Partida Rol por web

La navaja de Ockham -Sangre en las calles (Cap-II)

Prólogo II

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13/11/2017, 18:14
Director

Era de noche en Sevilla, 15 de Junio, cuando la veloz motocicleta de Lu recorría la gran avenida con dirección a una de las salidas de la gigantesca urbe dirigiéndose a uno de los barrios más periféricos. Un horizonte neblinoso que te hizo mirar hacia la dirección del incidente, al otro lado, una mirada rápida hacia atrás, al otro lado de la ciudad. Más de mil muertos que sesgó la bomba. Poca información verdadera hubo, la ciudad tardó muy poco en moverse para ayudar a los heridos pero los datos de verdad siempre siempre iban con cuentagotas. Una bomba en el centro, que se convirtieron en tres más que lograron desactivar a tiempo. Aquello podría haber sido una verdadera masacre. Mas de medio millon de personas estaban en la zona. Los anuncios lo salpicaban todo, bajo la luna y las estrellas artificiales hasta cierto punto para la gente que paseaba por las calles, y formando un espectáculo casi melancólico que hacía pensar como era el mundo antes de las bombas. Cuando la naturaleza controlaba si no gran parte al menos parte de este gigante planeta que era de ella. Ahora, sus zonas eran cuidadas y protegidas, tesoros escondidos de avaras urracas que se alimentaban como vampiros de los pocos brotes que Gaia traía de regreso.

El sonido de las calles, de los vehículos, de la gente que volvía a casa, pues eran las 21:00 de la noche y los brazos cansados, las mentes exhaustas y los pies doloridos debían de reptar de nuevo a su morada, bien en la soledad o rodeado de una familia que no siempre era lo que su palabra debía de significar. Otro se estarían despertando, bien lo sabías. Para cuando la noche caía, lo hacía también el manto invisible donde los niños y no tan niños se escondían tras una pesadilla en mitad de una noche tormentosa.

Sevilla te había tomado, aceptado, requiriendo un pago quizás demasiado alto. Era a todas luces un lugar de secretos y mentiras, de luces cambiantes rotas por las mil aristas de un diamante perfectamente pulido. Rondaba siempre una tranquilidad etérea, que hacía dos meses se había roto, trayendo un malestar y una tensión a lo largo de todos los habitantes. No solo de los humanos. Aquella había sido una metrópolis segura, aparte de algunos incidentes lo cierto es que la seguridad estaba bastante presente en sus calles.

Las calles estaban atestadas en el centro, sobretodo porque era la hora de salida de muchos trabajos, la gente, como zombies vivientes en mitad de una gran fábrica se posicionaban otra noche más. Pero aquí, por las calles de la Aljiba, el barrio que podría ser perfectamente clasificado como un lugar de gitanos, cuentos, y donde cada esquina estaba enfrentada a una guerra sin cuartel entre lo real y lo irreal. La brisa no fue suave, como tu no lo fuiste con ella en aquellos kilómetros donde disfrutabas del aire golpeando el rostro, ya fuese a través de la apertura del casco o por que habías decidido no ponértelo aprovechando que sabías que por aquella zona las normas de seguridad...pocas cámaras había y los policías estaban mas en los límites o en las zonas confluidas no en mitad de la zona pobre. La chupa ondeó con violencia, y tu empezaste a pensar que era mejor idea ir dejándola en casa, el calor era ya un amigo y compañero incluso en la noche.  

Otra cosa mas negativa de aquellas bombas de hacía tanto tiempo, los inviernos eran otoños, pocas veces asomaba la nieve en ningún lugar, y los veranos era raro cuando no hubiese alertas de día. Por suerte, las edificaciones habían sido construidas contra el sol directo creando mucha sombra por las aceras. 

Las ruedas se quemaron cuando el freno fue pulsado con brutalidad, provocando que durante unos escasos tres segundos, la rueda trasera se levantara del suelo, porque uno de los conductores habia intentado cambiar de carril y casi te había arrollado con las prisas de llegar a casa. Un “perdón” soltado al aire llegó hasta tus oídos. Un giro de manillar y pronto cruzaste entre ambos carriles dejando atrás el ligero atasco y a todo esa humanidad que resonaban como hormigas de un lado a otro. Un giro más y dejaste el centro adentrándote en la zona menos poblada y más pobre de la ciudad. Aunque, tu creías que lo peor estaría un poco más en las afueras. Veías los árboles a los lados, algunos naranjos y de fondo una llanura repleta de casas que casi parecían chavolas, porque estaban construidas de metal principalmente, aun así, aun así algunas estaban adornadas y manejadas con una afinidad perfecta y preciosa que las convertía en palacios. Habían tomado hace años los restos de esa zona, que era de fábricas y habían reconstruido el terreno con lo que tenían.

Esta noche, sería tu compañero quien se encargaría de echarle un vistazo al local, había una entrevista, una nueva persona quería introducirse en el mundillo. Una chica joven, de fuera, llamada Isolda. Isolda era una de esas personas que no sabías como había entrado, pues la verdad es que fue buscandoos a alguno de los dos a la salida o la entrada del local, encontrando a Gwilherm. El mismo la describió como un ave raris, uno tremendamente especial para esa ciudad. Era una chica con el pelo azul corto, vestía de negro, iba bastante tapada y lo mas raro de todo, no solo era una muchacha obesa si no que no era guapa, de ojos pequeños y cara redonda. Iría llamando la atención por cualquier lado.

Detuviste la moto en el semáforo, miraste alrededor intentando encontrar el nombre de la dichosa calle que no salía en tu gps. La viste.

"Calle el buen Samaritano"

 

Curioso nombre para encontrarte con un conocido de un conocido que decía tener información valiosa que parecía acercar a tu pobre Tatiana a una amenaza real. El chivatazo te lo había dado Larry, junto con un aviso de que llevaras dinero suficiente para pagarle, pues hablaría lo necesario por un bien pico, aunque siempre habría cosas mejores que el dinero...

La calle, que no era excesivamente larga estaba practicamente vacía salvo por un par de familias que daban la vuelta por la zona llamando a los crios para cenar, y tu reunión debía de ser en la casa al final de esa misma calle, o más bien en lo que quedaba de una chavola derruida con un gran Roble detrás, que se alzaba amenazante sobre el cielo, pidiendo lo que por nacimiento es suyo. Vida.

 

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13/11/2017, 19:21
Lu

La Aljiba no era un barrio que Lu conociese, y las ganas de hacerlo eran inexistentes. Incluso alguien como ella tenía estándares y con los años se había tomado la libertad de ir alzando el listón hasta mirar a sus inferiores con una mirada larga y hueca, carente de cualquier tipo de sentimiento amistoso. Conocía el barrio, sin embargo, de boquilla gracias a Roberto, ‘su chico’, solía decir. Gitano, por supuesto, pero con una belleza y sensibilidad singular que en La Ciudadela Carmesí se vendía como el oro entre los hombres con dinero y gusto por un cuerpo masculino labrado en bronce. Roberto ya no vivía allí, por supuesto, pero se había tomado la libertad de preguntarle discretamente al respecto. Uno nunca podía ser lo suficientemente precavido, especialmente aquellos días y aunque pudiese volverse un bicho de casi tres metros sediento de sangre.

La habían llamado Lucha-sin-Sangre por alguna razón, aunque apenas lo recordase ya.

Lu apoyó un pie en el suelo, esperando a que la luz del semáforo le diese permiso, permitiéndose mirar alrededor con brevedad escudriñando las calles y los rostros de las personas que la miraban preguntándose qué hacía allí. Ella también se hacía esa misma pregunta, intentando ahogar esa punzante sensación en la nuca de que aquello sólo iba a resultar en problemas. Pero era Tatiana. Tatiana había volado por los aires por culpa de la explosión, quedando ingresada hasta que su cuerpo no había podido contener un aliento más. La había visto. Había ido a visitarla a pesar de estar en coma; su rostro hinchado y negro, la piel quemada, los huesos rotos y la cabeza vendada completamente debido a la operación de urgencia que habían tenido que hacer. Lu había bebido metódicamente esa misma noche, en silencio, hasta que dejó de recordar. Y eso para un garou cuyo metabolismo acostumbraba a lidiar con cualquier tipo de toxina, era mucho alcohol. Demasiado. También se había peleado con Gwilherm a lo bestia, aunque no lo recordaba. Esa mañana la llamaron para decirle que Tatiana había fallecido y lo único que Lu pudo decir fue “Tatiana no ha muerto. Ha sido asesinada”.

La luz se volvió verde y Lu giró hacia la calle haciendo rugir el motor sin llegar a alcanzar mucha velocidad. El calor era más que sofocante, y se alegró de despegarse de la moto, la cual aparcó junto a la puerta. Se tomó un momento para otear el lugar quitándose las gafas trasparentes que guardó en el bolsillo interior de la chupa, alerta y no muy segura de donde se encontraba. Allí encontró también la pitillera, de la cual extrajo un cigarrillo enrollado a mano que prendió con mucha calma mientras apoyaba las caderas en el asiento de su chica. Inhaló profundamente y soltó el humo que se desperdigó hacia el cielo pasando de nube a borrón y después a nada más que aire envenenado. Sí. Había vuelto a fumar tras la muerte de Tatiana y Gwilherm la iba a matar cuando se enterase. Pero no es como si en aquel momento importase; se había quedado perdida mirando aquel magnífico árbol que, contra todo pronóstico, seguía luchando por sobrevivir. La vida se abría paso tenaz como siempre.

Tras medio minuto de plena contemplación, procedió a ponerle el seguro a la rueda de la moto: no se iba a arriesgar a que le descuartizasen a su pequeña. También le mandó un mensaje a Gwilherm diciendo que estaba en el sitio. Después se acercó a la puerta observándola brevemente en busca de cualquier indicio o excusa para darse la vuelta y desaparecer. Tras cerciorarse de que no había nada extraño, apoyándose en el umbral, golpeó con los nudillos enguantados varias veces. Esperaba de verdad no tener que ir a patearle el culo a Larry por meterla en fregados adicionales.

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15/11/2017, 19:47
Director

Fuiste a tocar a la puerta, tocaste, pero nadie respondió. El eco y la reverberación del metal contra tus nudillos llamaron la atención de un par de mujeres que te miraron mientras abrían los ojos como platos y se llevaban a sus niños dentro. Quizás lo intentaste un par de veces más, hasta que, desde el costado del árbol alguien te llamó.

tsss, tsssss, aquí- una figura menuda, encorvada estaba a la sombra del árbol. Miraste alrededor para cerciorarte de que no había trampas ni peligros, pero en ese barrio...bueno, en cualquier lado de esa ciudad había peligros si sabías mirar bien. - Si, tu, la chica, la loba...-la voz estaba cascada, y pudiste oler la carne podrida, la ligera pizca de azufre desde donde estabas. Un puñetero demonio menor, quizás un resucitado, un caminante o algo similar...ibas a matar a Larry. 

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15/11/2017, 21:18
Lu

-Joder -masculló Lu por lo bajo en un gesto claramente enervado. Hinchó los pulmones mirando al ser encorbado a la sombra. No sabía mucho de ellos, por no decir nada, y lo único que la mantuvo sobre los pies y no sobre la moto y de vuelta fue el nombre de Tatiana. Puta Tatiana. No se podía haber muerto nadie más...

Apuró el cigarrillo mientras avanzaba con cuidado, y decidió que si podía hablar en alto lo mejor era quedarse a una distancia más que prudencial. A saber qué clase de mierdas podía hacer, o si no la habría traído allí bajo cualquier otro pretexto. Ah, claro. Ese tampoco tenía pinta de ser de los que cobraban con dinero.

-Qué quieres -ni preámbulos ni cordialidades. A Lu las buenas maneras se le acababan con cierta facilidad, especialmente cuando sentía que la estaban engañando o pasando por alto. De nuevo, iba a matar a Larry.

- Tiradas (1)
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17/11/2017, 22:05
Arak

Mi nombre es Arak...- la sombra se desdibujó en el aire por un segundo, danzando entre la oscuridad como si fuese una mala conexión de la televisión que ondulaba las imágenes durante un momento apenas perceptible. Aquello olía a demonio menor...eras bastante en la ciudad, siempre con sus pequeños tratos de favores. Eran una muy buena baza si necesitabas información pero dependía del tipo que fuese.- y tu eres Lu, Lulú- se rió por lo bajo con la voz seca- pero no te enfades...podemos ser amigos...podemos llevarnos bien...ven, ven aquí...necesito que vengas para poder darte lo que vienes a buscar, yo no puedo moverme fuera de esa sombra- abrió los brazos y se asomó al borde de la luz de una farola, encontrándote con un anciano desgarbado, enjuto y arrugado cuyas arrugas parecían ríos con cientos de afluentes rodeados por blancos cabellos de aspecto sedoso. La cabeza era abultada, pero estaba tapada con una capa raída. 

No tengas miedo niña...no de mi, yo no pretendo hacerte nada- su voz sonaba extrañamente amable, de las que te hacen confiar. Tendrías que tener cuidado. Según lo que tu compañero te había comentado, que el si sabía un poco más de estos seres lo importante era no tocarlos, no hacer pactos con ellos, no sin estar del todo seguro, aunque puede que no tuvieran poder real, lo cierto es que eran seres peligrosos que jugaban con la información, y las almas. 

Notas de juego

*Te he dado una idea básica. Las siguientes veces hazme una pregunta directamente sobre algo, para que no sea tan relativo todo. 

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19/11/2017, 00:59
Lu

Lulú. La había llamado Lulú, y podía contar con los dedos de una mano la gente de aquella ciudad que conocía aquel ridículo apodo. Ni siquiera Larry, a menos que se le hubiese escapado a Gwilherm en alguna borrachera tonta, ¿pero y por qué iba a llamarla él por aquel apodo estúpido? La otra posibilidad, claro, era Gloria. A saber, pero la mera mención de aquellas palabras y el hecho de encontrarse en completa oscuridad en lo que a saber sobre aquellos seres refería, Lu no hizo más que acentuar la cara de mala ostia.

-Te he hecho una pregunta y no me gusta repetirme -dijo sin moverse. No tenía ganas de cháchara. No tenía ganas de estar allí. Pero tenía una tremenda curiosidad por encontrar a Tatiana.

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22/11/2017, 21:57
Arak

No soy yo la que ha venido esta noche...-la sombra dio un paso atrás- pero bueno, digamos que por ahora con verte me basta. Hace mucho que ninguno de los tuyos se pasaba por aquí...y me gusta como oléis- escuchaste un par de crujidos parecidos a los de la madera al astillarse proveniente de él- Tatiana. 

Esperó una reacción aunque de seguro solo habría mas enfado por parte de la mujer que tenía delante- Tatiana no murió porque estuviese en ese momento allí, Tatiana no resultó herida por el azar del destino, a Tatiana, a Tatiana la mataron- palabras que bien podrían haber sido dichas por ti misma, y que de seguro, si no dichas al cielo exactamente iguales si parecidas.- Hay un local, con una mujer en silla de ruedas. El local es parecido al tuyo pero de menor calidad...y ella está investigando también a tu chica...- una vez ofrecida cierta parte de la información, venía la cuerda que ahorcaba- te ayudaré, proporcionándote información sobre como pillar al que o los que quisieron verla muerta y a cambio, me tendrás que dar a uno de los muchachos que trabajan para la mujer en silla de ruedas. A uno en concreto y bajo un pacto de sangre...así ni yo podré romperlo ni tu tampoco- aquello era peligroso, desde luego, pero si lo hacías bien, si se acordaba todo correctamente las posibilidades de que te jodieran viva era menor.  

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23/11/2017, 18:43
Lu

Lucía escuchó cada palabra en silencio, oteando ligeramente alrededor de tanto en tanto, y conforme las intenciones se revelaban apareció en su rostro una sonrisa torcida y afilada como la luna amparada en el manto de la noche. No dejó entrever más, ni cuando mencionó a Tatiana ni cuando reveló que sabía dónde trabajaba o quién era la otra mujer.

-Tú me has llamado aquí, Arak, lo que como poco me dice que tú tienes el mismo interés en este muchacho que yo en Tatiana -comentó, y se animó acercándose un paso. No mucho, sólo un paso, construyendo poco a poco el carácter de aquel ser que, sin duda, tenía mucho que ocultar y quizás también mucho que perder-. Pero no tengo ninguna razón para tirar piedras sobre mi propio tejado.

El tipo había hablado demasiado, lo suficiente como para que Lu pudiese tirar de sus contactos, averiguar quién era esa mujer y qué quería con Tatiana.

-Dices que su muerte no fue un accidente, pero no hay nada que lo pruebe. Muchos otros murieron esa noche sin razón alguna: lugar equivocado en el momento oportuno. Tus palabras son humo; ¿quieres que esto funciones? -señaló a ambos-. Pruébalo. Yo ya he hecho mi gesto de buena fe viniendo aquí, ahora te toca a ti. ¿Quieres a ese muchacho? Dime quién es y por qué lo quieres, y si después de ver pruebas sobre lo que dices de Tatiana suena a algo sólido, podemos empezar a hablar. No te conozco, pero sé lo suficiente sobre los de tu calaña como para guardarme de tus pactos.

Notas de juego

He notado que has puesto varias veces el diálogo en cursiva. ¿Es mero énfasis o estética del texto o hay alguna inflexión en su voz que se indique con la cursiva?

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24/11/2017, 20:39
Arak

El hombre o ser se mostró silencioso- yo no te he pedido que vengas aquí esta noche- y era verdad, al menos por lo que entreveías de la seriedad de su voz y el tono usado.- ¿Cómo has llegado hasta aquí?- Ahora se resguardaba cauteloso en la oscuridad, en su hogar.

¿Has venido sola? ¿Te ha seguido alguien? - Un olor familiar se acercaba hacia vosotros, lo trajo la brisa. El olor a carne quemada, a cal viva. Venía del final de la calle por la que habías venido, a tu espalda. 

Notas de juego

cursiva es susurro ^^

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25/11/2017, 19:29
Lu

Fue un instante, un segundo de absoluta certeza en el que Lu supo que allí había algo que no iba nada bien. No creía que la hubiesen seguido pero, de nuevo, tampoco había prestado especial atención. Y si Arak no la había llamado allí y ella no había buscado activamente aquello, ¿quién estaba detrás?

-Genial... -masculló. Ese era el problema del boca a boca y el amigo del amigo que dijo o dejó de decir. Ni siquiera se lo pensó dos veces antes de meter las manos en los bolsillos para alcanzar las llaves, alejándose del árbol y pendiente del movimiento que había en la calle. Lo bueno de ser un hombre lobo era que era un hombre lobo; lo malo de ser un hombre lobo, también, es que era un hombre lobo, y uno tenía que escoger muy cuidadosamente cuando volverse un bicho de feroces fauces resultaba conveniente. Casi nunca lo era.

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27/11/2017, 20:36
Director

Y estabas en lo cierto, nada mas te moviste para apartarte de allí y quizás salir por patas escuchaste el silbido de algún tipo de proyectil que pasó a escasos dos metros de ti, clavándose en la figura que ahora estaba parcialmente iluminada por...el mismo que le había atravesado. Parecía algún tipo de flecha, solo que esta estaba ligeramente iluminada, como si su composición fuese así, bailando entre un color amarillento y rojizo, que lentamente fue tiñiendose de este último color mientras la figura caía de rodillas. 

Fue en ese momento donde viste como en un punto concreto de la calle el aire chisporroteaba, a unos 10 metros, dejando a la vista una brecha apenas de un metro a ras de suelo, de la cual salía una figura con aires imposibles, pelo naranja, aspecto hastiado, con la vista fija en aquel al que había atacado.

Sálvame y te daré a tu amiga...se donde está...como puedes traerla..-el ser, el mismo con el que habías hablado hace unos momentos te daba ahora la opción de darte información a cambio de su vida. Eso era algo demasiado arriesgado para él, depende de una desconocida. Ropa negra, ceñida que desdibujaba su silueta demasiado delgada y ancha de hombros mientras el olor había desaparecido, quedando ya solo la contaminación. 

El nuevo invitado, el mismo que había al parecer disparado con un arma que no veías se acercaba a paso tranquilo hasta allí. Parecía ignorarte o no prestarte la menor atención. Las pestañas bajas delimitaban sus ojos de colores intensos, así como su rostro solo estaba parcialmente a la vista por o inclinada que tenía la cabeza. No era demasiado alto, apenas llegaba al 1,70.

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29/11/2017, 00:40
Lu

‘Sé donde está’ fueron las únicas palabras que resonaron en su cabeza. Y quería creer que era mentira, que en un momento de desesperación uno habría dicho cualquier cosa por salvar el pescuezo. Ella lo habría hecho. Joder que sí, sobre todo cuando estaba claro que su única esperanza podía subirse a la moto y volar de allí sin mucha interrupción. Aquella no era su guerra, y no tenía ganas de saber de quién era esa guerra. Sevilla era un puto campo de minas y no siempre las había sabido evitar con gracia, pero llevaba unos años de paz y en su mente intentaba valorar cuánto le compensaba cargarse todo aquello por… Tatiana.

-Júralo -masculló con un gruñido, volviéndose hacia Arak un instante, amenazante-. Si te ayudo con ese la traerás de vuelta. Júralo.

Necesitaba saber que era verdad, que podía hacerlo antes de enfangarse de barro hasta la barbilla por aquello. Una decisión a tomar en segundos mientras observaba a la criatura acercarse.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Te he dejado una tirada de Percibir Engaño + Astucia. Quiero saber si está mintiendo o no.

Lu todavía no ha decidido qué hacer. No está interponiéndose, pero está lista para actuar.

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29/11/2017, 20:00
Arak

Te ayudaré a que tu la traigas, yo no puedo, no tengo ese poder, pero se decirte quien puede hacerlo, como puede hacerlo, te diré todo, todo lo que se...- Arak parecía agonizar, con la voz rota y desolada. No mentía, o no lo parecía- por favor....- no se había movido de su sitio y aquel que le había atacado estaba ya solo a cinco metros de ti. 

El ojos caídos seguía sin prestarte atención pero si notaste como movía los dedos, de una forma que no era normal, como si tuviese algo liado entre ellos, algo que no veías. 

La brisa te trajo promesas, de sangre, de muerte. ¿Era hora de empezar una guerra? No era Martes, se supone que lo que hacía aquel que se acercaba a ti con paso lánguido pero decidido no podría atacarte ni atacar a tu contacto, aquel que según él, iba a ayudarte a volver a tener a Tatiana. 

- Tiradas (1)
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29/11/2017, 20:20
Lu

Fuese verdad o fuese mentira, Lu se lo creyó. O hizo el enorme esfuerzo de digerir aquellas palabras sólo por Tatiana. Le importaba lo más mínimo aquel ser, por muy injusta que fuese la vida. A saber qué habría hecho para que viniesen a cazarle de esa manera. Pero Lu rugió, llamando en su interior a aquel instinto natural mientras se metía de por medio. No pensaba atacar hasta el último momento; tampoco vio venir lo que sucedió a continuación...

Su primer cambio había ocurrido con apenas catorce años y, aunque no recordaba el contexto, lo que sí recordaba era el dolor. O el recuerdo agónico y punzante de lo que había sido sentir su cuerpo retorcerse, mutar, romperse y desgarrarse hasta dar nacimiento a su forma de guerra. Nada después de eso se había quedado en su memoria, y nada después de aquella transformación había dolido tanto... hasta aquel día. El primer chasquido fue un latigazo agudo que se clavó en sus piernas, ascendiendo bajo la piel como cuchillas y arrancándole un gruñido que trató de contener apretando los dientes. Algo iba mal, muy mal, absurdamente mal, y no tenía forma de pararlo. La piel empezó a desprenderse ante la vellosidad y cada unión de sus huesos crujió conforme sus extremidades y el resto de su cuerpo se volvía más portentoso. Pudo sentir cada centímetro de sí misma extenderse con brutalidad, como si la hubiesen atado a uno de aquellos tortuosos inventos de la inquisición, y el horror no hizo más que prolongarse durante largos segundos entre sucesivos aullidos desgarradores.

Para cuando recuperó algo de sentido, se hallaba en su forma de Glabro, de rodillas y con propensos calambres azuzando todo su cuerpo. Era como si le hubiesen dado la paliza de su vida. Otra vez.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Las formas y sus estadísticas

2 niveles de agravado pa' mi body.

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02/12/2017, 18:32
Director

La transformación mala en este caso no le pudo venir mejor. Terminó de forjar el arma en apenas unos segundos mientras escuchaba a la pobre hembra gritar y aullar como si le fuese la vida en ello. De cierta forma, era así. Esperó si eso se puede decir así a que terminase aquello, su suplicio entre las calles de semejante barrio mientras de fondo no dejaba de escuchar al anciano hablando. 

Observó sus encías sangrantes, que chorreaban tensas por el dolor de hacía un momento mientras se quedaba quieto o quieta apenas a un par de metros de ti. Cuando creyó que por fin sería consciente de lo que le rodeaba habló con tranquilidad y una voz suave, como un arrullo en mitad de una tormenta. La voz parecía más de mujer que de hombre, pero estabas en la duda. Los ojos, divergentes primitivos se fijaron en los de ella- Apártese, usted no me interesa- viste las boleadoras en su mano, esperando un gesto para lanzarlas. Tres piedras pesadas, unidas por una cuerda de plata.- por favor. 

 

- Tiradas (1)
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04/12/2017, 02:25
Lu

-Oh. ¡Wow! No, a mí tampoco me interesa interesarle, gracias -se apresuró a decir, los ojos yendo de la cuerda de plata al rostro de aquel ser. Escupió a un lado una cantidad considerable de sangre; después se irguió haciendo crujir los huesos de forma desagradable e intencionada-. Créame que hace medio minuto estábamos en la misma página pero, ¿sabe?, el tipo este me debe información y las deudas se pagan. No queda muy bonito si ahora viene usted y lo ventila del mapa. Y sí, ya sé que igual le importa una mierda lo que estoy contando, pero me gustaría actuar como una persona razonable, sin mierdas de esas, antes de pasar a mayores. -Sonrió con sorna, los dientes enrojecidos-. Quedaría feo en mi reputación si al menos no lo intento.

Y cuando dejó de hablar, por supuesto, se preparó para que además le soltasen el guantazo de su vida, plata incluida en el servicio y de forma gratuita.

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04/12/2017, 18:28
Director

Una persona razonable no se transforma si lo que quiere es hablar ¿lo sabe no?- ladeó un poco la cabeza sin perder la vista del mismo que seguía quieto en el sitio- ¿Le ha jurado algo a este ser inmundo que tiene a su espalda? Porque si la respuesta es no, no tiene porque hacer esto. Si la respuesta es si, me temo que tendremos un pequeño problema. 

Arak habló con su desgañitada voz- No le hagas caso, es un cazador, nos cazan solo por lo que somos, como han cazado a los tuyos, por años y décadas, milenios, es un cazador, uno de los peores. Te ha usado, el te ha hecho venir, el quería que me sacaras de mi lugar para atraparme. Eres tan victima como yo, y te matará cuando acabe conmigo!

Eso es incierto me temo- añadió el ser con una tranquilidad impresionante. Al menos en apariencia, aunque también podría pasar porque la vida le importaba una mierda. Depende de como lo vieses.- si se aparta no le tocaré, incluso puede que luego le de algo de información, porque lo que el dice, las primera, la segunda y la tercera es cierta. 

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04/12/2017, 19:57
Lu

Lo puso los ojos en blanco en un gesto que, aun en su forma peluda, fue más que comprensible. No podía negar que quizás cambiar había sido un movimiento prematuro -e inútil, como se había demostrado-, pero no era como si aparecer de la nada disparando flechas mágicas fuese un acto mucho menos violento. Que gracia tenía el gacho.

Pero una cosa era cierta y es que ella no había hecho nada, todavía. No había tocado a ninguno de los dos y normalmente era cosa de un vistazo saber si un garou estaba involucrado o no. Claro que uno tampoco podía contar con que la policía fuese a presentarse allí. Y, joder, había dado la ropa de sí para nada.

-A mi dejadme de mierdas -espetó, apartándose y sin mirar atrás. La vida no estaba como para tirarla por el retrete sin una buena excusa, y aquella no lo era.

Igual el cazador le daba algo de información; igual le pegaba un tiro por la espalda. Igual sencillamente se largaba dejándola con el marrón. A saber. Por eso mientras se alejaba hacia su moto lo primero que hizo fue, discretamente, sacar el móvil, ponerlo en silencio y deslizar el dedo accediendo a la cámara. De todo se podía sacar algo si uno era lo suficientemente inteligente.

- Tiradas (1)

Notas de juego

-1 FdV. Anotado en la ficha

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06/12/2017, 22:11
Director

Pasaste de los dos, que se matasen si eran lo que querían. Escuchaste el grito de Arak que te suplicaba con lo mismo una y otra vez más viendo que te alejabas el cazador se acercó a el lentamente, como si disfrutase de los segundos que le causaban semejante angustia a la pobre presa. Te acercaste a tu moto, y con el móvil muy discretamente, bueno, como pudiste con las garras le diste a grabar. Y grabaste, pero no lo que querías. 

Nada más aquella figura que había salido de la nada entró en la oscuridad cercana al árbol desapareció, apenas era una silueta en los primeros pasos, pero luego, nada. Solo un gorgoteo confuso de una garganta al cercenarse y un soplido fuerte como quien quiere quitar polvo de encima de una maldita mesa. Apenas un minuto después la misma figura que entró salió, mirándote ahora a ti. No llevaba las boleadoras ahora.- Gracias, no quería tener un baño de sangre- se acercó a ti con la misma tranquilidad que casi un caracol, era confuso verle moverse tan estúpidamente lento- has venido por información ¿Verdad? Sobre una amiga tuya o trabajadora- se quedó a un par de metros de ti- Quizás deberías de empezar preguntando a un tal Jay, es un guardaespaldas de alguien medianamente importante, Jay Jorenzo- bajó la mirada a tus manos, donde tenías el móvil y por un segundo creíste que lo vio- Buenas noches, y espero que con esa información disculpe mis modales. Nos volveremos a ver me temo. - Se fue por donde vino, pero andando, siguiendo la calle. La oscuridad alrededor del árbol se había desdibujado, y ahora podías ver un roble podrido. 

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08/12/2017, 17:19
Lu

Lu hizo lo que pudo por obtener una imagen decente, algo que no llegó a ocurrir. Pero pudo captar al tipo. O tipa. O lo que fuera. Y también el sonido. Pasó a su forma homínida mientras se acercaba, dejando de lado claramente toda tentativa de agresión o amenaza. Estaban en paz, por decirlo de alguna manera, salvo porque no lo estaban.

Guardó el móvil en el bolsillo del pantalón sin detener la grabación. El sonido no iba a ser la leche, pero no podía dejarle irse tal cual. ¿Por qué todo el mundo sabía de sus andares? Aquello era lo que realmente la enervaba. Se suponía que era un club privado y que las identidades de sus empleados quedaban entre los gerentes y ellos. Pero no, Tatiana seguía saliendo de la boca de los demás como si la hubiesen conocido en persona.

-Eh. Supongo que ¿gracias? por no mandarme al otro barrio como a ese. -Aguardó un momento antes de seguirle el paso-. ¿Y tú por qué sabes quién soy y qué información busco? ¿Trabajas para la tipa en silla de ruedas?