Partida Rol por web

Escena de Kyu Mirumoto en Otosan Uchi

[Barrio de los Herreros]

Tras un breve paseo, llegas a una calle estrecha, empedrada y ligeramente cuesta arriba. La gente camina con presteza, hay bastante gentío, pero tan sólo algunos samuráis están tranquilamente parados observando algunas herrerías. Éstas son pequeñas, donde uno o dos herreros trabajan con paciencia o atienden a algún cliente.

La mayoría de las herrerías tienen una entrada al aire libre o bajo un techo de paja o similar, donde se negocia o se puede ver algunas armas o armaduras. Al estar todas las tiendas en la misma calle, de un sólo vistazo puedes observar como la mayoría se especializan en algún equipamiento en concreto; en las primeras herrerías hay katanas, en otras wakizashis, en otras yelmos y así hasta el final de la larga avenida.

Camina con una tranquilidad inhumana comparada con el alboroto general que hay en la calle. Primero se dirige hacia los puestos de katanas para intentar vender por un buen precio su wakizashi.

Saludos, maestros artesanos- esboza la mejor de sus sonrisas - les interesaria comprar esta fina pieza? Mirenla bien, no le faltan detalles y su equilibrio es inmejorable, seguro que podran revenderla a un buen precio.

El herrero te niega con la cabeza, parece que no está interesado en comprar armas; no obstante te indica otra tienda, más arriba, donde parece que si puedes encontrar a alguien adecuado para este negocio.

Da las gracias y se acerca hacia la tienda que le indican , volviendo a ofrecerla y tratando de acordar el mejor precio posible.

El nuevo dependiente parece tener una especie de tienda de segunda mano, ya que las armas parecen algo viejas y desgastadas, aunque están más baratas que un arma nueva y reluciente. El hombre con barba de chivo, pequeño y algo mayor mira detenidamente el wakizashi.

- Hummm...- Dice con gesto negativo.- Os ofrezco 5 Kokus...

Desliza sus brazos de tal forma que el kimono deje un sugerente escote a la vista.

¿5 kokus? Eso es un insulto... . El arma está reluciente y afilada como el primer dia, no como esas viejas espadas tuyas, además una señorita como yo tendria problemas si vuelve con tan poco dinero..

Si tira de nuevo. En efecto, con la Bendición de Benten puedes guardar un dado adicional en todas las tiradas que impliquen persuasión (como en este caso).

Por tanto, tu tirada es: 5g4 (tiras consciencia+seduccion+Benten y guardas consciencia+Benten)

El hombre te mira de arriba a abajo y se muerde ligeramente el labio inferior.

- Bueno, bueno...- Abre sus ojos.- Una bella mujer como tu no debería tener ningún problema...¡y no lo será mientras esté yo aquí!

Va a la parte trasera a por unas monedas, y en unos instantes vuelve.

- Toma, te doy 9 Kokus...eso es mucho dinero jovencita, jeje...

Es usted encantador, gracias.. que los dioses le sonrian.

Realiza el intercambio ,una vez está todo correcto le sonríe por última vez y se despide para marchar hacia las tienda de Yaris. Busca una donde el dependiente sea un hombre , pues son su "especialidad", y se acerca con porte elegante.

Buenas tardes.. busco el mejor yari que tenga, y al mejor precio...

Tras andar un poco por la calle, llegas a tres herrerías donde exponen algunas yaris. Te acercas a la que parece que tiene armas de mayor calidad y mejor cuidadas, donde un herrero fuerte de grandes patillas te atiende.

- Aqui tenemos un par de yaris de la mejor calidad.- Te enseña un arma reluciente, de madera oscura y punta brillante.- Gran estabilidad y dureza, resistente y duradero; sin duda es una buena compra. 6 Kokus.

Mmmhhh , es una buena pieza pero no es que me sobre el dinero y aun debo comprar muchas cosas para mi viaje.. te doy 5 kokus por ella. Es una buena oferta.

Sonrie amable examinando palmo a palmo el arma.

El hombre duda sobre lo que dices, pero al final accede a la venta.

- Esta bien. 5 Kokus...un placer negociar con usted...

Un placer. Cuidese.

Se sube una capucha y ata el yari a su espalda de tal manera que este bien sujeto y a la vez bien visible como posible advertencia a los ladrones. Encamina sus pasos ahora hacia el barrio de los hinin y a medida que va avanzando los locales de alterne van apareciendo. Se detiene cerca de uno de ellos y pregunta donde podria comprar "flores de loto" para su jardín.

El barrio hinin no es tan vistoso como otros barrios. Calles estrechas y retorcidas, casas pequeñas, apiladas y negruzcas; el suelo está sucio y hay un olor a podredumbre extraña que flota en el ambiente. La gente tampoco es la más agradable, la mayoria mal vestidos, dando la sensación de pobreza; tan sólo las prostitutas llevan algo más de lujo sobre ellas.

Caminas con cuidado por la zona, dos hombres salen del un bar peleándose salvajemente, aunque su estado de embriaguez hace que el combate resulte algo cómico. Continúas para preguntar por la droga, pero la mayoría de la gente prefiere no hablar; tan sólo los hombres con pintas de matones o ladrones te dan algo de información...después de lanzarte miradas lascivas o improperios subidos de tono.

Tras varias preguntas, llegas a una esquina donde dos hombres se esconden en las sombras de un callejón; uno de ellos es grande y musculoso, el otro más bajito y con aspecto de rufián. Te han dicho que este hombre tiene productos poco legales, aunque te han avisado de su carácter peligroso.

Se acerca despacio a las figuras del callejon, para que tengan tiempo de verla aproximarse.

Saludos señores... , he oido que por aquí crece la flor de loto..

Continua caminando hasta detenerse a unos metros de ellos, distancia suficiente para desenfundar su yari en caso de necesidad.

Por supuesto tengo dinero..

Sonríe y hace agitarse levemente el saquillo con las monedas.