Partida Rol por web

Contemplé a mis compañeros en silencio mientras permanecia allí de pie todavia invisible, creo que era el momento de "entrar" en escena, así que me deslicé furtivamente a un rincón que no me vieran y deshice el hechizo que me envolvia y caminé hacia Sarob mientras contemplaba con curiosidad el enorme individuo muerto.

---Veo que tienes buena mano para las flechas- digo sin dejar de mirar al Jefe- Debes de ser un gran cazador...

De pronto se oyen unos pasos y aparece Alduin caminando junto a Sarob.

–Veo que tienes buena mano para las flechas. –Comenta observando el cadáver del jefe. –Debes de ser un gran cazador...

Mientras tanto Raven se aproxima al fenecido para rendirle un poco de respeto, ya sea merecido o no, y mientras lo registra descubre en su cuello debajo de la camisa un guardapelo muy parecido al de Maya. Las armas que traía, un sable y una daga de diseño especial para trabar armas, se encuentran ahora en el suelo, una a cada lado del hombre. En sus bolsillos hay algunas monedas de cobre.

Alrededor lo que pueden encontrar entre barriles y cajas de madera son algunas vestiduras de abrigo, hechas con cuero o pieles de animales, también petates con ropa algo más cara y mantas. Hay en un rincón utensilios e instrumentos de cocina, muchos de ellos bastante sucios.
Raven usa la cuerda de uno de esos petates para maniatar al hombre que ha quedado allí, temblando de pies a cabeza y sin ninguna intención de llevarles la contra por ahora. Tranquilamente acepta su destino como rehén.

–S..í... q..queda uno. –Kohan se arrastra con esfuerzo para recostarse mejor a la pared de piedra de la cueva. –Pero cuidado, es rápido.

Raven sale hacia afuera inmediatamente a informar de la defunción del finado, pero no hay ninguna respuesta.

- Y tu eres bueno ocultándo tu presencia... Si no es por tu olor no sabría tan siquiera que te encontrabas aquí.- Le comento sin inmutarme, insistiendo en ese término "olor" que ya hbíamos habaldo, cuando este aparece de la nada; como si fuese la cosa más normal del mundo y apunto con mi arco al bandido que Raven termina atando, supongo que para poder interrogarlo, aunque pienso llevarlo ante la justicia en cuanto nos vayamos de aquí.- Me vendrían bien esas habilidades para estas ocasiones.- Espeto con calma cuando bajo mi arco al estar la situación bajo control

- En verdad es rápido... Solo he conseguido ver por donde se ha largado a una velocidad vertiginosa.- respondo ante el comentario de Kohan, aunque Raven se adelanta y quiere verlo con sus propios ojos. No es nada para malinterpretarlo. No nos conocemos de nada, después de todo.- Mejor estar atentos por si vuelve con más gente, aunque dudo que lo haga si su lider ha caído...- Me giro hacia el rehén y mientras ajusto mi arco y después de recoger las flechas del cuerpo del lider le espeto.- Por qué habéis atacado la casa del pueblo?.- Mi tono comienza a enfurecerse cuando recuerdo la situación en la que el padre de Maya fue asesinado.- Valía la pena acabar con la vida de un inocente por lo que fuese que buscaseis?!?!?!- Mis puños comienzan a cerrarse con fuerza y mi mando se dirije a uno de los cuchillos Kukri que tengo en el cinturón.- Cuida tus palabras... tu destino depende de la respuesta

El esbirro rechina los dientes y retrocede unos pasos, quedando con la espalda pegada a la pared de la cueva. –No sé de qué inocente hablas, nosotros solo seguíamos las órdenes de Denny. –Se siente molesto y espantado al mismo tiempo, se nota su nerviosismo por la manera agitada con la que respira. –Pero ahora que no está, ya todo da un poco igual.
Se queda tieso con su mirada cayendo sobre el cadáver de su líder. Al cabo de unos segundos decide hablar.

–Denny se enteró de que la leyenda de los héroes de Cornes tenía parte de verdad, y nos contrató para buscar los trozos del mapa que conduce a un tesoro que perteneció a ellos. –Los mira a los ojos, ven la cara de un hombre cansado que viene rondando los cuarenta. –Solo éramos mercenarios cumpliendo con nuestro trabajo. Al que debe pagar por sus pecados lo tienen ahí. –Apunta con un gesto de la cabeza a Denny en el suelo.

En efecto, cuando Raven abre el guardapelo que traía, que debe de ser el que pertenece a Kohan, está el pedazo restante del mapa. El lugar señalado es una gran hondonada que queda a unos kilómetros al suroeste de las quebradas, junto al lecho seco de un río. Estiman que pueden tardar un día a pie desde Cornes.

Parecía que el bandido que había herido a Kohan había escapado. Me dirigí hacia el interior de la cueva para escuchar como el esbirro se excusaba diciendo que las culpas eran del que ya había caído.- Que te paguen por algo no es escusa para realizar malas acciones. Eres tan culpable como el, fuiste tu el que decidió aceptar el dinero. Responderás ante los habitantes del pueblo de Cornes.- Le digo impasible mientras paso cerca de el. Era lo correcto.

Finalmente me dirigí hacia Maya.-La próxima vez que no sigas el plan no te volveremos a ayudar.-Aun estaba enfadada por la acción de haber entrado en la cueva durante el combate. Di un suspiro y le puse la mano izquierda en la cabeza mientras con la derecha le tendía el colgante con la otra parte del mapa.-Es tu decisión ir a por ello y yo que tu, hablaría con el.- Dije refiriéndome a Kohan.-Creo que sois parientes de algún modo.- Dicho esto y dejando a ambos por si querían hablar me dirigí a Sarob.-¿Puedes vigilar a este y revisar si hay algo mas importante en la cueva?. Me gustaría encargarme de los cuerpos de los bandidos de afuera.- Mi intención era ver si había algún superviviente y si no era el caso, reunirlos, coger aquellas cosas que no se pudieran considerar como personales o que tuvieran valor sentimental para ellos y darles paso al mas allá quemando sus cuerpos como era tradición en mi cultura. No sentía lastima por ellos ni tampoco les guardaba respeto, simplemente a mi modo de entender era lo correcto. 

Sabia que iba a tardar rato, y seguramente para cuando acabara fuera ya plena noche. Podriamos pasar la noche alli y partir hacia Cornes para llegar al dia siguiente.

---¡¡¡Coincido con la muchacha!!!- digo señalando a Raven ante aquella pobre escusa- Como dice ella que te hayan contratado para matar a alguien no te quita la culpabilidad, de hecho, es algo vil, inmundo y cobarde, me das ciertamente asco- digo con expresión inusualmente seria aunque enseguida adopta la expresión de siempre cuando vuelve a mirar a sus compañeros- ¡Vale, encargate de todo eso mientras yo...- me giro hacia nuestro preso-...me encargaré de darle una pequeña lección de humildad ¿puedo? Os aseguro que despues nunca en su vida volverá a matar a alguien....por la cuenta que le trae....¿puedo?¿puedo?

-Nada de torturas.-Respondo totalmente seria a Alduin. Actualmente era del que menos me fiaba en el grupo. Su actitud no me inspiraba confianza alguna.- El propio pueblo se encargara de su castigo, no hay porque agravar la pena antes de que eso suceda.-Respondo mientras finalmente salía de la cueva para hacer lo que me había propuesto.

No estoy de acuerdo con vosotros... El pueblo no tiene nada que decidir al respecto- Espeto directamente a ambos compañeros.- Aquí están los hijos de los hombres a los que habéis perseguido y los que habéis matado. Ellos deberían ser quienes decidan tu destino.- Después de eso miro directamente a Alduin. ¿Tortura? ¿De verdad?.- Ellos decidirán qué quieren. Si perdonarlo, que la justicia haga su trabajo o si quieren encargarse ellos mismos. Matar por defender, ya sea la propia vida u otras puede tener un matiz gris, pero matar por dinero no tiene dignidad alguna.- Obserbo tanto a Maya como a Kohan, que son quienes más sufrieron por los actos de estos tipejos.- Vosotros decidís.

–Se nota que todavía son niños. –El mercenario sonríe de lado, apartando la mirada al suelo. Pero no es una sonrisa altiva para nada, sino la de un veterano que ya ha dado todo lo que tenía que dar y acepta la retribución. Parece mucho más tranquilo ahora, sin embargo. –En fin, hagan lo que quieran conmigo, ya estoy viejo, y me costará trabajo que me acepten en otro gremio. Y la comida del calabozo suele ser mejor que la que se encuentra en la basura.

Maya estaba escondida detrás de Sarob, y asomaba la cabeza para ver la cara del sujeto aquel. No responde nada, pues no tiene ni idea de qué hacer en una situación como esta, de un día para el otro pasa de estar haciendo las tareas cotidianas de su casa, a estar en unas ruinas duk'zarist con tres desconocidos, cazando mercenarios fugitivos.
Y finalmente no responde nada, solo está con la cabeza gacha intentando que le salga algo para decir, pero sin éxito.

Por otro lado Kohan se viene arrastrando para acercarse un poco al grupo. –N..no ...ag... No se preocupen. –Se apoya de nuevo contra la pared. –A mí no me han hecho ningún daño, ni a nadie que conozca. Solamente me robaron eso. –Refiriéndose al medallón.

–Yo.. em... –Maya finalmente se anima a hablar. –No quiero venganza. Papá no era esa clase de persona, y estoy segura de que no le gustará si pagamos con la misma moneda. –Se lleva una mano al codo y no levanta la vista en ningún momento.
–Llevémoslo al pueblo, ya con eso será suficiente como para que descanse en paz.

Entonces improvisan entre todos una camilla usando las ramas más resistentes que pueden dedicar e ltiempo a cortar de uno de los pocos árboles que hay, y la arpillera de uno de los petates que estaba roto, y con ella levantan a Kohan para poder transportarlo mejor.

El viaje transcurre tranquilo, y en poco más de un día ya están de vuelta en Cornes. Allí llegan cuando ya está anocheciendo, y en la posada los recibe Loitzburg que enseguida se acerca a ustedes con la preocupación muy marcada en su anciano rostro.

–Estaría siendo muy redundante si pregunto si los encontraron. –Comenta y se aleja para subir las escaleras. –Veré si tengo algo para calmarle el dolor. Qué le pasó? –Pregunta por Kohan, que no deja de gemir sin poder encontrar ninguna posición cómoda en donde está recostado.

Me quede mirando al bandido durante un momento. Era gracioso que me incluyese en aquel insulto de "niños" cuando probablemente le duplicaba en edad a el. Le mire durante un momento y respondí.- De donde yo vengo probablemente se alegraran por sentenciar a muerte a alguien como tu. Por suerte para ti yo no comparto sus ideales.- Dije mientras finalmente me dirigía a quemar los restos de sus compañeros. En un saco fui metiendo todas las cosas que pudiesen resultar de utilidad y estuviesen en buen estado.

Para cuando volví mis compañeros ya habían improvisado una camilla para Kohan y emprendimos la marcha hacia Cornes. Ate el extremo de la cuerda que inmovilizaba al bandido a mi muñeca para que no pusiese salir corriendo en cualquier momento.

Al llegar allí ya había oscurecido, y poca gente había por la calle, detuve mi mirada durante un momento sobre los restos carbonizados de la casa de Maya. Finalmente entramos en la posada en la cual el dueño nos recibió rápidamente preocupado.- Digamos que tendrá una bonita cicatriz para enseñar a sus nietos.- Dije mostrando una sonrisa irónica desde debajo de mi capucha. Dicho esto deje el saco con cosas que había recogido del campamento de los bandidos y di un tirón de la cuerda que llevaba atada el bandido.- Este fue el único con vida que pudimos atrapar. Me gustaría ir a entregarlo a las autoridades cuanto antes. Dije mientras me dirigía hacia la salida en aquel pueblo debía de haber una guardia o algo, ellos se encargarían.

Después de encargarme del bandido volví a la posada.- Traje los restos aprovechables  de los bandidos. A la milicia del pueblo le vendrá bien, o si no simplemente para que vuestro herrero haga útiles varios. Dije al posadero mientras señalaba el saco cargado de algunas armas y armaduras. ¿Por cierto, despertó la muchacha que entro con nosotros en el incendio?-Pregunte preocupada por la chiquilla que había caído inconsciente después del aquel "accidente".

Finalmente me dirigí hacia Kohan, quizá le debía una disculpa, había sospechado de el durante todo el camino.- Ey, ¿Que tal vas?

-Nada de torturas

Me quedo mirandola con cara de extrañado.

---¿torturas? ¿Que clase de persona piensas que soy?- le digo con aire bastante ofendido y luego pongo los ojos en blanco- En serio, no sé que imagen teneis de mi pero bueno, me callo- digo levantando las manos, así que durante los preparativos me mantuve callado y ayudando en lo que buenamente podia.

--- Si, tambien seguro que podrá presumir delante de las damas de la cicatriz demostrando lo varonil que es- digo riendome por lo bajo- Yo lo haria al menos...¡Pero no soy un mujeriego! ¿eh?

–Cicatriz? Mujer, este joven tiene la mitad de las costillas rotas. –Exclama el posadero mientras examina con cuidado a Kohan. Apenas puede tocarlo, ya que este aúlla de dolor cada vez que lo intenta. –Es un milagro que esté vivo.

–Jeh, el mundo no se deshará de este servidor tan fácilmente. –Pese a todo, continúa con su acto de quedar guay frente al universo.

Por otro lado, Maya estaba sentada con los trozos de mapa extendidos sobre una mesa, mirándolos fijamente. Por su expresión parece muy decidida, pero al mismo tiempo está temblando de nervios o miedo.

–Segura que quieres donarlas, jovencita? –Le pregunta ahora a Raven cuando ella deja las armas en el suelo junto a la puerta. –Son sus botines de guerra, tal vez puedan sacar algo de dinero de ellas, con suerte y esmero, ya estoy viendo que son mediocres.
Suspira y niega con la cabeza ante la pregunta, mientras aplica unos vendajes a Kohan que poca ayuda hacen. –No, no ha despertado, que yo sepa. Anoche se la llevó Fothe en su caravana hacia Hécate, tal vez allí pueda tratarla algún médico más experimentado.

–Ngh... jeje... Todos somos mujeriegos, Alduin.. kh... sin ..e...excepción. Es solo que algunos lo disimulan mejor que otros. –Kohan agoniza cada vez que intenta reír, así que decide callar y quedarse quieto. Le dedica una sonrisa a Raven cuando se le acerca, y como el brazo parece tenerlo sano, lo alza en un gesto de pulgar hacia arriba enseñando sus dientes brillantes.

Pasado un rato, Maya se levanta de la mesa y va hacia ustedes.

–Ya me he decidido, mañana a primera hora iré a la hondonada que marca el mapa. No me sentiré tranquila hasta que se solucione todo este asunto. –Y los mira a la cara uno por uno. –A ustedes los voy a contratar ahora mismo para que me acompañen. Habrá un tesoro importante allí, así que les pagaré cuando regresemos.

Están desafiladas por el mal uso y mantenimiento que les han dado.- Digo mientras miro a las espadas.- Pero con un poco de esmero por parte de un herrero podría reparar el filo y dejarlas en condiciones. Lo haría yo misma, pero nuestra amiga aquí presente creo que tiene prisa.- Digo refiriéndome a Maya cuando empieza a comentar sobre contratarnos para ir a por el tesoro.- Además, después de lo ocurrido en el pueblo no se me ocurriría sacar beneficio vendiendo armas para que se protejan. Seria de pésimo gusto. Si todo el mundo ayudara durante las desgracias en vez de sacar un beneficio todo iría mejor...

Asiento levemente cuando menciona que la muchacha inconsciente había sido trasladada a un pueblo mayor. Seguramente tuviesen algún medio que podría ayudarla. Estire mis brazos primero hacia arriba y luego los baje y deje cruzados delante de mi.- Maya, ¿Crees que Kohan estará bien para partir mañana? Era el dueño de la otra parte del mapa, supongo que tambien merece ver que es lo que aguarda... y parte de lo de allí también será suya.- No me preocupaba ni lo mas mínimo el pago de la escolta hasta allí, pero la chiquilla tenia que darse cuenta que era probable que no hubiese tanto como imaginaba.

---Yo os acompañaré mañana era algo que tenia decidido pese a que no nos hubiese contratado, sea lo que sea donde nos encontremos en ese lugar quiero estar allí para verlo- digo con ojos brillantes aunque miré ciertamente preocupado al otro poseedor del mapa-Creo que en esa parte coincido con Raven, no sé sí nuestro amigo estará en condiciones de ir hasta el lugar, las costillas rotas es algo bastante serio y dificil de tratar...mmmm...creo que existen hiervas para calmar el dolor, podriamos ir a buscarlas para que al menos le alivien un poco...quizas en el bosque pueda haber alguna...podriamos hacer una pequeña expedición para buscarlas...

Por esta zona es un poco difícil conseguir hierbas de cualquier tipo. Sin embargo, con un puñadito de bracanis y hojas secas de casia se puede elaborar un té analgésico muy amargo, que aunque no sanará las costillas rotas, podrá calmarle el dolor de manera efectiva y al menos le permitirá dormir. Los efectos pueden durar toda la noche, y lo sano sería ingerirlo una vez al día o podría causar estreñimiento.

Te pareció ver una planta de bracanis cerca de la salida del pueblo a un lado del camino, creciendo debajo de un tronco caído.

–Ni... se les ocurra... dejarme fuera... –Espeta, entrecortadamente, Kohan, mientras se pone de lado en la camilla para poder verles las caras. –Está decidido que ... que yo también voy.
–Aún es temprano, te ayudaré a conseguir tus plantitas, Ald... ... –En cuanto apoya un pie en el suelo, el dolor lo silencia y ahoga un grito lagrimeando, parece que también se ha roto algún hueso de la pierna. Está en una situación delicada y no debería moverse mucho.

–Tú te quedas, estás todo roto. –Maya cruza los brazos y le habla con la autoridad de una madre. –Si vas y mueres me va a saber mal quedarme con toda tu parte del tesoro.

---De eso nada- comento negando la cabeza  y comienzo a caminar hacia el exterior parandome en la puerta- Sé donde encontrarlas  tú permanece acostado, no tardaré mucho, mientras tanto...¿podriais preparar agua caliente?La necesitaré cuando vuelva con las hierbas...¡No hagais nada que yo no hiciera!

Tras ese último comentario salgo de la casa y voy a buscar las hierbas

Me quede meditando durante un momento, parecía que la muchacha tenia prisa, pero no podríamos lleva al joven en ese estado. Ya era difícil haberlo traído aquí. Mientras Alduin partía a ver si encontraba algo para bajar su dolor me dirigí al posadero.-Se que he dicho de dar las armas al pueblo, pero… ¿Sabes de alguien del pueblo que tenga un caballo, burro o alguna bestia de tiro?.- La idea era mas simple de lo que parecía, si conseguía hacer un trueque por la bestia podría hacer durante la noche un carro para que Kohan pudiera venir y… para en el caso de que donde fuéramos de verdad hubiera un tesoro, que Maya pudiese traerlo al pueblo sin que tuviésemos que cargarlo a la espalda.

Una vez de vuelta en el pueblo y pasado por todos los problemas para encontrarnos con esos bandidos la cosa parece que se ha calmado bastante. Como prueba de ello, Sarob vuelve a estar correteando por ahí jugando con los niños y animándolos a que jueguen también con wolfi, que está ansioso por hacer gamberradas a los chavales, pero sin hacerles ningún tipo de daño, sino simplemente como un juego, saltando, corriendo, dando vueltas a su alrededor...

Mientras estamos con calma escucho la conversación entre los que estaban siendo mis compañeros hasta el momento y me meto en el medio .- Pero por qué tanta prisa?.-Espeto con una sonrisa en los labios mientras veo como Wolfi se lo está pasando en grande con los chavales del pueblecito.- Nadie ha investigado ni ha encontrado lo que sea eso durante siglos, por qué tenemos que partir directamente mañana?.- La idea de quedarse en el pueblo por mucho tiempo no me gustaba en absoluto, pero si algo había aprendido en tantos años con la manada es que jamás se abandona a un herido y de ser necesario permaneceremos en el mismo lugar el tiempo que sea necesario para que se cure.-Es bueno que intentéis curarlo cuanto antes.- Mirando a Kohan.- Pero no podemos esperar a que se cure para hacer esa busqueda del tesoro?.- Busqueda del tesoro... ante esas palabras los ojos de Sarob se abren completamente y observa detenidamente a kohan, que no se puede mantener en pie.- Cúrate cuanto antes. Es una búsqueda del tesoro!!!.- Y vuelvo a salir corriendo a jugar con los chavales, ignorando lo que puedan decir a continuación.

–Ah.. esto... –Sarob tiene mucha razón, y Maya se lo está pensando, mirando al Kohan agonizante que apenas se puede mover. –Pero en ese caso tendríamos que esperar meses...

–Nnno subestimes a este guerrero curtido en mil batallas! –Le interrumpe el susodicho, a la vez interrumpiéndose él con un gemido de dolor. –Una semana! Denme una semana. En una semana ya estaré mejor, se los aseguro. –Es imposible, pero bueno, si él lo dice...

Al otro lado del recinto, el posadero habla con Raven sobre las armas, y atiende a su duda sobre las bestias de tiro.

–Puesss si hubieran llegado más temprano tal vez hubieras podido probar suerte con los comerciantes, pero ahora ya la caravana se ha marchado hace rato. –Se rasca su cabeza. –El alcalde podría prestarte a Betty, su yegua, pero...
–Bueno, no lo sé, los campesinos también disponen de esos animales, pero son sus herramientas de trabajo, no creo que puedan permitirse el lujo de darte uno así por las buenas.
Se queda pensando por unos instantes, y alza la mirada hacia Alduin, que se está yendo. –Como gustes. –Y va hasta el fuego a colocar una caldera con agua.