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La navaja de Ockham -Sangre en las calles (Cap-II)

Carrusel de espejos (I)

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14/03/2018, 18:57
Lu

Sin prestar mucha atención, dejando que la radio y la Fortuna eligiesen el acompañamiento de aquel viaje en coche al infierno, condujo de vuelta al local pensando que de verdad el mundo se estaba volviendo loco. Carne humana quemada... O no. Las llamas se escondían entre los edificios arrojando destellos anaranjados, como las lenguas de una boca engullendo la ciudad lentamente en un caos que ni siquiera eran capaces de percibir. Y en contraposición, aquel verde esmeralda que emergía a deshora con un resplandor estático e inusualmente muerto. Un lugar tan bueno como cualquier otro para rematar la que escalaba a ser la peor noche de su vida, y eso que el final estaba todavía por determinar.

A un desconocido... —espetó sin pensar ante la pregunta en lo que pareció más un ladrido que una frase coherente. Y no le importó nada que Clara estuviese delante.

Había procurado ignorar el sitio, el lugar, pero aquel olor sencillamente estaba atascado en su nariz sin que pudiese hacer nada al respecto. No le miró. Y después sí. ¿Y si era la última vez que lo veía 'con vida'? Sacudió la cabeza. Le estaba matando el dolor, y el hombro, y la pierna, y el alma. Ojalá hubiese una forma de deshacerse de todo ello.

Se agachó para abrir la maleta y empezó a recitar sus descubrimientos.

Sus dientes de leche. Siempre llevaba este collar hasta que, bueno. Adolescentes. La camisa esta vieja la lleva siempre. No tengo ni idea de qué es este pañuelo, pero estaba debajo de su almohada así que imagino que le importará o estará resfriado. Hm... Pegatinas antiguas y esto, ni idea. A ver... —dijo mientras desenvolvía el regalo envuelto en azul cielo.

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14/03/2018, 19:11
Raphel
- Tiradas (1)

Notas de juego

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16/03/2018, 14:22
Director

Notas de juego

No eres capaz de ofrecer lo de la uña XD 

Edita el post o puedes gastar FV 

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16/03/2018, 14:23
Claro de Luna

Desenvolviste el regalo mientras ella echaba un vistazo a lo que habías traído, especialmente expectante al collar de los dientes que miraba tras cogerlo entre sus manos. Quizás le sirviese de algo. 

Tras el papel azul, más papel, y más, hasta dar con una caja de plástico transparente un tanto cochambrosa que parecía un cofre pequeño para guardar algo. En su interior un collar de cuero negro, fino, enrollado sobre si mismo con un colgante redondo de aspecto metálico que rodeaba y sujetaba una piedra oscura, plana, un tanto irregular en los bordes y de aspecto denso en su interior. 

Me basta, creo, los dientes son importantes, quizás le ayuden- se llevó las cosas, salvo lo que tenías entre las manos hasta la misma mesa donde había preparado las bolsitas que luego os introdujo en la garganta.- Cuando acabes vete, no puedes quedarte aquí. 

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16/03/2018, 17:41
Raphel

Y entonces imaginé el momento. El dedo mutilado, la carne sanguinolenta. No me asustó el dolor, fue la repugnante imagen la que me hizo retirar la mano, llevarla a mi espalda lejos de su alcance. 

Humillado, con la mirada baja, me di cuenta de que no podía huir de mí mismo. Sólo era un cobarde y por muy lejos que intentara escapar seguiría siendo yo. Sentí la mirada burlona de JP como si la tuviera frente a mi, mucho más real que toda aquella gente etérea a mi alrededor. Asqueado pensé en largarme, pero tampoco tuve valor.

Busqué en mi bolsillo, dejé el dinero sobre la barra y por fin volví a mirar al camarero. Quizá tenía razón y ya me había dado lo que yo deseaba. ¿Así de fácil? Aunque me pusiera delante una triple de lo que necesitaba, ya tenía claro que el efecto pasaría, antes o después. Que volvería a la calle, a la luz, o a la noche oscura, pero acabaría regresando junto a JP y me arrastraría para seguir maldiciendo la vida a su lado. 

- No, espera. - Cogí los billetes y los apreté en una bola que guardé de cualquier manera en mi bolsillo y sacando la mano vacía de entre mis ropas la volví a dejar sobre la superficie lisa y húmeda del mostrador, extendida. Sentí el temblor en mi brazo y apreté los dientes. - Marchando - dije, y me sentí más vivo que nunca.

Notas de juego

Gasto 1 FV

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16/03/2018, 18:56
Lu

Lu levantó la cabeza para asentir, devolviendo su atención después al colgante. Hizo girar la caja en sus manos y después recuperó los restos del envoltorio en busca de un nombre o una dedicatoria inscrita. ¿Quizás era para Tatiana y nunca había llegado a poder dárselo...? Cerró los ojos de nuevo con un resoplido ahogado que pareció ir a terminar en llanto; no lo hizo. Se mordió el labio inferior y volvió a asentir, incorporándose mientras sostenía el objeto.

Esto es lo otro. No sé si te dice algo —añadió, tendiéndole el collar. —Lo demás es ropa. Suya. Por si se despierta y eso. —Tragó saliva. 'Despertarse', qué bonita forma de ponerlo por palabras. Por un instante su mirada volvió a cruzarse con la figura deforme de Gwilherm. Un tirón en el estómago. Entonces se llevó las manos a la chaqueta palpando los bolsillos hasta dar con un bolígrafo. —Volveré al amanecer. Esa era la hora límite, ¿verdad? ... Bueno, si pasa algo antes, por favor, llámame.

Le entregó un pedazo de papel donde estaba su número de teléfono, y se quedó allí unos segundos más, dubitativa. Ella no era Theurge y, honestamente, nunca había prestado mucha atención cuando Aura había hablado de la Umbra, de espíritus y rituales y cosas. Tampoco conocía muchos magos. En general, no tenía ni la más remota idea de cómo funcionaba esa mierda.

¿No hay... Nada que yo pueda hacer? ¿Nada más? No sé, sangre, una danza vudú o cortarme un brazo o... Lo que sea. Que le ayude a vivir y, bueno, nos mantenga con vida a los dos. Ya sabes —comentó, gesticulando sin sentido y con una mueca desesperaba que trataba de ocultar en su rostro. —¿No hay un término medio entre uno y otro? 

- Tiradas (1)
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17/03/2018, 19:44
Claro de Luna

Miró el collar, lo cogió entre sus dedos dejando los dientes sobre la madera- mmmm...- lo tendió en alto, mirándolo a contra luz de las velas.- ¿Quien eres exactamente?- Ante tu respuesta simple con el nombre negó con la cabeza- Hace demasiado de las presentaciones, ¿cual era tu nombre y casta completo?- "Lu Lucha-sin-sangre, Ragabash, Señor de la Sombra" 

Te lo acercó de nuevo tras escucharte- al menos que tengáis a otro Ragabash o lo tuvieseis antes esto es tuyo.

Asintió ante el tema de la ropa- No vengas, te llamaré cuando sepa algo, pueden ser horas, días o semanas enteras...nunca se sabe- El gesto de sus hombros al bajar y el suspiro mentiroso fue suficiente ante tus insistencias- Me servirías sana, pero estás convaleciente, ahora eres un foco de infección más. Vete, que yo me ocuparé...aunque...-se quedó pensando- quizás tengas que pagar mas adelante un favor por esto, al igual que él- porque así funcionaban las cosas en esta ciudad. 

Te instó a marcharte para quedarse a solas. Una vez fuera, el móvil que llevabas a saber en cual de los bolsillos sonó de nuevo, con el número de la agencia de seguridad. Fueron bastante insistentes*

Notas de juego

*Puedes responder a Claro en esta escena pero continuas con la llamada en "Abejas de mar"

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17/03/2018, 21:32
Lu

No pudo evitar quedarse mirando el colgante como si hubiese una pieza ausente en aquel puzzle. Redondo y negro; luna nueva. No había muchas alternativas y, sin embargo, no supo si aquello la entristecía más o menos. La superficie opaca reflejaba ligeramente la luz del lugar creando destellos de colores extraños, y pareció perderse en ella mientras Claro mencionaba eso de horas, días y semanas, y proseguía. ¿Desde cuándo?

Ya. Cuento con ello —respondió, pasándose la cuerda de cuero por el cuello—. Ya sabes dónde localizarme. Y, pase lo que pase… Gracias.

 

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19/03/2018, 22:46
Camarero

El hombre que había esperado pacientemente a que tomaras una decisión, comprendiendo lo dificil que era sin duda alguna te sonrió al ver la mano puesta de nuevo sobre la barra. 

Ha elegido usted bien, al menos hoy- Se marchó un segundo, a coger algo de uno de los cajones internos de la barra, sacando al volver una especie de pequeño martillo y unas pinzas.

Tiene las uñas cortas, así que primero tendré que separarle lo justo, no se preocupe, se que le dolerá mucho. Seré rápido y cuidadoso- apenas estaba terminando de hablar clavó el filo del otro lado del martillo en tu dedo índice, haciendo que la sacudida en tu cuerpo fuese tan terrible que solo pudiste notar como las rodillas te fallaban, intentando gritar sin sonido alguno, mientras todo a tu alrededor parecía ignorarte. 

Las pinzas agarraron el extremo de la uña y de un tirón, desgarró casi toda la uña, quedando solo la parte donde el filo del martillo se clavaba en la carne.

Ya está...-una sonrisa radiante, mientras tu solo podías pensar en huir o matarle. No había medias tintas, solo el dolor, mas intenso que nunca.

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20/03/2018, 11:35
Raphel

Me reconfortaron aquellas palabras, saber que había elegido bien, aunque el camarero tal vez repetía eso mismo sin parar. Eché una última mirada rápida por encima de mi hombro. Los clientes no tenían el aspecto de que les hubieran arrancado nada. La gente exagera, puede que no fuese para tanto...

Me volví a tiempo de ver los dos extraños instrumentos y descubrí que el camarero era sincero al menos en algo: fue rápido. El dolor se expandió por todo mi cuerpo y el dedo, la mano me ardía. Me agarré la muñeca con la otra mano, estirando el brazo como si de aquel modo pudiera alejar el dolor. Porque me hubiera cortado el brazo por la muñeca si así hubiera remitido la sensación atroz siquiera por un segundo.

Mi boca se abría, la mandíbula desencajada y no sabía si estaba gritando a pleno pulmón o sólo era un grito sordo lo que me desfiguraba el rostro. Vi la herida en mi dedo, la carne sanguinolenta, indefensa. Las pulsiones se aceleraban y me golpeaban en las sienes. 

Miré hacia la puerta y perdido ya cualquier orgullo pretendí huir, pero el simple roce del aire al mover la mano con rapidez me hizo tambalear y caer de rodillas, sin dejar de sujetar la muñeca alejando aquel destrozo lejos, lo más lejos posible de mi. 

Poco a poco intenté recuperar el aliento, las gotas de sudor me empaparon la frente y sentí los cabellos alborotados en mi frente. Me puse en pie con esfuerzo y enfrenté la mirada con el relajado camarero. Quería saltar sobre él y arrancarle la piel a tiras, para que compartiera una mínima parte del dolor que acababa de infligirme. Pero la idea de rozar siquiera la yema de mi dedo, mi mano, o mi cuerpo entero con su cuerpo me prevenía de nuevas oleadas de dolor, los latidos se aceleraban y sabía que no podría soportarlo.

- Lo siguiente a esto... debe ser morirse - ya había perdido la cuenta de las veces que me rondaba el fin, aquella noche - pero aquí estoy, así que dame lo mío. - Me aparté el flequillo sudoroso de la frente y esa leve caricia fue suficiente para volver a arrancarme una mueca dolida.

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21/03/2018, 18:38
Camarero

Por supuesto...-un vaso de tubo cargado de un refresco oscuro y un licor de color blanco que disuelto creaba un color grisaceo de lo mas irreal y encantador. Puso al lado una gasa y una pequeña venda fina de color negro- sabe, se ha portado como todo un hombre. Me enorgullezco de usted, mas grandes han caído por menos- guardó ahora el trozo de uña con piel en un tarrito que cerró y selló allá donde el instrumental. En el mismo cajón. 

Disfrute de la velada caballero, relájese, páselo bien- el ritmo de la gente volvió a ser el normal, y aunque el dolor era incesante y pendenciero como una puta sedienta de dinero el frío del vaso aligeraba esa molesta sensación. 

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21/03/2018, 19:20
Raphel

Sí, como un hombre. No intenté esconder la sonrisa satisfecha. ¡Lo había hecho! Solo entonces me percaté de lo siniestro y disparatado del reto que había aceptado. Y sin embargo lo había logrado, y allí tenía mi recompensa. 

- Gracias - recogí la gasa y la venda y tuve que morder con fuerza mi mejilla para no sucumbir al dolor,  ahora no, ya casi está, al colocármela sobre el dedo herido. Pero todo se fue diluyendo y prevaleció el orgullo de aquel tipo al que de nada conocía y al que nada tenía que demostrar y que sin embargo, atiborraba mi vanidad.

Cogí el vaso y me pareció que incluso la bebida destilaba clase y misterio. En los últimos tiempos - o sólo era una noche, una muy larga - cualquier lugar me parecía lleno de gusto. O lo bastante refinado para apreciar la vileza de un agujero como el Bacanal.

Me recreé en los lienzos de la paredes. Sus escenas eran sensuales pero no burdas. Las columnas representando cuerpos apenas cubiertos tampoco eran soeces, sino armoniosos y eróticos. Sentí que mis pantalones de cuero y su abertura, que tanto me habían gustado, eran un ultraje a la atmósfera del lugar. Pero allí cada cual se mostraba tal y como era, sin tapujos y sin vergüenzas, y pensé que debía imitarles en ello.

Bebí y caminé dando la espalda a la barra, rodeé los sillones observando en silencio, bebiendo sin prisa. El humo era denso y las miradas erraban perdidas. Escuché susurros y risas. Caricias y besos. Quise participar, pero no me atreví a romper la magia del conjunto. Me sentía un añadido ajeno y extraño, sin derecho a compartir lo que no había llegado a comprender del todo. 

Ascendí la escalera peldaño a peldaño, sorbo a sorbo fui adentrándome en la bruma que se agolpaba cerca del techo y perdiendo poco a poco la visión de la gran sala decorada en rojo. Al llegar al último peldaño, me asombré al comprender que mi mano ya sólo sostenía un vaso vacío.
 

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23/03/2018, 22:29
Director

La bebida no era ni amarga ni dulce, ni salada ni densa, ni aguada ni demasiado fuerte. Un equilibrio perfecto entre cerezas con un toque de crema de leche y alcohol que calentaba todo el motor de tu cuerpo.

Subiste a la parte de arriba, viendo como el vaso ya estaba vacío. Pero no, un pestañeo después y ya estaba lleno de nuevo, exactamente con el mismo líquido de antes. Apenas era como si hubiese dado un sorbo pequeño al contenido. 

Con los suelos llenos de pétalos de diversas flores y la iluminación de las velas eléctricas que podrían pasar por unas de verdad el lugar estaba menos atestado de gente, que conversaba con tranquilidad en los sillones y sofás. Algunos leían, otros recitaban a un pequeño grupo de gente...y era enorme. Se podía ver, asomados desde los balcones internos la parte de abajo, pero lo que era esa planta, parecía ser un marco sobre un rectángulo lleno de lugares mas o menos privados donde simplemente descansar. En la parte que estaría mas pegada a la entrada, se perfilaba un pasillo con paredes de sedas de colores apagados, iluminadas tenuemente por pequeñas luces al otro lado, creando una sensación de avanzar entre dos mundos. Aunque claro, por ahora, solo podías verlo un tanto de lejos. 

Notas de juego

Aquí hay infinidad de pnjs, debes de pensar que quieres hacer o si buscas algo en especial. 

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26/03/2018, 21:36
Raphel

¡Vaya! Eso sí que era un trago doble... 

Me llevé el vaso a los labios de nuevo pero apenas los humedecí. Un súbito sentimiento de pérdida me invadió al ver el vaso vacío, y pese a que volvía a estar lleno, que aquella bebida deliciosa se terminara me llenó de inquietud. "Mis" chupitos verdes parecían inalcanzables ahora, y eso acrecentó mis nervios. No era tan fácil relajarse y dejarse llevar, ni siquiera en aquella atmósfera.

El lugar me sorprendió: de nuevo esperaba encontrar un rincón íntimo y tranquilo pero me encontraba con un local inmenso, aunque la calma de la planta baja llegaba también hasta aquella amplia zona. Había subido hasta allí atraído por la visión fugaz de aquella cabellera plateada y exuberante pero comprendí que las probabilidades de encontrarla en aquel lugar eran remotas.

Me vino a la mente la elegante mujer del puente, la que me llevó hasta el lugar del accidente y se esfumó de aquel modo... Recordé su rostro angelical y su aliento frío y muerto. entonces vi a Fletcher, como si estuviera acurrucado sobre uno de los sillones de terciopelo rojo, allí con su cabeza reventada y la sangre salpicando su pecho.

Tal vez entre aquellas criaturas reunidas en la extraña taberna hubiera otras como ellas. Entonces un destello verde me trajo un recuerdo vívido, punzante. El dolor y el placer al que me había transportado aquel hombre desconocido, al que apenas intuí en la habitación de JP y que sólo era un rumor en mi memoria... Pero el deseo de tener más, de conocer y ser parte de aquello persistía.

¿Mas cómo acceder a esa élite? Eran demonios, crueles, salvajes. Y los sentía al tiempo elevados, inaccesibles. Pero yo ni siquiera conocía su nombre. Madame Lu - aquella misma noche - me había conocido y me había descartado sin miramientos. Sentí la humillación de su cortesía y recordé el compañero muerto en el callejón y los coches volando en la avenida incendiada. Un poder inmensurable habitaba a mi alrededor y temí que si no me andaba con cuidado, terminaría conmigo antes de haberlo vislumbrado siquiera.

Volví a mojar mis labios con el dulce brebaje de mi vaso. Me decidí a soltarlo junto a una columna y sin apartarme mucho lié un cigarro y aspiré el humo. Despacio, sin sobresaltar la calma que rodeaba el lugar, avancé entre sillones y telas. Aquel nivel creaba un rectángulo alrededor de un patio desde el que divisaba el piso del que provenía y caminé hasta doblar un recodo, dejando atrás reservados y zonas privadas, y luego doblé otro, con lo que me hallé en justo al lado contrario de la escalera donde había ascendido*. Y tirando suavemente de una cortina al azar, apenas asomé la cabeza al interior me retiré sin haber logrado vislumbrar nada. Pero muy cerca había otra, y otra más, así que vagabundeé de una a otra, aparentando despreocupación y rebosando curiosidad, entre el humo ligero de mi cigarro que se perdía en la bruma general y mi vaso mediado que sujetaba con la fuerza de un tesoro.

Notas de juego

* si he entendido bien, sería así el lugar, y Raphel va recorriendo el pasillo. No tiene muy claro ni qué hace ni qué busca así que opta por una de las peores opciones, tal vez. Fisgonear.

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28/03/2018, 16:29
Director

Notas de juego

Tienes aun el pasillo de las sedas que no has pasado por él. Si vas a fisgonear, tírame 4d100 en oculto. Veamos que te encuentras : )

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28/03/2018, 16:33
Raphel
- Tiradas (1)

Notas de juego

Master: pero te vas hacia el pasillo o primero miras lo demás?

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29/03/2018, 19:22
Raphel

El pasillo para después.

Notas de juego

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30/03/2018, 11:50
Director

Hubo varios posibles que llamaron tu atención.

Había un pequeño grupo, apenas de 4 o 5 integrantes, que estaban hablando justamente sobre el atentado que hubo hacía pocos meses en la ciudad, en la feria. Uno de ellos, un hombre de mediana edad con rasgos finos preguntó que como lo habían vivido. Lo que significaba que era de fuera, y eso, si era muy raro. O salías para no volver, o tenías el suficiente poder y dinero como para poder coger uno de los aviones que salían de higos a brevas a las pocas ciudades que quedaban en esa parte del globo. 

Un par de hombres de aspecto zarapastroso, comentaban sentados en el suelo, en una esquina, sobre las vicisitudes de la vida, manteniendo un nivel léxico tan alto, que ni los mejores profesores que hubieses visto o soñado. 

Una muchacha solitaria jugaba con un reloj de arena, mientras parecía esperar a alguien por como de vez en cuando miraba  a los lados. Llevaba un maquillaje algo excesivo, pero en tonos oscuros, y tenía la mirada rota y cansada. No tendría mas de tu edad. Esa ciudad, lograba que aunque por fuera todos fuesen llamativos, bonitos, frescos y lozanos, la procesión estaba por dentro, donde todo se iba mucho más rápido, enquistándose hasta envenenarlo por completo. 

Cargando editor
30/03/2018, 17:09
Raphel

Escuché las palabras del extranjero hablar sobre los atentados, pidiendo al grupo que le acompañaba que hurgaran en sus recuerdos para saciar su curiosidad. Y también revolvió mi memoria, trayendo a la luz toda la oscuridad y la angustia.

- Yo... yo estuve allí - la sangre frente a mis ojos era de un rojo puro, intenso, y se fue extendiendo ante mí, y al tiempo se oscurecía hasta completar una negrura que lo cubrió todo. - Yo estuve allí... Lo vi todo. ¡Y no vi nada!

Creía proclamarlo a los cuatro vientos, pero me di cuenta que mis labios apenas se movían, mi voz se ahogaba al subir por mi garganta. Me creía en el centro del grupo, observado por todos, con un haz de luz fijo en mí, pero no me había separado de la sombra de las cortinas, y bastó apartar la mano para que la tela volviera a su lugar y me separara de aquel grupo. Y allí en la sombra me sentí protegido.

Avancé en silencio escuchando sin entender en el siguiente cubículo, aquellas palabras extrañas y aquellos cuerpos mugrientos. Mendigos que arreglaban el mundo o tal vez buscaban la forma más rápida de acabar con todo. Me sentí incapaz de ayudarlos en ninguna de las dos tareas, y seguí adelante confiando en que ellos solos encontraran la respuesta.

Luego la vi a ella, y me vi a mí mismo. Quise verla hermosa, con la belleza de una planta tronchada por su tallo, todavía verde y vivo, pese a que las flores se han desparramado muertas a sus pies. Intranquila, impaciente, voluble. Esperaba, pues necesitaba de ese alguien que debía guiarla. Pero seguía allí, sola.

Tomé un trago de mi vaso y avancé hasta quedar frente a ella, pese a saber que no era a mí a quien esperaba. La arena caía en el reloj, aunque la muchacha lo sostenía en un ángulo que anulaba cualquier exactitud. El tiempo, en aquel lugar y aquella noche, era cambiante y caprichoso.

- Hola. - La saludé y comprendí que de nuevo susurraba. - Hola. Esperas a alguien? - Entonces se me ocurrió otra posibilidad. - ¿O te escondes aquí? - O era yo quien se escondía...

Cargando editor
31/03/2018, 12:10
Chica triste

Los ojos verdes de la muchacha se posaron sobre los tuyos. Nogales hundidos en el musgo pantanoso en mitad de la nada mas absoluta...Pestañeó un par de veces al verte, incluyendo tu vendaje improvisado para desviar la mirada hasta tu vaso. Ella tenía una copa ancha, casi aplastada de coctel rellena de algún líquido oscuro y denso. 

Podría preguntarte lo mismo- alzó sus menudos hombros adquiriendo una pose defensiva y alerta,mientras alzaba la barbilla un poco- No, y si, bueno, había quedado con alguien, pero desde luego ya no va a venir...- miró alrededor, suspirando con desidia. 

¿Y tu? ¿Has venido solo?- miró detrás tuya, alzando una ceja.