Partida Rol por web

Me intento asomar por un lado con sigilo para echar un vistazo.

Se te presenta una escena dantesca. La estancia es una especie de sala de tortura, con potros, cadenas, y una pila de aparatos de aspecto siniestro. Clavado en uno de ellos hay un demonio rojizo de cuyas manos salen cadenas. En realidad solo está clavado su torso. El resto del cuerpo está desperdigado por la habitación. Y a vuestra izquierda, con su propia espada clavada en el corazón, Shaila con la mirada perdida para siempre.

Antes de entrar les hago un gesto al resto para que me esperen donde están.

Con cautela entro y me dirijo al súcubo.

Te lo merecias.

Con cuidado de tocar lo mínimo posible examino el arma antes de sacalo de su sitio.

La espada, originalmente verde, brilla ahora con un aura violacea. Sin mayores miramientos extraes la espada, haciendo que más sangre oscura y espesa emane del cuerpo de la diablesa.

Una lástima - comenta Flok -. Si no hubiese sido una zorra diabólica habríamos hecho una buena pareja. ¿Te imaginas lo increíble que habría sido el sexo con esas curvas? Le habría puesto a cuatro patas y le habría metido un buen p... - el gnomo se interrumpe súbitamente y mira a Suara -. ¿Tú que edad tienes, niña? Porque a lo mejor tengo que andarme con eufemismos...

La suficiente para saber que estáis realmente enfermo - responde Suara con gelidez -. ¿Podemos avanzar? Tanto cadáver me está recordando al olor nauseabundo de aquella sala del templo de Jayna - la piromante disimula una arcada

- Antes de avanzar tendremos que saber a dónde nos dirigimos. Axelos, ¿Has podido localizar ya el cáliz?

Lo cierto esss que no - reconoce el dragonborn -. No hemosss tenido unosss momentosss de paz para que pueda ponerme a ello. Cubridme, necesssito entrar en trance durante unos minutosss.

A la orden de Axelos, os disponéis en circulo para cubrir todos los puntos cardinales. El dragonborn comienza a salmodiar:

Por Lendysss, el equilibrador, que mi camino encuentre los obssstáculos jussstosss y necesssariosss
Por Tamara, la misssericordiosssa, que mi camino tenga como fin aquello que busssco
Por Bahamut, el hacedor de justicia, que mi camino me provea aquello que merezco
Por Ptarisss, el honorable Rey de la Justicia, que mi camino me guíe hasta tu cáliz

El dragonborn ora los mismos versos una y otra vez, incontables veces, hasta que súbitamente se calla.

Lo tengo.

- Bien, pues tu dirás. ¿Sabes la dirección? ¿El lugar exacto? ¿El nombre del sitio? ¿Algo sobre los alrededores? ¿Algo sobre su actual dueño? Cuéntanos Axelos.

Tengo claro el camino a ssseguir, pero no lo que nosss encontraremosss en él - responde el dragonborn -. De primerasss debemosss salir de esssta caverna.

- ¡A sus órdenes! Preparaos para correr por el horno de ahí fuera. Tendremos que encontrar refugio cada poco.

Compruebo que mi anillo esté correctamente colocado y funcionando, después, miro al resto.

- Cuando estéis listos marchamos.

Me voy acercando a la salida.

Tras comprobar brevemente que todo está en orden os dirigís a la salida, donde una abrasadora bocanada de calor os impacta en la cara. Observais un puente que podríais alcanzar corriendo unos 2 minutos el cual Axelos señala como destino. Veis también una pequeña abertura en una pared de roca cercana, a 1 minuto de vuestra posición y a 1 minuto del puente.

- Pues nada, ¡A correr al puente!

Saco el escudo y la maza del celestial y le pongo la gema de agua para ver qué pasa.

Una esfera de agua te rodea. No notas el calor externo, pero tampoco el oxígeno del exterior. Te empiezas a ahogar lentamente y te vienen flashbacks de cierta caverna subterránea...

¿Qué ostias hace? - exclama Flok, claramente desconocedor de las habilidades del escudo - ¡Que se va a ahogar él solo!

Joder, esto otra vez no.

Saco la gema de aire y la añado al escudo.

Con la lentitud de alguien que bucea, logras incrustar la gema en el hueco libre del escudo. Una bocanada de aire fresco llena tus pulmones, y escuchas distorsionado por la fina capa de agua que te rodea un suspiro aliviado del gnomo. Te sientes como en el interior de una catedral en un verano caluroso.

Aliviado por encontrar una forma decente de andar por este terreno infernal, me dispongo a llamar al resto. Pero antes quito las dos gemas al mismo tiempo.

- Acercaos, si vamos todos juntos dentro del radio de acción de las gemas podremos andar sin preocuparnos del calor.

Después de hacer el gesto de acercarse con la mano espero a que estén todos en su posición para volver a colocar las dos gemas en el escuco.

- Ahora que ya podemos andar tranquilos, guíanos Axelos.

Hacéis una formación en forma de "T", contigo en el centro, Axelos a la derecha, Flok a la izquierda, y Niveka detrás. Suara os sigue desde fuera de la esfera, ya que para ella "el calor no supone inconveniente alguno". 

El calor abrasador hace que el camino se os haga eterno. Los dos minutos que tardais en alcanzar el puente a buen ritmo parecen tres meses. El puente parece construido a partir del torso de alguna criatura enorme que ha sido calcinada o convertida en piedra negra. El suelo del propio puente es irregular, pero sigue en cierto modo un patrón en sentido longitudinal. Un humanoide de aspecto demoníaco patrulla el puente, arco en mano, flecha cargada. Está de espaldas a vosotros, pero no tardará en girarse para continuar su vigía.

Esta vez no me la vuelven a hacer. Me arrodillo y cerrando los ojos recito las palabras del conjuro:

- Eldath, protégeme de todo lo que me rodea, no dejes que los demonios se pongan en nuestro camino.

Me levanto con seguridad y determinación.

- ¿Alguno quiere lanzarle algo al demonio antes de que cargue contra él?

Yo podría hacer que se chine un poco mientras tu te aproximas en plan justiciero divino asesino de criaturas impuras del averno - sugiere el gnomo haciendo aparecer un diamante sobre su mano