Partida Rol por web

Gracias señorita. Le digo con una sonrisa y me pongo a seguir a unos metros a la guapa de la gabardina.

Cuando llego a la sala de espera, elijo un sofá para mí sólo y me siento en él, mientras comienzo a contar las manchitas del suelo, esperando que me atiendan. Miro la hora... 8:43... vale, estamos a tiempo...

Tras abrir la caja de seguridad, cae en mi poder una segunda carta. Leo con atención lo que me dice esta nueva misiva y voy frunciendo el ceño mientras lo hago.
Consulto la hora en mi reloj y veo, que por lo menos no voy a llegar tarde.
Pues conforme termino de leer, tomo mi decisión. Me presentare en ese lugar ya que es el único modo de salir de dudas.
Guardo la nueva carta en el bolsillo de mi chaqueta junto con la otra y girándome, le tiendo la llave que usado para abrir la caja de seguridad al nuevo oficinista que me ha atendido.
Aquí tiene. Creo que no voy a necesitarla mas. Ha sido un placer usar sus servicios.
Tras esta frase a modo de despedida, agarro de nuevo mi maleta y salgo de la oficina bancaria.
Ya en la acera de la calle, miro brevemente al cielo. Parece que el día no va a mejorar. Por tanto, subo hasta arriba la cremallera de mi cazadora y pienso en las nuevas instrucciones que he recibido.
Una finca a las afueras de la ciudad. Indudablemente, esta gente busca cierto grado de secretismo. Es algo comprensible.
Miro a ambos lados de la calle y trato de descubrir algún taxi en medio del creciente trafico. Al no ver ninguno, me encojo levemente de hombros y agarrando mi móvil, llamo a la compañia de taxis.
Tras unos diez minutos de espera, se detiene frente a mi de nuevo uno de los típicos taxis de la ciudad.
Nuevamente me acomodo en el asiento de atrás con mi maleta a un lado y digo.
A Lonely Point. Tengo entendido que sólo hay una única carretera de acceso. Y quisiera ir a una finca llamada The Stone. Por si tuviera dudas con el itinerario, hemos de ir por esa carretera que sale desde Port Regal hasta la base naval. Y desde allí, bordeando el Lago por su margen derecha, hemos de hallar una bifurcacion con un cartel indicador. En donde pone, terreno pantanoso. Disponemos de tiempo para llegar. Pero no quisiera que nos perdiéramos. Pues quiero llegar con puntualidad.
El taxista me mira a través del retrovisor y asiente con la cabeza. Y con un leve aceleron, el taxi se suma al trafico en aumento.

Sales del banco pensando en tus cosas, en la sala de espera hay un hombre con una perilla muy bien cuidada, al cruzar la sala el banco esta bastante más lleno que cuando entraste. Llegas a la puerta y esquivas a una chica muy estrafalaria pero muy guapa, con el pelo rosa y un llamativo abrigo amarillo.

Otra vez el frio, sacas tu movil y llamas a la compañia de taxis. Miras el reloj, las 8:46, tienes tiempo, el taxi llega y montas dando las instrucciones al rollizo taxista cuando...

Cruzando la plaza a toda velocidad aparecen dos grandes furgonetas GMC plateadas a gran velocidad que se detienen bloqueando las ruedas en la puerta de la sucursal. De ellas salen unos 10 hombres vestidos de negro, algunos armados y con pasamontañas, otros no distingues muy bien a verlos. Sin duda se disponen a atracar la sucursal.

La sala de espera esta completamente vacia, pero tu decides sentarte en uno de los sillones de cuero hasta que te atiendan, escrutandolo todo, hasta el momento nada anormal... ¿que habra dentro de esa caja de seguridad?

Si, hola buenos días, mi compañera me ha dicho que quiere revisar su caja de seguridad, ¿me acompaña? Es un hombre alto y medio calvo que te invita con el brazo a un pasillo que parece internarse por detras de las ventanillas de atención al cliente. Efectivamente por allí entran los empleados a las mencionadas ventanillas, pasas las 5 puertas y tu acompañante se detiene

Adelante por favor... La habitación esta practicamente diafana, a excepción del marmol de las paredes o de la amplia mesa del mismo material que hay en el centro. el empleado vuelve en seguida con la caja 3528 en la mano, la deposita en la mesa y sale de la habitación cerrando la puerta de seguridad tras de sí. 

Llegas a la sala de espera que se encuentra vacía, el chico que ha entrado contigo viene justo detras de ti y se sienta en uno de los sillones, el empleado del banco aparece un momento y de manera muy amable se dirige hacía ti.

Va a tener que esperar un momento señorita, la sala de seguridad donde se revisan las cajas esta ocupada, yo la avisare.

Desaparece tras la puerta y se produce el tipico silencio incomodo de cuando estas próximo a alguién que no conoces.

Estando en el umbral de la puerta dejas pasar a un señor pelirrojo con barbas y una maleta que sale del banco y se aleja por la plaza. Con mucha amabilidad el chico de seguridad te da una pista de donde puedes retirar el contenido de tu caja.

Para eso hay que ir al final de la sala, allí habrá una sala de espera en la que hay unos comodos sillones de cuero, un compañero te atenderá sin tardar mucho.

Justo en ese preciso momento oyes un ruido que se aproxima hacia vosotros, al girar la cabeza descubres que dos furgonetas plateadas se acercan hacía la puerta. A la altura de esta se detienen bloqueando las ruedas y de ellas bajan un monton de hombres armados y con pasamontañas, también aciertas a ver a un chico joven que no cubre su cara. Dos de los hombres te encañonan con el arma, uno de ellos se dirige a ti con voz grave

VAMOS, ADENTRO!!! tienes tres armas apuntandote

mientras otro le pega un puñetazo en el estomago al guardia de seguridad seguido de un porrazo en la cabeza, dejandolo inconsciente.

Si decides quedarte tu siguiente asalto será de combate!! (unos 6 segundos) pregunta cualquier duda que tengas en el laboratorio por ejemplo

Y nada mas sumarse al trafico, el taxista dice con tono de asombro.
¡¿Pero que ocurre ahí atrás?!
Yo me giro en el asiento trasero del taxi y al ver la escena no puedo evitar pensar.
Americanos. Tienen un sentido de la oportunidad caracteristico.
Rápidamente, miro al taxista y digo.
Detenga el coche. Ahora.
El taxista me obedece y cuando lo ha hecho, salgo del mismo con mi maleta arrojando unos dolares como pago por el servicio.
Miro a mi alrededor mientras escucho el chirrido de los neumáticos del taxi al acelerar y largarse de allí a toda velocidad.
Cerca de mi, hay un estrecho callejón cuya entrada esta medio taponada por un par de contenedores de basura.
Adecuado. Muy adecuado.
Pienso mientras corro hacia allí. Tras los contenedores, miro hacia el oro lado del estrecho callejon pero no se ve a nadie.
Ni siquiera a algun vagabundo. Algo comprensible a causa del frio reinante.
Y entonces, abro mi maleta.
En ella, perfectamente dispuestos en sus cubículos, se hallan los componentes de mi armadura.
Primero me coloco en peto y el espaldar, despues el quijote y las musleras. A continuación, hombreras y brazales. Le siguen botas y guanteletes y por ultimo, me ciño el casco.
Arrojo la maleta al interior de uno de los contenedores mientras frente a mi rostro, se ilumina la pantalla de control.
Y una voz neutra dice.
Sistema operativo. Todos los subsistemas chequeados y en orden de uso.
Ahora aparece ante mis ojos, la pantalla de los visores , los elementos de puntería y por ultimo, las pequeñas pantallas de radar y scanner.
Todo esta en orden. Por tanto. tan solo tengo que pensar la orden y mis botas se activan alzándome del suelo con celeridad una treintena de metros.
De inmediato me inclino hacia delante mientras los estabilizadores mantienen el control total del vuelo.
Apenas tardo unos instantes en virar en el cielo y aproximarme a la entrada del banco.
Los atracadores ya están dentro y yo, no me lo pienso.
Atravieso las puertas destrozandolas en vuelo rasante y aterrizo en el vestíbulo principal del banco.
Todos por igual me miran con asombro. Pero yo, no estoy aquí para perder el tiempo.
Y mi voz, distorsionada por el modulador, retumba en el lugar.
Caballeros, si me permiten el eufemismo, les agradeceria que reconsideran su actitud y optaran por la rendición inmediata. Creanme, es la única salida viable que les queda.
Y mientras digo esto, mi selector de blancos, centra la serie de objetivos que son todos los atracadores que tengo delante.
Alzo mis dos brazos y apunto mis lasers tras regularlos a intensidad mínima.
¿Y bien?.
Añado.
Estoy esperando una respuesta.

Miro a la chica, y veo que su cara no me suena para nada, pero lo que me parece extraño, es que ambos hemos entrado juntos al banco, a la misma hora y venimos a buscar una caja de seguridad. ¿Coincidencia? ¿Acto fortuito?

Disculpa una cosa. Le digo a la chica de la gabardina cuando la veo sentarse. Carta extraña, entre las 8:40 y las 8:50, llave pequeña, ¿eso te dice algo a ti? Por que a mi es lo que me pasó ayer por la noche cuando entre a mi casa. Continúo mientras enumero las cosas con mis dedos.

Al llegar a la sala, me paseo de arriba a abajo como una gata en celo sin dejar de mirar el reloj. No me puedo creer que me hagan esperar...deberían tener varias salas diferentes.... - murmullo.

Desvío mi mirada hacia el que ha entrado detrás mia y está en el mostrador, observándole un instante, desconfiada, y vuelvo a mirar el reloj de nuevo.

H se sentó en la única silla de la habitación y apoyando los brazos sobre el marmol volvió a leer la carta.

¿Tanta tontería para una carta? ¿No podían haberle citado directamente en aquel lugar después de allanar su casa?

Se levantó de la silla y dió unas cuantas vueltas a la mesa. Aquello era bastante raro. ¿Quien se dedicaba a hacer jueguecitos así?

Miro la carta y el sobre de cerca, buscando algo que le indicara su procedencia. Después volvió a mirar la caja por si había algo más.

Miró todo lo que sucedía algo perpleja, hacía poco se había levantado y no estaba para trotes... pero como siempre, mantuvo la calma y sonrió de nuevo.

Oiga, le va a hacer daño - le dijo al que le había dado el golpe al guarda con el que estaba hablando ella.

Se giró, y empezó a caminar dentro del banco, obedeciendo las órdenes y tarareando alguna que otra canción, sonriendo a los atracadores con una afable sonrisa. - A ver si aun haréis daño a alguien con eso... - refiriéndose a las armas.

La llave la mantenía dentro del puño, y en la otra mano... aparecieron sus garras, muy probablemente las usaría más adelante.

Te mira desconfiada y frunce ligeramente el ceño. - ¿Y tú quien eres? Es exactamente lo que me pasó - baja la mirada. - Así que tú.. tambien... eres ¿diferente?

No se si diferente es la palabra, soy... hum... vale, si, diferente. Le digo con una sonrisa. Eso mismo me pasó a mí también y como has entrado a la misma hora, preguntando por una caja de seguridad, me dije... ¿y si es como yo?

Me paso la mano por el pelo, para alisarlo un poco, ya que es bastante rebelde.

Yo estaba a punto de no venir. Pensaba que era un tipo de sorteo o alguna broma de algún amigo, después me dije, ¡que coño! A ver si es verdad y me he ganado algo. No perdía nada con probar.

Uff, que modales, perdón. Me llamo Alan James, pero me dicen A.J. Me presento tendiéndole la mano.

Me llamo Adrienne. Un placer. - te da la mano por compromiso y la aparta rápidamente. - No creo que sea una broma. Yo no suelo contarle a la gente lo que... soy. No podrían haberme gastado ninguna broma de este tipo, porque no lo saben... - su voz suena tímida, casi le cuesta mirarte a la cara. - No tienes miedo de lo que pueda estar pasando? ¿Por qué está pasando esto?

Entras en el banco andando hacia atras con tres armas apuntandote al pecho

CREES QUE ESTO ES UN JUEGO GUAPA?? TODO EL MUNDO AL SUELO!!!! INCLUIDO TU Te dice apuntandote con su arma. Son unos seis y ya se estan encargando de que todo el mundo se que de calladito en su sitio, en el suelo y con las manos en la cabeza. Tu también obedeces por la cuenta que te trae.

Al principio muchos gritos y caras de sorpresa, pero ahora empieza a reinar el silencio y un gesto de terror se adueña de los rostros de los presentes.

No tengo idea de que está pasando, ni por que nos han llamado a nosotros ni nada de eso. Sólo sé lo que dice la carta y nada más. Aunque cuando la leí, sinceramente no podía creer como alguien supiera tanto de mí. Le digo mientras la miro a sus ojos verdes. Eso me dió un poco de miedo, ya que, como tu, nadie conoce mi verdadero potencial.

Justo cuando James se presenta y tiende la mano ois un grito procedente de la entrada del banco

TODO EL MUNDO AL SUELO!!!! LAS MANOS EN LA CABEZA!!!

el griterio y la histeria se apoderan de los presentes, un grupo de hombres armados y con pasamontañas irrumpen en el vestibulo a traves de las puertas delanteras del edificio. Ordenan a los clientes que se tiren al suelo. Poco a poco el personal va haciendo caso y empieza a reinar un profundo silencio, el terror se apodera de las caras de los presentes.

Los hombres del pasamontañas dejan el camino libre para un hombre y una mujer, no llevan la cara tapada, ambos tienen veintipocos años y están vestidos con ropa moderna, muy ancha. Existe un gran parecido fisico entre ambos que establece cierto parentesco.

(sigue)