Partida Rol por web

Me quito mi capa y se la pongo a Domecq. Quizá esto le alivie un poco la hemorragia por sus heridas. Mientras, rezo una pregaria a mi diós por el alma de mi amigo. Cuantas injusticias hay en el mundo... Matar a una malvada os ha costado la vida de un amigo.

:-(

.-Al menos... Al menos salvad a la gente-. Dice Domecq dandole la mano a Ombra Oculta .-Toda la vida arrastrandome para esto...No hay gloria. Ni canciones. Ni mujeres...Ni buena vida.-. El chico expira en este instante lamentandose por la vida que ha llevado hasta llegar allí.

Undina algo sobrecogida coloca su mano sobre el hombro del protagonista .-Lo siento...Sinceramente que lo siento-.

- Yo también lo siento, Undina. Pero ahora ya no podemos hacer nada por Domecq. Su último deseo fué que fuéramos nosotros a la capital para detener el mal que lo mató injustamente a él. Preparémonos para más aventuras, así pues, para salvar al mundo. Quizá no es demasiado tarde. ¡¡Adelante!!

.-¿Salvar el mundo? Suena bonito la verdad. Casi demasiado-. Entonces reacciona como si despertase de un sueño. Vuelve a actuar con su pose despiadada .-Bueno no perdamos el tiempo. Iremos a la capital y allí acabaremos con todos los hermanos, primos y conocidos de Rossie. Cualquiera que vaya a estropear este precioso botin que es el mundo...-. Se encabalga en el corcel que dejase Domecq.

Me pongo en mi corcel y digo:

- Vamos a la capital, Undina!! ¡¡Y pobre del que se oponga a nosotros!!

La pareja avanza con paso firme hacia el norte. Abandonado el microclima de Llancan vuelve el frio tipico de las provincias del sur del imperio. Este clima se extiende por algunas jornadas de viaje conforme se avanza hacia el norte. El paso de los corceles es veloz, y no teneis intención de reducir el paso. Undina guarda un silencio seco durante el viaje. Tal vez, ver la muerte de alguien tan joven haya provocado en ella un efecto sobre su visión del mundo.

Os aproximais hacia la capital y en vuestro paso superais a multitud de refugiados que se mueven a pie. En un determinado momento os encontrais llanuras aplastadas por el pie de miles de personas. Campos estropeados y cercas abiertas. Cuando los encontrais sorprende ver una multitud tan grande o más que la del ejercito de los muertos vivientes. Son ancianos, mujeres y niños sobre todo. Aristocratas, sacerdotes y magos van en distintos grupos mientras una pequeña fuerza militar parece escoltar a toda la masa. Es la ciudad de Llancan. Evacuada antes de que llegase el temible ejercito

- ¡¡Tenemos que buscar el rey de Llancan para que nos indique qué podemos hacer para combatir esta crisis!! ¿Alguna idea para buscarlo, Undina? - digo yo.

.-¿El rey estaba en Llancan?-. Pregunta Undina a Ombra Oculta.-Si estuviera, no sería muy dificil distinguirle de entre toda esta gente-. El rey Alexander no parece estar allí ni tampoco el hurón que el protagonista mandó a buscarle. 

- ¡¡Esté donde esté, tenemos que encontrar al rey!! ¿Cómo y donde lo buscamos, Undina? ¿Tienes alguna idea al respecto, o no la tienes?

.-Cuando volvias de Llancan. Después de decirle al hechicero Hetron que cumpliste tu misión. Entonces decias que el rey habia muerto. Yo estuve en las ruinas de Vilevil cuando decias eso. ¿Como voy a saber más que tu del destino del rey? No soy adivina-. Se detiene un momento a pensar .-Si el rey esta vivo, debe estar organizando al ejercito. O de lo poco que disponga para parar esto. No lo se-.

- Preguntemos a algun transeunte a ver si sabe algo del rey y/o de su ejército. ¿Te parece bien, Undina?

A vuestro alrededor hay miles de refugiados a los que poder preguntarles vuestras dudas. Veis tanto a aristocratas como a magos y sacerdotes. Todos ellos de distinto rango. En mitad de toda aquella masa veis al conde al cargo de la provincia de Llancan, y a algunos marqueses.

Undina parece de acuerdo o tal vez incluso indiferente sobre tu deseo de saber de el rey.

Me acerco al transeunte más cercano con la intención de preguntarle: "Perdóneme, ¿sabe algo del rey o de su ejército?".

Solicito hacer una tirada de inteligencia sin demasiada dificultad.

Un anciano encorbado te responde con poca alegria. .-No se le vio las botas. Hace unos dias lo menos en la cuidad de Llancan. Lo llevado con los dioses esos cabrones-.

Qué mala suerte!! Mi inteligencia funciona a poco rendimiento esta vez :-(

Ombra Oculta no consigue deducir nada más de las afirmaciones de aquel hombre de pueblo.

Quizá si recurro a la avaricia de este hombre...

Saco 20 monedas de oro y le digo:

- Estas monedas son para usted si me dice una información mejor, noble hombre de edad.

El hombre de pueblo sonrie y coje las monedas de oro. Se acerca para decirte algo discretamente.

.-Dice el primo Curruscas que los nobles llevan su dinero en unos cofres-. Apunta un punto entre la multitud.

Allí ves seis carros que se mueven bastante cerca.

.-Curruscas dice quiere a robar uno de esos. Que luego no hara nada... Como siempre. Pero ¿Cuanto oro habrá allí?-.

.-¿El mundo se viene abajo y tu estas pensando en robar?-. Dice incredula Undina .-En otra circunstancia esa información nos serviria para algo, pero ahora el problema es que dentro de unas semanas puede que no quede nadie vivo para comprar nada  con el oro. Que estupidez más tierna la tuya anciano-.