Partida Rol por web

Tengo mi equipo listo en una bolsa de deporte negra, el chaleco kevlar puesto sobre una camiseta de tirantes y una sudadera sobre todo. Me enciendo un pitillo mientras esperamos Yulia y yo. Esperamos a Connor en su coche. 

-Toma, ojazos- le paso mi zippo a Yulia junto con un cigarro.- En cuanto venga Connor, el tipo éste que nos lleva en su coche, iremos a buscar a Chuck y a sus amiguitos... Estarán escondidos como mariquitas, drogándose y contando el dinero de sus chanchullos para la purga...- doy una calada profunda a mi cigarro y dejo salir el humo con una inhalada francesa, abriendo lentamente la boca, para luego aspirarlo de nuevo.- Luego iremos por el otro hijo de puta y su familia... Y por el camino lo que encontremos... Que les jodan a todos- esbozo media sonrisa a Yulia, una sonrisa de malicia y de sadismo. Llevo años preparándome para esta noche, no me la quitará nadie.

Poco a poco me convenzo de que es lo mejor.. sí... lo mejor. Hoy es la noche de la purga. Si no es ahora.. ¿cuándo?

Mi corazón late a mil por hora, toda la tarde he estado dándole vueltas. Papá me obligó siempre a esconderme en la purga, seguro que tenía miedo de que viniesen a por él. Pero yo no soy cobarde, me da igual lo que piensen los demás. Todos me odian, lo sé.. Les voy a demostrar que sí que puedo dar miedo, les voy a enseñar lo que es el dolor, para variar. 

Cierro mis ojos y veo sus caras, riéndose siempre de mí. Son crueles, asquerosos bastardos. Muchas veces me imaginé pegándoles, les dibujaba en mi cuaderno colgados de cuerdas como en las películas de vaqueros, pero.. ¿y qué? No sirvió de nada. Con ellos, o es a lo bruto o no hay término medio.

Pues será a lo bruto.

Me acerco a la cocina y me guardo uno de los cuchillos grandes en el bolsillo de la sudadera. 

Mark.. clavárselo.. verlo sufrir.. Cada vez la idea me atrae más y más..

Papá aún no llegó. Si me encuentra en casa será imposible salir. 

Me miro al espejo, y me pongo la capucha de la sudadera. Realmente parezco cualquiera del barrio.. Si salgo ahora y me escondo cerca de la casa de Mark, la hora de la purga llegará y le pillaré desprevenido.. Yo..

Si me lo pienso más quizás no lo haga, así que antes de darme cuenta salgo de casa, y mis pasos se pierden en las calles del barrio.

Tracy se miró en el espejo del pequeño baño que había en la caravana que suministraba metadona a los drogadictos. El pálido rostro estaba recubierto de perlas de sudor Se había hecho tarde y lo sabía. Sus compañeros de trabajo, algunos de los otros voluntarios...incluso algún drogodependiente le había dicho que no se quedase ese día. Que se largase o que se largase antes... pero no. No se había ido. La tarde del 21 era la más loca del año. Los yonkis sabían que eran carne de cañón de los cazadores y por ello estaban más nerviosos. Y eso significaba más trabajo. Afortunadamente, no causaban demasiado alboroto y Tracy sabía tranquilizarlos. Como decía su madre, tenía un don para tratar con la gente. Lo peor sería la mañana siguiente. La gran cantidad de bajas que habría por esa maldita norma. 

Suspirando y maldiciéndose por haberse retrasado tanto en salir, Tracy se puso una sudadera oscura y cerró el centro antes de meter la mano en los bolsillos. Una sirena comenzó a sonar...la purga comenzaba. Si no se daba prisa acabaría muerta... aunque su casa tampoco es que fuese la mas segura.

—Vamos Tracy, vamos...Camina rápido, en silencio y pegada a las paredes...Todo terminará pronto...Llegarás a casa....Espera...¿Qué demonios?— Tracy detuvo sus pasos y su pensamiento cuando una una sombra recortó la tenue luz de la noche.  El puro instinto de supervivencia le hizo esconderse tras unos containers..pero lo que vio no era en ningún caso lo que esperaba. La sombra no era mas que un niño. Un chaval que no tendría ni 16 años y que, en absoluto parecía un cazador. ¿Qué demonios haría allí? No. Lo mejor sería seguir adelante, ignorarlo. Lo mismo ocultaba una pistola o algún arma bajo aquella sudadera...Tracy esperó pacientemente a que el chico pasase por delante de ella y, justo en el momento en el que iba a retroceder para alejarse de él, miró hacía atras.

—Le van a matar...Míralo... No durará ni na ora aquí fuera...pero...¿Y tú?—Tracy sacudió la cabeza pero el pensamiento no se alejó. Un ruido en la lejanía le hizo finalmente reaccionar. No dejaría a un chavalin allí tirado. Aprovechando que el chaval no le había visto, la joven se acercó por su espalda y le tapó la boca para que no chillase mientras tiraba de él hacía los contenedores. Shhh creo que viene alguien. No voy a hacerte daño...¿Pero se puede saber en qué piensas?
 

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Veis a un chico joven algo acojonado por las calles corriendo.

El tipo no parece llegar, quizás me había fiado demasiado de él. Si no aparecía pronto iríamos andando.

-Connor es un tío que buscaba a Chuck, para preguntarle no se qué mierda... Resumiendo, es el coche... Si no se ha cagado en sus pantalones antes de salir y se ha quedado en casa haciendo la colada- doy otra calada y miro de reojo a Yulia. 

Tomo el zippo que me devuelve, se lo robe al poli que me "consiguió" el chaleco a cambio de una mamada. No estaba mal, un dos por uno. Pero Yulia no solo me da el zippo, ella es como puro fuego ardiendo siempre y me lo hace saber. Me mete la lengua en la boca y la mía juega con la suya de forma lasciva y sucia. 

Yulia sabía lo que se hacía con las manos y yo le doy fácil acceso. Tiro de ella hacia mi con brusquedad para pegar su cuerpo al mío y con la otra mano busco sus pechos bajo su sujetador. Si Connor tardaba, un buen polvo salvaje sería un buen comienzo de la purga... ¡Vivan nuestros putos padres fundadores, sí!

Veo al chico correr y aparto a Yulia de inmediato. La sed de sangre me ponía tan cachonda como la misma Yulia- ¿Y ése capullo?- saco el AR-15 de la bolsa de deporte, con su silenciador listo y todo.- ¿Te apetece hacer tiro al plato, ojazos?- apunto para disparar.

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no tires hasta que no te avise o me sentiré tentado de Joder la tirada xd. Consigues impactar tira un dado de localización

repasa las reglas del apartado de localización.

Esbozo media sonrisa ante la petición de Yulia y me paso la lengua por los labios, como si ya saborease la sangre de aquel capullo. Por el rabillo del ojo veo que ella saca algo con brillo metálico, pero no me da tiempo a más, pues yo disparo.

- ¡Y bingo!- un disparo al pecho.- Uno menos... Si no viene el mariquita este, al menos podremos divertirnos por el camino si nos toca ir andando...

Vuelvo a atraer a Yulia hacia mi. Le doy otro beso húmedo y sucio, la adrenalina que corre por mis venas ahora mismo me ha puesto más cachonda que sus dedos en mis bragas.

escuchas silbidos alrededor, hasta que uno de esos silbidos te toca el pecho. Has recibido un balazo desde atrás y caes al suelo sangrando. Detrás tuya hay una loca vestida de xena que corre con una espada en su mano, y al lado la que te ha debido pegar el tiro. Se dirigen hacia ti.

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Conduzco embobado mirando los edificios decadentes, donde la purga parece estar activa todo el año debido al estado de las calles. Sabía que no todo el mundo podía vivir como él había estado viviendo hasta ahora, pero siempre se había imaginado a la clase más baja con un poco más de recursos, al menos como para permitirse una vivienda que no se caiga a pedazos, aunque no guardase ninguna estética. Connor, tienes que hacer algo con tu vida, si no quieres acabar viviendo en un sitio como éste...

Cuando llego, freno el coche con una derrapada y toco el claxon un par de veces al reconocer a Ariadna. -Vaya... empezáis fuerte- les digo al ver que ya están con fusil al hombro. -No seré yo quien os pare. Acabad y nos vamos. Caben más armas en el maletero- dijo esperando a que pudiesen haber reunido bastantes.

Connor parecía querer llevar a toda la puta ciudad pegada al culo toda la noche, pues derrapa y toca el claxon nada más llegar. - Ese es Connor...- indico a Yulia. Resoplo, de algunos hombres no puedes esperar mucho más. Guardo el fusil en la bolsa negra de deporte con el resto de mis armas, queda conmigo la beretta y mi cuchillo.

Cargo la bolsa al hombro y me acerco al coche.- Ya pensaba que te habías cagado... Ella es Yulia- doy una palmada sonora sobre el redondo y apretado culo de gimnasio de ésta.

Dejo la bolsa en el maletero, junto con las dos garrafas de gasolina y lo cierro.- Nos vamos cuando quieras encanto, Chuck no vive muy lejos... Estará en casa con sus amiguitos pinchándose un poco de caballo o esnifando algo de nieve...- mi cara se vuelve más dura, el cabreo es evidente. Aquel hijo de puta llevaba haciendo lo mismo desde que se llevó a mi pequeña, celebrar la purga con lo que sacaba de ella. Pero para hija de puta yo, y hoy tenía ganas de fiesta...

Impactos de bala resuenan por los estrechos callejones de los suburbios. No se escucha el martillar del arma que las dispara, ni el estallido tras la detonación de la pólvora de sus casquillos, lo que indica que quién quiera que esté abriendo fuego, está empleando un arma con silenciador.

Una sombra corre inmersa en pánico entre los cartones y cubos de basura.

Desde su escondite, Tracy y Alex, aún con la mano de la primera tapándole la boca para impedir que grite, siguen la carrera entre las sombras con los ojos abiertos de par en par.

Finalmente, la desconocida sombra cae a plomo derrumbándose sobre un montón de neumáticos abandonados. De su espalda, un carmesí brillante reflejado por el color de la luna comienza a brotar esparciéndose por la acera.

Dos mujeres se acercan al cuerpo, una de ellas blandiendo lo que parece un mandoble sacado de un tiempo perdido en el recuerdo de la historia.

Ariadna y Yulia, con sendas sonrisas en los rostros, patean el cuerpo del pobre mendigo que ahora yace tendido desangrándose sobre el asfalto. Una de las causas de la baja tasa de mendicidad actual en los EEUU, es que la purga cumple a la perfección su colateral labor de limpieza de lo que las clases altas considerarían "indeseables".

Instantes después se escucha el motor de un coche acercarse a toda velocidad. El vehículo conducido por Connor se detiene junto a Ariagna y Yulia quienes guardan algo en el maletero y se disponen a montarse en el vehículo.

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