Partida Rol por web

Seguía pensando que aquel hombre era un grandísimo comandante. Sonrió al Capitán y le dijo -ojalá que tuviésemos más hombres como usted en Bretonia. Ha sido un placer pelear junto a usted y le deseo toda la suerte del mundo y una grandísima <<caza>>. Guardaremos el salvoconducto y sólo lo usaremos en caso de extrema necesidad, Capitán.

Tomó la piedra que le correspondía y procuró guardarla bien para no perderla. Si era verdad que daba suerte, prefería tenerla lo más cerca posible. Entonces esperó a que Jaime hiciese los honores como jefe de la compañía que era.

Asiento un par de veces  distraido en mis pensamiento  .Por supuesto capitan , por supuesto....Demonios, me hubiera gustado haber arreglado  el camisote pero quien tiene ese dineral ?.Y hablando de dinero tenemos cosas que discutir con  el clan .  Cuando nos tiende el amuleto me lo guardo dando las gracias y me coloco cerca del mediano para abordarlo en cuanto este libre .

Kurt apareció con algunos añadidos en su equipo, pues ahora tenía una armadura de mallas completa, además de un yelmo de sólido acero... Pero la pistola que colgaba de su cinto, para emergencias, como solía decir, había desaparecido. Parecía que aquel había sido el precio a cambio de contar con una mejor protección en lo que les restaba de viaje. 

Escuchó lo que decían unos y otros, aunque no era un hombre de despedidas. 

-Buena suerte, capitán. Y gracias por su hospitalidad-dijo, sin un asomo de ironía en su voz, antes de prepararse para partir, con la ballesta al hombro. 

Muchas gracias maestro armero, le aseguro que no seré ninguna carga para usted. Por cierto, no puedo evitar proponerle un excelente trato, resulta que tengo unas camisas de malla de orco, 10 par a ser exacto, me preguntaba si podriamos hacer un trueque o por lo menos hacerme un descuento para comprar una armadura de calidad a mi medida, la verdad es que estas armaduras talla orco son de mas ayuda para los guerreros humanos que para un enano como yo. En caso de que no sea suficiente con las camisas creo que podría aportar un poco de dinero extra, si es que el precio me parece justo.

La elfa no dijo nada a la hora de partir, prefirió guardar silencio, pues a cada una de las frases que escuchaba encontraba mordaz réplica. Si su ayuda había sido invaluable para el capitán, este les había pagado con el reverso de la moneda, pues las baratijas que ahora les ofrecía no pagaban las incalculables pérdidas que este les había ocasionado.

También las palabras de Sir Hugo llamaron su atención, parecía como si la experiencia vivida por él hubiera sido completamente diferente a la suya, parecía olvidar que el Capitán había mandado asesinar a dos nobles animales, que no había desenvainado su espada en ninguna de las batallas vividas, ni que la elfa tuvo que suplicarle para que se molestase en ir a rescatarles y solo porque vio un beneficio personal en ello lo hizo. Si hubiera más personas como aquellas en Bretonia, esta sería parte del imperio y un lugar sin honor, como bien había aprendido.

Lo único que podía desearle la elfa a aquél hombre era una muerte indigna y con deshonor asesinado tal vez en las letrinas por un goblin, pero tampoco lo manifestó. Se limitó a salir con su caballo de la fortaleza con la esperanza de un nuevo horizonte y de un nuevo amanecer como parecía augurar el inicio del viaje. 

Era el momento de terminar de recoger nuestras cosas y salir de nuevo a la aventura, aunque el descanso había sido provechoso estaba seguro que aun tendría algún tipo de problema en las piernas antes de llegar a nuestro objetivo. Con la presencia del mediano entre nosotros....¿dónde habría estado?.... y la despedida del capitán imperial dábamos por finalizada nuestra supuesta "relación" con el capitán. No tenía nada que decir a favor de él y si algunas cosas en contra, pero visto que no serviría para nada criticarle, recojo los objetos que nos tiende y me coloco junto al carro para partir lo antes posible.

Trojan gruñó algunas palabras en norsca mientras sus compañeros se despedían del capitán. Él no lo hizo. Se subió a la carreta con Valdia e Igor y se quedó mirando fijamente el cofre. No era tan estúpido como para abrirlo pero por los dioses que sentía curiosidad acerca de él. Observó a los tres guardias que el capitán había asignado al cofre y se preguntó quién se encargaría de cuidarlo cuando los tres murieran.

Volvió a gruñir, impaciente por marchar.

Melissa coge el tuvo sin mayores ceremonias, si alguien esperaba una reverencia o algo así, se quedará con las ganas. Con un mismo movimiento, como si estuviera enfundando un arma, lo meto en las alforjas de CaraFea. Doy una par de golpes en el suelo con los pies para quitarme el frío que está amenzando con dejarme el dedo chico insensible. Las ropas de abrigo y la capa nueva viene perfecta para estas primeras luces del alba.

Cuando monto, monto en mi caballo, colocándome detrás del carro y con el cofre a la vista. Lo de las piedras de la suerte, me mantengo a la espera, no quiero que parecen que reparten caramelos, espero que después cada uno recoja el suyo.

La comitiva compuesta por los mercenarios del clan sombra lunar y los cuatros imperiales, avanzaron directamente hacia el paso de la muerte dejando atrás la pequeña fortaleza imperial donde habían quedado el capitán Hansel y sus hombres; seguramente en no mas de un mes emprenderían su viaje de regreso a las tierras de Sigmar. Avanzando a través de un cuidado sendero zigzaguéate a través de la montaña donde se cernía la fortaleza imperial, el grupo iba descendiendo directamente al paso. Al mirar atrás, era claro que cualquiera que quisiera atacar la fortaleza desde el paso ni siquiera tenía una visión clara de cómo acceder a ella, el mejor camino de hecho era aquel sendero por el que avanzaban y el que a su vez representaría una trampa mortal para cualquiera que se posase en él, pues los imperiales de la fortaleza lo vigilaban constantemente.

La marcha era guiada por su guía, el explorador imperial llamado Jalon Smith, junto al cual iban otros como el caballero bretoniano y el arquero imperial Hans. Otros como Melissa se mantenían en la retaguardia del grupo cuidando el paso desde lo alto. Y como siempre, la mayoría del grupo avanzaba en el carromato con Valdia e Igor.

La primera dificultad les llegó pronto, apenas descender de la alta montaña que vigilaba el paso. Jalon que iba al frente les hizo el alto antes de salir de la maleza y adentrarse en el paso.

-Debemos decidir como avanzar. Hay muchos caminos para llegar hasta Karak Azgal, pero la mejor opción es ir de frente. Cualquier otro camino solo expone peligros ineludibles. A mi derecha tienen a la tribu Orca del diente roto, son tontos y violentos, pero resguardan bien el paso cobrando peaje al que pase por allí. Si nos ven nos cobraran mucho por no hacernos nada, y si nos adentramos en las tierras yermas, nos mantendrán vigilados para atacarnos poco tiempo después. A mi izquierda esta la fortaleza piel verde del Peñasco Negro, estos no toleran a los humanos bajo ninguna circunstancia por lo que nos atacaran apenas vernos, y suelen tener vigilados los alrededores del paso cercanos a sus territorios, a su vez que en muchas ocasiones envían vigilas a la zona cercana a esta fortaleza, quizá esperando que algún grupo despistado de viajeros imperiales se adentre a estas peligrosas tierras- reafirmó aquel experimentado hombre dándoles a entender que no consideraba que fuera buena idea todo aquello; aunque cierto era que había muchas caravanas de enanos viajando por aquellas peligrosas tierras, aunque siempre estaban mucho mas vigiladas. –Ir hacia la izquierda o la derecha sería tonto y solo con un buen plan los acompañaría, ir de frente es la mejor opción, adentrándonos en las montañas del fin del mundo, con el peligro que ello implica-.

La elfa, que iba a caballo cerca del carro, aunque un poco adelantada, tras escuchar las palabras del explorador tras el alto, dijo  adelantándose al mediano. - Usted es el experto señor Smith y aunque no nos ha dicho cuáles son los peligros de adentrarse en las montañas, si estos le preocupan menos que las tribus de pieles verdes de las otras posibles rutas, para mi es suficiente su palabra para seguir adelante. - 

Conociendo a Jaime este podía haber escuchado cualquier historia sobre algún objeto valioso en posesión de algún piel verde y podría tratar de dirigirles a una trampa mortal solo para satisfacer su curiosidad.

Asintió varias veces, al hacerlo su larga melena se movía de un lado a otro -nadie dijo que caminar por aquí estuviese exento de peligros. Ni en la mismísima Bretonia se puede estar seguro en según qué caminos. Si decís que la mejor opción es de frente, sea pues. Espero que también sea la más rápida- una pena no acabar con algunos orcos pero exponerse a ser atacado por una tribu entera era suicida. Por el centro pues.

Por sus palabras parece mas lógico ir de frente pero si me permite :ya sabemos lo que hay  a la derecha y a la izquierda pero que podemos encontrar de frente ?.Pregunto para aclarar los posible peligros .Todos hemos oido habalr de estas montañas  pero la realidad y la la leyenda a veces se mezclan , asi que que podemos esperar?

A mí me gusta una buena pelea, pero estoy seguro de que habrá oportunidades de luchar. Si nos enfrentamos a los orcos que sea porque ellos lo han querido, no porque fuimos lo bastante estúpidos como para ir en su busca.

-Mientras de frente podamos viajar con el carro, a mí me parece bien-dijo simplemente el mercenario, sentado en el lugar del conductor, con las riendas en sus manos y la ballesta reposando al lado. Miraba con desconfianza los picos, y de hecho era más que visible que se había equipado a conciencia, protegiéndose todo lo que había podido. Así que ahora sólo quedaba esperar que no se vieran envueltos en demasiados problemas. 

Al parecer nuestras opciones eran reducidas y los peligros demasiados, varios ya habían tomado su decisión, incluyendo a nuestro guía, yo aun meditaba las opciones. -Si de pelear se trata preferiría que fuera con los orcos tontos, pero por otro lado como dice el buen Alfred, a pesar de que todos hemos escuchado cosas terribles sobre esas montañas muchas veces solo son habladurías de viejas, a mi parecer creo que la mejor opción seria arriesgarnos en las montañas, después de todo sin riesgo no hay recompensa, ademas ningún enano le temerá nunca a ninguna montaña. No te preocupes camarada Trojan, si las leyendas resultan ser ciertas en las montañas encontraras rivales dignos de tu acero.

-La marcha no será fácil vayamos a donde vayamos, eso no hace falta que se los cuente-. Clamó el hombre sobre el que los años ya empezaban a pesar aunque su sabiduría se podía sentir fácilmente en sus palabras. -A través de las montañas- murmuró mas que nada para si mismo. -El carromato será un problema, nos retrasará y ante algún peligro nos veremos obligados a tener que enfrentarlo. Si yo fuera ustedes lo dejaría atrás, pero se que no hay forma de llevar todas sus cosas y aquel pesado cofre imperial sin él. Al menos mantengan vigilado al anciano- probablemente Jalon ya conocía algunas historias sobre Igor, trasmitidas con toda seguridad por medio de los muchos soldados que habían tenido que aguantar sus dispares.

-Si tenemos mucha suerte, no encontraremos nada de peligro. Pero yo no confiaría en eso y jamas he tenido tanta suerte. En el mejor de los casos solo tendremos que evitar problemas con los pieles verdes y quizá incluso las ratas. Pero no duden de que hay muchos peligros en estás montañas, poderes oscuros y terribles bestias. Mientras mas alerta y preparados estemos, mas seguro y fácil será nuestro viaje. Y claro, el problema será Karak ocho picos, ese lugar está maldito, los pieles verdes asedian la zona día y noche y es imposible que no seamos vistos si nos acercamos demasiado. Apenas hace poco vi caer a una guarnición de Karak a Karak de mas de cien fieros guerreros que viajaban hacia allí-. Señaló el humano mientras olfateaba el aire en busca de algo.

Quiza, por la imagen que daba el hombre, todos esperaban que al descender de su corcel lo hiciera de un salto ágil y veloz, pero no fue así. El explorador imperial, descendió de su corcel con calma y pasividad, casi como si no quisiese llamar la atención en sus acciones. Avanzando un poco hacia el camino se detuvo tras una roca y se recostó en el suelo con oído pegado al mismo. El grupo lo vio allí por casi un minuto a la espera de que dijese algo.

-Todo aparenta estar despejado. La oscuridad de la madrugada es nuestra amiga, aunque siempre he creído que su amistad es mas fuerte con las ratas. Esas escurridizas bestias siempre aparecen cuando uno menos se lo espera y donde uno menos se lo espera- sentenció mientras regresaba hacia ellos.

-Cruzar rápido será tonto, por mas que sintamos que corremos peligro al ponernos al descubierto. Los orcos son tontos y confiados, y dudo que haya goblins nocturnos vigilando está zona. Cruzaremos en pequeños grupos separados por unos seis metros. Primero los mejores exploradores que tengan, seguido deben ir sus mejores guerreros y luego el carromato seguido de los lentos, yo y los mas ágiles de ustedes iremos en la retaguardia- explicó el guía esperando le hicieran caso y se pusieran manos a la obra.

Yo irré con Kurt. En ese segundo grrupo que has dicho. Si algún pielverrde es lo bastante estúpido parra atacarrnos que los que vayan delante se escondan detrrás de nosotrros -acompañó su declaración con un movimiento de hacha-. Le rrecorrdarremos que morrirr de estuidez es morrirr de muerrte naturral.

El mercenario se sobresaltó levemente al escuchar su nombre.

-¿Cómo que conmigo? ¿Y quién esperas que guíe el carro por las montañas?-preguntó, parecía que sin muchas intenciones de moverse de su puesto de conductor.