Partida Rol por web

Michael y Harper necesitaban ayuda con lo paranormal, ¿y quién mejor que el más reputado- si es que un investigador de lo paranormal puede ser reputado - parapsicólogo de Providence? el doctor emigrante ruso Vladimir Kutnesov al que se le entiende poco al hablar, pero del que nadie duda de sus habilidades con lo de más allá. El doctor da clases en la Universidad de Providence de algunas materias metafísicas y conocimientos de mecánica de audio. Es conocido en el Campus por inventar trastos de captación de ondas... como puede imaginarse hay todo tipo de chanzas sobre su persona y sus investos, sus detectores de fantasmas y otro tipo de inventos muchas veces son tomados a guasa. Pero en este caso Harper, que siempre había sido excéptico y nunca había querido saber nada de estos temas (de hecho a Vladimir rara vez le saludaba en el Campus) ahora no se lo toma todo a tanta guasa. Cuando las locuras nos ocurren a nosotros mismos....

El caso es que los dos hombres se presentaron a primera hora de la tarde en el gabinete que el doctor tenía en Providence, un sitio frecuentado por gente rara y por viudas ricas que querían hablar con su marido, expulsar a un fantasma y cosas del estilo.

Vladimir se encontraba escribiendo algo a mano en un papel amarillento, el escritorio estaba rodeado de trozos de metal y cachibaches varios que no teníais ni idea de lo que podían ser, el doctor tenía las manos llenas de tinta negra y estaba manchando y emborronando el papel cuando levantó la vista ante los recién llegados. Ni siquiera se había dado cuenta cuando abrieron la puerta y sonó la campanilla que había sobre la misma.

Espero que alce la vista hacia nosotros para saludarle amistosamente.

- Buenas tardes Doctor Kuznetsov, ¿le pillamos en un mal momento?

—Y si cambio el moduladorr de ondas densitométrricas porr un modulador de 25 amperrios en lugarr de 12... Sí, tal vez podrría funcionarr... —pienso mientras escribo en un papel sobre los planos de uno detector paranormal.

Estoy demasiado concentrado para enterarme de que la puerta se abre. No obstante, cuando levanto la vista para pensar sobre qué debería añadir al invento, me encuentro con dos hombres que me miran fijamente.

A uno de ellos creo conocerle, es algo así como otro profesor de la Universidad, aunque no tan reputado como yo, por supuesto. El otro me resulta totalmente desconocido.

Colocando un poco los papeles sobre los que estoy escribiendo, pregunto a la pareja—. ¿Se les ofrrece algo, caballerros?

Entrar en aquel lugar fue cuanto menos extraño. Me recordó a alguna que otra película extravagante y de difícil comprensión, donde la imaginación se me antojaba mucho más primordial que la sensatez.

Tenía la sensación de que cada paso que nos procuraba un avance en la investigación nos alejaba poco a poco de la realidad y por ese motivo intentaría no involucrarme demasiado en los temas que consideraba, cuanto menos, dudosos.

Pero por eso estábamos aquí, tal vez este peculiar profesor fuera el más indicado para comprender y aclarar el asunto que ahora nos atañe.

-Detective Michael Hall, buenas tardes. – Le tendí la diestra a modo de saludo. No presentaría a mi compañero, pues suponía que ya se conocían.

-Nos encontramos en plena investigación y hemos pensado que tal vez pueda ayudarnos con ella. – Aclaré abiertamente nuestras intenciones y el motivo de la visita.

-¿Tendría un momento? – Pregunté mientras mi percepción se perdía entre todos aquellos singulares aparatos, siempre con curiosidad.

- Doctor, el detective Hall y yo estamos en medio de un asunto... digamos delicado, que atañe a un colega suyo y mío recientemente fallecido. El profesor Philip Baxter, a buen seguro sabrá de su deceso.

Voy sacando el diario onírico mientras me acerco a su mesa, y allí lo deposito junto al mapa trazado por Baxter.

- En sus papeles personales hallamos este diario de sueños y este mapa dibujado a mano alzada. Sabemos bien de su conocimiento en este tipo de materias tan abstrusas... me consta que había que dorar la píldora al profesor y lo hago descaradamente... Si pudiera usted ayudarnos a desentrañar este misterio, por supuesto comprenda que todo el asunto debe llevarse con discreción debido al prestigio del profesor Baxter.

En los documentos que te extiende Harper puedes leer lo siguiente:

El primero es un extracto del Diario Onírico del profesor Baxter

Miro las notas que el Profesor Harper deja sobre mi mesa. Primero agarro el diario, a ver qué información puedo sacar. Mientras le echo un vistazo por encima, comento—. Sí, una verrdaderra lástima. Aunque no he seguido muy de cerrca qué paso. Perro me da que ustedes sabrrán algo más sobrre eso.

Dicho esto, comienzo a leer. Al principio, no hay nada reseñable. Sólo son sueños, y que cada uno los interprete como quiera. Yo no me dedico a esa clase de santerías y ciencias sin fundamento. Sólo faltaba que me preguntasen por el horóscopo que empezaba a ser tan popular en estas fechas.

Pero la última entrada es la que de verdad me preocupa. No por lo ocurrido, sino por la extensión y riqueza de detalles. Y seguramente, habría más, pero Baxter los omitiría. Eso sí que no era normal. La pregunta es... ¿Por qué tenía estos sueños?

Al final, leo algo de una droga, así que pregunto a la pareja—. Nunca oí de una drroga que tuviese esos efectos. ¿Acaso Baxterr se drrogaba, o llamaba así a alguna medicina experrimental?

Tras la pregunta, dejo el diario, e inspecciono el mapa. A ver qué me puede revelar éste.

Mapa trazado a mano:

El mapa se corresponde con un  mapa real de la zona, al menos hasta donde tú sabes.

Respecto a la droga, si bien es cierto que no conoces un tipo de droga que tenga los efectos que se describen en el diario. Sí sabes que algunas culturas indígenas de América, Asia y África, utilizan determinadas drogas derivadas de plantas para inducir un estado alterado sobre una persona en la que no sólo alucina estando despierto, sino que cuando cae en un sopor o trance, o incluso mientras duerme, siente los sueños tan nítidos y claros que cuando despierta es incapaz de discernir si lo que ha soñado es real o no y que además recuerdan el sueño íntegro con pelos y señales. A diferencia de lo que suele ser normal, que tras un sueño uno no recuerda nada o sólo pequeños fragmentos inconexos.

Pero lo más importante sin duda es que autores como el alemán Von Strauchtner, el indio De Quili o el americano bostoniano ya fallecido hace ya unos cuatro o cinco años Scott Derrin, existe un mundo paralelo al nuestro denominado "Las Tierras del Sueño" en las que hay una ciudad llamada Unthar o Ulthar o algo parecido, parece ser que es una ciudad bellísima y muy acogedora. Las Tierras del Sueño están abiertas sólo a determinadas mentes y a gente con unos conocimientos determinados, se puede llegar a ellas a través del sueño únicamente y bajo determinadas circunstancias. Estos autores mantienen que con determinadas drogas y bajo unos requisitos al dormir se puede aparecer en aquellas tierras. Se dice también que en esas tierras se aparece desnudo y que son de una gran belleza y el mal apenas existe. En la tierras del sueño hay más ciudades, pero sólo recuerdas Thorabon.

Obviamente, estas teorías han sido refutadas y nadie o casi nadie las toma en serio, incluyendo a los Parapsicólogos más abiertos de mente, pues nunca jamás se ha encontrado ninguna prueba de su existencia, tan sólo el testimonio y las vivencias de una decena de autores. Crees recordar que el que vuelve de esas tierras apenas recuerda nada o muy poco, aunque a veces sí recuerdan todo y que el tiempo transcurre de forma diferente a nuestro mundo.

Cuando acabo de leer las notas del diario, miro el mapa. Éste en realidad no me dice mucho, parece un mapa escrito a mano de la zona. ¿Con qué fin haría Baxter esto?

Dado que no entiendo mucho del mapa, sólo puedo centrarme en el diario, así que digo a los dos hombres—. Veo que dice algo de una drroga. Es cierrto que se ha comentado muchas veces que hay drrogas alucinógenas que pueden prrovocarr efectos como los que el Sr. Baxter descrribe.

—Porr supuesto, los estudios que lo indican no son más que habladurrías, nada serrio —comento dejando los papeles sobre la mesa, devolviéndoles las notas y el mapa—. Hablan de una "Tierrrra de los Sueños". No obstante, erran las experriencias perrsonales del aleman Von Strrauchtnerr, el indio De Quili o el amerricano bostoniano ya fallecido Scott Derrrrin.

Dicho esto me detengo unos instantes a pensar en lo que decían, para añadir—. Decían que en ese lugarr había ciudades fantásticas, siendo la más famosa Untharr o Ultharr, no rrecuerrdo bien el nombre. Añadían que todo erra muy acogedorr y con fantásticos colorres, que estaban desnudos, y que el tiempo no correspondía con la rrealidad.

Cuando les he explicado todo lo que sé sobre este tema, les doy mi opinión como profesional—. No obstante, no dejan de ser sueños prroducidos porr una drroga. A título perrsonal, crreo que no son más que buenos librross parra conciliarr el sueño, perro nada más.

—Siento no poderr serles de más ayuda, perro con estos datos es todo lo que les puedo decir.

Escucho detenidamente la explicación del Doctor Kuznetsov y conforme llega a la parte de la ciudad de los sueños me asombro más y más, cuando acaba la disertación no puedo menos que preguntarle.

- Doctor, ¿nos está usted diciendo que hay una ciudad que solo puede ser visitada en sueños? ¿que ya ha habido varios viajeros que la han visto usando esa droga? Eso es francamente difícil de creer.

Miro alternativamente al doctor y al señor Hall.

- Si fuera cierto Konrad podría estar viéndola ahora mismo.

Un escalofrío incontrolable recorrió fugazmente los músculos de mi cuerpo al intentar atisbar las posibilidades que allí se estaban barajando.

-En efecto, sabemos que consumía una droga que él mismo era capaz de elaborar. – Aunque aún no habíamos descubierto la fórmula de dicha sustancia, sabíamos de otras personas relacionadas con ella y que sin duda interrogaríamos en busca de explicaciones.

-Incluso es posible que esa sustancia sea la responsable de su fallecimiento.

-Lamentablemente no disponemos de más datos, pero indudablemente nuestras próximas entrevistas nos revelarán alguno más. – Aunque a Harper y a mí nos podrían sonar a chino antes de perderse irremediablemente en el olvido, si él mismo nos acompañase podría sacar sus propias conclusiones.

-Si está interesado en ese estudio, puede acompañarnos... – No sabía muy bien qué ofrecerle a cambio de su ayuda, pero si estaba interesado en obtener conocimiento podría ser una buena asociación.

—Nada más lejos de la rrealidad —contesto a Harper—. Pese a lo que dicen los habladurrías, mis estudios son serrios, con datos contrrastados. Esto que les he contado sólo son rrelatos de gentes que dicen haberr estado ahí. Perro no le doy la misma crredibilidad que a un cuento más.

Hecha la aclaración sobre este punto, escucho lo que el tal Hall dice. Sopesando un poco las posibilidades, al final digo—. Hay un dicho en mi tierrrra y es que cuando el rrío suena, agua lleva. Puede que sólo sean habladurrías, y que el final de Baxterr no tenga nada que verr, pero tal vez podrría aportar otrra visión a todo este asunto.

Dicho esto, miro a los dos, para añadir—. Si vamos a trrabajarr juntos, necesitarré más inforrmación. A bote prronto, se me ocurrrre que cómo pudo saber Baxterr como prreparrarrr esa drroga, buscarr más librros sobrre el tema... Incluso podrría buscarr a algún autorr sobrre el tema parra hablarr dirrectamente con él...

—Hay mucho trrabajo porr hacerr, me temo.