Partida Rol por web

La ruina del Hombre

Un descubrimiento casual (Nactas, 2 de Numa de 471 d.T.)

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26/09/2007, 19:29
Director

La mañana se levantó lenta, como siempre para los que no viven más que de sus propias manos. Los ojos de ambos batidores fueron testigos de la bonanza de un Sol alegre y prometedor, quizá sabedor de que hoy se celebraba su día principal, la fiesta del verano.

En la capital y muchos pueblos grandes, los festejos se extendían durante todo el día y para los más pudientes durante toda la noche, después de los oficios. En el caso de la mayoría, bastaba un ramo anudado de flores olorosas, las que fueran, para adornar la casa hasta que se pudrieran, y aquello ya era suficiente para otorgar una sonrisa sincera y un saludo cálido en muchos de los casos.

Sin embargo, la calle aún estaba gris y tardó algo en aclararse, y la gente no pareció salir inmediatamente, y cuando lo hizo fue con lentitud y no demasiado ánimo.

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01/10/2007, 11:53
Robehr de Bordefronda

Bordefronda tenía buenos recuerdos de chanzas, jolgorios, alegría y buena gente para celebrar la fiesta del verano. Algo que no se correspondía con el ánimo de los lugareños.

- Joder, ya tuve sueños revueltos pero parece que me han perseguido hasta el despertar.

Mi buen Nibias, te aseguró que hoy es un día de celebraciones, festejos y buenas intenciones. Un momento para dejar a un lado los malos pensamientos los malos augurios y disfrutar con sencillez con todos los vecinos.

Pero no escucho el ánimo, ni veo el movimiento de preparaciones, ni siquiera siento la alegría crecer en mi interior... en parte creo que esto tal vez sea culpa nuestra. Somos agoreros, heraldos de malas noticias. -

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01/10/2007, 19:50
Níbias Roblefuerte

-Mucho me temo, buen amigo, que llevo en mi interior tristeza y soledad, y dificilmente unos festejos podrían arrancar de mí sonrisa ni jolgorio. Se que mis palabras son oscuras, como pronunciadas por el pico de un cuervo, pero la vida me ha mostrado su rostro en toda su crudeza - Níbias parecía especialmente abatido esta mañana, quizás no había alcanzado el sueño reparador que esperaba o puede que se tratase de un estado de ánimo que lo acompañaba en las horas tempranas del día -. Si así lo quieres compañero, salgamos un rato, paseemos por las calles. Quizás la mañana pueda ser portadora de buen viento.

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02/10/2007, 23:22
Director

El viento era cálido, incluso en la primera mañana, fresco, pero no demasiado. Sin embargo, tampoco parecía bueno o portador de alegrías. Parecía más bien una corriente de aire sin un destino, sin mejor lugar al que ir, más bien incluso corría hacia el Este, hacia el Sol, sin mayor concierto u orden, alejándose del bosque cercano y de la oscuridad.

Las familias salían a trabajar. Las mujeres y los niños, cuando eran muy jóvenes. Los maridos y los hijos mayores ya se dedicaban a sus tareas, robando tiempo al día, Sol y esperanzas, obligándose, quizá, con ello, para tener un pasajero motivo de felicidad.

Varios saludaron a los batidores, y sobre todo los niños se quedaron mirando asustados al desconocido gigante de Níbias. Sus padres, achaparrados por el esfuerzo diario de un trabajo de carga y sudor, apenas le llegarían, en el mejor de los casos, a las rodillas, a ese ser monstruoso como una colina, de mirada seca y que respiraba nubes y exhalaba truenos. Más de uno se puso a llorar.

A lo lejos se veía el bosque, la loma que lo amenazaba siempre, invadida aquí y allá por algún ejemplar pequeño y menos verde, creciendo como a disgusto.

Los caminos siempre son muchos. A lo lejos, en el prado del Este, parecía que dos o tres puntos se acercaban veloces.

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05/10/2007, 16:51
Robehr de Bordefronda

Roberh se paró unos segundos, parecía cansado de repente. Como si algún mal le aquejara, aunque en realidad podía achacarlo a no haber conciliado un buen sueño. Acostumbrado a dormir en ocasiones a la intemperie el cansancio era más psicológico que físico.

- Recuerdo las palabras del Capitán, ahora mismo un montón de novatos deben de estar desperdigándose alrededor de la zona desconocida. Si volviéramos nos meteríamos en un problema.

Por otra parte, no me gustaría que a esos pobres diablos les ocurriera algo, espero que alguno de ellos sea un viejo zorro que si se preocupe por nuestras desventuras. De lo contrario esos infelices pueden tener un final más que triste.

Si te apetece amigo podemos ir a visitar al "Verruga", aunque no me gusta remover en las heridas. De todas formas nuestro oficio no nos va a permitir estar mucho tiempo sin ganarnos el sustento de la caza. -

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08/10/2007, 18:22
Director

Notas de juego

De nuevo espero la respuesta de Níbias. Si no está mañana tienes tu turno entonces, Robehr :)

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09/10/2007, 13:18
Níbias Roblefuerte

El paseo por el pueblo le hizo sentirse como en otras ocasiones, una atracción de feria. Los niños se asustaban, las madres se apartaban. No era la primera vez que Níbias deseaba que su inteligencia fuese tan grande como su tamaño.

-Hagamos como dices, amigo Robehr - la resignación se había adueñado de su tono de voz y su mirada permanecía fija en el suelo.

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12/10/2007, 13:55
Robehr de Bordefronda

- No te sulfures noble amigo, tu corazón esta a la par de tu tamaño, pero estos pobres lugareños no pueden darse cuenta.

La choza del "Verruga" no queda muy lejos. Tengo muchas dudas sobre como hablar con él sin poner el dedo en la yaga. Solo espero que entienda nuestro deseo de evitar la misma suerta a muchos otros. -

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12/10/2007, 21:10
Níbias Roblefuerte

-Queda tranquilo, amigo Robehr, la vida me ha golpeado muy duro y en muchas ocasiones. Estoy acostumbrado al dolor y al rechazo, aunque la costumbre no los hacen menos hirientes. Desde que perdí a mis padres he vivido en la más absoluta soledad, pues soy consciente de la dificultad que supone para un extraño, y más en estos tiempos, abrir su confianza a alguien como yo - las palabras del enorme cazador surgían de su interior, bien profundo, de un lugar al que no solía ir y que no gustaba de visitar -. Por ello, he de agradecerte no sólo que me ayudaras allá en el bosque, sino también que desde el primer momento me ofrecieras un trato abierto y de igualdad. Gracias.

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15/10/2007, 20:15
Robehr de Bordefronda

- Todos somos hombres buen amigo. Sin importar los dones que la naturaleza nos ha dado, todos nacemos, crecemos, sufrimos y morimos. Por mucho que algunos privilegiados con sus culos bien sentados y sus tripas llenas quieran hacernos descreer.

En esa ocasión eras tu la presa, pero quien sabe, en otra podía ser yo. El bosque es cruel y no hace distinciones. Como ya te he dicho antes no podría mirar mi rostros reflejado en el agua ni dormir en paz si te hubiera dejado allí.

Aunque la verdad con esos brazos lo más seguro es que el lobo corriera con el rabo entre las piernas, jajajajaja . -

Roberh se rió francamente, intentando quitar algo de angustia a Nibias, su tamaño realmente debía ser una carga y un problema más que parte de su naturaleza.

- Perdón por la risa buen amigo, solo intento alejar aunque sea por unos segundos las penas.

No debemos estar muy lejos de la casa del "Verruga", no se me dan bien las palabras, no consigo encontrar la forma de preguntarle al pobre diablo sin despertarle recuerdos dolorosos.

¿Alguna idea? -

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17/10/2007, 00:06
Director

Y así era cierto que la casa de Hoserr el Verruga se hacía grande ante ellos, por más que realmente no fuera gran cosa. Un poco más pequeña que la de Ranagrís, quizá algo mayor que la de Robehr. Era oscura, de barro endurecido con paja, maderos y todo aquello que pudiera ayudar a dar forma a las paredes. Su techo estaba gastado y sin duda haría bien en arreglarlo antes del invierno, por más que de momento el buen tiempo no lo hiciera urgente.

Alrededor de la casa había un pequeño arroyo cristalino y travieso, que canturreaba mientras bajaba con parsimonia para unirse a otras decenas como é en el Milrríos, en su eterno viaje hacia el Turry.

No vieron a nadie mientras se acercaban, pero escucharon algún ruido al otro lado de la casa, donde algunas cañas anunciaban la presencia del riachuelo. Robehr aún miraba a Níbias esperando su respuesta.

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17/10/2007, 13:17
Níbias Roblefuerte

-Eres un buen hombre Robehr de Bordefronda - sentenció Níbias con voz grave. No hacía falta decir más, el resto quedaba claramente implícito. Sobre la superficie del mundo habitaban muchos tipos de personas, seres de todas las clases y condiciones, mas pocos de entre ellos podían ser considerados dignos de entregarles tu confianza. El hombre que tenía ante él era uno de ellos.

Níbias centró su atención en la casa que apareció ante los cazadores.

-Puede que ahí tengas tu respuesta - comentó a su compañero señalando el estado en que se encontraba la casa -. Las lenguas de los hombres se muestran mucho más animadas cuando se está trabajando y a mi no me importaría algo de ejercicio para desentumecer los músculos a esta hora de la mañana. Podríamos ayudarle con su tejado, no perdemos nada y en último caso aunque no quisiera hablar del tema al menos le habríamos hecho un bien de cara al invierno.

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18/10/2007, 12:44
Robehr de Bordefronda

- No podría estar más de acuerdo. Al "Verruga" le vendrá bien tener su madriguera en buenas condiciones para el invierno. Temo que se avecinará duro y despiadado, a nosotros nos tocará una parte aun peor cuando busquemos honroso sustento en la espesura. -

Roberh se detuvo unos segundos ante la puerta que bloqueaba el paso a la choza del "Verruga". Todas sus dudas todos sus miedos decidieron asaltarlo al instante. La situación de los dos cazadores era difícil, si bien la del pobre lugareño aun peor. A Bordefronda no le gustaba mirar en el pasado. Ya estaba escrito, inamovible e inapelable, cruel y despiadado.

No pudo evitar un largo suspiro antes de golpear la puerta con sus nudillos.

- Hoserr viejo lobo ¿estás en casa? Soy Roberh, el que lleva años soñando con encontrar a Muff, ese jabalí gigante. Vengo con un buen amigo. -

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18/10/2007, 19:13
Hoserr Verrugas

Hubo un movimiento en el exterior, a su izquierda, donde el riachuelo se ocultaba entre matojos y cañas. Hoserr el Verrugas apareció de entre el ramaje más alto.

El Verrugas seguía como siempre, con la piel curtida por el Sol y el esfuerzo, como todos, pero sin una sóla verruga en su cara. Era un mote familiar, quizá lo único que podían esperar heredar las familias humildes. Se movía con agilidad, pero con lentitud, sin prisa, como si no le importara llegar tarde o no llegar. Levantó la vista y su mirada azulada reparó en los batidores. No amagó ninguna sonrisa, pero Robehr sabía que se alegraba de verlos.

- Ese bicho te sobrevivirá a ti, a mí...y a todos - suspiró al final, como si de una broma ocurrente pasara a ser un verdad inevitable.

- Estaba dejando una nasa en el río. Quizá alguno sea tan tonto como para caer hoy.

Su mirada se perdía hacia el Suroeste...hacia la linde y la colina que, según Ranagrís, se había tragado a su hijo. No había rastro del pequeño. Su esposa, Margyss, había muerto hacía unos años, de fiebres durante un invierno.

- Tú dirás qué te trae aquí, Robehr. No vas a encontrar a ese jabalí en mi casa, desde luego...

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23/10/2007, 13:00
Robehr de Bordefronda

- Ni mucho menos espero encontrarlo aquí Hosser, no sería lo mismo cobrar la pieza. -

Roberh alzó la vista, observando las partes más elevadas de la choza del Verruga, en realidad pretendía quitarle importancia al asunto de cualquier manera posible. Hosser era un buen hombre cuyo sufrimiento se había prolongado mucho.

- Venía con mi buen amigo Nibias a charlar un poco, pero si nos permites creo que podemos hablarlo mejor mientras te hechamos una mano con el techo, hay que tener siempre la cueva en buen estado para cuando nos toca hibernar. -

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25/10/2007, 10:35
Níbias Roblefuerte

Níbias permanecía en un discreto segundo plano, tan discreto como se lo permitía su tamaño, lo cual era decir demasiado.

-Buenas Hosser. Níbias Roblefuerte - el hombretón tendió su manaza abierta al amigo de Robehr.

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27/10/2007, 17:15
Hoserr Verrugas

- Joder que eres oportuno, Robehr. O incluso más que tú tu compañero. Ya he traído las cañas que necesito y tengo buen barro al lado, pero no iba a encargarme hoy. Sin embargo, y no te ofendas, compañero - dijo mirando a Níbias -, un gigante como tú se ve poco y se aprovecha menos. Pues vente. Tengo unos capachos para llenar de barro. Mientras los traes, tú, Níbias, coloca los fardos de caña y paja sobre una manta que verás al otro lado.

Mientras hablaba empezó a andar, llevando a ambos batidores a doblar la esquina de pared de tierra, bajo la que encontraron los materiales de los que hablaba Hosser.

- Bueno, yo subiré al tejado - añadió mientras acercaba unos cubos y los colocaba de forma que se podía encaramar. A pesar de su edad, era un hombre ágil, y apenas necesitó de la ayuda de Níbias para subir.

- Bueno, pues id diciéndome qué queréis, chicos.

Robehr encontró una pala tallada en madera, tosca pero resistente, y los capachos. El río ronroneaba justo al lado, a apenas unos metros entre las primeras cañas. Se veía por dónde había pasado Hosser arrancándolas para dejarlas secar un poco antes de colocarlas en fardos.

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30/10/2007, 17:40
Robehr de Bordefronda

Por suerte para Bordefronda su oficio le exigía cierta condición física, llenar los capachos no lo extenuaría mientras no prologara en exceso el esfuerzo.

Nibias tendría un cometido sencillo merced a su increíble fortaleza y envergadura, Hosser no parecía quedarse muy atrás, ese viejo lobo aun tenía buenos dientes.

Le resultaba difícil encontrar las palabras adecuadas para iniciar la conversación, Roberh no era muy dado a florituras, pero incluso él sabía del cuidado que necesitaría para abordar una conversación.

Prefirió dejar que pasaran algunos minutos con charla intrascendental, a medida que sumergían más y más en el trabajo a Bordefronda se le acababan las ideas.

Al final Roberh abordó el tema como solo podía hacerlo.

- Eres un lobo ya curtido Hoserr, prefiero no andarme rodeos. Nibias y yo nos adentramos en la zona prohibida... vimos y vivimos cosas que toda mi puta alma me obliga a olvidar. Pero allí están. Por ellas hemos venido. -

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30/10/2007, 18:08
Hoserr Verrugas

El Verruga se detuvo allí arriba, al escucharlo, y lo miró. Cualquier otro hubiera sentido vértigo por lo repentino del movimiento, pero Hosser era, como bien había dicho Robehr, un "lobo viejo". Incluso sus instintos habían sido domados para la supervivencia, y allí arriba se movía con la misma seguridad que abajo en suelo firme. Y con ojos de lobo le miró...

- Estás loco, Robehr. Aunque llevaras tres gigantes como él. Claro que tampoco me sorprende. No sé qué coño pasa, pero todos ven algo por allí y se les va la cabeza, y corren al interior de la locura como si fuera el coño de una zorra relamiéndose...joder... - susurró, devolviendo la vista a los trozos perdidos del tejado, como si éstos fueran los pedazos de su vida que ya no estaban -. ¿Y cómo podéis estar vivos, entonces? Fuisteis afortunados, desde luego... como Iommess...algunas veces...uno no paga cara su locura.

Hizo como que sacudía la cabeza para rechazar un pensamiento, suspiró y miró el estado de los fardos con ojo experto...aunque algo distraído.

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30/10/2007, 18:41
Robehr de Bordefronda

La piedra estaba en el tejado, ahora ya no tenía vuelta atrás, solo Hoserr tenía la capacidad de decidir cuando la conversación terminaba.

- Es más complicado de lo que parece Hoserr, por mi propio pie jamás me habría metido allí dentro. Pero no fue insensatez ni locura.

Hostigaba a un corzo, aunque más bien parecía el zorro más viejo que mis ojos han visto. Se movía por la espesura, entre las rocas, entre las sombras, hacia la oscuridad. No creo que ningún animal tenga semejante astucia para estropearme el disparo.

Pero a Níbias ya lo habían atraído allí, una especie de camino empedrado, debe ser viejo, muy viejo, más que todos nuestros abuelos juntos.

Luego ya no había corzo Hoserr, solo un lobo, un lobo que no tenía nada que envidiar al tamaño de Níbias, un jodido carnicero muy sádico y muy astuto.

No fue locura, no habría conocido descanso de haber dejado a Níbias a su suerte.

Todos sabemos que la sombra de la montaña se cobra siempre tributo, osados, locos, imprudentes. Hemos crecido acostumbrados, pero esta vez fue distinto, la propia oscuridad nos intentaba atraer a su puto regazo envenenado.

Pero algo pasa, o algo muy malo va a pasar, un largo invierno, tal vez el más duro de todos. ¿Que pasaría si la montaña esta llamando, atrayendo a la buena gente a su perdición?

Hemos vivido con miedo desde que tengo uso de memoria, creo que tal vez es nuestra propia ignorancia la que nos hace pasto de esos miedos. Por eso hemos venido Hoserr, lo que paso, lo que oíste, cualquier cosa que sepas nos vale. La espesura se ha llevado ya a demasiados... -