Partida Rol por web

Las olas golpeaban rebeldes contra el casco del barco, el viento azuzaba las velas cual látigo a sus corceles, las gaviotas descargaban sus deshechos sobre los tripulantes impunemente ante sus iracundas miradas. El "Mono descabezado" surcaba las aguas a toda vela seguido de cerca por un magnífico navío cuyo único fin era dar caza al pirata Bookan Talkingbird.

- ¡Detente, Bookan! ¡No lograrás escapar! ¡Nuestro barco es más veloz, más potente y está mejor equipado! No hay forma de que logres huir -gritaba el hombre del curioso bigote desde la cubierta del navío perseguidor.

Mientras tanto, los tripulantes del "Mono descabezado" se reunían en la cubierta del barco discutiendo la mejor forma de plantear la huida. El camarero-pirata hablaba nervioso en ese momento.

- No podremos huir de esta forma. Hay que hacer algo o nos darán caza antes de que anochezca -dijo preocupado.

- ¿Qué propones, entonces, estimado Pirata-camarero? -preguntó Bookan con sorna

El pirata-camarero pareció ofendido por sus palabras.

- Para tu información, señor Bookan Talkingbird, este pirata-camarero tiene un nombre respetable del que harías bien en hacer uso. Mi nombre es "Pircam" -añadió con un gesto de dignidad -Y si os interesa mi opinión diría que lo que deberíamos hacer es tirar por la borda a este amago de piratilla llamado Bookan y entregárselo a nuestros perseguidores. Nerea es la capitana, ya no nos hace falta.

Una voz surgió desde el otro barco. Se trataba del hombre del bigote extraño.

- ¡Malditos bribones! ¡La justicia os perseguirá a todos! ¡Y también a vuestros hijos!

El rostro de Pircam se puso tenso.

- Aunque a decir verdad, no podemos traicionar así a un compañero bucanero. Definitivamente, se debería quedar con nosotros ¿Traicionar a un amigo pirata? ¡Nunca! ¿Por quién me habéis tomado?

- Gracias por tu apoyo, compañero -respondió Bookan con una sonrisa -Lo primero que deberíamos hacer es soltar lastre y deshacernos de todo aquello que sea pesado y no sea imprescindible ¿Qué opinas capitana?

Nerea dio su aprobación a la idea de soltar lastre de modo que Greg, Pircam y Yimbo comenzaron a deshacerse de los pesados objetos por la borda, mientras Nerea, Bookan y Wash observaban meditando a sus perseguidores.

Yimbo lanzaba un pesado baúl al agua ajeno a la conversación de los tres piratas al mando.

- Tenemos que pensar algo más para deshacernos de ellos -dijo Bookan preocupado.

- Cierto. Por mucho lastre que soltemos, a este ritmo nos darán caza en seguida -añadió Wash mientras Greg lanzaba por la borda una enorme caja con unas letras que decían: "Sistema de navegación ultrarrápida".

- Señores, todos nuestros recursos se encuentran en este barco, pero dudo mucho que haya algo que nos sirva -respondió Nerea mientras Pircam lanzaba al mar un potente motor de propulsión de barcos.

- Estimada señorita Nerea -dijo Bookan -permítame decir que llevo navegando en este barco años y años -dijo mientras entre Greg y Yimbo lanzaban al mar varias bombonas de óxido nitroso -Si hubiera algo que nos pudiera ayudar, creeme, lo sabría.

Los tres dirigieron su mirada hacia el horizonte cavilando acerca de sus posibilidades y cuando desistieron de encontrar una solución a su problema ayudaron a los otros tres a lanzar una amplia y pesada colección de hélices de navegación a lo más profundo del mar Caribe.

Wash se encontraba encaramado a la barandilla del castillo de proa, agarrando con una mano un cabo y con la otra su sombrero. El viento del Caribe le golpeaba la cara pero el, en perfecta pose pirata, gritaba ordenes a la tripulación con una sonrisa malévola. -¡LARGAD EL TRINQUETEEEE!¡TENSAD BIEN ESAS JARCIAS! MOVEOS CON BRÍO MEQUETREFES, AHORA SERVÍS EN UN BARCO PIRATA-

Miró a popa, el navío que trataba de darles caza recortaba distancia por momentos. La tripulación se reunió en cubierta. -¿un motín tan pronto? no puede ser- se acercó y llegó a tiempo de escuchar parte de la conversación.

-Por todas las tempestades de los siete mares señor PirCam, menos mal que tiene usted nombre, estaba a punto de buscarle un mote ridículo y me ha ahorrado usted el trabajo.-

La tripulación comenzó a aligerar peso mientras la capitanía buscaba una solución. -Maldita sea señor Bookan, supongo que no tendrá usted un castor en este barco. ¿Que clase de barco pirata era este, que no lleva una jaula llena de castores a bordo? Eso sólo nos deja una solución, registrar el barco en busca de cosas útiles. Después de todo, esto es una aventura gráfica ¿no?-

Volvió hacia la tripulación que había empezado a arrojar el agua dulce, la comida y el fondo de armario de pañoletas de Bookan -Señor Bobbins, grumete moreno, déjenle eso al señor PiCam. Deberíamos ponernos a registrar el barco. Yo empezaré por el camarote del capitán.- Dicho esto Wash se lanzó a cubierta deslizándose por un cabo y se dirigió al citado camarote.

Wash recorrió la cubierta como una centella dirigiéndose hacia el camarote del capitán, entró en él con paso decidido y echó una ojeada alrededor. El camarote presentaba un aspecto bastante sencillo, una mesa grande con seis sillas dominaba la parte central del mismo, en la parte derecha de la pantalla del camarote una serie de armarios descansaban contra la pared. En el fondo, una amplia y lujosa cama cubría la estancia de pared a pared, sobre esta, un pequeño estante que hacía las funciones de mesilla de noche sostenía un antifaz, una vela consumida y un libro titulado "1001 formas de desvirtuar un tema". En la parte izquierda, una serie de tres cajas de madera descansaban en el suelo cerradas.

Mientras lanzaba por la borda un motor de curvatura factor 9'9, Greg observaba al barco ganando inexorablemente terreno. - Que no tengamos nada útil por aquí... - se lamentaba.

Cansado de sacar porquerías inútiles de las bodegas (que empezaban a estar muy vacias), Greg puso en movimiento su lentas neuronas buscando alguna forma de ganar velocidad... o de hacersela perder a los perseguidores - Venga, el mono tiene razón, algo debe de haber...

Y como le gustaban las alturas (y quería comprobar si en caso de emergencia se podría esconder ahí) subió la escalerilla de cuerda hacia el puesto de vigía...

Greg subió empleando la escalera de cuerda que colgaba del mástil principal, hacia el puesto de vigía. Conforma iba subiendo, un desagradable olor se iba acrecentando, alcanzando su punto máximo cuando alcanzó la plataforma preparada para el vigía. Allí, sobre el suelo descansaban un cubo lleno de un sospechoso líquido amarillento de donde procedía el mal olor, un rollo de papel higiénico y los restos de un catalejo roto.

Greg echó una ojeada alrededor y descubrió una imponente vista del océano. Todo era agua alrededor, excepto el poderoso barco que los seguía.

Por un momento, Greg se planteó coger el cubo, por si tuviera alguna utilidad a posterior, pero una vocecilla interior (o no tan interior, él mismo pensando en voz alta) soltaba un "¡No, gracias, eso sería asqueroso!"

Sin embargo, esa vocecilla no le ponía ninguna pega para llevarse el catalejo roto e incluso el rollo de papel higiénico... - Nunca se sabe cuando le puede llegar a uno un apretón. O puede emplearlo para negociar con alguien necesitado...

Yimbo se afanó en arrojar por la borda todo aquello cuanto no fuese imprescindible. Estaba a punto de echar también a Bookan siguiendo las indicaciones de Pircam cuando se detuvo al ver que éste se retractaba.

- Po' no era esa tan mala idea, no. No lo era.- pensó.

Estaba a punto de tirar también unas bombonas que encontró pero se entretuvo mirando la etiqueta marcada con unas extrañas siglas en las que se podía leer "N2O". - ¿Qué demonio' querrá decí? - se preguntó.

Picado por la curiosidad abrió un poco la espita y un fuerte chorro de gas le dio de lleno en la cara, inhalándolo por completo. A Yimbo le gustó el olor dulzón y contiuó así hasta que la bombona se vació, momento en que decidió que ya era hora de lanzarlas al mar.

Con una sensación extraña en su cabeza escuchó la voz del primer mono oficial de a bordo que les ordenaba inicar una búsqueda de algo útil por el resto del barco.

- Jijijijijjiijijí -retorciéndose de la risa e incapaz de decir otra cosa, el muchacho se dirigió, mejor dicho, se precipitó por la escotilla de cubierta que no había visto a tiempo y que conducía a los compartimentos interiores del barco.

Yimbo llegó sin saber muy bien cómo a los compartimentos interiores del barco. Se encontraba en una especie de habitación vacía con tres puertas. Una de ellas hacia la popa, otra hacia la proa y una tercera puerta horizontal hacia un compartimento inferior.

Una vez todo dejó de dar vueltas alrededor de Yimbo, el muchacho agitó la cabeza y tomó una decisión acerca de qué puerta seguir.

- Ji-ji-ji-ji-jí-jí-ji-ji-.ji-ji-ji.......

- Ji--ji-jí....

Con los efectos hilarantes abandonando poco a poco su cabeza, y con una mano apoyada en el chichón que le acababa de crecer, Yimbo miró la encrucijada en la que se encontraba.

- Jí...

Decidió que ya había bajado demasiado, y demasiado rápido, y abrió una de las dos puertas de aquel nivel. Concretamente, la de popa.

Yimbo se adentró en la sala de popa que quedaba justo por debajo del camarote del capitán, y en cuanto atravesó la puerta fue consciente de que se encontraba en la estancia destinada al descanso de los tripulantes, pues dos hileras de barrotes verticales sostenían seis hamacas de tela. En cada una de las hamacas descansaba una almohada y en una de ellas, además, una coqueta manta con un elaborado bordado de punto alrededor, y un oso de peluche en un estado regular.

Tomando nota mental de dónde había un cubo de... uh... productos nocivos por si llegaba a ser necesario, Greg se asomó desde el puesto de vigía hacia el otro barco, que seguía al Mono Descabezado a una distancia un tanto estática.

No lo parece, pero nos van ganando terreno.

Sin tiempo que perder (bueno, al menos oficialmente), bajó las escaleras y se dirigió al castillo de popa (creía haber visto al mono ir al camarote de la capitana y al chico-del-palo ir a los compartimientos interiores, así que ese era el último lugar que quedaría por regirar), a ver si encontraba alguna cosa que pudiera serles útil...

Wash seguía contrariado por la ausencia de castores entre la utillería del navío. En fin, quizá hubiera algo de utilidad por allí. Se decidió a abrir y revolver todo lo que pudiera. En algún momento aquél sería su camarote y tenía que empezar a familiarizarse con él.

Comenzó a inspeccionar la pantalla el lugar como hacía siempre, de izquierda a derecha y de arriba a abajo. Lo intentó primero con las cajas, para después inspeccionar la mesa y debajo de la cama. A continuación cogió los objetos del estante y por último abrió todos los armarios.

Greg bajó del mástil principal a una velocidad peligrosamente alta, sin embargo, tomó tierra con cierta elegancia y descendió por las escaleras de la escotilla de la cubierta. Se encontraba en una especie de habitación vacía con tres puertas. Una de ellas hacia la popa, otra hacia la proa y una tercera puerta horizontal hacia un compartimento inferior.

Lo primero que inspeccionó el segundo de a bordo fueron las cajas de madera situadas a la izquierda. En ellas encontró una serie de botellas llenas y etiquetadas con lo que parecían diferentes variedades caseras de grog: Grog insultantemente ácido, Grog 2.0, Grog insulso, Grogacola, Grog explosivo, Grog absurdo, etc.

A continuación Wash se acercó a la mesa, que se encontraba vacía en aquel momento salvo por un sencillo mantel que lo cubría. Se trataba de una amplia mesa destinada a comidas y cenas encabezadas por el capitán. Bajo la misma no había más que telarañas y algún que otro chicle petrificados imposible de extraer.

Wash se guardó los objetos que había encontrado sobre el estante: un antifaz, una vela consumida y un libro titulado "1001 formas de desvirtuar un tema", para posteriormente dirigirse al armario de la derecha. Dentro del mismo únicamente había un pequeño y solitario paquetes de sugus de piña.

Hacía tiempo que Yimbo tenía ganas de hacer esto, y, ahora que nadie le miraba, aprovechó la ocasión:

- Examiná manta

- Examiná oso de peluche

- Cogé manta

- Cogé oso de peluche

- Empujá hamaca

- Usá hamaca con libro de receta' vudú --> (eso no parece que funcione)

- Mirá (para ver si hay algún armario y/o salida oculta)

Al fin y al cabo, se encontraba inmerso en una aventura gráfica. ¿Qué le impedía especificar sus acciones de tal forma?

- Parece una manta 100% lana/poliester. Mmm... ¡qué suave! -exclamó Yimbo al observar detenidamente la manta.

Acto seguido cogió el oso de peluche y lo examinó con detenimiento.

- Tiene una etiqueta: "Osito Teddy Standard. Achuchable desde seis ángulos distintos".

Cogió ambos objetos tras lo que empujó una hamaca e intentó hacer algo incongruente con el libro vudú. A continuación echó una ojeada alrededor para cercionarse que la única salida de aquel lugar era la puerta por la que había entrado.