos recopilando pistas.

Por un extraño golpe del destino, nuestra próxima parada en la investigación es una entrada a las alcantarillas. Mejor no preguntes.

Las complicaciones siempre son innecesarias...

Arávilar se hallaba un tanto indignado ante la indiferencia del dúo. Tenía muchas razones para dudar de cualquiera que quisiera un encuentro con ellos. ¿O es que preferían olvidar todo lo sucedido hasta el momento? -Les recuerdo que estamos aquí por una inocente "audiencia"- comentó, sardónico y enfadado. -¡Desnudos y endeudados!-

La entrada de la enana le tomó por sorpresa. Aún se cubría con nada más que aquella sábana vieja, y se sonrojó visiblemente cuando le vio desvestido. Maldito sea... Sin embargo, no se movió. Estaba cubierto, y no parecía poder mover sus músculos con gracia. Saludó con una sonrisa forzada. Al menos no nos recibió con un hachazo en la frente. Eso es buena señal.

-Luego de eso, planeábamos entrevistarnos con... otra persona- agregó, habiendo olvidando el nombre, mirando a Bramo en consecuencia.

Bramo guiñó el ojo a Arávilar, entendiendo la omisión del nombre de Arum Tarm no como un olvido sino como algo intencionado, para no descubrir toda la información a la nueva compañera hasta que pudieran confiar plenamente en ella.

Pero Arávilar, amigo mío, eso puede esperar. Si por una audiencia acabamos así, no demos por sentado que vamos a estar vivos para esa reunión. Digamos que estamos atascados en el actual problema: debemos esperar a que nos traigan las ropas apropiadas. Se podría decir que esa es nuestra misión más inmediata. Tal vez muramos de constipado antes de que podamos abrigar nuestra desnuda piel.

Y usted, enana del nombre desconocido, ¿tendría el placer de acompañarnos hasta que el mozo vuelva del mercado?

Creo que es lo comúnmente apropiado para esta ocasión invitarla a esperar a nuestra vera...

 La enana responde con educacion, concisamente.

"- Por supuesto, considerenme parte de su grupo, un refuerzo mas para su mision, claro esta hasta que yo pueda hacer lo mio...mi nombre es Ilda"

Habiendose presentado, la enana les da unos momentos de intimidad para que terminen de secarse y al menos, taparse. Sin embargo el encargado no tarda demasiado en venir con tres conjuntos, dos de talle mediano y uno pequeño, con que vestirse. Son todos similares, pantalones de cuero, chaquetas del mismo material, capas y botas livianas, guantes y cinturon. Nada ostentoso o llamativo, ropas tipicas de aventurero, resistentes y sencillas.

Ya vestidos, quedan otra vez en libertad de hablar. y definir los proximos pasos.

Bramo se vistió con cierta incomodidad. Tiraba del tejido intentando adaptar la ropa a su anatomía.

Debí pedir específicamente una túnica. Me siento raro. La sisa del hombro está demasiado ceñida para mi gusto... y no acaba de convencerme sentir la tela en lugar de mi propia piel en la zona de los muslos. Pero un hombre endeudado no puede permitirse el lujo de elegir atuendo. Muchas gracias, Lilith, por pagar mis nuevas ropas. Eres un mediano generoso. Al menos has pagado unas cinco veces más por el encargo de lo que estas ropas cuestan realmente. Admiro a la gente como tú, desprendida de sus riquezas para llevar una vida virtuosa y espiritual...

En fin, vamos a las cloacas...

Bramo enrolló la cuerda y la puso al cinto. El libro de magia, como no tenía en dónde llevarlo, lo llevó a su cuarto. Volvió abajo con los demás transportando a Pércibal, su fiel rata, en uno de los bolsillos.

No sin sonrojarse de pudicia, Arávilar se vistió con premura, agradeciendo tener ropas limpias, pero maldiciendo al calor que no tardó en sacarle unas cuantas gotas de sudor, pertrechado con su muda. Se colgó los guantes del cinturón, ya que no deseaba transpirar por prendas innecesarias. Aunque reconoció que serían de utilidad allí debajo.

Seguramente seré yo el que regrese a las entrañas de esta pútrida ciudad.

-Así es, Lilith. Yo también te estoy sumamente agradecido. Si hubiésemos estado al tanto de tu disponibilidad monetaria antes del encuentro con Tessalar, probablemente estaríamos en una situación algo diferente. ¡Pero no tiene sentido ahondar en el pasado si ello no trae respuestas!-

El sacerdote se ciñó el cinturón, para luego colocarse aquello que llevaba consigo al emerger de las cloacas. Había usado un trozo de sus viejas e inservibles mudas para pulir aquellas partes de su equipo un poco, eliminando esa mescolanza de lodo y estiércol. -Cuando salgamos de las profundidades, sólo Mystra sabe porqué regresamos allí, nos convendría buscar algún sacerdote que pueda examinarnos en caso de que hayamos contraído una enfermedad a causa de los ríos de mugre que corren bajo nuestros pies-

 Ya basta, a los dos. No tengo que andar contandole a todo el mundo la cantidad de dinero que tengo encima. Ademas solo son unas monedas, lo único que falta es que ahora me las roben- Les respondi luego de vestirme. Yo no tenia problemas con la ropa que me habían traído. Me sentía comódo pero esperaba recuperar mis otros objetos, pronto. 

Me dirigi hasta mi mochila, la agarre-¿Vamos con ilda no? No creo que nos valla a traicionar o algo por el estilo.- Me puse a pensar en la enana. Esperaba que realmente sea de fiar.

Sí, claro, cuantos más mejor. Ilda, yo soy Bramo. Mis compañeros son el alto, Arávilar, y el pequeñito, Lilith.

Sé que lo de ir a las cloacas no forma parte de nuestra misión, pero si quieres venir ya aprovechamos el viaje para ir directos a nuestra siguiente escala.

Ahora que somos cinco, la cosa irá mejor. ¿Verdad, Percy? ¿Verdad que sí?

Acarició el bolsillo abultado que transportaba a su rata. Nunca olvidará la ironía del destino: no llevó a Percibal desde el principio por ir a un lugar elegante, y acabó en las alcantarillas...

La enana se alista rapidamente para no restrasar el viaje que tendremos a las cloacas, a pesar de que no es el mejor lugar para visitar, le daba un cierto animo ya que hace mucho que no blande su hacha.

"-Las cosas iran mejor, me tienen a mi y no les dire que se cuiden las espaldas porque no les pasara nada, deberán confiar en mi."

Quién sabe, quizás podríamos hacer que baje ella a por nuestras mochilas... Si es que cupiera por el agujero con toda esa armadura, que me parece a mí que... No, no creo. Aunque con un conjuro de grasa... La grasa es la mejor solución para resolver los problemas, claro que sí. Veamos, ¿cómo era el conjuro de grasa? Tenía que mover las manos así y luego... no, el dedo meñique no se estiraba tanto... Ains, ya lo repasaré esta noche.

Bramo se dispuso a emprender la marcha para deshacer el camino hasta la boca del alcantarillado donde quedaron sus mochilas.

Los tres ahora limpios aventureros y su nueva compañera desandan el camino hacia la alcantarilla donde sucedieran los desafortunados eventos en los que participaran no de muy buena gana...

Ya no son para nada llamativos, otro cuarteto como muchos otos, de aventureros que pasean por la inmensa Aguas Profundas. Por ende pueden atravesar sin tropiezos el barrio del puerto y del mercado, llegar al barrio maritimo y alli, encontrar la calle donde todo sucediera. La alcantarilla esta cerrada, y hay muy poca gente al ser plena tarde. 

Para Ilda: La esquina en si esta en un barrio mucho mas elegante que el que visitaste antes. Aqui hay muchas mas mansiones y villas, y todas reflejan un poco mas de nivel social que el otro. La gente casi no anda a pie, salvo personas con ropas de sirvientes. El resto, personajes vestidos con ropas de corte elegante y joyas, (todos humanos), usan carros o bien caballos para desplazarse. 

El lugar concreto es una esquina llamativa por que en uno de los 4 puntos, el Suroeste, se alza una alta torre de varios pisos, cubierta de simbolos arcanos, luces magicas y grabados... La alcantarilla a la que tus compañeros te guian esta exactamente enfrente, en el extremo Noreste.

Bramo señala la tapa de la alcantarilla.

Parece que no, pero es bastante pesada. Levántala, Ilda, y dejaré que Percy baje a echar un vistazo. Mi ratón será nuestro vigía mientras subimos las mochilas.

Despliega su cuerda, una de las pocas pertenencias que logró salvar.

Después bajo yo, paso la cuerda por las asas de las mochilas y hago un nudo. Luego subo y tiramos de la cuerda.

Susurra a oídos de la enana: es que es demasiado estrecho como para atravesarlo con una mochila a cuestas.

 Al rato de empezar a caminar, habiamos llegado a las alcantadillas.  Me habia ubicado atras de mis compañeros para seguirlos y ponerme a pensar un poco en lo sucedido. Tenia curiosidad de saber lo que habrian pasado para poder moverse conmigo a cuestas.

Veo la alcantadilla que señala bramo y mi escucho atentamente lo que dice luego al escucharlo terminar comento- Menos mal que eres hombre.- Me agacho para intentar abrir la tapa.

¿Por qué? ¿Porque si no fuera un hombre y fuera un caballo sería demasiado grande para bajar?

Obviamente, Bramo no entendió las palabras de Lilith como un reproche a su falta de caballerosidad.

Sorprendentemente, el mediano levanta solo la pesada tapa de la alcantarilla, aunque obviamente con esfuerzo... Al instante, el "perfume" de las profundidades asciende, golpeando los olfatos de todos. los hombres ya lo conocen, Ilda tiene en cambio su primer contacto con un hedor francamente impresionante, mezcla de peces muertos, podredumbre, heces, y quien sabe que mas...

El hedor que venia desde las alcantarillas era potente, incluso para la nariz de una enana:

"-Argh, peor de lo que huele un enano sin bañarse desde hace dias o al trasero de un Trasgo, pero bueno, manos a la obra."

Mientras sus nuevos compañeros se alistaban para bajar, a Ilda le asaltaba una duda.

"-Bramo, ¿alcanzaron a enfrentar a algo en este lugar?"

Bueno, había "algo". Tú descripción es la más precisa: "algo". Tentáculos y una boca enorme. Por suerte era algo lento. Como mucho tan veloz como un enano con armadura... Ops, no me refería a ti. Estoy seguro de que eres rápida.

En fin...

Bramo sacó a Percibal de su bolsillo y lo puso junto a la boca del alcantarillado.

Vamos, Percibal, guapo. Baja ahí y chilla si ves que algo se acerca. Yo te sigo.

Cogió un extremo de la cuerda y bajó por las escaleras. Cuando ya solo asomaba su cabeza, dijo unas últimas palabras...

Esperad aquí, sosteniendo el otro extremo. Cuando haya atado las mochilas, subiré y entre los cuatro tiraremos desde arriba.

Y se perdió en la oscuridad.

El hedor familiar crece a medida que bajas. Finalmente, llegas al nivel inferior. Percival, que ha bajado con habilidad por la escalerilla, esta esperandote sobre el ultimo escalon, sin bajar al barroso fondo. 

En la habitacion estan las mochilas, pero hechas pedazos e inservibles. Las cosas flotan o asoman aqui y alla en confusion, algunas rotas, otras solo sucias... La cosa se habra desquitado con ellas. 

No estan las armas de Lilith, esas quedaron en el tunel de la lucha. Lo que hay es de Aravilar o tuyo...