Partida Rol por web

Sorpresivamente para todos, el caballero bretoniano había resultado ser un buen escalador, había tenido algunas dificultades y casi cae desde lo alto, pero al final lo consiguió. Ya arriba, le fue sencillo subir su armadura que había amarrado con anticipación solo tirando de ella. Con Sir Hugo arriba y una cuerda, las cosas podrían tornarse mas fáciles, no obstante estaban tardando y sin duda alguna hacían demasiado ruido.

Miró alrededor, no parecía haber nada acechando. 

No había tiempo que perder. Rápidamente desempaquetó su armadura y se la puso. La malla se la puso fácilmente, dada la práctica que tenía no le llevó mucho tiempo, y la armadura pesada le llevó algo mas de tiempo, pero al de poco tiempo estaba preparado para tirar. Dio un par de tirones a modo de señal, y buscó un sitio donde aferrarla. Le pareció haberlo hecho, aunque no le convencía demasiado, así que agarró lo mas fuerte que pudo la cuerda, y en cuanto sintió peso muerto empezó a tirar con todas sus fuerzas hacia arriba. Cuantos mas estuvieran, mas fácil iba a ser... Mas les valía llegar a su posición cuanto antes.

Echo un vistazo a la cuerda, al trecho que hay que escalar y no puedo evitar resoplar ante la dificultad de la empresa .Pfffff,no lo veo fácil pero si el bretoniano he hecho bien su labor debería de poder hacerse .Me giro hacia los demás .De todas formas creo que mejor ire de los últimos junto con el enano si no encuentra otro camino.

Melissa tenía un problema del que nadie tiene constancia, y de momento se va a quedar así. Está junto al resto viendo como el bretoniano escala, se va a llevar las manos a la boca esperando ahogar ese grito que llegará cuando caiga, pero el caballero es cabezón hasta para eso.

La guerrera mira de reojo las telarañas, son gigantes, las peludas arañas tienen que ser enormes...

-Yo me quedaré cuidando el carro y nuestras pertenencias- digo mientras saco el arco corto poniendo énfasis a mis palabras- me dolería perderlas después de todo lo que nos ha costado.

No se cuantos se van a quedar, pero Lorantha va a ir a la cueva seguro. Es mejor que yo me quede fuera. También está el detalle que odio las arañas de tamaño normal, ni me planteo una más grande que un perro.

Mientras valoraba cómo afrontar la pared, Sir Hugo se lanzó a trepar por el muro mostrando auténtico valor y cualidades, lo que le llevaron a pensar, todavía recordando su caída en el vado, que ya solo le faltaba aprender a montar a caballo para convertirse en caballero. 

Durante lo breve de la escalada y durante los minutos que siguieron, cubrió, arco en mano a su compañero mientras este izaba sus pertenencias y se equipaba. De los presentes sin duda ella era la más ligera, así que le indicó al caballero que se pasase la cuerda por la cintura y que tirase los dos extremos de la cuerda. Uno se lo tendió a Grim a la vez que le decía con una sonrisa - No lo vayas a soltar. - mientras que con el otro se hacía un nudo corredizo y lo pasaba alrededor de la cadera. Cuando estuvo lista añadió - vete recogiendo cuerda a medida que vaya trepando. - tras lo dicho inició la escalada, ahora sí, con la seguridad de que no se rompería la crisma si resbalaba por la traicionera roca.

Con ciertas dificultades al principio, finalmente encontró los puntos de agarre necesarios para completar la escalada y se colocó junto con el bretoniano aflojando de su cintura el nudo y dejando caer de nuevo cuerda para que el siguiente pudiera cogerla.

Mientras el siguiente se preparaba echó un vistazo al interior de la cavidad, pero estaba demasiado oscuro hasta para ella, buscó también el rastro que habían dejado abajo, pero entre la roca y quizá que el bretoniano se había puesto sobre él, no descubrió nada.

- ¿Puedes con el siguiente Sir Hugo? - preguntó con la duda acerca de si apuntar con su arco hacia el interior de la cueva o si ayudarle a izar al siguiente miembro del grupo.

Después del ascenso de Sir Hugo, lo intento. Empiezo bien pero a la que llevo un rato de escalada, me resbalo y me precipito al vacío. Lo que pensaba que era una muerte segura, fue una caída de no más de un metro desde donde estábamos. Se trataba de una muerte, de vergüenza por mi parte y de risa por la suya.

Menos mal que Lorantha era la lista e ingeniosa y terminó de organizar la escalada y empezó a subir. Decidí volver a intentarlo esta vez con la ayuda de Sir Hugo.

Kurt observó con desconfianza los dos ascensos, sin estar seguro todavía de que le fuera a ir demasiado bien en aquella empresa. Lanzó una breve mirada a Melissa cuando dijo que se quedaría abajo, aunque optó por no decir nada. Ya se había indicado quienes se quedarían con el carro, y él no iba a empezar a discutir ahora. Se limitó a esperar pacientemente su turno de subir. 

Visto que Lorantha había subido bien con la ayuda de Sir Hugo parecía que la subida no era para tanto, otra cosa fue la subida de Grunt parecía que no solo se peleaba con la cuerda, sino también se estaba peleando con la subida y la montaña.

- No creo que yo lo haga mejor, sigue que ya casi estas.

Aun tendríamos que trepar algunos mas y la cosa se estaba eternizando. Coloco las manos para aupar al siguiente valiente que quisiera intentar llegar a la boca de la cueva.

-Olvidate de las pertenencias, nadie regresará al carromato. Todos subiremos y todos pelearemos- exclamó el kislevita ante los comentarios de Melissa. La elfa por su parte, no espero mas, y pidiendo ayuda a Sir Hugo para que sostuviese con fuerza la cuerda, empezó a trepar. En un principio parecía que le costaría mucho hacerlo, pero una vez comprobó la fuerza del bretoniano y sus propias capacidades, el camino hasta la cima fue muy sencillo.

Ahora tanto Lorantha como el bretoniano ya se encontraban arriba, ambos armados y listos; aunque aun no lograban afianzar la cuerda a nada. EL siguiente en escalar fue el enano Grunt quien ya lo había intentado antes con humillantes resultados, ahora subía con cierta dificultad pero avanzando. No obstante, cuando llevaba ya mas de cuatro metros y medio, se afianzó de una roca floja y resbaló al vacío sin poder afianzarse de nuevo, por suerte logró agarrarse con fuerza de la cuerda que llevaba para no caer, aunque era difícil saber si Sir Hugo lograría sostenerlo.

-Melissa, después de el vas tú- le dijo el kislevita, -y luego tú y tu perro- continuó con Nathan, quien había estado algo cayado recientemente.

El Bretoniano miró alrededor, y se percató de un saliente para amarrar bien la cuerda. Habló hacia abajo sin gritar demasiado para no alertar a quien pudiera estar en la cueva.

- Los de abajo, esperad que vamos a amarrar Lorantha y yo la cuerda, y luego tiraremos juntos para ayudaros a subir.

Señaló el saliente y miró a la elfa.

- Ayúdame a atar esto. Así nos evitaremos que la gente caiga y se haga daño, o por lo menos, prevendremos la mayoría de daño. 

Se acercó y hizo un nudo algo "extraño", por calificarlo de alguna manera. Parecía prieto, pero no le daba demasiada seguridad. Por una razón o otra, no estaba fino, o quizás el cansancio estaba afectando a su mente. Miró a la elfa como pidiendo ayuda, y una vez esta le ayudó**, se dispuso a tirar de la cuerda para un nuevo intento.

Dio dos tirones a la cuerda. Era la señal. Tensó sus músculos, y esperó un peso muerto.

Trojan se sentía satisfecho de tener el carro con ellos. No podía creer que por un momento los demás hubieran pensado en librarse de él. El viaje continuó con el familiar traqueteo de las ruedas y las maldiciones cada vez que estas no se movían, pero continuó. Pese a la presente amenaza de una emboscada o peligros...de otra clase.

Con el mediano desparecido y parte del grupo ausente en busca de su rastro lo que estaba siendo una tensa situación con los nervios a flor de piel se convirtió en algo tan inquietante como las pesadillas que atormentaban a aquellos norscas que se habían internado demasiado en el norte. Con la vuelta de los exploradores, todos confirmaron sus temores: el mediano había sido raptado. Era necesario acudir en su rescate. A Trojan se le encomendó la tarea de proteger los suministros. Poco gloriosa, pero necesaria.

Los demás se marcharon y Trojan dejó cuanto no necesitaba en el carro. Después toó su hacha y patrulló la zona sin perder en ningún momento de vista el carro.

Igor, ¿en tus tiempos de grran guerrerro alguna vez tuviste la ocasión de tenerr, o al menos verr, un objeto mágico?

La guerrera estaba preparada para soltar toda clase de excusas para no subir y no enfrentarse a las arañas, de hecho su misión era llevar ciertas cosas a cierto lugar, nada de eso incluía necesariamente meterse en una cueva llena de arañas peludas con sus diez o doce patas cada una.

Mira al kislevita mientras le dice que es la siguiente en subir y ve la mirada de algunos, como Kurt, que la están evaluando, así que aprieta los dientes, al fin y al cabo a sobrevivido a una, no, a dos batallas, esto no puede ser peor. Vamos Melissa tu puedes.

Finalmente asiento a regañadientes y espero que afianzen la cuerda cuando Grunt termine de subir, para subir yo, que posiblemente, pese la mitad que el enano.

Grim ante las palabras del resto decide recoger todos sus utensilios en su mochila antes de volver a ponerse a la cola para ser alzado. Con cara de pocos amigos vio como el resto iba subiendo poco a poco la escarpada subida aupados por el caballero y la elfa. - Maldita sea si nos ven los enanos de las ciudades no nos volverán a dejar entrar - susurró para sí mismo al ver a Grunt subir por la cuerda alzado. - Maldita sea no habrá otra forma de subir que no sea esta? vamos a rompernos las piernas antes de poder llegar a arriba. Esperó pacientemente mientas esperaba que si otros no podían subir no tendría por qué intentarlo ni sufrir aquel humillante acto.

Ya había un orden, lo que significaba que Kurt aún tenía algún tiempo allí abajo, así que se dedicó a vigilar mientras el resto subían, atento a cualquier signo de amenaza que apareciera. Aunque, desde luego, no tenía la vista más aguda del grupo, pero mejor eso que absolutamente nada. 

Sin contemplaciones,Domochievski nos habían dado una orden...nada de huir y todos a subir nuestros culos a la entrada de la cueva. Aunque después del fallo que casi le cuesta la salud a Grunt yo no las tenía todas conmigo y creía que ninguno de los que aun estábamos en la base de la subida tenía confianza en conseguir subir.

- Venga que seguro de esta es mas fácil..... 

La elfa, una vez arriba, estaba ya más pendiente de lo que pudiera venir desde el interior de la cueva que de colaborar en la subida del resto de sus compañeros, así que simplemente hizo una rápida comprobación al nudo hecho por Sir Hugo, dando su aquiescencia a la lazada hecha.

Luego con el arco en la mano, miró al interior de la caverna.

La suerte no parecía acompañarlos, pues, aunque Sir Hugo había localizado una piedra apropiada para amarrar la cuerda y Lorantha había tenido éxito al hacerlo, apenas tirar con fuerza de esta, la roca se había desgajado con facilidad. Ahora tendrían que jalar de los demás o arriesgarse a buscar otro lugar donde amarrar la cuerda adentrándose en la cueva.

Por suerte Grunt había logrado terminar de trepar antes de que Lorantha intentase amarrar la cuerda con lo que ya tendrían mas ayuda para tirar de los demás. Domochievski, notando que el miedo se apoderaba de muchos decidió poner el ejemplo no sin antes recalcarle a Melissa que avanzase detrás de él. El kislevita escalo ayudándose de la cuerda pero sin amarrarsela. Hizo que todo se viera muy fácil pues llegó a la cima con rapidez y sin contratiempos, no obstante todos sabían de las amplias capacidades de aquel hombre que no implicaban para nada que la tarea sería fácil para el resto. Aunque al menos sabían que ahora allá arriba había ya tres hombres muy fuertes que podrían tirar de todos los que escalasen, ahora solo era cosa de hacer un buen nudo y esforzarse.

Respirando notablemente fuerte incluso para un enano Grim entrecerró los ojos mientras se acercaba a la pared. - No habrá un humano o elfo que pueda decir que un enano ha tenido miedo a una pared de una montaña - Pensó mientras consideraba que los enanos eran más listos haciendo túneles y escaleras para no tener que escalar estúpidas paredes. - Venga arriba todos que estamos perdiendo demasiado tiempo aquí - Comentó un poco bravucón, muy lejos de cómo se sentía. Se acercó agarrando la cuerda que le tendían sus compañeros mientras se la ataba al rededor de la cintura y la interconectaba con el cinturón. Miró hacia arriba  e intentó recordar no mirar hacia abajo o podría caerse. Comenzó poniendo las manos y tras ello comenzó a impulsarse con la ayuda de sus potentes brazos.
 

con la mochila a la espalda me ato la cuerda a la cintura lo mejor que se y me preparo a atacar la montaña .He esperado hasta  casi el final porque no me fio demasiado de mis habilidades y en cuanto me pongo a ello se demuestra que no me faltaba razón .Pierdo pie , a duras penas me engancho a la cuerda pero me quedo colgando y dependo de los compañeros que ya están arriba .