Partida Rol por web

La Noble Savia

III. Extraños sucesos

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19/02/2015, 17:21
Padre Ramón Múrgula

- Maldita sea Breixo - dijo Ramón y en el mismo instante se mordió la lengua por haber maldecido por culpa de semejante gañán y más en presencia del padre Félix y de los cadáveres - ni tan siquiera podeís guardar para vos ese humor retorcido y blasfemo que teneís estando aquestos dos de cuerpo presente.

Dicho esto se dispuso a limpiar los cuerpos de Felipe y de Bernarda con una esponja y agua de un cubo, quitarles la mugre, fruto de años de trabajo en el campo y una higiene casi ausente supuso bastante trabajo y eso que Ramón se limitó a hacerlo con las manos, los pies, el cuello y el rostro.

Por un momento había pensado desvetir ambos cuerpos por completo y asearlos de la cabeza a los pies antes de cubrirlos con telas limpias y enterrarlos, pero la idea de ver el cuerpo de Bernarda completamente desnudo, por muy difunta que fuera, le resultó tan turbadora que pidió ayuda a una mujer del pueblo para que le cambiara las ropas una vez la hubo limpiado de forma bastante más somera que ha Felipe.

- Tiradas (1)
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19/02/2015, 18:42
Narratoris

El padre Ramón Múrgula quedóse limpiando el cuerpo con una de las mujeres que se había acercado al camposanto. Ambos dieron la vuelta a los cuerpos para quitarles con cuidad las ropas, lavarlos un poco y preparándoles un aspecto decente para el viaje a los cielos. Llegaba entonces don Félix para oficiar la misa, y con él, a pleno campo, las mujeres de las pocas familias de Algaida. El resto de los hombres y los jóvenes hijos ya crecidos de aquestos matrimonios fuéronse a las órdenes de Rodrigo, empero que tan pocos eran que los grupos a formar serían de tres o cuatro personas. Sin embargo, quizá fuera suficiente como para hacer una digna batida y encontrar a la joven hija de los difuntos.

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19/02/2015, 18:42
Narratoris

Fuistes con dos hombres casa por casa. Aquellos vecinos estaban asustados realmente, y no duduraon en obedecerte en cuanto a la búsqueda. Que la chiquilla estuviera por allí era harto difícil, ya que hacía poco que las familias habían salido de sus casas (muy pequeñas, por cierto) y nada habían visto antes de notar lo de los cadáveres.

Notas de juego

Puedes hacer una tirada de Descubrir, o en su defecto, Percepción.

Postea sólo para tí de momento.

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19/02/2015, 18:43
Narratoris

Fuistes a las granjas. Dos hombres te acompañaban. Había por allí un pequeño molino comunitario, no muy lejos de la aldea. Sin duda que allí debían de sembrar, empero que encontrar allí a alguien podría ser bastante fácil, sobre todo porque la siega ya se había efectuado

 

Notas de juego

Puedes hacer una tirada de Descubrir, o en su defecto, Percepción.

Postea sólo para tí de momento.

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19/02/2015, 18:44
Narratoris

Fuistes al linde del bosque con dos aldeanos. Allí, todo comenzaba tenebroso y oscuro (pese a ser de día), y los dos vecinos que te acompañaban estaban algo rehusantes en eso de investigar entre los árboles (pues les infundaba respeto y miedo). Al principio casi se negaron, pero pensaron en sus propias familias y decidieron acompañarte sin dudarlo. Comenzásteis a internaros más y más, y tras unos pocos minutos (casi diez) de andadura, vísteis a lo lejos, entre dos troncos, a lo que parecía una figura bajita, una niña quizás, con el pelo pegajoso y andrajoso (sucio y lleno de hojas). Ésta, para tu sorpresa, se introdujo en el hueco del tronco de un árbol grande que allí había.

Notas de juego

Postea sólo para tí de momento.

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19/02/2015, 18:46
Narratoris

Te quedaste oficiando misa. Bueno, más bien escuchando la palabra preclara de boca del padre Félix, mientras tu consolabas con la mirada a las féminas y jóvenes craituras que entre sollozos y miedo daban un último adiós a sus dos vecinos. Tus compañeros ya se habían ido, cada uno a un sitio (los que dijo Rodrigo).

Notas de juego

Postea sólo para tí de momento.

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19/02/2015, 19:34
Roi Xordo

En la espesura del bosque apenas se veía nada, pero el grupo avanzaba sin tregua en busca de la muchacha desaparecida, con el único fin de encontrarla a salvo. Los aldeanos no suponían atraso alguno, eran desenvueltos y podrían ser de ayuda si la ocasión lo requería. Aún así, Roi iba alerta, buscando cualquier indicio de peligro.

-Vamos, amigos -los animó-, temos que encontrar a la menina..

Una sombra extraña surgió entre dos troncos.. Fue sólo un instante, pero Roi la vió de soslayo, y dirigió su vista hacia ella.

¿Unha menina? ¿¡Podía ser!? 

Extrañado, se detuvo. Con cuidado, se giró hacia donde vió la silueta.. Sí, lo parecía.. con pelo sucio y enmarañado.. Instintivamente, Roi hizo amago de acercarse, y la niña se escondió en el tronco de uno de los árboles.

Roi lo comprendió, seguro que estaría asustada.. a saber qué habría vivido para estar allí. Bendijo la feliz idea de batir el bosque en su busca. Se arrepintió de no saber el nombre de la niña, pero los aldeanos la conocerían.

-¿Cuál es el seu nombre? -les preguntó. Pretendía acercársele, y ofrecerle confianza. O quizás alguno de los aldeanos la conociese más y prefiriese él acercarse.. Roi se lo propuso también-. A mín no me conoce.. Non debe huír.. ¿Alguno de vós la puede traer con confianza, o lo intento yo? 

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19/02/2015, 20:34
Narratoris

Los aldeanos te dijeron que se llamaba Felipa, le decían "Felipilla"*; sin embargo, se negaron a acercarse, pues vieron, al igual que tu, que se había INTRODUCIDO en el hueco del árbol (no que estuviera escondida allí). Tragaron saliva y lo único que decían era de ir todos juntos, sino se daban la vuelta (el bosque les daba pavor por el tema de las dos horribles muertes).

Notas de juego

*: su padre os habló de ella la noche anterior.

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19/02/2015, 20:46
Roi Xordo

-Felipilla.. ¿eres tú? -le pregunta Roi a la zagala, con voz tranquila. No quería que se asustase, aunque los comentarios de los aldeanos intranquilizaron al portugués. Sacaría de buen grado la espada, pero no quería asustar a la niña. Avanzaba con una mano tendida delante de él, ofreciendo seguridad a la niña, pero la otra cogía la empuñadura de su espada.

Cuanto más se acercaba, despacio, al tronco, más desenvainaba la espada sin hacer ruído, y seguía hablando:

-Felipa, te estamos buscando.. Queremos llevarte al pobo.. Somos amigos -seguía avanzando, mirando alrededor, y al tronco donde la niña se introdujo.. ¿Cómo podía ser iso certo?*-..Felipa, dime algo.. Algunha coisa.. Dime que eres tú.. 

Esperaba respuesta de la niña, aunque comprendía que podía estar asustada. Las palabras de los aldeanos.. cada vez le escamaban más. La espada ya estaba desenvainada, aunque baja, y presta a la defensa si algo sucedía.

Notas de juego

*¿cómo podía ser éso cierto?

Ah, repasé los posts pero no leí su nombre, se me debió de pasar, perdon *_*

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20/02/2015, 17:28
Rodrigo Manrique
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Notas de juego

Casi imposible :D

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21/02/2015, 17:00
Breixo Araujo

Si la criaja está por aquí, bien que juega al escondite la hija del demonio. Como no se la haya tragado la tierra... A tales elucubraciones se hallaba entregado el pardo, que no encontró rastro alguno de la chiquilla allí donde fue a investigar. Al parecer, los dos mastuerzos que fueron con él resultaron tan ineptos, cosa que sólo contribuyó a enervarle.

— No hallaremos a la desdichada aquí —sentenció Breixo, resoplando—. Espero que mis insignes compañeros tengan mejor suerte...

- Tiradas (1)

Notas de juego

Descubrir = 20%. Tirada = 98. ¡Fallo garrafal! Breixo no tiene aptitudes para ser Sherlock.

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23/02/2015, 10:48
Narratoris

En las granjas nada había. Nada encontraste. Los dos vecinos que te acompañaban estuvieron a tus órdenes y mandatos en eso del por dónde buscar. Ciertamente era buscar una aguja en un pajar (las tierras eran extensas y la muchacha debía ser pequeñita). En el molino tampoco había nada. De hecho estaba completamente cerrado y sólo tenía un ventanuco por el que no cabía ni una persona. Nada encontrastes allí.

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23/02/2015, 10:49
Narratoris

Tras observar casa por casa nada encontraste. Había unas diez casa y varios establos, y allí no había nadie escondido. Desde luego, raro era que la muchacha, la joven Felipilla, se hubiera escondido en aquellos lugares sin que nadie la hubiera visto (et en estando allí dentro durante la noche).

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23/02/2015, 10:49
Narratoris

Breixo volvió a Algaida et que encontró a Rodrigo acabando de buscar sin éxito, al igual que el, entre las casas. Ni rastro de la Felipilla. Entonces ambos, ya reunidos, fuísteis al camposante cercano a la aldea. Allí estaba el padre Félix oficiando la que fuera su última misa allí (ya que dijo que se iría tras acceder a vuetra petición), et que también andaba por allí el padre Ramón  (que había estado limpiando los cuerpos y ahora escuchaba la palabra Preclara de Dios).

Ni rastro de Roi, que se había internado en el bosque.

Notas de juego

No marquéis a Roi.

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24/02/2015, 21:05
Padre Ramón Múrgula

El caballero se limito a dirigirles un cabeceo cuando Breixo y Rodrigo se unieron a la misa y continuo atento al oficio si bien, luego rezaria más como penitencia, su mente vagaba distraida centrado en recordar todo lo ocurrido desde que habían llegado a la aldea. Recordando algo, se volvió hacia Rodrigo, que estaba a su lado y le bisbiseó al oído:

- Imagino, hermano, que nada habeís encontrado en las granjas o no estaríais aqui así - continuó en un susuro - ¿alguien ha revisado la casa de Felipe? - ante la mirada de incredulidad de Rodrigo se explicó - ya sé que quizás la niña no esté allí escondida, sino que sería un buen lugar donde buscar pistas de su asesino.

Dicho esto se preparó para salir discretamente de la misa, camino del pueblo con objeto que revisar la casa como había propuesto. Como el servicio aún se prolongaría un rato, amén del entierro propiamente dicho y la sepultura, tendría un rato para revisar la casa sin que nadie le echara en falta o pensara que su intención era saquear la humildísima vivienda de aquellos campesiones

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25/02/2015, 11:24
Rodrigo Manrique

La verdad es que había relizado la búsqueda con pocas esperanzas, un sexto sentido le decía que no iban a encontrar a la pequeña tan fácilmente.

Cuando volvió al punto reunión y terminaron de escuchar la misa, les informó a los presentes de la falta de resultados y esperó que los otros hubiesen encontrado al menos alguna pista. Roi no estaba ahí, eso era buena señal. Si algo le había entretenido es por algo habría hallado.

Nada, hermano - dijo respondiendo la pregunta del padre Múrgula- ni rastro en ninguna de las casas del pueblo.

Solo miraba por la niña, la verdad es que no me fijé en qué estado se encontrase el hogar de los desdichados o las señales de un posible ataque.

Vamos a buscar al portugués? Quizás necesite nuestra ayuda.

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25/02/2015, 16:49
Breixo Araujo

— Cierto es, Padre Ramón, que ni rastro había de la pequeña Felipa por las granjas, como no sea que la niña se haya vuelto fantasma —respondió así el pardo al primer comentario de su compañero—. Quizás no sea mala idea acudir a auxiliar al bueno del portugués, a ver si hay más suerte allí y otro par de ojos ven más que uno solo.

Dicho esto, Breixo dirigió sus pasos camino del bosque adonde había ido Roi, esperando que al menos Rodrigo le acompañara.

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25/02/2015, 17:11
Narratoris

Rodrigo, efectivamente, aseguró que nada encontró en las casa de los vecinos. En ninguna. Ni a la propia Felipilla, hija de los fallecidos, como pista alguna de su paradero o de los crímenes. Tampoco Breixo alcanzó respuesta alguna. El que faltaba era Roi, et que entonces pusísteis suela a caminar en busca del caballero portugués, el cual se había internado el comienzo del bosque. 

Tras unos diez minutos de andadura más o menos (en los que algo parecía encogeros el estómago de una manera irracional), encontrásteis un claro con un par de árboles, y tres hombres. Al acercaros, comprobásteis que dos de ellos (mas atrasados) eran aldeanos de Algaida, y el más adelantado (unos pasos más allá), era Roi. Parecía estar mirando al suelo, al la raiz de unos de esos árboles.

Al acercaros a su lado, os dísteis cuenta que lo que observaba era el hueco del árbol; un hueco en su tronco que se extendía hacia su raíz e incluso mucho más allá, hacia el suelo: ¡aquello era la entrada de una cueva!

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25/02/2015, 17:11
Narratoris

Ni rastro ni señal de Felipilla, se había internado en el gran hueco del árbol. Claro que, al acercarte con la mano en alto pacíficamente, lograste ver el orificio del mismo. Era un hueco en su tronco, que se extendía hacia su raíz e incluso mucho más allá, hacia el suelo: ¡aquello era la entrada de una cueva!

En esos momentos llegaron por detrás tus compañeros, todos ellos a pie: el Padre Múrgula, Rodrigo y Breixo. Sus rostros eran como de querer saber más acerca del asunto. Quizá no hubieran tenido éxito en su búsqueda.

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25/02/2015, 17:11
Narratoris

Notas de juego

Ya estáis juntos. Podéis postear para todos.