Partida Rol por web

Viernes 30 de Junio,

Dejáis a George que duerma y váis a desayunar al vagón restaurante. El tren está a punto de llegar a Providence mientras tomáis un café con bollos y charláis amigablemente incluso con Dorothy, la bella camarera. Tras desayunar volvéis al vagón y justo cuando váis de camino escucháis que el revisor anuncia entrada en Providence inminente. George sigue durmiendo cuando entráis. Es ya demasiado... incluso para un viejo chocho como él.

Se acerca al viejo

- ¡Señor! creo que ya está bien ... acabamos de llegar a Providence. No ha desayunado, debería levantarse y vestirse -tras no obtener contestación se acerca al viejo y levanta la sábana -¡Dios mío! ¡el viejo no respira! -en efecto parecía haberse quedado tieso.

- ¿Cómo que no respira? - Pregunto alarmado mientras me acerco con pasos veloces y compruebo si George está dormido o gastándonos una broma pesada...

- ¡George! ¡George espabile! - Exclamo mientras zarandeo con suavidad al viejo. Jodida vida. Pero es normal... ya era mayor... Mucho. Aunque ha resultado un compañero agradable de viaje. 

- ¡Konrad! ¡Harper! - Llamo a los demás a gritos. - Hay que buscar un médico. -

Durante un momento sopeso la idea de meterme en ese estrecho compartimento e intentar ayudar a George in situ. No obstante si lo hago seré un gran estorbo para el resto.

Tras el momento de duda salgo escopetado hacia el resto de los vagones gritando en busca de auxilio o de un médico

Konrad se apartó para dejar pasar a Harper, y entró en la habitación de George. Le cogió el brazo para intentar tomarle el pulso, pero solo concluyó que no se lo encontraba.

- No creo que se pueda hacer mucho; el buen señor Bangs ya era muy mayor. Al menos no parece que haya sufrido.

Como ya había predicho en el momento que lo conocieron, la "aventura" le había costado la vida, pero al menos había muerto plácidamente mientras dormía, y no aplastado o fulminado por horrores voladores. Konrad pensó que quizás él no tendría tanta suerte.

No hacía falta ser médico para determinar que había fallecido, pero no obstante hubo que esperar una media hora larga hasta que se presentó un médico que certificó que en efecto el motivo del fallecimiento era un fallo cardíaco. De forma que se llevaron el cuerpo a la funeraria Robinson que precisamente quedaba en la misma calle en la que el bueno de George tenía su tienda de antigüedades. La fecha del funeral quedó fijada para el día siguiente, George no tenía familia, pero era bastante conocido en Providence.

Consternado y abrumado por la noticia apenas sé qué hacer. Lo último que querría ahora es estar solo en mi casa. Así que con tono abatido invito a todo el grupo a mi casa:

- Vayamos todos a casa, hay camas de sobra y así podremos reordenar nuestros planes.

- Si no les importa preferiría ir a casa de mi padre. Seguro que Ángela tiene mi alcoba tal y como la deje -dice sonriendo -cuando ustedes me digan vamos a hablar con el Juez Braddock. A él no tengo tantas ganas de verle, aunque la herencia de mi padre bien lo vale, desde luego. Me gustaría también acompañarles mañana al sepelio de Bangs si no les importa. Le debo mucho al viejo, como a ustedes.

- Desde luego Colín, desde luego. Dale recuerdos a mi pobre Ángela, intentaré sacar un rato para verla... en mejores circunstancias.

Konrad no parecía especialmente conmocionado por el suceso; más bien estaba impaciente por acabar de una vez con todo aquello. Tal vez, ahora que Colin estaba de nuevo en Providence, se aclarían algunas cosas. Eso si no desaparecía antes, claro.

- Me parece bien, aunque hoy dormiré en mi casa. Tengo que cambiarme de ropa.

- Yo le agradeceré mucho su invitación, Harper. - Respondió Joe. - Aunque si me permite me gustaría enviar un telegrama primero para informar a mi familia de que me encuentro bien. -

Aclarado ese punto Dillinger se dispuso a acompañar a Harper. Necesitaba descansar y reflexionar. Le gustara o no, la muerte de Bangs le había afectado un poco. No hacía tanto que conocía al viejo pero le había cogido aprecio.

- Yo me quedaré a cenar; creo que es importante que nos pongamos al día con todo este asunto -comentó Konrad

1 de Julio

Funeral de George M Bangs en el centro de Providence. Afortundamente hoy hace un día espléndido, luce el sol, es media mañana y una veintena de personas se reúnen en la Iglesia católica de la Asunción, en pleno Westminster St. Los congregados son pocos conocidos que tenía Bangs. La mayoría de ellos están relacionados con el mundo de la cultura: universitarios, científicos y sobre todo anticuarios.

En uno de los últimos bancos están el Juez Braddock y el Doctor Douglas Walters. Juez y médico, respectivamente. Al veros entrar juto a Colin Baxter el médico hace una mueca y el juez sonríe abiertamente.

Comienza el funeral y se dan una serie de lecturas, el sacerdote da un sermón y os llama la atención las palabras tan sinceras y sentidas de un tal Adam Graves, al parecer bastante amigo del anticuario de la Universidad de Miskatonic, en Massachusetts.

Tras el réquiem por el alma del difunto, se informa de que su entierro será mañana y de diversas actividades parroquiales de cara al verano. Una vez finalizado el acto, se forman varios corrillos a la salida. Es inevitable que el Juez Braddock se acerque a vosotros y el tal Adam Graves también se une.

- Me alegro mucho de verte Colin. Te veo bien y también cambiado... para mejor -dice con una sonrisa -siento lo del Señor Bangs. Sé que estuvo en Florida con vosotros -dice ahora a los demás-os agradecería que os pasáseis esta tarde por mi despacho. Tenemos que hablar de tu hermana, Colin. Habría que ir a buscarla, debería venir a aceptar su parte de herencia- se dirige ahora a Adam -tengo entendido que se dedica a las civilizaciones antiguas. Creo que le llevaba a Bangs objetos antiguos con regularidad. ¿Cómo van las cosas por Miskatonic? si no recuerdo mal su departamento de Historia Antigua financia media docena de excavaciones en Egipto y Asia.

- Es muy amable. Siento no vernos en unas circunstancias más...felices. Precisamente queríamos comentar con usted un problemilla legal que recientemente tuve. Y por lo de mi hermana, podríamos usar hasta mi barco para ir a las islas ésas. Seguro que llegamos antes que con tanta escala.

- Allí nos tendrá juez.- Respondo por todos a la cita el juez.

Y cambiando de interlocutor me dirijo al desconocido Adam ofreciéndole mi mano tendida.

- Señor Graves, mi nombre es Harper Welles, a mi lado el señor Summers y el señor Dillinger. Apenas conocíamos al señor Bangs, tan solo de esta investigación, aún asi le mostramos nuestro pésame más sincero. Si nos necesita para algo háganoslo saber.

- El señor Bangs era un buen hombre. – Digo transmitiendo mi pésame al tal Graves mientras me quito el sombrero con una mano y le estrecho la otra.

- Juez. – Saludo con una leve inclinación de cabeza al Juez Braddock. Debe ser de las pocas veces que estoy en presencia de una instancia de la ley así, y que no es por problemas legales. Sonrío ante la ironía pero no digo nada.

- Un día triste para todos. Pero la vida sigue y Bangs no querría que dejáramos sin resolver los asuntos que tenemos pendientes. – Comento recordando el carácter del buen hombre, y las ansias por la investigación que tenía.

Konrad tendió la mano al tal Graves de forma distraída, mientras pensaba en lo rápido que el juez Braddock y Colin Baxter le habían metido en otro viaje. Parecía que no iba a poder tomarse ni una semana de descanso. Solo esperaba que algún día pudiese disfrutar del dineral que iba a cobrar por todos aquellos trabajos.

Aparecí en el cementerio con un traje negro impoluto y una camisa blanca cuyos botones cubrían un corbatín charol;  ese fue el atuendo que consideré adecuado para la ocasión.
En otro momento podría haber pasado por la representación más pura de la elegancia, pero mi gesto estaba algo perdido, como si acabase de despertar de un mal sueño.

Durante el sepelio, las palabras del sacerdote me resultaron pesadas y repetitivas. Lugares comunes que no describían la verdadera personalidad de mi amigo.
Me distraía mientras él hablaba, permaneciendo ausente y ojeando a los asistentes al entierro. Tres hombres desconocidos llamaron mi atención e hicieron que pusiese cierto interés en las causas de la  muerte de mi gran amigo.

.....

-"George, siempre te recordaré como aquella persona a la que los límites de la vida mundana no parecían afectarle. Espero que allá donde estés encuentres algo más que explorar. Por que nadie como tú era capaz de ver la historia oculta, bella, maravillosa y....tremendamente interesante de todo  lo caía en tus manos" fueron las palabras que cerraron mi intervención durante la ceremonia antes de dirigirme junto al  Juez Braddock hacia los tres desconocidos.

-"Buenos días señores. Soy el Señor Adam Graves, gran amigo del Señor Bangs, y sí..." me presenté. -"si no les importa me gustaría terminar con lo que él empezó...estoy seguro que nada más le gustaría más." sonreí -"Me tomaré unos días libres"

Observo a Graves, reluctante. No soy dado a meter en el ajo a nadie nuevo y menos a un desconocido... pero es cierto que estos hombres me aceptaron en su grupo sin ponerme demasiadas pegas. Si lo pienso bien estoy aquí por el dinero, y sin Bangs pero con un sustituto más joven, la empresa debería resultar más sencilla.

Si soy sincero y práctico no me vendría mal que este Graves se una al grupo... pero yo de momento me voy a abstener de opinar nada. Summer y Welles son los que llevan en esto desde el principio asi que dejaré que ellos decidan.

- Quizá sea más sensato irnos a tomar un café a un lugar más resguardado y procurar ponernos al día de todo. - Comento. Sí. Es mejor que mis compañeros tengan tiempo para pensarlo y hablar entre ellos antes de que den la patada a Graves.

Uf, daría lo que fuera por una buena birra ahora mismo.