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La Sociedad Fénix

Orient Express (Capítulo 2)

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29/01/2011, 02:50
Director

El disparo de Tupolev dió en el pecho del hombre que se había acercado a coger el maletín explosivo, y le hirió de muerte, quedando cadáver sobre cadáver. Con gran puntería, Artemis acertó a otro que se había parapetado, y que le apuntaba con una pistola, entre ceja y ceja. Cayó hacia atrás, un instante después de que sus sesos regaran a un compañero que había justo detrás, cegándole al apretar el gatillo.

Los disparos de los sicarios silbaron y pasaron el vagón de parte a parte, pero quedaron altos, sin dar en el blanco, ya que no podían verles bien en la posición en la que estaban.

- Tiradas (1)
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29/01/2011, 02:54
Arnold Kerner

Era indudable que aquellos malnacidos sabían disparar. Se había quedado con la mitad de sus hombres en menos tiempo del que había tardado en reponerse del disparo recibido. Vió claro que era lo que tenía que hacer, ya que había cumplido la misión, o al menos en parte. Aunque, realmente, a él le daba exactamente igual que volaran o no el tren. Aunque todavía tenía un as en la manga.

Pero sus hombres necesitaban que predicara con el ejemplo, para seguir defendiéndose y no plantearse el huir corriendo como conejos. No era algo que le conveniera en absoluto. Así que dió un salto, agarrándose a uno de los postes de la "balcón" de la locomotora, haciendo pie en el travesaño, y quedando más alto y en mejor posición para disparar, apuntó con un revólver y abrió fuego.

- Tiradas (3)

Notas de juego

1 - Tupolev
2 - Artemis

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29/01/2011, 03:07
Mijail Tupolev

El disparo de Kerner pasó rozando el brazo izquierdo de Artemis, que apretó los dientes, sintiendo el escozor. La bala había rasgado la tela y la piel, provocando una herida superficial (por fortuna). Pero aquello enfadó sobremanera al capitán, que no estaba dispuesto a perder a uno de sus hombres (o mujeres) en la primera refriega contra el enemigo.

Hincó una rodilla en tierra para tener más puntería, sacó una granada de su bolsillo, quitó la anilla y la lanzó hacia la locomotora.

- Tiradas (2)

Notas de juego

PA= calmado bajo presión (le quedan 3)

Daño granada: 17

P.D: Menos mal que tienes una reducción al daño de 3 siempre xD. Si te compras un chaleco antibalas luego, triunfas más que los chichos (tendrías un -7 frente a disparos).

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29/01/2011, 03:20
Director

Kerner tuvo tan solo un instante para percatarse de lo que volaba hacia ellos, y giró sobre sus talones, entrando con un salto a la locomotora, y rodando para ocultarse tras la pared. El maquinista se dió la vuelta entonces, empuñando una pistola, y mirándole sin comprender.

Los hombres que estaban afuera intentaron saltar a la vía, y ponerse a cubierto, pero la granada detonó, sembrando la zona con un haz de metralla que mató, mutiló e hirió de tanta gravedad que ninguno de los tres sicarios viviría más allá de unos segundos. Ahora estaban ellos solos, ellos y Kerner.

- Tiradas (1)

Notas de juego

OMFG xD

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30/01/2011, 00:41
Artemis Marie Sowreston
Sólo para el director

Después de la explosión y de que sólo escuchara un ligero pitido durante algunos segundos, levantó la cabeza para observar la masacre con una ligera sorpresa.

- ¿No cree que habría estado bien hacer eso desde el principio? - preguntó a Tupolev - Habríamos ahorrado tiempo y balas. ¿Tiene alguna más? Sería muy útil para sacar al conejo de su madriguera...

Mientras hablaba buscaba cualquier pequeño resquicio por el que disparar al hombre, oculto en la locomotora, deseando que en cualquier momento levantara la cabeza cual surikata y ella pudiera volársela.

Notas de juego

Sólo disparo si lo veo factible, que paso de gastar balas!

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30/01/2011, 16:00
Candance Urquart
Sólo para el director
- Tiradas (1)
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30/01/2011, 22:01
Mijail Tupolev

El capitán empuñó de nuevo el fusil, mirándola cuando hizo aquella pregunta. Parpadeó, como si lo hubiera hecho sin considerarlo siquiera, luego pareció encontrarle una lógica.

-No quería detonar el explosivo, ni incendiar el carbón. Habría sido catastrófico.

Luego dió un paso adelante, negando sobre lo de las granadas.

-Tengo, pero en mi maleta. En el abrigo sollo levaba una.

Luego avanzó sobre los cadáveres, aproximándose a la locomotora sin dejar de apuntar.

-Detrás de mi, cúbrame.

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30/01/2011, 22:39
Doctor Irvin Ness

El doctor echa una ultima ojeada buscando a Octopus, y algo amedrentado por el bicharraco que tienen delante y que parece haber herido a la señora Rosseau. Se queda bloqueado, sin saber que hacer, hasta que vé a Candance intentando sacar unas barras metálicas de la barandilla. Quizá si pudiese coger algun palo sobrante y conseguía encontrar el valor, podría ir a atizar a esa cosa y hacer algo útil.

Mo podía dejar a la Señor Rosseau herida y a su marido jugandose el pescuezo para salvarla. Inmediatamente Ness se va hacia las barras con Candance, y aunque no sabe si ella necesitará ayuda o no, va a echarla un cable en lo que pueda, utilizando sus cacharros de científico, a cortar cuanto antes esos barrotes por donde ella los derrita, y así ahorrar el mayor tiempo posible y poder tomar también él un trozo y hacer algo util.

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30/01/2011, 22:44
Director

Con gran valentía, Durand atacó e hirió a la bestia, aunque no de mucha gravedad. Sus escamas eran muy duras, y la espada apenas entró una cuarta, lo justo para arrancarle un gemido de dolor.

En ese momento, Kerner se deslizaba a través del ventanal delantero de la locomotora, después de refugiarse del lanzamiento de una granada que había matado al resto de sus hombres. Mientras corría en dirección a la salida del túnel, activó el comunicador, para la frecuencia de todos sus "compañeros" de fechorías.

-Hemos perdido la locomotora, repito. ¡Hemos perdido la locomotora!

Helga escuchó aquello, y miró a Durand, que había desclavado la espada. La wyverna dió un coletazo, lanzándolo hacia atrás como si fuera una pelota, y junto a él a Candance y su improvisada lanza. Ness, atento, se deslizó rápidamente, tirando hacia atrás de Adrienne para sacarla de peligro.

Kerner seguía corriendo, cuando el ruido de sus pasos sobre la gravilla atrajo la atención de Artemis y el capitán Tupolev, que corrieron asomándose a los ventanales de la locomotora. Efectuaron un disparo (lo que restaba de su cargador), fallando la inglesa por menos una pulgada. Mientras recargaba, vió como Kerner se giraba para dedicarle una sonrisa, antes de fundirse en la oscuridad.

Helga retrocedió, abriendo la puerta. Entonces, se dió casi de bruces con el sargento Didier, herido con una brecha en la cabeza, que le descerrajó un pistoletazo a bocajarro. Con una nueva herida, esta si más profunda, la dragona, furibunda, atacó con mandíbula y garras al sargento, que sufrió una herida en el pecho que laceró su carne hasta el hueso.

Cayó hacia atrás entonces, y Durand se aproximó, recompuesta la presencia de ánimo, corriendo hacia el siguiente vagón casi en solitario. Le recibieron disparos, muchos, tantos que tuvo que agacharse para evitarlos, mientras perseguía a la mujer dragón a través del vagón misteriosamente vacío.

Cuando Helga abrió la puerta al otro lado, pudo verlo con total claridad. El mecha, tripulado por un hombre de cabello blanco y desordenado, disparó su garfio sobre el vagón, y con una fuerza titánica lo "montó" sobre el volquete. Con eficicacia prusiana, unos hombres habían fundido con unos sopletes industriales los agarres del vagón a su montura, antes de que la máquina tirara. Sincronizadamente, esos hombres regresaron al tren bajo fuego de cobertura de los sicarios del segundo vagón. El tren reemprendió entonces su marcha, y él se montó en el final del segundo vagón, cuando todos creían que había desaparecido. Un sicario se asomó por la ventana, y tiró de él hacia afuera, lanzándolo a las vías.

Subió entonces, de un salto, y le apuntaron una decena de fusiles, y una espada se posó en su cuello. El marqués de Acapulco le miró, serio, y presionó un poco más la hoja sobre su garganta. Entonces, unos pasos a su espalda le hicieron retirar el acero, y apartarse unos pasos. El hombre que surgió detrás, solo lo conocía por una fotografía. Pero debía admitir que era el vivo retrato de su padre, cuando tenía su edad.

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30/01/2011, 23:06
Klaus von Krauser

El hombre se acercó a Durand sin ningún temor de la espada que todavía sostenía en la mano. Le examinó con una sonrisa, una sonrisa mezcla de aprobación y desafío, que luego viró peligrosamente hacia una mueca de irónica autosuficiencia.

-Déjeme adivinarlo. ¿La Sociedad Fénix?

El tren estaba saliendo ya del túnel, y alejándose el otro tren, donde estaban sus compañeros. Krauser se quitó uno de los guantes, pensativo.

-Son muy insistentes, los Talbot -añadió- Pero ya he pasado por esto antes. ¿Acaso no han preguntado a esa arpía cambiaformas que es lo que le hice a los otros comandos?

Algo se acercaba al tren, una sombra que se proyectaba desde el cielo. Durand la miró de reojo, y luego aprovechó un descuido para tirar de Krauser hacia él, usándolo de escudo humano, y retroceder hasta saltar por la ventana.

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30/01/2011, 23:13
Director

Rosseau cayó a la gravilla del lateral de las vías, rodando cuesta abajo hasta caer a un pequeño canal de riego. Escuchó el sonido del tren frenando, y se levantó, manchado y algo entumecido, para contemplar un espectáculo difícil de calificar.

Un dirigible había bajado hasta la altura del tren, y ahora aquellos hombres embarcaban en él usando unas escalas, mientras un enorme "gancho" metálico tomaba el vagón de la caja fuerte por el enganche que habían dispuesto sobre él, que era el remate de unos resistentes correajes para izarlo.

La nave remontó el vuelo tras fijar a la parte inferior de la góndola el vagón, y comenzó a ascender en el cielo. Era un espectáculo magnífico, y solo fue enturbiado por un funesto y ruidoso suceso. El tren que habían usado los malechores, explotó en mil pedazos. La honda expansiva le hizo caer al suelo de espaldas, y abrió su chaqueta, despeinando su pelo.

Cuando parpadeó y abrió los ojos, buscó al zeppelin con la mirada, y lo vió lejos, muy lejos en el cielo. Entonces sonrió, pensando que no sabían que habían robado la mercancía equivocada.

Sociedad Fénix 1, Órden de Thule 0.