Partida Rol por web

La sombra del Norte

Capítulo 3: Bree

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23/06/2017, 22:47
Melyanna Forestel

-En efecto, -respondió lady Melyanna alzando sus manos para sostener las de la elfa, la dama había dejado atrás su habitual comportamiento de niña malcriada y caprichosa mostrándose más madura y seria de lo que se le solía ver. El susto que todavía debía estar estremeciendo su corazón, la habían hecho reaccionar de esa manera. -Mithdúlin era un miembro muy querido de esta compañía y nos sirvió con valor e inteligencia, además de recompensar nuestros oídos con su buen hacer musical. Pero.. oh, disculpad mis modales. Mi nombre es Melyanna Forestel. Soy la hija de Lord Forestel del Bosque Blanco*.

La dama se giró entonces hacía su derecha donde sus ojos se encontraron con Eoden y le encargó a éste que recuperara las pertenencias del bardo junto a la lira y los textos que Yulma había solicitado.

-Mithdúlin había jurado protegerme sirviendo a esta compañía, a pesar de ser un bardo y no un hombre de armas. -Las lágrimas inundaron sus ojos en un gesto que suplicaba perdón y bajó la mirada al no poder sostener la de la elfa sin romper a llorar. -Yo me empeñé en que viniera con nosotros. Mía es la culpa de conducirlo hasta su desgracia.

Notas de juego

*El Bosque Blanco es una zona boscosa del sur de Arthedain.

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24/06/2017, 10:30
Gramj Haïa

Enseguida el enano que permanecía en segundo plano saltó.

- No es su desgracia, sino la vuestra, haber perdido alguien de vuestro querer, pero para él, es un honor haber caido con valor.

Cerró el puño y se dio un beso, a través de su densa barba, en el dedo pulgar, y alzó el puño. - Que los ancenstros te acojan en sus salones, valiente.

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26/06/2017, 13:19
Rossuon Pairaniar

Rossuon realizó el penoso ascenso sumido en sus pensamientos. Se preguntó si podía haber sido más rápido en la persecución, si hubiera servido de algo haber llegado antes al combate o si hubiera podido evitar el trágico final de Mithdúlin de alguna forma. Pero no sabría la respuesta y tampoco serviría de nada. Se dio cuenta del peligro que había aceptado, que él mismo podía haber caído en dos ocasiones de no haber sido sonreído por la fortuna... Y tembló. 

Al llegar a la posada, se dirigió a la habitación compartida para librarse de las ropas empapadas por la insistente lluvia. Allí se vio tentado a tirarse en la cama para intentar olvidar todo lo sucedido. Al final bajó al salón principal, donde se colocó cerca del fuego para calentar sus huesos. En algún momento tendrían que proceder con la ceremonia para despedir al elfo como merecía. 

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27/06/2017, 22:55
Aeth Umbradacil

Era una suerte que finalmente se hubieran presentado los sanadores. La herida de su hombro aún distaba mucho de estar totalmente curada, pero al menos el brazo no le molestaba tanto y podía usarlo con normalidad. Un gruñido de satisfacción fue su muestra de agradecimiento para el curandero.

Durante el trayecto de vuelta Aeth se situó a una distancia prudencial de los elfos para no ser incluido en la fúnebre y desalentadora conversación, que en su opinión no era más que un modo de regodearse en su tristeza. Los débiles y los confiados morían, los hábiles y afortunados vivían, e incluso estos terminaban sus días tarde o temprano, y por lo que habían presenciado ni siquiera los misteriosos elfos escapaban de aquél destino.

- Tiradas (1)
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04/07/2017, 00:22
Yulma Tarmaelen

Yulma sonrió y asintió ante los comentarios de los antiguos compañeros de Mithdúlin. Era la primera vez en aquella tortuosa noche que la veían sonreír, y tampoco pudo evitar reprimir una lágrima ante las palabras del enano. Había viajado mucho y nunca había visto a alguien de su raza decir una palabra amable sobre los elfos.

Agradezco mucho vuestras palabras. Estoy segura de que Mithdúlin también llegó a apreciaros hasta el punto del sacrificio— dijo, esta vez más sosegada— . Creo que lo que él hubiese querido era una sepultura en el camino. Rómendacil y yo prepararemos una pira funeraria[1], sois libres de uniros aquellos que lo deseéis.

Notas de juego

[1]No estoy muy seguro de cómo son los ritos funerarios de los elfos, pero imagino que por aquí van los tiros. Corrígeme si me equivoco. Lo suyo sería ser enterrado al estilo tradicional o al estilo de los mercenarios y aventureros, como habría querido Mithdúlin.
El problema que veo es que está lloviendo.

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06/07/2017, 22:07
Dimrod

-Mithdúlin era apreciado por todos. -Le dijo a Yulma. -Creo que lo mejor será descansar de esta intensa noche. Podéis compartir habitación con nosotros, mi señora Melyanna os dará lugar con mucho gusto en sus aposentos, y vuestro compañero puede dormir con el resto de hombres. Mañana por la mañana daremos un justo final a nuestro querido bardo.

Dimrod hablaba con la mano en el corazón, había llegado a apreciar al elfo aún a pesar de que en un principio se hubiera opuesto a su inclusión en la compañía. Él buscaba guerreros, pero la dama quería músicos para acompañar su camino. No obstante, el Ruiseñor Gris había demostrado su valía también en combate, con la gran habilidad de su arpa como herramienta para combatir. Ahora que ninguna melodía acompañaría sus pasos, le echaría de menos.

Tras aquellas palabras de Dimrod volvieron a las habitaciones y se establecieron las guardias según correspondían. El resto de la noche se mantuvo tranquilo, sin que sucediera ningún incidente más. El cofre hurtado, que guardaba las ropas y vestidos de la dama, regresó a su lugar y tanto Melyanna como Matha, ambas ya recuperadas, regresaron a su habitación acogiendo de buena gana a la recién llegada.

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10/07/2017, 16:49
Aeth Umbradacil

Tras aquella ajetreada noche por fin se habían ganado el derecho a dormir, y es que tras el esfuerzo de perseguir a los secuestradores por medio pueblo Aeth necesitaba un descanso reparador, y ni siquiera el impacto de la muerte de Mithdúlin fue suficiente para mantenerle insomne por mucho tiempo.

Al día siguiente, tras una noche sin sueños, un pequeño aguijón de remordimiento asaltó sus pensamientos por haber ignorado a los elfos la noche anterior. Aún le parecían extraños y misteriosos, y fuera de lugar en compañía de otras razas, pero aquella mañana tras pensar en el camino que Mithdúlin había recorrido con ellos, en que había peleado junto él y en cómo habían derramado lágrimas tras su muerte no sabía bien qué pensar sobre los elfos. Pasó el resto de la mañana hasta el desayuno más silencioso de lo normal, sin soltar ninguna puya o insulto velado, y cuando los elfos comenzaron a preparar su pira ceremonial, Aeth se adelantó hacia ellos y comenzó a ayudar a colocar la madera - amin merna a'sal 'lle* -

Notas de juego

*(Sindarin) Dejadme ayudar

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16/07/2017, 15:41
Hunkel Saeta de Hierro

El ballestero enano no tenía realmente sueño, estaba muy inquieto y enojado. Y si bien acompañó a los demás de regreso, no fue por que quisiera hacerlo, fue por respeto al elfo caído y por el mero hecho de no quedarse solo en aquella noche oscura.

Descansar era poco probable, y seguramente le pasaría no solo a él, no obstante, había que continuar y todo lo que hacía, lo hacía por la paga y el reconocimiento. Y todo lo que había sucedido, por más que prefiriera una versión gloriosa o heroica, era parte de las historias del día a día de un mercenario.

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17/07/2017, 02:44
Thund

Cayeron tres cervezas solamente a la salud de su compañero, pero no había para mas, nadie le acompañaba, así que decidió que puesto que su guardia había acabado, se iría a dormir, hasta la mañana siguiente donde iría al entierro "aéreo" de su compañero elfo. Le iban a incinerar!, era algo que no entendia, donde mejor que en piedra iba a estar el elfo?, pero en fin, los elfos eran estrañas criaturas, por lo que ellos harian lo que seria conveniente.

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19/07/2017, 14:20
Rossuon Pairaniar

Rossuon había bajado al salón principal para ayudar con la ceremonia de su compañero caído, y por curiosidad. Ante el fuego su estado fue mejorando y agradeció que la despedida se pospusiera hasta el día siguiente. No tenía ninguna gana de volver a ponerse bajo la lluvia. Aunque sus preguntas también tendrían que esperar... Y no sabía si encontraría el momento. 

Al día siguiente asistiría a la despedida de Mithdúlin, ayudando con los preparativos solo si fuera necesario o si alguien le pidiese encargarse de alguna tarea concreta. El joven noble tenía poca predisposición al trabajo, tanto por su estatus como por su personalidad, y no era muy consciente de ello. 

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20/07/2017, 01:32
Yulma Tarmaelen

A Yulma le costó dormir aquella noche, a pesar de su agotamiento. Tampoco pronunció palabra con sus compañeras de habitación, pues imaginaba que la joven dama ya habría tenido bastante aventura con el secuestro. Mejor dejarlo así, ya hablarían por la mañana. 
La sensación de que el cuerpo de su amigo estaba tan cerca, frío e inerte, le pareció irreal. Deseó que todo fuese parte de un mal sueño.

***

A la mañana siguiente, comenzó junto a Rómendacil y aquellos que los ayudaron, a preparar la despedida apropiada para Mithdúlin. Agradeció a los hombres de Dimrod con un gesto con la cabeza, silencioso pero cargado de significado.

 

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20/07/2017, 01:39
Yulma Tarmaelen
Sólo para el director

Notas de juego

Cuando me digas empezamos con el rito y recito la canción que te pasé (si quieres meter sonido para ser más realista, puedo buscar algo).

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27/07/2017, 12:34
Director

Turno 6

A la mañana siguiente la lluvia y las nubes oscuras continuaban dominando el cielo. El agua caía ahora con menos fuerza que la noche anterior pero mantenía un ritmo constante que no parecía que fuera a terminar nunca. La posada se despertaba lenta y perezosa con los rumores de la muerte del elfo entre sus ocupantes. Un grupo recién llegado dejaba sus monedas en la mesa del Tahúr Púrpura, quien ya por la mañana continuaba jugando a su famoso juego para ganarse las monedas de quienes no sabían nada de su habilidad. El posadero les saludó de forma breve, había escuchado ruidos en la noche y voces, pero no se había atrevido a preguntar todavía por el destino del elfo y si los rumores eran ciertos, aunque en buena parte los había iniciado el mismo al comentarlo con otros clientes.

Los miembros del grupo, incluidas Matha y la dama Melyanna, asistieron a la despedida de Mithdúlin y ayudaron como pudieron con los preparativos de aquella ceremonia de despedida. Bajo el inclemente tiempo del exterior, tuvieron que buscar un lugar donde realizar un fuego fuera propicio y no representara un peligro para las casas circundantes. Finalmente encontraron una explanada lo suficientemente amplia para que no supusiera ningún problema preparar allí la pira funeraria en la que se depositarían los restos de Mithdúlin. Colocaron la madera que ardería desde abajo y auparon la tarima con el cuerpo del elfo sobre ésta. La sensibilidad de la ciudad provocada por las bajas de la guerra hizo que algunas personas que pasaban por allí se sumaron al ritual y ayudaron a prepararlo todo. Colocaron flores de invierno alrededor del cuerpo que yacía inmóvil con rostro sereno y blanquecino, colmado de paz pero falto de la alegría y la música que en vida siempre acompañaron al Ruiseñor Gris.

Dimrod sostenía una antorcha que cedió a Yulma para que la elfa se encargara del funesto honor de encender la pira. El eriadoriano se sentía en parte responsable por la prematura muerte de Mithdúlin. Él lo había contratado para que engordara las filas de aquella compañía consciente de que no era un guerrero sino un poeta. Y lo había hecho para satisfacer el capricho de la dama Melyanna de llevar un músico con ella para su entretenimiento, pues a la dama le encantaba escuchar historias y disfrutaba con canciones y cuentos. Pero Mithdúlin había dado mucho más de lo que se le había pedido, y con valor acudió al rescate de Melyanna para encontrar allí su trágico final.

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28/07/2017, 01:20
Yulma Tarmaelen

La antorcha arrojaba caprichosas sombras sobre el rostro de la hechicera, que observaba las llamas con la mirada perdida. No era su primera incineración. Recordaba con dolor la vez que Mithdúlin y ella habían acudido a la despedida de un maestro y amigo del bardo, un poeta cuya voz reconfortaba el corazón igual como un rayo de sol sobre la campiña. Mithdúlin había preparado una canción para la ocasión, una elegía escrita y compuesta a raíz del dolor de la pérdida no solo de una gran voz, sino también de una persona muy querida.
Yulma recordaba bien aquellos versos. No era demasiado aficionada a las canciones, pero decidió que aquella era la mejor forma de despedir al Ruiseñor gris.

Se acercó lentamente y prendió fuego a la pira improvisada donde yacía el cuerpo de su amigo. Las llamas no tardaron en crecer y morder madera, tejido y carne en un espectáculo extrañamente solemne. Miró a Rómendacil intentando contener las lágrimas. Solo cuando este asintió, comenzó a cantar:

 

Una brisa entre los sauces
me susurró una canción.
Sobre las hojas caídas,
la amargura y el dolor.

Larga noche entre los sauces:
yace aquí hoy un ruiseñor.
La lluvia apagó su canto,
y el acero, su candor.

¿Qué voz se oirá entre los sauces
ahora que ya no estás?
Dulce, marchito ruiseñor:
dime, ¿a quién le cantarás?

 

En la última estrofa, una lágrima comenzó a recorrer la mejilla de la elfa. Cuando hubo terminado, su voz se quebró y abrazó a su acompañante, que también estaba llorando la partida de Mithdúlin.

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30/07/2017, 22:20
"Aceroamargo"

El dunadan escuchaba los cantos de la elfa con un profundo dolor. El dolor de alguien que no fue capaz de llegar a tiempo para salvar a su compañero. Un dolor de una prematura perdida, si eso era valido para referirse a un eldar. El mundo no volvería a escuchar su lira, sus canciones. Nunca su voz deleitaría de nuevo los oídos de ningún hombre, mortal o no.

El fuego creció, anaranjado, irradiando un extraño calor que alimentaba el alma y hacia mas dolorosa la perdida. Un fuego con un profundo significado que elevaba con su calor el espíritu de aquel misterioso elfo. Quedaba el consuelo de haber podido rescatar a Melyanna, su muerte no había sido en vano, y sin duda seria recordada.

La lluvia parecía querer apagar la pira, pero el fuego, cada vez mas intenso, luchaba contra ella. El humo subía grisáceo al cielo, perdiéndose entre un mar de nubes oscuras y pomáceas.

- Que su espíritu sea bien recibido allá donde va - dijo únicamente mientras veía el fuego devorarlo todo.

Cuando todo acabo, estuvo allí bajo la lluvia, volvió a la posada. Su tobillo resentido aun le hacia cojear, necesitaba descansar.

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31/07/2017, 00:29
Aeth Umbradacil

Una vez terminados los preparativos Aeth permaneció rígido mientras se celebraba aquél rito de despedida hasta la otra vida. Al principio se mantuvo con una formal indiferencia por el luto de los elfos, pero cuando comenzó la canción unos recuerdos se agitaron en su interior llenándolo de añoranza, y por unos momentos el tosco y zafio explorador estuvo realmente conmovido.

No había ninguna palabra que quisiera añadir, o que valiese la pena de ser pronunciada por su parte, de modo que simplemente permaneció donde estaba, de pié junto con el resto de la silenciosa multitud como mudos centinelas del último sueño de Mithdúlin.

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31/07/2017, 11:08
Gramj Haïa

Muchos compañeros habían perecido en batallas. Había visto cientos de piras tras batallas masivas, para la eliminación de los restos de enemigos, pero jamás habría imaginado que asistiría al sepelio de un ser de otra raza. Jamás los había visto y nunca hubiera imaginado en participar en uno, que no fuera "limpiar basura"..

Estaba extrañado, pero su rosto adusto, su capucha y bello facial no permitían que el rostro fuera observado. Además, se estaba autocastigando, ya que el asalto había sido en su turno. Consideraba que como centinela había fracasado ... y tenía que enmendar su entuerto. No se culpaba por el muerto ... pero algo en lo más profundo de su ser le empujaba a pensar, que si lo hubiera hecho mejor, esto no tendría por qué estar sucediendo.

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01/08/2017, 11:29
Dimrod

Dimrod y Eoden se encontraban junto a la dama Melyanna y Matha, contemplando como las llamas tomaban forma y lamían la carne sin vida del elfo para ir consumiendo poco a poco lo que había dejado en este mundo antes de partir hacía las Estancias de Mandos, allá en las orillas de Aman, donde las olas de Ekkaia rompían contra las Tierras Imperecederas. La canción de Yulma fue tan emotiva que tanto Melyanna como Matha rompieron a llorar y Dimrod se sintió profundamente apenado y compungido. Una enorme llamarada terminó elevándose en el lugar desafiando a la lluvia y consumiendo y convirtiendo en polvo y ceniza el funesto combustible que la alimentaba. Tras alcanzar su cenit tristes minutos después fue descendiendo en intensidad hasta terminar apagándose. Para entonces ya no quedaba rastro del elfo ni de la madera. Sólo algunos restos de los objetos del elfo quedaron tras el paso de las llamas, medio quemados y ennegrecidos. El resto se convirtió en cenizas grises y humo que se alzó al cielo encapotado.

Cuando todo hubo terminado, la gente del pueblo que se había sumado espontáneamente a la ceremonia fue regresando a sus labores y quehaceres y también ellos tenían que volver a la realidad y el duro camino que todavía les quedaba por delante. Dirmod se acercó a la elfa y colocando su mano en el hombro volvió a presentarle sus condolencias.

-Nuestros pasos nos dirigen por el camino del Norte hacía Fornost.- Le dijo a la elfa después algunas palabras de pésame. - Ese es el destino de esta compañía. Mithdúlin viajaba con nosotros como parte de esta escolta, sé que no es lo que hubierais deseado, pero podemos ofreceros un hueco a vos y a vuestro acompañante si así lo deseáis.

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01/08/2017, 12:34
Melyanna Forestel

Melyanna se había emocionado con la despedida de Mithdúlin y había llorado junto a Matha, ambas abrazadas en la primera fila de aquella ceremonia. La dama llevaba un vestido verde que protegía con su capa oscura, el capuchón cubría su cabeza y protegía su cobrizo pelo del temporal.

-Es una pena perder a un amigo de esta forma. -Dijo sin saber muy bien como expresar su pesar por la pérdida del elfo. -Mithdúlin era un excelente bardo, echaré de menos su música y su alegría. -Lamentó.

Mientras hablaban regresaron de nuevo a la realidad de aquel nefasto tiempo. Tendrían que volver a la posada a desayunar brevemente al cálido hogar del edificio y después regresar al camino, donde la lluvia eterna y los caminos embarrados aguardaban de nuevo sus pasos.

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04/08/2017, 14:03
Rossuon Pairaniar

Rossuon, cubierto con su capa, se mantuvo en silencio durante toda la ceremonia. Se encontraba inmerso en sus propios pensamientos, preocupaciones que habían asolado su mente antes de caer rendido ante el agotamiento y que volvían a retomar sus esfuerzos ante la hoguera que devoraba el cuerpo del elfo. La caída de Mithdúlin era trágica, pues se había demostrado una criatura llena de amabilidad y alegría. Junto con su talento para la música le convertían en un compañero ideal. Y para el noble era más que eso. Su muerte era la constatación de que los peligros que enfrentaba eran muy reales... 

La canción conmovió al gondoriano. Pero no lograba liberarse del miedo que le atenazaba. ¿Debería abandonar? ¿era aquello lo que su padre quería que enfrentara? ¿entraba en los planes de su maestro? ¿Valía la pena demostrar que era capaz de llegar hasta el final? Intentó buscar la respuesta más óptima, aunque tampoco se sentía con la potestad de elegir... Habían trazado su camino y le molestaba. 

Cuando llegó el momento de retirarse dedicó una última mirada a la consumida pira y un pensamiento a su compañero caído: Siento no haber podido ayudarte...