Viendo que no podeis ofrecer una respuesta, los campesinos vuelven a hacer sus explicaciones, todos a la vez.
En medio de la algarabía, la voz de uno de los viejos hace callar a todos.
¡¡¡¡¡¡ESTO ES OBRA DEL DIABLO!!!!!!
El anciano se levanta de su silla y con el dedo alzado empieza a hablar.
He viajado por toda la Cristiandad, y Tierra Santa, Desde Santiago a Jerusalén y NUNCA, REPITO, ¡¡¡¡NUNCA!!!! había visto prueba más grande de su poder en la Tierra del Señor.
El Diablo nos quiere a sus pies y nos hostigará hasta que nos rindamos. ¿Y eso porqué? ¡¡Porque alguien en esta casa ha sido un indigno devoto de Diós y este le ha abandonado a su Suerte!! ¡¡Y en su Suerte, el Diablo le ha reclamado como se merece, para torturarlo por toda la eternidad!!
¡¡Ay de los demás, que no tenemos la culpa de sus pecados, que seremos testigos de Su Juicio!! ¡¡Espero que hayais sido buenos Siervos del Señor, o os Condenareis antes de acabar la Noche!!!
Cuando acaba, los campesinos están quietos y callados, encogidos en su asiento, echándose miradas reprobatorias entre ellos, y alguna que otra a los viajeros.
Relágese ,-le digo al peregrino- seguro que hay una explicacion paratodo esto- digo mientras pienso:
-"Pero que digo, no , no, la hay"-
Viendo que no aguantariani un segundo mas hablando con el peregrino digo a mis compañeros : -¿ Y si nos vamos ya a dormir ?
Me levanto finalmente de la esquina y vuelvo con el resto todavía un poco temblorosa por la aparición de los muertos vivientes y me derrumbo en una silla.
-Sea o no cosa del diablo, ya se han ido-"O eso espero" les digo a mis compañeros de viaje un poco soñolienta-Si, será mejor que vayamos a dormir y ya nos encargaremos de investigar esto mañana.-"Si es que conseguimos dormir despues de esto"-piensa para sus adentros mientras la recorre un escalofrío.
Sí, *ejem* - dijo Rodrigo aclarándose la voz. - Es una buena idea, deberíamos descansar, ya estábamos agotados antes y la batalla me ha superado... Mañana será otro día, seguramente el día propicio para hacer preguntas y buscar respuestas... Por que yo, por lo menos, ya ni puedo pensar claramente...
El agotamiento se podía percibir en la cara del mercader.
Sea lo que sea, sigue ahí a fuera.
No lo hemos derrotado, sólo les hemos parado los pies por un momento.
Mientras dice esto, una ventana se abre de golpe y un muerto-viviente aparece detrás, amenazando a Cristina. Rápidamente, el Caballero coge el arma, le corta el cuello y vuelve a cerrar la ventana y los portones.
Agarra una mesa y la pone bloqueando la ventana.
Como decíamos, no hay descanso posible.
Esas cosas aún están aqui y si mis experiencias no me engañan, no se marcharán ni cejarán en su empeño hasta que su invocador esté muerto o decida que ya no los necesita.
Así pues, lo primero es lo primero: ¿Quién es el invocador?
Rodrigo siente defenecer por momentos. ¿Aún no hemos acabado con ellos? piensa horrorizado.
- Tabernero, ponme algo fuerte, creo que lo voy a necesitar...
Pero, ¿como pueden pensar en dormir después de todo esto? Se pregunta Elena mirando extrañada a sus compañeros de viaje. Antes de poder expresar en voz alta sus pensamientos, el caballero se adelanta y expone sus mayores temores. Y por si no fuera poco, como si corroborase sus palabras, se abre la ventana y aparece otro de esos muertos andantes.
Elena mira admirada como con temple frío el caballero da muerte a esta nueva criatura... ¿El invocador? Desconocemos esa información, pero es posible que ellos sepan algo. Responde la joven señalando hacia los lugareños. Tras las palabras del peregrino, Elena cree que quizás él sí que sepa algo, y su mirada se queda fija en la del hombre.
-No es posible ,¿sigen ahi fuera?, -digo mientras pongo una cara de desesperacion- pero , tiene que haber alguna forma de derrotarlos ¿ verdad ?- digo dirigiendome al caballero.
Los campesinos se agrupan al verse el centro de atención. Por sus caras de pánico, estais convencidos de que si pudieran, se convertirían en una pequeña bola insignificante... y desaparecerían.
Mientras, el anciano que estaba inconsciente empieza a despertarse.
Ugh... ¿qué me ha pasado?
Y todos los campesinos y el viejo peregrino se le echan encima para ver como se encuentra...
El Caballero mira a Luís, con una sonrisa.
Bueno, yo sólo sé de dos formas de destruirlos.
Como ya he dicho, pòdemos luchar y luchar hasta que dejen de llegar, lo que es harto agotador y lo más probable, aunque contemos con poderes divinos a nuestro favor, es que esas cosas vengan y vengan y vengan, hasta que nos maten. Me considero un buen guerrero, pero sé que no podría aguantar toda una noche de combate sin reposo, y eso sin contar que por aquí hay hechicería implicada.
Por otro lado, podríamos descubrir quién es el invocador -mira a los campesinos y al viejo- e intentar algo directamente contra él. En nuestras circumstancias es una opción suicida, pero es una opción más efectiva y con más probabilidades de éxito que la otra.
Nosotros no somos guerreros... Elena mira preocupada a su alrededor, los aldeanos han ido raudos a cuidar del anciano, que con todo el jaleo se había quedado semi olvidado en un rincón. La joven prende nuevamente su mirada de largas pestañas en la del caballero. Sus ojos denotan miedo, aunque la joven intenta disfrazarlo con una sonrisa. Sabe que el hombre tiene razón, si no consiguen encontrar al artífice de todo eso, los muertos continuarán entrando sin descanso, y llegará un momento en que sus fuerzas se agotarán. Pero ella nunca hasta esta noche había blandido un arma contra nadie. Y teme que el aplomo que ha mostrado sea solo una sombra del terror que la devora por dentro.
Supongo que sí, será mejor encontrar al que está detrás de todo esto. Pero... No sé en que podemos ayudarle, ya ha podido comprobar que con las armas no destacamos demasiado. Termina Elena diciendo algo ruborizada, y bajando la mirada.
Luis mira a sus compañeros y dice:
Estas on las opciones que se nos presentan de momento:
a)Dejar de preocuparno he ir a dormir.
b)Luchar toda la noche.
c)Hacer guardia por turnos para dormir un poco.
Te has olvidado de la opcion d): Encontrar al invicador y atacarle a el. O si eres un pesimista tambien puedes añadir opción e): Limitarnos a no hacer nada y esperar a que acaben con nosotros...Aunque creo que esa podemos descartarla-le dice a Luis mientras se acerca al anciano que parece acabar de recobrar la conciencia.
Puesto que me gusta la opcion d) yo voto por esa y por la de la guardia.
Rodrigo se hallaba, además de agotado, bastante reacio a salir al exterior a buscar un mago oscuro que revive muertos. La adrenalina había dejado de correr por su venas y ya no todo parecía tan heroico, fácil y seguro. Sus compañeros hablaban de hacer frente a un ser del que ni siquiera tenían conocimiento. Rodrigo sabía, por su oficio, que no puedes competir contra alguien a ciegas, primero has de encontrar sus puntos fuertes y débiles; evitar los primeros y explotar los segundos. Conocían un punto fuerte: podía revivir e invocar a los muertos, pero... ¿y sus puntos débiles?
- Yo... - dijo con un hilo de voz - no se si estoy preparado para hacer frente al demoníaco ser que ha propiciado esto...
Veo que habeis leído a los griegos, señor -dice mirando a Luís-. Me pregunto de dónde habrá sacado los libros...
Cuando acaba hace una pausa, en la que el silencio recorre al sala. Podeis notar cómo una mirada furibunda del viejo pelegrino va desde el Caballero hasta Luís.
Antes de que el pelegrino tenga tiempo de tomar aire y empezar un sermón, el Caballero prosigue con una sonrisa en el rostro.
Pero de eso nos ocuparemos más adelante...
Con la mirada recorre toda la sala y acaba posándose en Elena.
Es cierto que no son guerreros. No tienen ni el entrenamiento ni el equipo necesarios para combatir esto. Pero probablemente, en gran parte de Tierra Santa, dónde se concentran los mejores guerreros de la Cristiandad, encontrariamos gente que pudiera combatir directamente a esto.
El enemigo nos supera en número y además se esconde. Y eso le da mucha ventaja.
Para un momento, pensativo.
Debemos conseguir información.
¿Información? Murmura Elena, repitiendo las palabras del caballero y mirando significativamente en dirección a donde se concentran ahora mismo los aldeanos. Sí, quizás ese viejo sepa algo. O aunque no sepa, parecía más sabio que el resto. Cuando todos gritaban que era cosa del demonio, él supo mantener la entereza, e intentó razonar antes... antes de que nuestro compañero le golpeara. Termina diciendo con un murmullo y bajando la mirada, todavía avergonzada por lo que hizo Borkoff con el pobre anciano... ¿Qué habrá sido de él? Se pregunta la mujer volviendo su mirada hacia la puerta que se mantiene cerrada.
Elena se levanta, alisándose con las manos la larga falda. Es consciente de que debe dar una imagen algo desaliñada y, preocupada como siempre ha estado por la imagen que ofrece ante la gente, intenta hacer un pequeño apaño. Aunque viendo la mirada del caballero se detiene, sintiéndose torpe. Y dándose cuenta que precisamente en esta situación, la imagen es lo que menos importa.
Elena coge la jarra de vino que tiene el caballero delante y le da un buen trago. Sintiendo cómo el calor se expande por su interior. La suelta nuevamente sobre la mesa. A ver si consigo que me digan algo... Comenta con un guiño de ojos dirigido hacia el caballero, y se dirige hacia donde se encuentra el anciano.
Disculpad, no le agobiéis... Va diciendo la mujer, mientras que con la sutileza que siempre la ha caracterizado, llega junto al hombre, pasando entre los campesinos. Venga, traedle un vaso de agua... Y si es posible un paño tampoco estaría mal. Dice con voz autoritaria, mientras se agacha y le coge una de sus grandes y callosas manos. ¿Cómo os encontráis, buen hombre? Pregunta Elena con dulzura.
Mientras piensas en el anciano y en como acabó de esa forma, te acuerdas de Borkoff y una sombra pasa por tu mente. Te has dado cuenta de una evidencia:
Si Borkoff se quedó en la aldea, está muerto.
Al principio los campesinos la miran algo molestos, claramente porque una forastera intente cuidar de los suyos.
Pero sus modos y andares le permiten el paso hasta el anciano, sabiendo que está siendo observada y repasada por todos los hombres de la sala. Pero ha llegado dónde se proponía, y se arrodilla junto al anciano.
Al cabo de unos segundos, la niña se abre paso hasta Elena y le trae el paño y una jarra de agua.
Oh, gracias jovencita... ya me siento mejor... aunque parece que aquí ha habido una pelea... y no muy bonita... vaya.. me la he perdido... jejeje ¿mejor que agua, podrías acercar un poco de vino caliente de ese a un pobre anciano apaleado? creo que me sentará bien...
Y la niña se va corriendo hacia la cocina.
Yo sigo con mi propuesta-digo mirando a mis compañeros-hoy montaremos guardia por turnos y mañana nos enfrentaremos a la amenaza.-vuelvo a mirar a mis compañeros con cara de duda y pregunto energicamente-¿que os parace?