Partida Rol por web

La sombra del Norte

Capítulo 6: El convoy de mercancías a Ilmaryen

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14/04/2020, 02:51
Menorath

Menorath aprovechó que su enemigo estaba herido para continuar castigándole con su acero. Viles criaturas, pensó, maldeciréis el día en que os atrevisteis a poner vuestras pezuñas en estos montes.

Mientras se protegía con el escudo del segundo envite, le guiño un ojo a Aeth, aprovechando para comprobar si se encontraba bien.

- Tiradas (3)
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15/04/2020, 03:01
"Aceroamargo"

El cansancio comenzaba a hacer mella, la contienda requería de una brutal forma física y no dejaban de llegar nuevos enemigos. Ellos hacían lo que podían, era demasiado complicado, pero juntos repelían parte del ataque. No sabían cuanto podrían aguantar así. Entonces el gondoriano escuchó el cuerno, y como si de un reconstituyente se tratara, su animo se elevó por momentos. No bastaba, otro contrincante apareció enseguida y seguían perdiendo terreno.

Resoluto, volvió a abrazar su escudo, adelantándolo para poder amortiguar la primera embestida del enemigo. Mientras, su espada se preparaba en una posición de guardia alta, esperando a que llegase su nuevo objetivo. Cuando lo hizo, comenzó a blandir el arma sin descuidar su defensa, ni la de los que tenia junto a el.

- Tiradas (3)
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21/04/2020, 12:11
Director

Los guardamontes retrocedían asediados por la horda de orcos, huargos y dunlendinos que les obligaban a ascender de espaldas hacía la montaña, pero lamentablemente cada vez quedaban menos que pudieran hacer frente a los enemigos y los aliados iban cayendo a una velocidad alarmante. A su espalda, las carretas empezaban a llegar a lo alto del cerro, aunque no sin dificultades, pues algunas flechas de plumón negro lanzadas por los arqueros dunlendinos habían matado a los hombres que las empujaban e incluso a los animales que tiraban de ellas. La superioridad numérica era tan aplastante que los defensores poco podrían hacer, la esperanza de salir de allí con vida cada vez era menor.

Gramj golpeó con furia por tercera vez consecutiva al orco contra el que luchaba, que ya había perdido el escudo y había hecho añicos su propia arma tras un mal golpe. En esta ocasión, el martillo de guerra del enano descargó con poderosa energía sobre el costado del orco, que trató de poner las manos desnudas para frenar el impacto sin mucho éxito. El martillo le rompió el brazo y también las costillas, haciendo que cayera al suelo agonizante, ahogándose con una tos fuerte y cada vez más asfixiante.

Menorath parecía cansado tras los incesantes combates plagados de intercambios de golpes y después de haber corrido para salvar a Aeth de una muerte casi segura a manos de aquel orco. Por ello en esta ocasión sintió como su golpe salía muy debilitado y el orco apenas tenía problema para esquivarlo. La criatura, que a pesar de estar sangrando en la herida que el guardamontes le había abierto poco antes, se esforzó en devolverle el golpe, pero también falló en el intento. Entre tanto Aeth se protegía con todo para evitar ser herido nuevamente.

Aceroamargo, a poca distancia de ellos, encaraba combate con un nuevo adversario. La presencia de los enemigos parecía inagotable, cada vez que lograban hacer caer a uno, aparecía otro justo a continuación. El orco blandió la cimitarra frente al numenoreano, pero su ataque fue repelido sin problema alguno por el escudo. Aceroamargo contraatacó con un golpe directo con la hoja de la espada apuntando directamente al orco. A pesar de que el enemigo lucía una cota de malla negra y bien robusta, el numenoreano logró encontrar un hueco por donde colar su espada y hacer sangrar a la vil criatura.

- Tiradas (6)

Notas de juego

Séptimo asalto:

-Gramj consigue crítico E y pieza.

-Aceroamargo consigue crítico A.

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21/04/2020, 12:53
Gramj Haïa

El enano de capucha parda no tardó en reorientar su ataque. Había que ayudar al herido, y qué mejor que con lo que sabía hacer; Intentar machacar orcos, así que, sin perder el ritmo, intentó acercarse, para hacer de cobertura a herido y porteador. Al enano le daba igual que el "bicho" enemigo fuera orco, lobo, hombre, o palo con plumas, mazazo que se comería por el mero hecho de ser enemigo.

Ya había dejado agonizante a su último obstáculo, y si no habían muerto ya, no esperaba que tardase demasiado. Había que encontrar más, para poder ayudar.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Pues eso, que encamino mi combate, para intentar ponerme cerca del herido y hacer de "tapón" de los enemigos, eliminando cuantos pueda. No es que corra hacia allá ni nada por el estilo. Intento que mi combate sea en esa dirección, así iremos abriendo brecha entre sus filas, y por tanto, reduciendo la presión sobre ellos.

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22/04/2020, 19:27
Aeth Umbradacil

- Demonios, van a acabar conmigo - Aeth apenas tenía ya fuerzas para seguir combatiendo, por suerte para él uno de los guardamontes le salvó del apuro ocupando su lugar en la formación y pudo apartarse del frente donde se derramaba más sangre. Sin embargo, no importaba las vueltas que le diese al asunto, no se veía capaz de volver al combate.

- maldita sea, yo ya he hecho mi parte. - incapaz de quedarse ahí parado como un pasmarote, Aeth retrocedió lentamente y comenzó el ascenso en pos de las carretas que ya casi habían alcanzado la cima.

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23/04/2020, 19:53
Menorath

El guardabosques gruñó. Notaba el sabor de la sangre de orco entre los dientes. Metálico y pútrido.

Escupió.

¡No he llegado hasta aquí para que me hagan retroceder una pandilla de ratas! —bramó mientras descargaba una poderosa estocada sobre su adversario—. ¡Venga, muchachos!

Estaba cansado, pero no podía permitir que les ganasen terreno de aquella forma. A menos que Eresgal anunciase una retirada táctica, debían permanecer firmes y proteger a sus escoltados.

- Tiradas (3)

Notas de juego

No hay tiradas de Carisma, pero, ¿puedo tirar algo para arengar y animar a mis compañeros?

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27/04/2020, 03:12
"Aceroamargo"

Seguían perdiendo terreno, y cada vez mas hombres. El enemigo los superaba y poco podían hacer para evitarlo. Su numero era imposible de ser combatido con tan poco efectivos, aunque no por eso cesarían en el empeño. El gondoriano servía al glorioso ejercito de Góndor, y había sido adiestrado para la guerra. Su punto no era la estrategia, pero no hacia falta para ver que estaban en problemas, debían replegarse para cerrar espacios. Si el enemigo no acababa con ellos, lo haría el agotamiento.

De nuevo, el negro acero de su espada volvió a cortar el aire, a lanzar estocadas, mientras que su escudo le protegía la mayor parte del cuerpo. Clamaba la ayuda del mismísimo Tulkas, gruñía de esfuerzo mientras buscaba la muerte del enemigo. Uno tras otro, el mal los acosaba, necesitaban todo un milagro para sobrevivir a aquello.

- Tiradas (3)
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04/05/2020, 13:21
Director

Una nueva carga de los orcos y los huargos rodeando al grupo de defensores se abalanzó sobre ellos apoyados por los arqueros dunlendinos que descargaban flechas sobre el grupo continuamente. Aquel ataque provocó numerosas bajas nuevamente, hasta el punto que apenas quedaban ellos cuatro en pie junto a media docena de guardamontes, Dimrod y el propio Eresgal. No pudieron ver a ninguno de sus otros compañeros del grupo de escoltas de la caravana junto a ellos. La esperanza de sobrevivir ya era inexistentes, las huestes enemigas sentían como la victoria estaba cerca y simplemente tendrían que eliminar a aquellos doce valientes que todavía resistían para poder saquear las caravanas y acuchillar a la dama Melyanna y el resto de civiles que habían realizado aquel viaje con ellos .

Gramj no iba a dejarse vencer fácilmente, sabía que si contaran con un contingente de enanos luchando con igual ferocidad que él los orcos no durarían demasiado a sus hachas y mazas. Pero aunque él lograra matar a un orco tras otro, llegaría un momento en sus brazos comenzaran a pesar más de la cuenta y tuviera que hacer frente a más de un enemigo a la vez. Pero todavía no había llegado aquel momento. Alzó su martillo una vez más, con intención de proteger el flanco descubierto del herido Aeth. Un orco recibió la pesada maza y alzó el escudo para detener el golpe. Una vez más, el enano rompió el escudo de la criatura, que se revolvió hacia él lanzando su cimitarra contra el enano pero fallando en el golpe.

Aeth decidió retroceder para salir de aquel lugar donde auguraba que encontraría su muerte si se quedaba más tiempo. Aprovechó la cobertura que le brindaban Menorath y Gramj y se dirigió hacía la cima de la colina, pero los orcos ya habían logrado rodear al grupo y uno de ellos saltó sobre él lanzando su cimitarra con intención de herirle mortalmente aunque falló cuando Aeth colocó su maza con las pocas fuerzas que le quedaban para evitar el golpe.

Menorath, entre tanto, seguía enfrascado en el combate contra el orco, que parecía haber espabilado y dio un par de zancadas rápidas para atacar antes que el guardamontes. Afortunadamente su espada chocó contra el escudo de Menorath, que contraatacó golpeándolo en el estómago con el canto de la espada, sin lograr hacerle mucho daño pero con la fuerza suficiente para dejarle sin aire brevemente.

Aceroamargo cruzó unos cuantos golpes con el orco al que se enfrentaba, aunque logró detener buena parte de ellas con su espada y con el escudo y esquivar otras tantas. Aquella criatura era veloz y no estaba tan cansada como él, pero Aceroamargo apeló a su orgullo gondoriano para seguir en pie y resistir dando la cara hasta el final. Así fue como blandió su espada trazando un poderoso arco frente a buscando herir abajo al orco, y logró cercenar de un tajo limpio la pierna derecha del enemigo, haciéndole caer y teniendo la suficiente ventaja para rematarlo una vez en el suelo.

Junto a ellos, Eresgal se libraba a duras penas de un huargo que había saltado sobre él y Dimrod resistía luchando con ferocidad contra los orcos pero una lanza se clavó en su hombro provocándole una fea y sangrante herida. La situación pronto se volvió desesperada. Un nuevo golpe como aquel y el enemigo no tendría que hacer mucho para eliminarlos a todos. Les habían obligado a retroceder y ahora se encontraban en lo más alto de la colina, con las caravanas a la espalda tras la frenética carrera bajo la lluvia. Pero estaban en una situación tan desfavorable numéricamente que aquello que podía suponer una ventaja del terreno se volvería en su contra en breve tiempo, cuando los orcos y huargos tomaran la cima justo a continuación. En aquel momento de desesperación, un cuerno sonó de nuevo rompiendo el clamor del combate, pero esta vez Eresgal les miró tan sorprendidos como ellos mismos estaban, pues no había sido él quien lo había hecho sonar. Un potente retumbar inundó los oídos de los combatientes como si la tormenta hubiera provocado una avalancha de miles de rocas deslizándose por la ladera que acaban de subir. Una compañía de caballería caía sobre el enemigo liderada por un enorme jinete cuya armadura relucía en medio de la lluvia. Los orcos corrieron a colocarse para detener la carga de los jinetes, pero a pesar de que contaban con la ventaja de la altura, las lanzas de la caballería pasaron sobre ellos como si fueran un grupo de atolondradas hormigas. Aquellos orcos que no cayeron bajo sus lanzas fueron pisoteados por los caballos que trotaban con fuerza y seguridad aún a pesar de hacerlo contra la pendiente de la colina. Las filas enemigas se rompieron y muchos decidieron huir y poner a salvo su pellejo perseguidos por los recién llegados.

- Tiradas (8)

Notas de juego

Octavo asalto:

-Gramj consigue crítico D.

-Menorath, puedes lanzar influencia e interacción con un bono +50. Consigues crítico A.

-Aceroamargo consigues crítico D y pieza.

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04/05/2020, 14:39
Gramj Haïa

Gramj no pensaba rendirse, y sin saber bien lo que pasaba, parecía que habían llegado refuerzos. No sabían ni quién ni como, pero el enemigo de mi enemigo, es mi amigo.

- LUCHAD, luchad por vuestras vidas, luchad.

Le espetó a los compañeros. Sólo había que resistir un poco más. Al menos hasta que la carga de esa caballería llegase a su altura. Entonces podrían descansar, pero mientras tanto ... había que luchar.

- Tiradas (2)
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05/05/2020, 21:25
Menorath

Los cascos de los caballos resonaron en el valle. Menorath no había perdido la esperanza, pero sintió un gran alivio cuando escuchó el cuerno del ejercito aliado. No tenía ni la más remota idea de quienes eran aquellos jinetes, pero les debía su más sincera gratitud de por vida.

¡VAMOS! —bramó, acompañando la arenga del tal Gramj—. ¡No caeremos hoy! ¡Antes regaremos esta tierra de sangre negra que ceder ante su acero! ¡Limpiemos la ponzoña, muchachos!

Mientras vociferaba, volvía a blandir su espada contra el orco que tenía enfrente. No, él tampoco se iba a librar. Era un rival bastante hábil, pero el guardabosques no iba a quedarse atrás.

Y tú… veamos quién cae antes en este baile.

- Tiradas (4)
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05/05/2020, 21:47
"Aceroamargo"

Aunque uno tras otro los enemigos a los que Aceroamargo se había enfrentado, cayeron bajo la afilada hoja de su espada. Pequeñas y amargas victorias que pasaban desapercibidas en comparación con las bajas aliadas. Estaban en desventaja, y lo pagaban envite tras envite. 

Mirando alrededor la inminente derrota se hacia patente, apenas una veintena de hombres continuaban con la lucha. Quizás hubiera mas, en algún otro frente, pero sin tener la certeza tenían que pensar que eran la ultima línea de defensa. Fue entonces cuando un cuerno sonó, y con él apareció la ayuda en forma de caballería.

Aceroamargo se mantuvo a la defensiva, por si algún desesperado enemigo optaba por un último ataque. Con la espada en guardia, y su escudo adelantado, se preparó para contener ese ultimo intento por acabar con ellos. Una vez a sabiéndose a salvo, el gondoriano cayó derrotado por el esfuerzo. De rodillas, tratando recuperar el resuello, dejó a un lado tanto el escudo como su espada. El agotamiento por la contienda le cayó como un martillo sobre la hoja forjada. Ahora estaban a salvo

- Tiradas (4)

Notas de juego

Por si hay ataque, toda la BO a BD.

Realizo ataque sin BO por si acaso.

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09/05/2020, 12:43
Aeth Umbradacil

- ¡Maldita sea, nos han rodeado! - casi se escapó el grito de sus labios mientras se defendía desesperadamente del orco que se abalanzaba sobre él.

Ya veía clara su muerte en aquél lugar desolado plagado de orcos cuando el sonido de un cuerno enmudeció el ruido del combate. Aeth solo veía jinetes, sin saber si eran amigos o enemigos hasta que cargaron contra los orcos, logrando que el enemigo retrocediese.

Sin embargo el enemigo aún no se había retirado por completo. Sacando fuerzas de flaqueza, el dorwinrim sacudió su maza una vez más contra el orco más cercano manteniendose alerta, prevenido contra posibles nuevos ataques.

- Tiradas (3)

Notas de juego

Ataco pasando toda mi BO a mi BD (10 -> 47).

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17/05/2020, 11:50
Director

Los jinetes habían aparecido en el momento justo para salvar sus vidas, cuando ya las fuerzas les flaqueaban y se encontraban desbordados sin capacidad alguna de defenderse contra el enemigo. Lo único que podían hacer era luchar hasta la muerte y tratar de arrastrar con ellos a unos cuantos de aquellos endemoniados orcos. Pero la llegada de los jinetes cambió por completo el final de aquella historia. Arrasaron a los orcos y a los dunlendinos, ensartaron en sus lanzas a los huargos y persiguieron a los que huían del combate para salvar sus miserables vidas.

El grupo de escoltas de la carreta se sintió con fuerzas renovadas y lanzaron un nuevo golpe para eliminar a los orcos que aún quedaban. Gramj intentó dar un golpe de gracia al enemigo con el que luchaba pero éste esquivó la maza de combate del enano y puso tierra de por medio. La carrera no le llevó muy lejos, pues la lanza de un jinete terminó atravesándolo por la espalda un centenar de metros después.

Menorath, logró animar a los pocos guardamontes que quedaban en pie a dar un último esfuerzo ahora que la victoria estaba de su lado. Saltó hacía el orco con el que había intercambiado acero y le apuñaló el vientre con la espada. El orco, que estaba sorprendido ante el inesperado giro de los acontecimientos apenas se pudo defender de la acometida del guardamontes y cayó al suelo gimiendo y tratando de contener la sangre negra que se escurría entre sus dedos.

Aeth y Aceroamargo cruzaron sus armas contra los orcos que se habían abalanzado contra ellos, pero lograron defenderse de los ataques gracias utilizar una posición defensiva y utilizar las armas como escudo. No recibieron daño y los orcos con los que peleaban, al ver como la situación se tornaba tan desfavorable para ellos, dieron un último golpe y salieron huyendo pendiente abajo. Uno tropezó y cayó rodando por la ladera hasta que un caballo lo pisoteó con sus enormes cascos, mientras que el otro logró llegar abajo y fue perseguido por los jinetes.

Habían logrado sobrevivir, y defender la caravana y la dama Melyanna, pero también habían estado cerca de la muerte, la situación había llegado a ser muy desesperada y si los jinetes que les habían salvado hubieran tardado cinco minutos más la cosa hubiera sido mucho más nefasta. Pronto iban a descubrir que su suerte había sido mayor incluso de lo que creían en esos momentos, pues los jinetes volvían de patrullar una zona cercana cuando escucharon el cuerno de Eresgal y acudieron a ayudar de inmediato.

Cuando al fin coronaron la colina y se reencontraron con Melyanna, Matha, Eoden y el resto de civiles de la caravana se dieron cuenta entonces de que las bajas habían sido numerosas en su bando. Además de las decenas de guardamontes que habían fallecido defendiendo la caravana, en el grupo de escoltas de la dama Melyanna las bajas también fueron numerosas: Rossuon había caído atravesado por la cimitarra de un orco, a Aular lo encontraron bajo una pila de cadáveres de guardamontes y orcos gravemente herido y agonizante, Hunkel había caído con varias flechas atravesando su cuerpo, y Thund tenía rota una pierna y numerosas heridas sangrantes. También Dimrod había sido herido en los últimos momentos del combate, le sangraba el hombro y se había dejado caer en el suelo para tomar aire, aunque respiraba con dificultad.

La tormenta seguía descargando agua sobre sus cabezas, en el suelo la sangre negra de los orcos se mezclaba con la roja de los hombres que habían caído en aquella colina y se deslizaba ladera abajo por el suelo resbaladizo. Las caras de todos ellos mostraban la mezcla de cansancio, dolor, tristeza y alivio que sentían. Mientras tanto, los jinetes daban caza a los últimos orcos que quedaban en pie antes de regresar a la colina con ellos.

Fin del capítulo 6

Notas de juego

-Menorath consigue pieza.

Fin del combate y de la escena.