- ¡PERO QUE DEMONIOS! ¡Por la cuerda carmesí de Ilmater!- Me retuerzo en el suelo como un pez recién pescado al caer dentro del barco. - Esa maldita súcubo me había vuelto a hechizar. Gracias Niveka por liberarme, aunque estoy realmente dolorido, no se si me has roto algun órgano interno.
Motivo: Control mental
Tirada: 2d20
Dificultad: 15+
Resultado: 30(+3)=33 (Exito) [14, 16]
- ¿¿Pero a qué esperáis?? Tenemos que salir de esta cueva. Mientras me controlaba me ha dicho que me mantenga dentro y que cuando encuentre cuatro cadaveres gire a la derecha. Supongo que estará allí tendiendo una emboscada.
Axelos termina de atender a Suara y se acerca a ti con semblante serio. Entonces de su bastón surge una esfera azulada que os envuelve a los tres.
Tienesss una única oportunidad para decir la verdad, Menelpar.
- Yo soy Menelpar de los mil dioses. Seguidor de Helm el protector, Lathander el señor de la mañana, Kelemvor señor de los muertos, Sylvanus padre del bosque, Mystra señora de los misterios, Tempus señor de la batalla, Selûne dama de la luna, Umberlee reina de las profundidas y otros muchos magestuosos dioses. Y por todos ellos juro que acabaré con ese súcubo que me ha estado controlando hasta ahora. Con o sin vuestra ayuda.
Sssuéltale Niveka - sentencia el dragonborn -. Dessscansssaremosss para reponer fuerzasss. Yo haré la primera guardia.
Podéis hacer un Long Rest
Ni recordáis la última vez que pudisteis pararos a dormir. El aroma del jardín y el descanso hacen maravillas en vuestros agotados cuerpos. Ignoráis cuanto tiempo ha pasado, pues no hay ciclos en el Avernus, pero sentís que ya es hora de ponerse en marcha.
De acuerdo, tenemosss dosss opcionesss - comienza Axelos -: Dessshacer lo andado y avanzar por el exterior o continuar por el interior de la cueva y esssperar que lo que dijo essse demonio sssea cierto.
Visto lo visto - Suara te mira con odio recargado -, yo creo más sensato ir por el exterior. No podemos jugarnosla a que a alguien le laven el cerebro por primera o por tercera vez. Pero entiendo que al no tener inmunidad a las bolas de fuego como yo prefirais buscar una vía menos arriesgada.
- Yo voto ir por dentro, sus trucos no van a volver a funcionar conmigo. Además, si controlase a cualquiera parece que las bofetadas de Niveka son la solución. En cambio, el calor de fuera es demasiado para el resto y aquí estamos escondidos a peores peligros que puedan habitar fuera, por ahora.
Pongo cara de rabia al pensar en la súcubo y como están jugando conmigo.
- No le daré tiempo a abrir la boca si nos la encontramos.
Hombre, comprendo la postura de la niña incandescente esta, pero para mi las cuevas son como estar en casa, cosa que no recuerdo con especial cariño... - Flok carraspea - Sin embargo, creo que me seduce más la idea de volver a cruzarme con esa zorra cachonda que con la perspectiva de que me caiga un bolardo de fuego en la jeta.
Niveka se limita a encogerse de hombros, dando a entender que le parece bien cualquier opción.
Sssigamosss por el interior de la cueva entoncesss - sentencia el dragonborn.
Recojo mis cosas y me dispongo a salir de la estancia llevado por la ira.
- Yo voy ya, segun se sale la primera gruta a la derecha. Me pido destrozarle el craneo a la súcubo. Con los restos haré una ofrenda a los dioses.
Me quito Find Steed y Bless para ponerme Protection from Evil and Good y Divine Favor.
Guiados por ti y tu ira divina recorréis de vuelta el túnel hasta la intersección que os permite adentraros aun más en la cueva o salir de la misma. Los gritos agónicos de fondo se oyen cada vez más altos, y todavía más cuando tomáis el túnel que os dirige a las profundidades de la caverna. Para vuestra desazón, el camino se bifurca una vez más. No os cabe duda de que los gritos provienen del túnel izquierdo.
Sin decir palabra cojo el camino izquierdo esperando que esté allí el súcubo.
A medida que avanzáis por el túnel sentís que la temperatura aumenta gradualmente, así como los gritos de agonía y desesperación. Y entonces encontráis la fuente del calor:
Ante vosotros un demonio que, pese a estar arrodillado, supera los seis metros de altura y que se encuentra encadenado a la pared en un hueco que parece excavado específicamente para él.
Tan sólo unos metros antes el túnel continúa hacia la derecha, y de él salen chillidos cada vez más insoportables.
Sorprendido, pero aguantando el tipo por tal imponente ser, y a una distancia prudencial me dirijo al monstruo gigante:
- Oye, ¿Has visto a un súcubo pasar por aquí? Lo estamos buscando.
Mi mano izquierda la acerco al símbolo sagrado por si fuese necesario usarlo.
Que huevazos tienes Menelpar... - susurra el gnomo.
El demonio abre los ojos y os mira con interés. Aún así se aprecia en su rostro que está cansado y que probablemente lleve ahí mucho tiempo.
¿Te refieres a ese demonio lujurioso que se pasea por esta caverna con sus presas para bien dejarlas como carcasas sin vida bien para entregárselas a su amiguito para que las torture? - su voz es gutural, como el eco en una caverna sin fondo - Si, les he visto alguna vez.
Aun dudando de si el demonio se va a soltar y nos va a devorar de la misma, continuo la conversación.
- Ese exactamente, nos es de urgencia encontrarlo. ¿Sabes dónde está y quién es su amigo?
No se dónde está esa diablesa lasciva. En cuanto al otro - el demonio alza ligeramente los brazos mostrandoos las cadenas -, digamos que le debo una visita. Por cierto, bonita armadura - indica el demonio -. Un trabajo excelente de mi gente.
- Ehh... sí... gracias. Aunque me gustaría quitarmela. - Hago una pausa a ver si tengo suerte y prosigo - Pues nada, gracias por tu ayuda.
Me giro al resto.
- Venga continuemos rápido.
Me dirijo al túnel por el que vienen los chillidos.