Partida Rol por web

Al entrar, puedes ver al señor Goldan colocando, cuidadosamente el peto en su lugar, pero la puerta rechinando le provoca un pequeño respingo.

—Sí, no se preocupe usted, ya pueden pasar si quieren, aunque, como ven, aquí no hay nadie— Dice, barriendo el lugar con uno de sus fornidos brazos—. Yo les dejo, que tengo que unirme al grupo de Samiel. ¿Algo que quiera aclarar usted antes?

La sala de disfraces resulta ser casi impracticable. Diversos vestuarios se amontonan tanto en los rincones como por gran parte de la superficie de la estrecha y alargada habitación, y una luz fría de bombilla es suficiente para cubrirlo todo. Sólo con un breve vistazo es posible atisbar el completo repertorio de obras que se han representado en el Kursaal, puesto que hay infinidad de estilos y colores disponibles. Ciertamente, no escatiman en gastos en lo tocante a la puesta en escena, y sospecháis que quizás el señor Goldan tenga bastante que ver en ello.

Lew estaba desorientado. No creía a ese tipo, pero un hormigueo en su estómago le avisaba que todo aquello y sobre todo ese tipo no erq normal.

Bajando el arma, pero sin guardarla Lew miró al que tenía delante y le apremió siguiendo el hilo de su socio.

- Eso, explicate, porque todo esto, incluidó tú, tu presencia aquí arriba y todo lo que sabes y dices saber, me huele a chamusquina- dijo Lew sin dejar de mirar al tipo en todo momento, temeroso de lo que pudiera hacer.

Aunque no podéis ver su rostro, sabéis que está sonriendo. Lo notáis en el ambiente, en los gestos de diversión que acompañan su brazo mientras se señala con el esquelético dedo donde, suponéis, se halla su cráneo.

—A veces tengo tales despistes... —Susurra— que creo que perdería la cabeza... Si no la llevase pegada sobre los hombros.

Como aquel que cuenta un chiste, comienza a reír entre dientes, sin dejar escapar carcajada alguna.

—Gastan sus esfuerzos mentales, caballeros, por comprender aquello que no pueden. Céntrese en la resolución del asesinato. Al fin y al cabo, no pueden salir del Kursaal.

Con una agilidad pasmosa y absolutamente sorprendente, el ser se eleva de un salto, haciendo temblar la pasarela y quedando de pie sobre el pasamanos. Tras ello, aferrándose a una de las cuerdas con contrapeso, el manojo de harapos comienza a deslizarse grácilmente hacia abajo, al patio de butacas...

Antes de que podáis perseguir al ser, notáis algo raro... Y es que la pasarela no ha dejado de temblar, es más, cada vez lo hace más violentamente. Arriba, abajo, de un lado a otro ¿Qué está ocurriendo? ¿Un terremoto?

El señor Goldan se aferra al pasamanos, pero es inútil, pierde pie y queda colgando sobre una caída si no mortal, sí bastante dolorosa para alguien de su tamaño.

El movimiento de la pasarela pillo desprevenido a Seamus, que perdio el equilibrio buscando con su mano un lugar al que agarrarse ...

Al ver el rápido movimiento de aquel tipo al subirse a la barandilla Lew no pudo reprimir poner cara de asombro, la cual se maximizó y acompaño de un juramento cuando aquel ser saltó. 

- ¡¡Me cagon en la oscuridad y quien la mora!!

Entonces, mientras se sujetaba, vio como su socio parecía perder el equilibrio y caer.

- ¡¡SEAMUS!!- gritó Lew lanzandose a por su ccompañero en un intento desesperado de ayudarle paraque no cayera.

Podría tardar horas en encontrar lo que estaba buscando, por lo que decidí compartir los detalles de mi "encuentro" con el Sr. Goldan.

Verá... durante el ensayo, traté de ir a los lavabos y me perdí, acabé en uno de los almacenes dónde me topé con un actor atrezzado de una forma muy peculiar *detallo la apariencia* y me preguntaba si podría encontrar aquí aquel disfraz... - medito ligeramente mientras termino la frase para añadir - ¿y por qué se encontraba allí si el ensayo seguía en curso? ¿no le parece sospechoso?

Con un movimiento reflejo, Lew abandona su arma a su suerte, cayendo ésta con un ruido metálico sobre la pasarela temblorosa, y se echa, inmediatamente, cuerpo a tierra para agarrar a su compañero. Seamus ha perdido pie y su cadera ha rodado sobre el pasamanos, y ahora cuelga sobre el vacío dela presa del otro detective.

Samiel, que ha conseguido aferrarse a tiempo al pasamanos, ahora maldice, acongojado, a toda la corte celestial, tratando de desplazarse lateralmente para llegar hasta Travis Goldan, cuyo enorme corpachón parece demasiado peso como para poder elevarse por sí mismo.

Mientras, abajo, la figura amortajada eleva por última vez su rostro hacia vosotros, permitiendo que, durante un fugaz instante, la luz de los focos ilumine sus facciones transversalmente... El humo de un cigarrillo... Un habitante de Carcosa... Y desaparece entre los bastidores, en sus oscuros rincones.

La situación es tensa, con dos personas a punto de precipitarse al tablado y la pasarela aún bamboleándose violentamente sin ningún motivo aparente. De las frentes comienza a brotar un sudor frío y los pechos se agitan acompasados en respiraciones atropelladas entre gemidos de esfuerzo.

Con un enorme esfuerzo Seamus se agarra a Lew y consigue subir.

Casi sin resuello, se desploma en el suelo.

- Te debo una mas. Vamos a por el Sr. Goldan, no lo conseguira.

El señor Goldan frunce el ceño ante la pregunta y se cruza de brazos, apretando los labios mientras medita la pregunta.

—Si no estaba durante el ensayo en el escenario, ese no era un actor. Te lo digo desde ya. Si te refieres al almacén donde te encontré fisgando, allí no había nadie cuando entré, así que probablemente te asustaste tanto que tuviste alucinaciones, o algo así. Además, no, no tenemos por costumbre representar relatos de Edgar Allan Poe, así que no tenemos mortajas ni esas cosas —Un suspiro de consternación y un cruce de brazos es lo único que recibes para dar por finalizado el interrogatorio— En fin, Samiel y los dos detectives me están esperando, será mejor que vaya.

Sin mirar atrás, el señor Goldan roza el hombro de Harold levemente al desaparecer en la oscuridad, y sólo quedáis los cinco allí.

- Ya me la cobraré- dijo sonriente mientras ayudaba a subir a su socio.

Luego, siguiendo a Seamus, también ayudó a rescatar a Goldan. Una vez puesto a seguro dentro de la pasarela, Lew cogió la linterna, su arma, se dio la vuelta y comenzó a bajar.

- Bajemos, y busquemos a ese tipo...o por lo menos hablemos de él en un sitio menos...peligroso- dijo iniciando el descenso.

Una vez abajo, Lew alumbró la zona donde el tipo había saltado. Negaba con la cabeza como si todo aquello no tuviera sentido, o por o menos no el sentido que debiera.

- Recapitulemos. El tipo parecía una momia...o un cadaver andante. Seguramente fuese un disfraz...aunque él lo negó. Además está la fuerza y agilidad con la que se movía. Y sabía lo del asesinta, recuerdo que dijo: "claro que estoy aquí arriba ¿En qué lugar, si no, estaría yo libre de sospecha del horrible crimen que se ha cometido allá abajo?". Además está el hecho de que sabe que el teatro está cerrado. Y luego está lo de la pista... dijo: "Sólo me dejo ver ante ustedes para darles una pista"...pero ¿qué pista?, pues no ha dicho nada que yo sepa...o acaso él es la pista...¿qué opináis? ¿me dejo algo?

Samiel, aún tembloroso, se ha negado a separarse de Goldan, que se tambalea hacia las escaleras, y, al tocar el entablado, se deja caer sobre él cuan largo es, respirando con alivio y lleno de terror.

El hijo de Zann evita, por todos los medios mirar directamente a la oscuridad, quizás con el miedo a que le devuelva la mirada. Una vez el señor Goldan se tumba en el suelo, no se separa de vosotros en ningún momento.

—Joder, joder, joder... —Dice Samiel, con voz temblorosa y dejando rodar la mirada por el entablado— Si al final iba a tener la compañía razón y el teatro va a estar encantado. Esto no puede ser casualidad, matan a mi padre y aparece un fan... Una cosa extraña, no sé... Joder... Tienen que hacer algo, que atraparlo, o lo que sea que hagan.

Seamus esta claramente nervioso entre uno y otro susto.

- Esto no me gusta nada. ¿Hablamos de fantasmas? Nos tomaran por locos ... pero aqui esta pasando algo que no es natural ... esa forma de moverse ... 

- Sí, puede que tengas razón,  el tipo este era raro, muy raro...no parecía humano- corroboró la opinión de su socio. 

—Dejen de decir sandeces de una vez —Escupe el señor Goldan mientras se incorpora lentamente y se sienta sobre la madera—. Un fantasma se desvanece en el aire o sale levitando, o cosas así. Ese sujeto ha bajado por una cuerda y se ha ido. El cabrón parece conocer bien el teatro...

Es entonces cuando abre mucho los ojos, parece recordar algo. Dirige sus ojos hacia vosotros con ansia.

—¡Claro, coño! Ese hombre que ha venido también esta noche, que se ha ido con el grupo de Richard. Harold, o algo así. Me describió a ese mismo tipo. Lo vio en uno de los almacenes de atrezzo. Está jugando con nosotros...

Lew mira absorto a Goldan para luego preguntarle.

- Será mejor que volvamos a ruinirnos todos e intentemos sacar conclusiones de todo lo que hemos visto y reunir la máximainformación posible- recomendó Lew.

- Si es verdad que el teatro está cerrado no habrá problema en encontrar al tipo, lo malo es el tiempo...me da a mí que no podemos malgastarlo- aseveró el detective.

- Me ... me parece bien ... reunamonos. ¿Que estamos pasando por alto? ¿Que queria ese ... eso ...?

Seamus parecia todavia bastante asustado.

- ¿Hola? ¿Hay alguien ahi?

- No es posible, deberían estar por aquí...

Dijo lew intentando encontrar a las demás personas que estaban en el teatro.