Partida Rol por web

Bramo se apoya en la barra y se inclina para dejar su discreto oído cerca del pelirrojo.

No sé porqué hace falta susurrar... Si la gente que hay aquí pertenecen al gremio... ¿acaso no confía en ellos?

Soy todo oídos.

-Antes que nada, un... recordatorio. Pago mis deudas, así que te daré trabajo. Pero si causas problemas a aquellos con quienes te mando, te clavare desnudo al mascaron del primer barco que vaya al Norte...  ¿Esta claro?

Hace crujir sus manos, sonando los nudillos uno por uno, remarcando sus palabras. Una vez que siente haz captado el mensaje, continua.

-Hay un bote de trasbordos que necesita personal... Llevan pasajeros desde el muelle, a otros barcos fuera de las aguas vigiladas, o a puerto Calavera. Viajes cortos, sin problemas... si se mantiene la boca cerrada y los ojos abiertos. Paga normal, con comision por lucha y por conjuros gastados.

Glups...

Claro. Clariiiiiísimo.

¿Fuera de las aguas vigiladas? ¿Porqué fuer...? Ooooh... cosas ilegales... bien. Los motivos que tengan los pasajeros no son asunto mío.

Justo lo que buscaba, viajes cortos. Solo para que no me intenten racanear... ¿Cuánto es un sueldo "normal" y cuánto las comisiones?

-El jornal es de 1 pieza de oro al dia. Las comisiones por conjuro son la mitad de lo que cobra la Orden*, y por lucha son 100 piezas adicionales, mas una parte equitativa del botin, si lo hay. 

Me parece un precio razonable, sí.

No son unas cantidades mucho más pequeñas de las que pagaba ese rata de Quarivian por tareas infinitamente más peligrosas, así que estupendo.

Ya estoy listo para ir a ese paquebote.

Roland gruñe, aunque parece que con asentimiento, y alza la diestra, levantando dos dedos. Se produce un movimiento en una de las mesas y un hombre se aproxima. Es tezhirano por las pintas, rubio y muy apuesto, como un heroe... Viste ropas marineras sueltas, y no lleva arma alguna visible.

-Mi nuevo mago? jajaja excelente, mas variedad...+comenta con el encargado, antes de encararte. Su tono es acorde al que habla, fuerte, vigoroso. + Saludos. Soy el capitan Sorgi y sere tu patron. ¿Cual es tu nombre, compañero?

¿Sorgi? Pfff... parece nombre de gnoma. Tezhiranos... no les pidas más. Demasiado joven para ser ya capitán. Y qué greñas... ¿En serio voy a estar a las órdenes de este tipo?

Pero necesitaba el dinero para comenzar una nueva vida. No tenía más remedio que apechugar con el jefe que le había tocado.

Bramo Nígister, Patrón. Cuando quiera, puede presentarme al resto de la escolta y podemos irnos.

-Jajja escolta?? A MI!?? Jajajaja.+ Parece encontrar muy divertida la idea, y te palmea el hombro con confianza.+ Pues que gracioso este Bramo! Mejor que el ultimo,  eso seguro... Ese gnomo era irritante, en verdad. En fin, vamos yendo?

Uffff... ¿Nadie más para proteger el bote? Me parece que por eso lo pagan tan bien... En lugar de contratar a cuatro personas, contratan solo a una pagándole lo mismo.

Sí... todos odiamos a esos malditos pseudo-medianos con orejas puntiagudas. Los gnomos nunca saben callarse la boca.

Lo más irritante que ha conocido Bramo es a una cocinera humana malencarada. De todas formas, un gnomo no debe de desquiciar mucho más.

Vamos.

Con un simple gesto de despedida a Roland, los dos salen. Sorgi no te hace caminar mucho, a solo dos darsenas mas atras  (la 4ta) esta su barco. En el camino se muestra risueño, y saluda con cordialidad a algunos marineros con quienes se cruzan.

La nave de Sorgi lleva el nombre de "La Puta Roja". Mide unos 15 metros de largo y 3 de ancho en el centro. Esta pintada en un color rojo oscuro, muy parecido a la sangre. Lleva un solo mastil, ahora desnudo, con dos velas triangulares. Ademas, bajo cubierta se ven media docena de remos, a cada lado. Sobre cubierta, lo unico destacable es una enorme ballesta en la proa, junto a la cual hay apilados varias lanzas con puntas curiosamente redondas.

En la cubierta tambien estan sentados un par de hombres, jugando a los dados. Sorgi te los presenta como Luk y Dubal (un norteño y un agundino), los marineros de cubierta. Son dos tipos robustos, que llevan hachas y puñales en el cinto. 
Tambien ves, sentada en uno de los travesaños del barco, una joven elfa. Es bella y de figura gracil, hasta que se gira a mirarte. La mitad izquierda de su cara esta totalmente quemada y deformada... Te la introducen como Ingwein, encargada de la unica arma del barco, el balleston, llamado escorpion. 

Seguidamente, Sorgi te hace bajar al castillo de popa, para llevarte a tu habitacion. Al pasar, conoces al cocinero de la nave, un gordo enano de nombre Kazud, apodado "Cacerola". Y por una escalera, ves la seccion de remos. En vez de 12 remeros, hay solo 2. Son inmensos, probablemente de 3 metros cada uno si estuvieran de pie. Sus brazos son como troncos, tan gruesos como tu torso. Es evidente que no son humanos. Untu y Ungu son mellizos semigigantes, te informa Sorgi. Cada uno maneja 6 remos a la vez, mediante un sencillo sistema de maderos interconectados. Ademas de ellos, alli abajo hay una marchita anciana que toca un arpa. Es Agnes, la madre humana de los mellizos, y tambien la que marca su ritmo al bogar. 

Finalmente, eres llevado a tu camarote, en la parte de popa. Es una piecita estrecha, por decirlo suavemente, de 1,5 metros de largo por 2.5 metros de ancho. Una hamaca cuelga en el fondo, sobre un baul para pertenencias. Sin embargo, es lo de menos... ya que la mayor parte del cuarto, esta ocupada por un laboratorio de alquimia! 

Maravilloso-dice al ver el laboratorio de alquimia-. Simplemente maravilloso. Supongo que el laboratorio lo montaría aquí el difunto gnomo con intención de vivir más tiempo del que le tocaba.

Todas las decepciones... como el tamaño y armamento de la Puta Roja... Todas las aberraciones que ha visto... como el repulsivo rostro de Ingwein, o los gigantescos gemelos...

Después de ver el laboratorio de alquimia se ha puesto de tan buen humor que no va a añadir ningún comentario hiriente ni ofensivo... por ahora. Incluso el temor de que lo que le pasara en la cara a la elfa se fuese a repetir en Bramo, daba igual. Tenía su propia mesa de investigación, aunque fuese de prestado, y aunque de alquimia supiese lo justito. ¡Qué diablos, no tenía ni la menor idea! Pero ahora podría aprender, de la manera autodidacta (y con toda probabilidad de consecuencias desastrosas) que siempre le gustó a Bramo.

Guardo mis cosas aquí y en un minuto vuelvo a cubierta.

-No hay prisa. En este rubro, normalmente operamos de noche. Asi que de dia, la tripulacion descansa. Puedes usar todo lo que ves aqui, y lo que no te sirve me lo entregas.

Hace un gesto abarcativo.

-El anterior dueño, como veras, era tambien el alquimista encargado de hacer el aceite inflamable que añadimos a los proyectiles del escorpion. Si lo puedes hacer tambien, o alguna cosa util, excelente, te lo comprare aparte... sino, va todo al saco.

Maldita Medirith. ¿Y para esto me hace madrugar? Si con venir a media tarde llegaba a tiempo.

No, no... Nada de sacos, que esto se puede aprovechar. De hecho, voy a ponerme a ello ahora mismo-no tengo idea de alquimia, pero no puede ser tan difícil-. Sorgi, avísame cuando el enano tenga lista la comida. Hasta entonces, y si me disculpas...

Le quería echar de su camarote. Así, a ojo, el capitán ya le ha enseñado todo el barco, pero por si acaso aún queda algo por ver o alguien por conocer, le da a Sorgi unos segundos para que tenga la oportunidad de añadir o aclarar algo.

-Avisarte? jaja, si no oyes el campanazo no comes, asi de facil jajaja +rie, divertido, parando para recuperar el aliento+...aashh, en fin, te acomodas y eso, luego puedes hacer lo que gustes, menos bajar a puerto. Hoy quiero que te familiarices con todo el mecanismo de la nave y tus funciones. Ademas, esperamos unas cajas para el viaje de esta noche, asi que daras una mano con eso. Nos vemos!

​Dicho esto sale, cerrando tras de si. 

En cuanto Sorgi cerró la puerta, Bramo se cuidó de guardar en el baúl sus cosas. Siempre con su meticulosidad y orden maniáticos. Una vez terminado con eso, se puso a trastear con el laboratorio.

¿Fuego alquímico? ¿Y eso cómo se hace? Lo tengo visto en las tiendas, y no son baratos... Pero por el color... Necesitaré algo que le de color rojo... Como la sangre... No, no tiene porqué ser líquido. Puedo tomar alguna especia roja y molerla, para disolverla en agua. Uhm... Las herramientas están usadas. Este mortero tiene restos rojos. A ver, a ver a qué huele... Snif... Snif... Si pudiese reconocer el olor...

Tu mezcla no parece resultar en nada mas que algo de desperdicio de ingredientes... pero al menos no explotaste por accidente. Quizas sea mejor instruirte un poco antes...

Cajita, cajita mágica... ¿Qué secretos guardas? Oh, sí... el premio gordo... Seguro que el gnomo guardaba aquí su libro de conjuros...

No hay prisa por abrir la caja. Algún día el contenido será suyo. De momento toca relajarse, después de su primer fracaso como alquimista. Bramo se lleva el tomo I de la Enciclopedia de Faerún a la hamaca.

Mientras se tumba y empieza a leer sus ojos se van cerrando poco a poco. Normalmente el conocimiento nunca le aburre, pero hoy su lectura es un auténtico ladrillo. Hasta que finalmente se queda dormido.

En realidad, la llamada a comer te sorprende exprimentando. Es bastante contundente, y por desgracia familiar para ti. El sonido de un cucharon golpeando contra una olla con firmeza, a modo de campana... Solo que en vez de la agria voz de Aluria, es el bramante llamado de un enano el que grita...

-A COMER, ZANGANOS!!!

La cocina esta adjunta, asi que es como si los tañidos fueran en tu oido.

La madre que lo hizo...

El matraz se resbaló de sus dedos de la mano diestra para caer y resbalar nuevamente por entre los dedos de la mano siniestra, y para ser cogido en último término entre sus dos muñecas a modo de tenazas.

Si me llega a caer, habríamos explotado todos por el aire... O habríamos tintado nuestros cabellos de rojo caoba, porque aún no estoy muy seguro de qué puede hacer esta muestra.

Bramo posó el matraz con cuidado y se limpió las manos concienzudamente. Estando en el camarote de al lado, le daba tiempo para ser cuidadoso. Unos pocos segundos después entraba en el comedor con un apetito ya renovado.

¡A comer!

Aunque había cenado y desayunado en la posada, esta era la primera comida de mediodía que tomaba después de esa bazofia de la prisión. Por tanto, tenía las espectativas muy altas...