Partida Rol por web

MENSAJE DE ENTRADA

Abres los ojos. Hace un momento estabas en aquella habitación, tenías la llave en la mano; lo recuerdas perfectamente. ¿Donde esta ahora? Te tocas los bolsillos y la notas allí. La sacas, sigue estando igual de fría, del mismo color plateado. Vuelves a guardar la llave y observas el lugar en el que te encuentras.

Estás en un desierto. La arena te rodea y hasta donde alcanza tu vista no hay nada salvo eso... arena. Bueno, no hay nada más a excepción de un enorme seto de unos diez metros de altura que se extiende hacia izquierda y derecha.

Caminas siguiendo el seto, tocándolo. Está húmedo. Tras unos minutos de paseo llegas a lo que parece una entrada. El suelo deja de ser arena, y pasa a ser un adoquinado. No hay ni una sola mota de arena, parece como si no se atreviera a entrar... Das un vistazo al horizonte. El sol está en lo alto, el sudor cae por tu frente y no pareces tener muchas mas opciones.

Cuando entras puedes sentir un fuerte mareo y la sensación de calor desaparece. Ahora la temperatura es agradable, puedes incluso escuchar el sonido de una fuente por algún lado. Miras hacia atrás, ahí sigue el desierto, la arena, el calor. Hacia delante un camino de no más de dos metros de ancho. A ambos lados verdes y altos setos.

Comienzas tu camino, diez pasos hasta que tienes que girar a la izquierda. Quince más hasta que llegas a una bifurcación. Seguir recto no es una opción. Un nuevo seto te lo impide. ¿Girarás a la izquierda?¿Lo harás a la derecha?

MENSAJE DE SALIDA

Tomas el camino <CAMINO> y entras en una zona sin salida, un cuadrado. Cuando vas a darte la vuelta para salir, el camino por le que entraste ya no existe. Te vuelves a dar la vuelta y ha aparecido una fuente en mitad del lugar en el que te encuentras. Sentado en el borde el mismo anciano que te guió hasta la última prueba, la que te concedió la llave de los acertijos. 

- Hola de nuevo - Dice sonriendo - Parece que has logrado abrirte camino por el laberinto. Enhorabuena - 

Se levanta no sin cierta dificultad ayudándose de un bastón. Lleva su mano a un bolsillo de su túnica y saca una llave. Es de color cobre.

- Ten, cógela. Te la has ganado - 

Su tacto es cálido. Es rugosa y pesa bastante más que la anterior. El anciano se da la vuelta dándote la espalda. Deja el bastón apoyado y se remanga la túnica mostrando unos brazos delgados.

- ¿Estas preparado para la última prueba?

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