Partida Rol por web

sigo todo desde un segunda o incluso tercera fila en algunos lugares de la apelotonada tienda. Me acerco a Sir Hugo que había hecho una pregunta un poco extraña y desde detrás de él le susurro.

- El capitán nos ha delimitado nuestra estancia en dos semanas máximo, pero yo creo que estaría más que contento si mañana no estuviéramos aquí- le dejo unos segundos para recuerde bien lo que ha dicho el capitán-.

Después voy hacia la Elfa que desde un primer momento me parece la más espabilada de todos los mercenarios y para mi gusto, ha dado las respuestas adecuadas, no por nada es mujer. El caballero ni lo cogió y el enano se quiere poner a forjar. Me esfuerzo en no poner los ojos en blanco y 

-Lorantha, si le pides un explorador, o se nos asigna uno, para evitar las patrullas del paso, solicita a Jalon Smith- le doy el nombre que conseguí ayer con mis averiguaciones.

-Ahora estarían deambulando sin rumbo o muertos de no haberse topado conmigo. Para bien o para mal, tus compañeros tienen que cargar contigo, pues sin duda está conversación no nos llevará a nada bajo tu postura. Solo te advierto mujer, que esta vez, si tengo que arrojarlos a la nada por tus palabras, no dudaré en hacerlo- sentenció el capitán Hansel quien de la nada se había encendido de forma un tanto paranoica; era claro pues, que el capitán tenía una espinita clavada para con la elfa y no deseaba ser nada amistoso con ella; algo que sin duda todos los miembros del clan habrían de tomar en cuenta.

-Creo que le gustas!- asaltó Jaime en susurros codeando a Lorantha con su ocurrencia del día, la cual por suerte, no había llegado a oídos del capitán, aunque la súbita carcajada ahogada del kislevita, le hizo probablemente pensar que el mediano se burlaba de él; cosa que no ayudaba en nada.

Tras la elfa, el bretoniano tomó la palabra, y aun con cierta molestia, el capitán respondió. –No, me has entendido mal, son libres de marcharse ahora mismo si así lo desean. El comandante Strovx les ofrece hospedaje por un máximo de quince días, consideré que los necesitarían dada la condición de sus compañeros- y así era, Walter y Nathan seguían con sus piernas heridas, y esas lesiones eran algo duro de llevar cuesta arriba a través de las montañas del fin del mundo.

Las palabras del enano, por diversos motivos fueron mejor recibidas. –Eso es algo que ya había consultado con el comandante. De hecho habíamos fijado que el herrero de la fortaleza les brindará sus servicios por una módica suma, pero si se da el caso en que tu mismo puedes hacerlo, no veo problema alguno, salvo el tiempo. Si parten ahora o mañana, no hay mucho que pueda hacer para ayudarte. En caso de que se queden, puedes usar la forja sin inconveniente, aunque siempre bajo la autoridad del maestre herrero de la fortaleza. Incluso bien le vendría una ayuda a él mismo, si se quedan mas tiempo puedes ponerte de acuerdo con él-.

Ya con las palabras de Walter y Trojan, el capitán se mostró cansado de la charla. –Listos es algo ambiguo. Listos en cuanto a que, o en cuanto a quien?, solo ustedes saben lo que eso implica-.

-Los he escoltado hasta aquí, les ofrezco alimento y hospedaje. Con eso prácticamente he cumplido mi parte. Así mismo, tal como solicita la elfa, veré por que lleven víveres suficientes para dos semanas que es el máximo del que el comandante puede disponer- detalló el capitán Hansel siendo secundado por el comandante de la fortaleza quien en su peculiar postura, no hablaba nada.

-Por otro lado, tengo una propuesta que hacerles. Necesito enviar un pequeño cofre con un salvo conducto a Karak Azgal. Alfred, Melissa y Hans se ofrecieron tiempo atrás a cumplir esta misión junto con otros que lamentablemente hoy ya no nos acompañan. Por ello, dado que el objetivo es el mismo, he visto bien que mis hombres les acompañen durante su viaje hasta la ciudad de los enanos.

Tal como lo hablé con Alfred, Melissa y Hans; una vez entreguen el paquete, su deber para con el imperio habrá terminado; quizá alguno como Melissa opté por fungir como mercenaria ante la oportunidad que se le presentará al encontrarse en aquel lugar tan peculiar, o quizá desean regresar con el tiempo, cosa que podrán hacer en cuanto alguna caravana viaje hacia el imperio, otra ciudad de los enanos o a esta fortaleza. En resumen, serán libres de hacer lo que gusten.

Por el momento sus órdenes son simples. Proteger el cofre y el pergamino y entregárselo personalmente a Thorgin matadragones skalfson señor del gran consejo de Karak Azgal y descendiente directo de Skalf matadragones, fundador de la ciudad. A la par de ayudarles en todo lo necesario durante el viaje hasta la ciudad enana-.

Me agrada escuchar las palabras del capitán, ya que lo que necesito es tiempo para poder trabajar en mis runas, por lo tanto ahora lo único que me hace falta es convencer al resto del equipo para prolongar la estancia lo mas que se pueda en la fortaleza. -Le agradezco mucho capitán, así será, camaradas, como bien dice el capitán creo que lo mejor seria tomarnos las cosas con calma, después de todo no hemos viajado tanto como para perder nuestras vidas en esta región tan peligrosa solo por no tomar las medidas necesarias con nuestras armas y equipo, creo que yo podría ser de mucha utilidad si alguien necesita alguna remodelación en su equipo, claro, dependiendo del tiempo que deseen pasar en la fortaleza.

- Estoy confundido entonces. Por un lado queridos compañeros, podemos adentrarnos sin más en busca de nuestro objetivo cuando antes - cosa que algunos quieren - y por otro, tenemos la posibilidad de quedarnos varios días más ayudando en la forja y preparando concienzudamente nuestro camino. Visto que ya nada nos retiene aquí en contra de lo que yo pensé, debería ser el que hace las veces de jefe el que decida si partimos ya o preparamos bien el viaje. Lo que yo digo es que hay que preguntarle al mediano.

El imperial se encogió levemente de hombros desde el rincón en el que se había situado.

-No me opondré a lo que decida el mediano, pero si me preguntáis a mi, lo más sabio es quedarse y prepararnos. Las montañas no son amables con sus habitantes, mucho menos con forasteros como nosotros. 

Una voz grave y cascada surgió de repente desde algún punto indefinido por detrás del grupo, haciendo que muchos debieran girarse para identificar su lugar de procedencia. El enano seguía manteniendo su tono sombrío y taciturno de las últimas semanas, e incluso se encontraba un par de pasos apartado de los demás, como si lo que allí se decidiera no le incumbiera en lo más mínimo.

Para varios de los presentes, aquella era quizás la primera vez que escuchaban su serena y aguardentosa voz.

- Karak Azgal está por fin a nuestro alcance. Pero el camino no será sencillo. Ni corto. – había una sombra de preocupación en su tono, o quizás era que todavía se hallaba sumido en sus propios pensamientos, como hablando más para si mismo que para el resto – Peor aún, no tenemos ni idea de cómo llegar. Ni lo que podremos encontrar más adelante.

- De modo que … yo creo que debemos planificar bien nuestro próximo paso. Y eso implica conseguir información y provisiones. Lo segundo, no nos tomará más que una tarde. Lo otro… supongo que bastante más.

- Así que no veo motivos para tomarlo con tanta prisa. ¿Para que abalanzarnos a una muerte segur? Si algo recuerdo de la historia de mi gente, es que estas montañas no dan segundas oportunidades.

El capitán había ofrecido lo que creía conveniente, luego había expresado lo que pensaba sobre las respuestas que le habíamos dado....claro está que había sido con un tono nada amable y como si solo hubiésemos sido meras comparsas en el viaje hasta este lugar. Tras esto las opiniones del grupo estaban divididas entre quedarnos o irnos, sería cuestión de tomar una decisión definitiva.

- Yo he dado mi opinión, pero como todo acataré lo que decida el mediano.

Lorantha se abstuvo de comentar que nunca lo sabrían y menos él pues estaría muerto de no ser por ellos. Además la elfa posiblemente estaría criando dos magníficos ejemplares de grifo, tesoro mucho mayor para ella que cualquiera de los que en su imaginación le pudiera ofrecer una ciudad enana.

Sin embargo le clavó una mirada de odio a Jaime ante su comentario. Si al capitán no le hubiera hecho gracia escucharlo a ella no le hizo ninguna tal insinuación ni siquiera en broma y tuvo que contenerse para no arrearle un puntapié.

Por suerte las tranquila voz de Grunt le devolvió a la calma a pesar de no estar de acuerdo con todo lo que dijo, lo de no saber cómo llegar, quizá requería un matiz. No es que no supieran la localización de su destino, que la sabían, ni qué caminos conducían a él, pues también lo sabían, lo que desconocían era cuál de todas las posibles rutas les llevaría sanos y salvos, si es que aquello era posible de garantizar de alguna manera. Para la elfa aquella era una tirada a ciegas que no iba a solucionar el llevar más chatarra encima, pero coincidía con los demás en que era Jaime el que tenía la última palabra.

- Para la planificación de nuestra ruta quizá no sea necesario invertir tanto tiempo como dice Grunt y quizás el Capitán pueda ayudarnos. Es evidente que nosotros queremos llegar a Karak Azgal de una pieza y que el capitán también quiere que lleguemos, por lo menos uno de nosotros, para entregar el cofre y el mensaje. Pues bien, tengo entendido que Jalon Smith es el que mejor conoce el entorno, si él quisiera acompañarnos, nos ahorraríamos mucho tiempo y molestias mutuas. Y podría indicarnos, a medida que avanzamos, las ventajas e inconvenientes de las rutas que conducen a nuestro destino. - concluyó.

También pensaba, aunque se lo guardó para ella, pues tampoco tenía la certeza de aquello y para evitar que el tema se alargase, que cuanto más tiempo permanecieran allí, con menos provisiones contarían para el camino.

Todas las miradas estaban puestas en Jaime, casi todos se habían pronunciado ya, Trøjan, Walter y ella, no querían demorarse más que lo estrictamente necesario, lo que para ella significaba partir a la mañana siguiente. Por contra, Grim, Kurt y Grunt creían necesario pasar algún tiempo allí para prepararse algo más, si bien Grunt se refería más a tomar el tiempo necesario para la elección de la ruta más adecuada que a equiparse, cuestión esta que quizá quedase resuelta con el explorador imperial que le había recomendado Melissa. Los imperiales asignados estaba claro que partirían en cuanto lo ordenase su capitán, tan solo quedaba saber la opinión de Nathan que no se había pronunciado hasta el momento, la de Valdia, la de Domochievski y la de Jaime.

Tanto el capitán como el comandante de la fortaleza se mostraron sorprendidos ante lo dicho por la elfa. El comandante de la fortaleza, con una voz particularmente ronca y dura pero a su vez calmada, cuestionaba a Hansel sobre el origen de esa información. Aunque en el fondo ya sabía la respuesta, los mercenarios allí presentes no eran tontos y tampoco eran simples soldados obedientes. Aquellos hombres siempre buscaban la forma de sobrevivir, y obtener información siempre era una de las mejores formas. Y aquello de cierto modo fue lo que el capitán le detalló; no obstante el comandante Strovx no parecía contento, o al menos menos contento que antes.

-Cuando le expliqué de la misión que se nos había encomendado al comandante, el mismo reparó en la importancia de evitar los peligros del camino. Sin entrar en detalles, deberán tener cuidado con no acercarse demasiado al peñasco negro ni a Karak-ocho-picos, y desviarse hacia las tierras yermas podría ser mas peligroso pues serían divisados por facilidad por los múltiples exploradores de las tribus de pieles verdes que viven allí. Su esperanza está en las montañas del fin del mundo, pero eso no hace que no corran graves peligros. Hemos decidido que el mejor explorador de la fortaleza los acompañe, y eso tal como apunta la escurridiza elfa, no es otro que Jalon Smith. Con quien aun no hemos hablado pues no se encuentra aquí, según esperamos, estará de regreso en no mas de dos días.

No obstante, hemos concordado también que Jalon no puede alejarse demasiado de la fortaleza o el viaje sería arriesgado para él. Estará en él decidir si los llevaba hasta Karak Azgal para conseguir provisiones y regresar o si bien se separará de ustedes una vez hayan dejado atrás los grandes dominios de los pieles verdes- la explicación del capitán era clara, y aunque podría no gustar del todo, era bueno contar con un guía que los evitara caer en el lugar equivocado. Lo curioso de todo aquello es que jamas mencionó la fortaleza enana de Karak-Azul, que también se encontraba cerca.

-Así, he dejado todo sobre la mesa. Estoy a la espera de su decisión. Y eso también incluye a ustedes- dijo refiriéndose a Hans, Melissa y Alfred, -si van a arrepentirse, esta es su gran oportunidad, pues de lo contrario necesito que juren aquí mismo que obedecerán las órdenes que les he expuesto-.

El mediano se dio cuenta de la mirada ofendida de la elfa, era pequeño y ese tipo de miradas eran como un yunque sobre sus hombros, no obstante estaba acostumbrado a ello, no era la primera vez ni sería la ultima. Lo sorpresivo para él fueron las palabras de la elfa, como había sabido aquello, el nisiquiera había obtenido nada, aunque si había obtenido mucho, rió para si.

Y justo esa sonrisa clara y contundente que se marcaba en el rostro del mediano, les hacia saber que algo se traía entre manos y que cualquier que fuera su decisión en aquellos momentos, tendría mas que ver con sus decisiones personales que con el objetivo de llegar a Karak Azgal.

-Bueno, creo que todo está claro- dijo con una sonrisa marcada. - El guía está de paseo, Nathan y Walter no pueden caminar bien aun cuando no quieran aceptarlo y Grii tiene que trabajar en nuestras armas y armaduras. Nos quedaremos al menos cinco días, llegado ese momento decidiré si partimos inmediatamente o si nos quedamos mas tiempo- detalló el mediano quien ahora mirando inquisitivamente al capitán, le preguntó, -espero no haya impedimento en partir en cuanto se nos antoje, sin preguntas ni demoras innecesarias. Si nos entrega ese cofre ahora, será mas fácil seguir nuestro camino-.

Tanto el capitán como el comandante Strovx habían estado apunto de estallar ante las palabras del mediano, pero ninguno dijo nada, conteniendo su enfado, el capitán se limito a responderle lo que ya todos esperaban. -El cofre se lo entregaré a mis hombres y no a ustedes, es el deber de ellos protegerlo al igual que al salvo conducto. Cuando tu me indiques que partirán, yo me encargaré de estar allí para entregarles el cofre y despacharlos. Nadie mas sabrá de su misión y objetivo salvo ustedes mismos y nosotros; nisiquiera Jalon lo sabrá hasta que sea estrictamente necesario-. Curiosamente, todo aquello parecía gustarle al mediano, quien sonreía aun mas.

-Lo que si deben considerar es que probablemente no tendremos otra reunión mas hasta despedirnos. Si hay algo que deban decir, este es el momento- sentenció el capitán Mike Hansel.

Carraspeó

- Si esta es nuestra última reunión le deseo mucha suerte Capitán. De todo corazón. Espero que siga siendo el faro que ven sus hombres en usted... y no sólo por el bien del Imperio sino porque son ustedes lo único que separa a esos salvajes pielesverde y otras cosas peores de las aldeas, de las ciudades, de las mujeres, de los ancianos y de los niños. Son lo que se interpone entre la civilización y la barbarie más absoluta. ¡Rezaré a mi Dama por todos ustedes!

Tras las palabras del mediano a la elfa le quedaba clara una cosa, 5 días era lo que calculaba Jaime que necesitaba para saquear aquella fortaleza y para poner las manos en el cofre y la carta. 5 días tras los que se verían obligados a salir a la carrera sin saber bien por qué, como les ocurría en la mayoría de los sitios que visitaban.

De todos modos ahora se jugaban mucho más. Salir a la carrera de aquél asentamiento les dejaba sin explorador, sin la escolta imperial de Hans, Alfred y Melissa y con un destacamento imperial furioso tras sus pasos. Aquél era un escenario que no se podían permitir.

- Cinco días pues. - repitió en alto Lorantha como ratificando las palabras del mediano. - Guarden bien lo que no quieran que Jaime se lleve, 5 días son muchos días para un mediano ocioso. También pueden encadenarlo. - dejó caer con una sonrisa mientras se retiraba tranquila de la reunión, esperando que aquella advertencia les ahorrase muchos problemas en un futuro próximo.

Pensó que disponía de varios días para volver a ponerse en contacto con la naturaleza y sus espíritus y para retomar la senda que las circunstancias le habían obligado a dejar a un lado. Luego, cuando el explorador regresase, tendría 3 días para estudiar con él, los mapas de la zona y las rutas para llegar a su destino...

Interrumpió sus pensamientos al pasar al lado de Melissa. - Gracias. - le susurro.

Al final el mediano había hablado y ante lo obvio de nuestra situación a falta del explorador, nos tendríamos que quedar unos días mas quisiéramos o no. Aunque era una trastada tener que quedarse cinco días en la fortaleza, al menos tendría tiempo de descansar y dejar que las heridas de mis piernas sanaran antes de volver a los caminos.

- Bueno pues si ya está todo dicho.....buscaré un buen lugar donde haraganear. Una pregunta antes de despedirnos ¿Seguiremos en las tiendas del exterior o tendremos ya un alojamiento en el interior de la fortaleza?

Al parecer Jaime había tomado una decisión, 5 días no parecía ser mucho para conseguir mi objetivo, pero era mas que nada, por lo que apoyaría la decisión del líder en espera de que nuestra estancia se prolongara un poco mas y así poder preparar mi equipo lo mejor posible. -Al parecer has tomado una decisión Jaime, y yo te apoyo totalmente, como dice el buen Grunt, si alguien sabe de estas montañas traicioneras son los pueblos enanos, por lo que no es ningún secreto que allá afuera hay cosas para las que aun no estamos preparados, con un poco de ayuda de Grungni dejare nuestro equipo en condiciones idóneas para esta peligrosa búsqueda.

Aptovecho a hacer las tiradas de la ultima ronda del concurso :P