Partida Rol por web

La Sociedad Fénix

Bailando con mi enemigo (Capítulo 3)

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22/04/2011, 08:26
Prue Lascelles
- Tiradas (2)

Notas de juego

Ya me dirás si tiré bien. La primera tirada es por Destreza para reaccionar rápido y ayudar a Artemis, la segunda tirada es por Fuerza para ya sujetarla y evitar caiga. No estoy segura si la segunda tirada debía hacerla o no, pero en caso de sí, y dado el pésimo resultado, me gasto un PA para subir la tirada.

Espero tu respuesta para rolear en consecuencia ^^

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22/04/2011, 09:46
Durand Rosseau

Sabe Dios que jamás he sido cobarde. Pero en aquel terraplen, evitando ser detectados por los guardias y sus sabuesos mientras hacían la ronda de vigilancia, sentí algo parecido a.....llamémosle...inquietud. Aquella infernal mochila metálica pesaba bastante, y en cuanto Tupolev se dispuso a prepararla para iniciar el vuelo, yo hice lo mismo. Miré la maldita rueda que se suponía que debía controlar la potencia del cacharro y la franja roja que el Capitán tuvo la delicadeza de recordarme que no debía ser alcanzada, so riesgo de acabar empotrados en la luna.

No sé por qué me preguntó si estaba preparadao. ¿Lo estaba él?. Pues claro que no. Ni yo tampoco. Nadie en su sano juicio esaría preparado para colocarse a la espalda un depósito de combustible lleno de cañerías disupuestas a empujarlo al cielo por vaya usted a saber que infernal mecanismo. Solamente un tarado como el Doctor Ness podría haber manufacturado semejante....cosa...

Hice una mueca. Intentaba ser una sonrisa; pero mis dotes interpretativas y teatrales se habían quedado en París. Pulsé con cierto respeto el selector y moví la ruedecita....lentamente... Un estremeciemitno recorrió mi cuerpo y miré hacia el cielo, temiendo salir disparado, hacer una parábola circense y acabar de cabeza nuevamente en el suelo....

- Tiradas (1)
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22/04/2011, 15:24
Mijail Tupolev

Al activar la máquina, esta emitía un leve pitido semejante al de una cafetera. Luego, los pistones se activaban con un ruido de expulsión de vapor de agua. Y cuando movieron la rueda que regulaba la intensidad del chorro, unas bafaradas de vapor les impulsaron desde el suelo con suavidad y sorprendente silencio, haciéndoles ascender.

El capitán lo hizo más rápido, y tuvo que regular la rueda una vez se había pasado de su objetivo, para "planear" unos metros hasta la almena. Rosseau llegó allí poniendo un pie en la almena gibelina, para luego desconectar la máquina, y grácilmente aterrizar sin peligro sobre el pequeño pasillo de piedra.

Inmediamente después, el ruso sacó su revólver de la pistolera, y miró a ambos lados, y luego abajo. La almena continuaba por la derecha hasta un gran módulo, donde según el mapa se situaban las estancias principales. A la derecha, la puerta cerrada de las altas torres.

Sabían que existía una poterna al pie de la torre, que comunicaba con una barbacana casi decorativa al pie de un risco. Era un punto de entrada dificil, pero no imposible para sus compañeros. Además, era tremendamente discreto.

Sin más, Tupolev le hizo una seña para que se acercara a la puerta, mientras él le cubría, caminando medio agachado. Abajo, en el patio de armas, se escuchaban los solitarios pasos de un soldado.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Dos tiradas:

  • Atención. DC 15
  • Sigilo. DC 20

Dime que arma/s has decidido llevarte para el asalto (pestaña notas de tu ficha).

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22/04/2011, 16:08
Director

Notas de juego

 

Cita:

Ya me dirás si tiré bien. La primera tirada es por Destreza para reaccionar rápido y ayudar a Artemis, la segunda tirada es por Fuerza para ya sujetarla y evitar caiga. No estoy segura si la segunda tirada debía hacerla o no, pero en caso de sí, y dado el pésimo resultado, me gasto un PA para subir la tirada.

Espero tu respuesta para rolear en consecuencia ^^

Consigues agarrarla del brazo izquierdo, mientras ella lo hace con el derecho. Entre las dos conseguís, por fuerza, que no salga despedida al vacío. Pero no es una situación que pueda durar mucho si aumenta la intensidad de la corriente de aire que os succiona.

 

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22/04/2011, 18:17
Prue Lascelles

Prue iba envuelta en su capa y con la capucha puesta, además de ese abrigo estaban también las gruesas mantas de pelo que las cubrían, pero aún así el frío calaba hasta los huesos. De todos, creía, la única persona que seguramente estaba llevando bien ese gélido frío debía ser Candance quien, gracias a su habilidad pirokinética, seguramente tenía el modo de mantenerse a buena temperatura; es más, casi podría jurar que al tacto la piel de la turca era notoriamente más cálida que la del común de la gente, como la de una persona que padece fiebres.

Una ráfaga de viento la hizo estremecer y hubo de apretar firmemente las mandíbulas para evitar que los dientes le castañetearan. Soltó aire y el vaho de sus pulmones no tardó en hacerse notar. Miró a Artemis y le sonrió, en especial cuando notó que la nariz de ésta se encontraba enrojecida por causa del frío.

El vuelo, salvo algunas sacudidas, estaba resultando para la joven una aventura sin igual. El manto blanco de nubes, la visión desde las alturas constituían una experiencia sin parangón y lo fue todavía más cuando se toparon con una bandada de pájaros y por cuestión de minutos volaron a la par que ellos. Prue sonreía, fascinada con el espectáculo y de no ser porque el doctor les había advertido en más de una ocasión que no debían abandonar los asientos ni mucho menos soltar el cinturón de seguridad, ella no habría dudado en acercarse a una de las ventanas para poder observar mejor.

Pero la aventura por los aires estaba llegando a su fin, siguiendo las indicaciones del doctor se sujetó con fuerza y sus asombrados ojos observaron cómo se sumergían en las nubes. Sonrió, pletórica, cuando el doctor volteó a mirarlas, sin embargo lo que sobrevino inmediatamente después borró la alegría de su rostro nublándolo con miedo y preocupación.

-¡ARTEMIS! –gritó al ver que ésta salía despedida de su asiento. 

Se deshizo  de la manta que la cubría e intentó sujetarla con toda la fuerza de que fue capaz. Consiguió asirla del brazo izquierdo, mientras que Artemis se sujetaba de donde podía con el derecho. Prue tiraba de ella, con ambas manos, luchando contra la fuerza del viento que lo hacía con todavía más fuerza hacia el exterior.

-¡Sujétate, Artemis, no te sueltes… no me sueltes! –decía Prue casi entre dientes- ¡Doctor! –le llamó, pero Ness tenía que controlar la nave y no podía socorrerlas- ¡Ayúdenme! –jadeó entonces pidiendo socorro a Adrienne y Candance- ¡No voy a poder aguantar mucho más!

Notas de juego

La tirada la hice antes, por si acaso, pero el resultado ha quedado oculto.

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22/04/2011, 19:16
Artemis Marie Sowreston

Las vistas eran impresionantes, sí, pero estaba empezando a perder la sensibilidad en su cara y en sus manos. Prue parecía emocionada e intentó devolver la sonrisa, pero notó cómo sus labios se agrietaban al hacerlo. Ya le había costado adaptarse al clima más frío de Europa y aquello superaba con creces lo que su cuerpo podía aguantar.

- Espero que no coja ningún resfriado después de esto... - refunfuñó, apretándose la nariz con una mano enguantada, en un intento de darle un poco más de calor.

Encogida como estaba en el asiento, y más preocupada por sus extremidades que por lo que pasaba a su alrededor, no se percató de que el enganche cedía hasta que estuvo flotando casi en el aire. Su primera reacción fue, como siempre, soltar una retahila de insultos dirigidos a nadie en particular. El borde, cada vez más cerca, se acercó peligrosamente, pero por suerte una mano consiguió frenarla a tiempo, dándole a la vez la oportunidad de asirse con la mano que le quedaba libre.

- ¡Maldita sea! ¡Doctor, aterrice esto de una puñetera vez! - gritó dirigiendo, esta vez sí, su ira contra el pobre piloto - ¡Me aseguraré de que mi espíritu le persiga durante toda la eternidad como no salga de esta!

Notó que las fuerzas le empezaban a fallar y que a pesar de los intentos de Prue por sostenerla, se escurría hacia el vacío. Tal vez era un instinto fraternal protector, pero compuso una pose de falsa tranquilidad y confianza intentando calmar a la joven.

- No te suelto, no te preocupes - sonrió, con la frente de repente perlada de sudor - Es una oportunidad estupenda para hacer ejercicio, ¿no crees? Hacía demasiado frío... - gruñó, e intentó impulsarse hacia arriba de nuevo, esperando que alguien más les echara una mano.

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24/04/2011, 12:35
Adrienne Rosseau

Adrienne, arrebujada en la manta de piel, trataba de olvidar el frío que hacía en el interior del ornitóptero, conduciendo su mente al momento en que había conseguido hacerse con el mapa del castillo. Su aliento formaba blancas volutas de vaho con cada respiración, lo cual contrastaba con el fuego de la chimenea y las brillantes luces de la embajada en la que su mente se paseaba en aquel momento. Sí, había sido realmente interesante y más fácil de lo previsto.

Sus primeros pasos la habían llevado a la escuela de ingeniería y arquitectura de París, donde, gracias a un perfecto maquillaje que distorsionaba su rostro como si de una máscara se tratara, a una peluca rubia y a un falso carnet de periodista, había conseguido una útil información que le sería de gran valor en las horas siguientes. Se había presentado a sí misma como una reportera de un vanguardista hebdomadaire que cubría aspectos tan mundanos como la decoración de las grandes mansiones de la nobleza europea. Tras unos minutos de coqueta conversación con unos y otros, consiguió intercalar el bávaro Castillo de Neuschwanstein en su parloteo. Lamentablemente, la información que pudieron proporcionarle acerca de aquel edificio era nula, si bien le señalaron que muy posiblemente en la embajada del país, encontrara las referencias necesarias.

Adrienne había dudado entre continuar con su disfraz y tratar de obtener los planos del castillo bajo su falsa identidad de reportera, algo acerca de cuya dificultad no dudaba, u optar por algo más eficaz aunque también correlativamente más peligroso. La elección, tras un período de absoluta concentración en un pequeño café donde fue pergeñando un improvisado y meticuloso plan, al tiempo que bebía un té, le quedó clara. Aquella misma noche, Adrienne franqueaba la alta verja de la embajada, se introducía en la misma y se hacía con los necesarios planos sin levantar la más mínima sospecha.

-¡¡¡Agarraos fuerte!!!

El grito la devolvió a la realidad. Los planos que conservaba entre sus manos fueron rápidamente guardados, preparándose para lo que parecía iba a ser una conducción peligrosa. Sin embargo, no fue tal y Adrienne suspiró tranquila cuando al entrar en el banco de nubes, solo la lluvia vino a recibirles. Su boca se abrió en una amplia sonrisa y fue a responder al doctor Ness cuando el impacto de un rayo cortó en seco sus palabras y su sonrisa. Los siguientes segundos parecieron transcurrir a cámara lenta, segundos en los que vio a Artemis caer al suelo y ser arrastrada hacia el hueco donde antes estaba la puerta, succionada por la potente y descontrolada corriente de aire. Su camino hacia una rápida y segura muerte fue interrumpida por la joven Prue.

Adrienne pensó con rapidez. Prue apenas podía aguantar con el peso de la inglesa en su lucha contra el viento. Soltarse el cinturón de seguridad para acudir en su ayuda, era un suicidio a la vista de lo que estaba pasando. Su mirada registró el ornitóptero, buscando algo que pudiera ayudarla a salvar a Artemis. 

Notas de juego

Pues eso. Adrienne necesita una cuerda o similar. ¿La hay?

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25/04/2011, 19:26
Candance Urquart
Sólo para el director

 Los días pasaron lentamente pese a ser solo dos, llenos de papeleos, ajustes de agenda y llamadas telefónicas. Ser una figura pública era algo muy complicado, más aún cuando tu clientela son personajes tan insignes, por fortuna era tan respetada como famosa y no hubo complicación a la hora de presentar sus excusas.“La Route de la Soie”(su empresa de importación de objetos de lujo), para su descargo, parecía marchar sola.

Pensó en intentar localizar a Holmes pero dado el reciente inicio de su relación con Irving... consideró que quizás no era buena idea (por múltiples razones). No obstante escribió una cariñosa carta pidiendo disculpas por la resolución de la cena acompañada de tres regalos: Una pintura en seda de la bodisatva Quan-Yin para el detective, un bastón de taracea egipcia para Watson y una pulsera turca de turquesas y perlas con colgantes de ojo de medusa para su prometida.

Del despacho al dormitorio, del dormitorio al despacho, el jarrón con el precioso ramo de narcisos y orquídeas estaba siempre donde ella estubiera embriagando los sentidos con su perfume y trayendo vívidos recuerdos y sensaciones a la mente de Candance. Deseaba estar con Ness aunque sabía que no era el momento. Más de una vez descolgó el teléfono con intención de llamar a casa del doctor Plantard pero siempre volvía a colgar antes de dar tiempo a la operadora de hablar. Más que nunca llevó a rajatabla su disciplina de yoga, meditación y oración, cosa que le sentó muy bien y de paso ayudó a dar un considerable empujón a la escritura de sus...¿Memorias? ¿Manual? Aún no había pensado un título.

- Tiradas (1)
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26/04/2011, 20:44
Candance Urquart

 Sonreía viendo a Irving tan entregado en la conducción del aparato “Como un niño con su juguete nuevo” y poco a poco se serenó viendo la estabilidad del mismo. Todo parecía marchar bien hasta que llegaron las nubes, las “turbulencias” la inquietaron casi tanto como los previos comentarios de Irving. Cerró los ojos para hacer una breve plegaria en su mente pero un violento flashazo la hizo volver a abrirlos justo en el momento del violento impacto del rayo. Afortunadamente.

Así le dio tiempo de reaccionar y estar preparada para el momento en que Artemís salía despedida. Logicamente Prue apenas podía sujetarla así que Candance se apresuró a asirla por la cintura con fuerza a la vez que entrelazaba sus piés con los anclajes del asiento para tener más seguridad.

-¡Te voy a lavar la boca con jabón jovencita!

Exclamó con esfuerzo intentando quitar hierro a la situación

-¡¡¡¡IRVING!!!! ¡DEMONIOS! ¡¡HAZ ALGO!!!

Si el cacharro recuperaba el equilibrio buscaría algo para soldar un parche.

Notas de juego

Jefe, la tirada la tienes en el post de antes ^^

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27/04/2011, 00:48
Doctor Irvin Ness

El doctor se agarró a la palanca que controlaba el timón de profundidad horizontal y se abstrajo del mundo, concentrado en el simple hecho de tener que tirar de ella hacia atrás con toda la fuerza posible, que no era suficiente, para estabilizar el aparato y evitar la caida en barrena.

No se había dado cuenta de lo que sucedió atrás, pero escuchó los gritos y giró el rostro, un segundo apenas, lo justo para percatarse de que el asunto era, si cabe, todavía más a vida o muerte.

-¡La presión se igualará cuando nivele la altitud! -bramó- ¡Aguantad!

Dicho lo cual, volvió a tomar aire, y tiró de la palanca con todas sus fuerzas. Estaba cansado, casi roto por el trabajo y el largo pilotaje, pero no podía fallarles, no en ese momento.

O la misión se iría al cuerno.

Notas de juego

Gasta un PA* para obtener un 20 automático.

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27/04/2011, 00:56
Director

Candance y Prue hicieron fuerza, sujetando a la exploradora inglesa. Mientras, la aeronave descendía en picado, y la fuerza del aire parecía capaz de lanzarlas a las tres al vacío.

Fue entonces cuando Adrienne analizó friamente el entorno, hasta que su mente asoció una serie de ideas que en principio no tenían nada que ver: "primer objeto susceptible de fungir como puerta: cama plegable. Distancia, adecuada. Anclaje, un simple correaje de cuero. Método de extracción: cortar cuerda, desplegar cama, lanzar contra el objetivo con la trayectoria apropiada".

Acto seguido, mientras Ness conseguía poco a poco nivelar el aparato, la francesa sacó del bolso de Artemis el cuchillo que solía portar, y cortó con él la cuerda de la cama. Las dos mujeres seguían afanándose en resistir, pero era evidente que Artemis se les escapaba, literalmente, de las manos.

Fue en ese momento, cuando, a la vez, Adrienne cortó la tira de cuero, y la cama voló hasta el hueco provocado por el impacto del relámpago, y al mismo tiempo Artemis terminó volando. Una fracción de segundo antes de que escapara fuera, la cama tapó el hueco, y Ness consiguió nivelar el aparato. La presión se estabilizó en unos momentos, y la inglesa cayó apenas medio metro, desde el colchón que tapaba el hueco hasta el suelo de metal.

El peligro había pasado. Y Ness suspiró al mirar atrás. Le temblaban los brazos, pero no dejó que nadie lo viera.

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27/04/2011, 16:35
Adrienne Rosseau

Si alguien preguntara a Adrienne cómo lo había hecho, sería incapaz de decirlo. Había sentido una frialdad y serenidad únicas, idénticas a las que solía experimentar en algunas situaciones realmente peligrosas, y había actuado de forma metódica y automatizada, como si una parte de su cerebro operara de forma independiente. Pero ahora, con la adrenalina aún corriendo por su sangre, sentía un cansancio físico enorme y se creía incapaz casi de nada. Sin embargo, con la nave ya equilibrada, la presión igualada y Artemis a salvo de una caída al vacío, Adrienne se soltó el cierre de seguridad y se puso en pie. Aferrándose a los asientos, avanzó hacia la inglesa caída y le tendió una mano para ayudarla a ponerse en pie.

- Levanta, Artemis, querida. Resulta poco elegante estar en el suelo cuando tienes una silla libre - dijo con una media sonrisa cansada -. Y confío en que jamás me des un susto igual. Mira a Prue. Está blanca como la leche. Señoras, caballero. Creo que cuando lleguemos a nuestro destino, tenemos bien merecida una taza de buen chocolate caliente. ¿Qué me dicen?

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27/04/2011, 23:11
Durand Rosseau
- Tiradas (3)

Notas de juego

La segunda tirada de Atención se me ha colado. Sospecho que he pulsado algo que no debía.

Para la ocasión escojo la Espada de filo adiamantado.

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30/04/2011, 19:40
Candance Urquart

Cuando por fin recobraron la estabilidad del ornitófero inspiró profundamente para no temblar. Había forzado la tensión de los músculos y contenido la respiración mientras trataba de sujetar a la señorita Sowreston, los guantes de satén solo habían contribuido a que se le escurriera más rápido. Gracias al cielo la señora Rosseau supo actuar acertadamente a tiempo. Pasados unos segundos, cuando Artemís se hubo levantado y todos comprobaron que se encontraba más o menos bien (quitando el susto, claro está), Candance se recompuso planchando con las manos el vestido y peinando los mechones fuera de su sitio.

-¡Bien hecho señora Rosseau! nos ha salvado

Exclamó forzando una sonrisa (No es que no fueran sinceras sus palabras, es que aún estaba fuertemente afectada por lo sucedido).Como si de un resorte automático se tratara se puso en pie y recogió del suelo las pieles para que sus compañeras de viaje pudieran volver a abrigarse.

-Hay que recobrar la temperatura, ha sido un cambio muy brusco

Dijo arropando a la pequeña Prudence tras calentar la manta con su cálido aliento. Acto seguido se quitó la pulsera y los guantes y los guardó en el escote. Caminó hacia la cabina de pilotaje donde se inclinó cariñosamente hacia Irving.

-Gracias cariño, lo has hecho muy bien

Lo que realmente le apetecía era darle un montón de golpes en el pecho reprochandole el susto, más por descargar tensión que realmente por que le sintiera culpable. Pero no era la clase de comportamiento histérico que la situación requería, si ellas habían pasado miedo el debió estar aterrado intentando recuperar el control. Notó un cierto temblor en sus brazos y la expresión descompuesta de su cara la enterneció.

-¿Como estás cielo?

Lo besó dulcemente en el pelo, agarrandolo por los hombros para confortarle.

-No te preocupes, nosotras estamos bien

Y sonrió al volver a mirarle. Le dio otro besito en la mejilla y se agachó a la altura de las patas del asiento.

-Con tu permiso voy a quitarte el asiento del copiloto. Espero que no te moleste.

Apretó con las manos las patas, casi al instante estas humearon y se pusieron al rojo vivo, pudiendo así estirarlas y cortarlas con una simple pinza de dedos. Guiñó un ojo a su perplejo novio y se llevó la silla junto a la puerta rusticamente taponada. Allí, en el suelo, con el calor de sus manos empezó a moldear el asiento metálico hasta convertirlo en una plancha más o menos plana.

-Señoras, voy a requerir de su ayuda. Voy a sellar el agujero soldando esto a la puerta, pero para ello necesito que poco a poco tiren del colchón para yo poder ir pegando la plancha ¿Como lo ven?

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01/05/2011, 22:35
Director

Rosseau se detuvo en la puerta, escuchando un ruido detrás de ella. Se trataba de una conversación entre dos hombres, que luego identificó mirando por el hueco de la cerradura. Uno era un soldado, y el otro parecía un criado de la fiesta, que se estaba echando un cigarrillo con él.

Tardaron unos minutos en despedirse, y el criado bajó por la torre, hasta salir al patio de armas, desde donde vieron que se dirigía al edificio principal cargado con una pila de platos. El soldado, que controlaba un foco de luz que iluminaba el bosque a través de una ventana, se encendió otro cigarrillo de espaldas a la puerta.

Sin que se percatara ni siquiera de que la puerta estaba abierta, Rosseau había entrado, y se movió a sus anchas por la habitación, extremadamente sigiloso. Vió el fusil del soldado apoyado en la pared, un metro por detrás de su espalda, y más detalles. El cuarto parecía una especie de despensa, donde se guardaba una vajilla muy fina dentro de un armario, y donde había cajas y arcones llenos de otros objetos que, suponía, no se usaban normalmente. Unas escaleras de caracol ascendían al último piso de la torre, y con la misma trazada, bajaban (lo había visto en el mapa) en dos plantas: la del pie de patio, y la inferior, donde estaba la puerta que quería abrir.

Pero ciertamente, la luz vigilante en el sector del bosque donde debían aterrizar, podía ser un contratiempo para sus compañeros.

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02/05/2011, 15:40
Adrienne Rosseau

- Un golpe de suerte, Candance, simplemente un golpe de suerte. Eso y tener un camastro a mano - dijo restando importancia a lo hecho -. En cuanto a esa operación de soldadura - Adrienne marchó hacia ella -, cuente con mi ayuda.

La francesa se acercó hasta la mujer, observando, no sin sorpresa, cómo el asiento de copiloto se transformaba lentamente bajo el efecto del poder de Candance.

- Sorprendente - excalmó admirativa -. Jamás había visto nada igual. Es usted una mujer única y verdaderamente... ardiente - Adrienne sonrió ante el evidente doble sentido con el que había pronunciado sus palabras, guiñando traviesamente un ojo al tiempo que con la cabeza señalaba discretamente en dirección al doctor Ness -. ¿Qué tal se comporta nuestro piloto? - susurró de modo que Ness no pudiera escucharla -. Dígame cuándo debo ir retirando el colchón, Candance - señaló.

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02/05/2011, 23:11
Artemis Marie Sowreston

Sintió un vacío en el estómago cuando finalmente se soltó, cortado de golpe por el impacto contra el camastro convenientemente colocado por Adrienne. Sintió cómo el aire salía de repente de su cuerpo sólo para volver a entrar de forma tranquilizadora otra vez. Se quedó unos segundos sentada en el suelo, casi sin saber qué hacer después de toda la adrenalina liberada. Por suerte, la señora Rosseau sabía en todo momento cómo actuar y la incitó a ponerse en pie.

- ¡Gracias, gracias! - dijo aprentando efusivamente la mano de la francesa, sin soltarla.

La imagen de la pálida Prue, sin embargo, hizo que centrara su atención en ella. Se abalanzó sobre la muchacha y la abrazó mientras Candance la arropaba.

- ¡Mi niña! ¡No ha pasado nada! Ha sido incluso divertido, una experiencia inolvidable. - explicó mientras se separaba de ella por miedo a ahogarla - Pero por supuesto, ese chocolate no nos lo negará nadie. - añadió alegre.

Pocos segundos después su atención se centró en las manos de Candance y el trabajo que realizaba de forma casi mágica.

- Vaya, doctor, tendrá que tener cuidado cuando le toque con esas manos. - comentó con una risa poco educada - ¿Hemos llegado ya? Estoy deseando bajar de éste chisme...

Aunque tenía una pose relajada por dentro estaba inquieta. Sí, había estado en situaciones peligrosas, pero pocas tan delicadas como ésta, y eso ayudaba a poner en perspectiva su propia fortaleza. A tanta altura de poco habían servido sus habilidades y, en el fondo, no le gustaba deber su vida a nadie. Sonreía agradecida mientras veía a las mujeres trabajar pero calló el resto del viaje.

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03/05/2011, 01:06
Candance Urquart

 

Se sonrojó ante el comentario de Adrienne, titubeó buscando las palabras con las que responder.

-¿Sabe señora Rosseau? Candance significa en turco “llama blanca, incandescencia” por eso lo elegí, de todos los nombres que he usado creo que este es el que más me gusta.

Miró con devoción hacia Irving y volvió a mirar fugazmente a Adrienne arrobada. Hizo una breve pausa concentrando su atención en ver como evolucionaba el metal al enfriarse.

-Esta agotado, blanco como la cera, aunque no lo reconozca. Si nosotras hemos pasado miedo imaginese él, con la responsabilidad de nuestras vidas a su cargo. Necesita descansar.

La escena y sus pensamientos sobre la dulce recompensa que le esperaba a su novio, Dios mediante, se vio interrumpida por las atronadoras palabras de la joven exploradora “Pero que bruta eres”, se puso como un autentico tomate, le vinieron a la mente ciertos flashes que la hicieron cerrar los ojos apretando los párpados para despejarse y concentrarse.

Resopló, sabía que no había mala intención, simplemente su espontaneidad no tenía freno. Quitó unas cuantas rebabas, restos de tornillos y patas, y se levantó.

-Artemís, disculpame se que aún debes estar afectada, pero no debemos sobrecargar a la señora Rossaeu. Ayudanos si eres tan amable, por favor.

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04/05/2011, 20:39
Prue Lascelles

El doctor les pidió aguantar y eso fue lo que hizo, aguantar y luchar para que la mano de Artemis no siguiera deslizándose entre las suyas, para no perderla. Sintió el fuerte abrazo de Candance a su cintura ayudándola en su lucha contra el feroz viento, pero tal era la fuerza de éste que sentía que en cualquier momento las tres serían devoradas por éste.

Los siguientes minutos o segundos pasaron tan rápido que la joven Lascelles sencillamente era incapaz de narrar la sucesión de hechos. Pese a sus esfuerzos Artemis se le escurría de las manos y ya no eran sólo sus manos las que pugnaban por sujetar a Artemis, sino también las de la turca, pero aún así la joven se les escapaba. Los ojos de Prue brillaban, tenía lágrimas en los ojos, el miedo, el frío, la sensación de impotencia, de sentirse y verse tan increíblemente insignificante frente a las fuerzas de la naturaleza y el saber que como no ocurriera un milagro perdería quizás a la única y verdadera amiga que había tenido en su vida eran emociones demasiado difíciles, por no decir imposibles, de ocultar.

Pero el milagro ocurrió, la rápida, oportuna y acertada reacción de la señora Rosseau consiguió lo que hasta hace poco parecíale imposible: Había logrado bloquear la abertura y con eso evitar que Artemis saliera disparada al tiempo que contribuía a estabilizar el ornicóptero.

-¡Bendito sea Dios! –susurró todavía sintiendo que el corazón se le salía del pecho. La angustia era latente en su rostro, pero sonreía, nerviosa, pero sonreía.

Seguía sosteniendo la mano de Artemis y no la soltó ni siquiera cuando Adrienne se aproximó a ella para ayudarla a levantarse. Temblaba tanto por el frío, que al haber perdido la manta obviamente se hacía sentir más, como por el miedo experimentado.

-Gracias –musitó cuando la turca la arropó nuevamente y cerró los ojos, respirando profundo, tratando de sosegar su desbocado corazón, sin embargo no fue hasta que Artemis la abrazó que aquello efectivamente sucedió.

Cuando Candance solicitó la ayuda de Artemis, Prue fijó su límpida mirada en lo que ambas mujeres hacían y, pese a que su ayuda no había sido solicitada, no para ese menester al menos, se quitó la manta y se deshizo de las correas.

-Yo también ayudo –dijo poniéndose de pie y acercándose.

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05/05/2011, 16:37
Durand Rosseau

Sin demasiado tiempo para sorprenderme de lo efectivos que habían resultado los ingenios del Dr. Ness, hallábamonos en posición en las inmediaciones de nuestro objetivo. Desgraciadamente, y como no podía ser de otro modo, había guardias. No se puede decir que estuviesen desempeñando su función con gran interés, y al acercarme a una puerta siguiendo las indicaciones de Tupolev, pude ver como uno de ellos y un camarero hacían tiempo fumando...

Aun así, el lugar tenía una importancia estratégica notable. Permitía vigilar los exteriores y un potente foco móvil podría resultar un serio contratiempo para los demás. Lo último que necesitaban era un destello cegador en sus rostros seguido de una señal de alarma. Así, el guardia y su cigarrillo constituían un contratiempo que era necesario anular. 

Era perentorio acercarse, cosa que haría con discreción, pero sin dudar. Aunque el guarida me oyera, mientras e giraba, se sorprendía por mi presencia y trataba de dar la alarma, el filo del sable le habría atravesado la garganta...

Notas de juego

Para atacar al guardia y sacarlo de circulación, ¿puedo combinar Esgrimista, Maestro de esgrima y Touche?

Mi intención es ir hacia el guardia, sin preocuparme demasiado por el sigilo, y sin mediar palabra y sin dudar lanzarle una estocada mortal. En el cuello, a ser posible, para evitar que grite. ¿Qué dificultad tiene esa maniobra?