El camino es agridulce. Si bien la situación es dramática, hace mucho que Ombra Oculta no disfruta de una mujer y ahora tiene a una muy hermosa pegada a su cuerpo durante el viaje.
Domecq va en su nuevo corcel altivo. Es lo que le faltaba a su ego. Un chico salido de la basura de la sociedad y que ya entonces no necesitaba abuela esta cabalgando a lomos de un caballo de raza y con el objetivo de salvar a la humanidad.
En tan solo dos horas de cabalgar el grupo se encuentra con la retaguardia del ejercito de los no muertos. Estos se mueven en una formación dispersa, tal vez más ocupados por dejarlo todo exterminado que dispuestos a enfrentarse a un ejercito a medida.
Verán al grupo inevitablemente...
- Dejemos los caballos e intentemos colarnos a través del bosque o del campo. Tenemos que ver el estado de la capital.
.-¿Seguro? ¿Y por que no nos abrimos paso luchando?-. Dice Domecq con el pecho hinchado.
.-Eso es una locura. Aunque nos daría más tiempo, es un riesgo innecesario-.
- Vale, Domecq, creo que tienes razón. Nos abriremos paso luchando. ¡¡Venga, héroes, a por ellos!!
.-Hombres... Siempre haciendo las cosas a lo bruto-. Dice la mujer resignada.
- Es un caso de necesidad, Undina. Nuestras vidas y nuestra misión dependen de ello. Pero venga, no hablemos más. A la carga!!!
El grupo ataca contra la retaguardia del ejercito de los no muertos. Esta claro que a quien liderase el ejercito no se le ocurrió que pudiese alguien hacer una desfachatez así. Bajo el baston de Ombra Oculta se parten varios craneos. La cimitarra de Domecq hace saltar por los aires algunos huesos. Casí resulta fácil atravesar una formación tan dispersa mientras los enemigos apenas tienen tiempo de reaccionar. Al menos una decena de enemigos sucumben ante tu arma cuando una voz de ultratumba da una orden.
No es un lenguaje humano el de aquella orden. Pero el monstruoso individuo que la da tiene una presencia inquietante. Inevitablemente al verlo el grupo siente un escalofrio. Incluso Ombra nota el temblor de Undina cuando su mirada se hiela al verlo.
- ¿Quien es este ser? Nadie debería interponerse en nuestra misión... - le pregunto a Undina y a Domecq, mientras tengo mi mano cerca del bastón por si acaso.
.-Es...Es-. Comienza a decir la mujer asustada cuando ante la orden de aquel ser adversario el ejercito comienza a cerrarse sobre el grupo.
No hay espacio para el dialogo cuando un ejercito se agrupa en torno a los jinetes a los cuales cada vez les cuesta más avanzar. Ombra nota como los enemigos son más numerosos y peligrosos por momentos.
Cojo el arma que conseguí en aquel pueblo e intento dispararla contra el líder de los malvados.
Ombra posicióna el arma y dispara contra el enemigo. Se escucha una gran detonación. El retroceso es muy grande y casí tira del caballo al heroe. Una gran onda de choque se dirige contra el enemigo atravesando y rasgando el terreno como si un cuchillo caliente atravesase la mantequilla. Los no muertos que se interponen son desintegrados sin ni siquiera dejar un resto de ellos.
El objetivo salta en el ultimo momento y consigue que no le impacte directamente. La destrucción aun sigue aun más lejos de tu objetivo varios cientos de metros.
Desde la lejania muestra un gesto de rabia este enemigo desconocido. Ha sido derribado por el disparo y ha quedado incluso aturdido. El ejercito que os rodea os da un momento de tregua. Los ataques que se habian vuelto tan peligrosos han cesado por el momento.
Entonces señala con firmeza al grupo.
.-Yo acabare con ellos-. Escuchais la voz de una jinete a lomos de un corcel negro. .- No os decepcionare, mi señor-. Rossie, la destructora de Vilevil ha venido a acabar el trabajo que empezó. Si el ejercito de los no muertos, al menos por ahora inmovil no era suficiente problema, ahora se añade otro más.
Apunto a Rossie con el arma y le digo:
- Más te vale marcharte si no quieres recibir un impacto tu también.
El arma humea por el cañon en las manos de Ombra. La mujer sigue dirigiendose al grupo sin darle importancia a las amenazas.
Apunto con cuidado a Rossie y le disparo otro impacto.
El arma solo hace un clic al pulsar el gatillo. El extraño enemigo se levanta y los no muertos comienzan lentamente a recobrar la movilidad que tenián anteriormente. Rossie esta cada vez más cerca. De su mano brota una magia de color morado.