Partida Rol por web

Tras dos semanas de camino llegáis al desfiladero que dará paso a vuestra siguiente etapa. Durante estas dos semanas el sol ha sido de justicia y no ha tenido piedad cayendo a plomo. El camino parece bastante secundario y pocas almas habéis visto transitandole. Loa aullidos de los coyotes y el vuelo de los buitres han sido vuestra única compañía durante el trayecto. Las paredes de piedra gris del desfiladero se alzan imponentes ante vosotros y de dentro sale una ligera y refrescante brisa que invita a entrar en él.

De momento el viaje  esta siendo tranquilo, aunque no comodo por el calor y por la sombra o sospe ha que algo que no nos ha dicho nuestro contratista y nos esta esperando en nuestro destino, pero eso ya lo veremos cuando lleguemos, de momento el viaje entre risas y con el animo subido

- La ardiente arena bajo este sol abrasador y sofocante calor del desierto hacen que, aún preparada de antemano, mi cuerpo desfallezca, delirando, pues soy persona más ducha en ciudad y no en terrenos fuera de ellas

Charlando plácidamente con los compañeros de viaje, contando historias y aprendiendo de ellos, el viaje pasa de forma más o menos tranquila. En los tiempos muertos y cuando la marcha se hace monótona, Rong Wei aprovecha para meditar o leer y traducir el cuaderno rojo, dispuesto a conocer todos sus secretos antes de llegar a su destino.

La última noche antes de llegar al cañón, se reunieron frente al fuego, como de costumbre. Esta vez le tocaba a Rong Wei contar una historia. Ya había contado varias estos días, incluso las noches que no le tocaba, porque sabía muchas y porque le gustaba. Hoy quería compartir con sus compañeros un viejo fragmento en verso. Con las danzantes sombras del fuego enmarcando su cara, el sabio kithano empezó a hablar pausadamente, utilizando todas sus dotes como intérprete para captar la atención del grupo, reunido alrededor de la fogata.

- El origen de este poema se remonta a eras antiguas, habla de un antiguo rey Atlante y es un misterio como ha perdurado hasta nuestros días. Se titula…

"El monarca y el roble"

Antes de que las sombras asesinaran al sol, los halcones en libertad se remontaban

y kull cabalgaba por el sendero del bosque, en la rodilla su roja espada;

y los vientos susurraban alrededor del mundo : "El rey Kull hacia el mar cabalga."

El sol murió carmesí en el mar, las largas y grises sombras cayeron;

la luna se elevó como un cráneo de plata que recita un conjuro diablesco,

pues en su luz, grandes árboles se erguían como espectros salidos del infierno.

En la luz espectral se erguían los árboles, monstruos opacos

e inhumanos; Kull vió en cada tronco una forma viva, un miembro nudoso en cada ramo,

Y llameaban espantosos ante él, ojos no mortales, malignos y extraños.

Las ramas se retorcían como serpientes entrelazadas, contra la noche latían;

Y un roble gris de espeluznante aspecto, que rígido se mecía,

arrancó sus raíces y bloqueó su paso, tenebroso ante la luz sombría.

Se enfrentaron en el sendero de la foresta, roble pavoroso y monarca;

sus grandes miembros lo plegaron en su abrazo, pero no se dijo una palabra;

y fútil en su férrea mano, surgió una afilada daga.

Y en entre los monstruosos árboles que se sacudían, se cantó un obscuro refrán

cargado con dos veces un millón de años de profundo odio, dolor y maldad:

"Nosotros fuimos lores antes que llegara el hombre, y el poder a nosotros volverá."

Kull percibió un imperio extraño y antiguo que al avance del hombre se plegaba

Como los reinos de las hojas del césped cuando las hormigas avanzan

Y el horror se apoderó de él; como de alguien en trance, al alba.

Se debatió contra un árbol quieto y silencioso hasta sus manos sangrar;

Como de una pesadilla despertó; un viento sopló hacia el pradal,

Y Kull de la soberbia Atlantis cabalgó silencioso hacia el mar.

-Las dos últimas semanas no habían sido las más agradables de su vida. Aún a pesar de su entrenamiento el calor sofocante del desierto, la escasez de sombra y agua y el peso añadido de la armadura de Zelata le ponían las cosas muy difíciles.

Era en momentos como aquellos en los que extrañaba en cierta forma las facilidades de su anterior vida, estos sentimientos fortalecían su necesidad de venganza y su determinación.Con el carácter bastante agriado y la mente distraída en cosas personales la guerrera no era la mejor compañía aquellos días.

Talitha guió al grupo dentro del desfiladero.

-Seguidme-

Lo que en un principio parecia un simple pasillo, se fue volviendo cada vez más intrincado. Fueron apareciendo pasillos y recovecos. Tras un rato Talitha debía admitir que no sabía muy bien donde estaban... ni como salir.

Al acercarse a la pared rocosa Zelata creyó distinguir surcos labrados en la roca que tiempo ha podrían haber representado un dibujo, pero a día de hoy están tan machacados que es dificil distinguir que sería. Quizá... quizá la mano humana grabase antiguos conocimientos en estas rocas o dejasen constancia de sus creencias...

Por lo visto el desfiladero era un laberinto, por lo menos el sol no incidia encima de la cabeza de los aventureros. Vuestros pasos resuenan sobre la roca desnuda, sobre todo los de Zelata y sus blindadas botas. El silencio era sepulcral y de repente llegáis a un punto en el que un derrumbe de rocas bloquea el camino. Aunque son bastantes un poco de trabajo duro podría apartarlas dejando paso al carro.

Todas las noches Rong Wei lía aquel viejo recopilatorio de legajos. Durante esas dos semanas de viaje había llegado a comprender bastante bién los capítulos que estaba leyendo.

-Y Él dió al hombre el don de hablarle
Y Él fue llamado
Y Él exigió purgar el pecado
y Él de entre todos quiso a los más puros
Y Él les acogió en su seno
Rong Wei se fijó en una cosa muy curiosa, y es que las palabras; purgar, puros y en su seno tenían la misma raiz. La raiz de la palabra Fuego

Rong Wei se había convertido en un experto en leer semidespierto con el vaivén del camello, si alguien le hubiera observado detenidamente desde lejos, hubiera pensado que era un muerto atado a un camello. Al llegar a la boca del desfiladero, un soplo de aire fresco dio en la cara del sabio, avivándolo como se aviva al fuego al infundirle aliento.

… Por fin un respiro, esta jornada se estaba convirtiendo en una de las peores, el cansancio acumulado empieza a notarse …

Al llegar al montón de rocas que bloquean el paso, el camello se detiene, llamando la atención del kithano. Levantando la cabeza y cerrando el libro con una mano, Rong Wei baja despacio y con seguridad del camello y mueve sus articulaciones una a una mientras sus compañeros bajan de sus respectivas monturas, en silencio. Finalmente se doblega hasta tocar los tobillos con su frente, y al volverse a incorporar se arremanga las holgadas telas de su túnica del desierto.

- Esperemos que no haya muchos derrumbes más, sino este paso se va a hacer bastante largo. Por suerte no nos da el sol, que no es poco – Dice, esbozando una sincera sonrisa, intentando subir los ajados ánimos del grupo.

El calor era asfixiante y cada vez la armadura pesaba más, pero no meýb iba a quejar por cosas peores hé pasado y he conseguido salir y de pronto nos paramos bajo de mi caballo y me acerco para ver el motivo, esperando que no sea dificil de soluciommar.
Para mi sorpresa hemos sufrido un percance o una trampa?
tened cuidado y ojos abiertos
Señores rodeamos o?

-Zelata se baja del camello tratando de analizar la situación, mira a sus compañeros uno a uno, con detenimiento.-Rong Wei, ¿ podrías bajar de tu montura y mirar esto?, no estoy segura de que sea algo pero... fíjate, en las rocas hay como grabados muy antiguos, están tan desgatados que apenas se notan. ¿ Crees que podrían decir algo? - Le indica con claridad a su compañero que es lo que cree haber visto.- a pesar del riesgo de emboscada, no me parece mal que montemos aquí un pequeño campamento mientras desbloqueamos el camino. Tal vez podamos descansar algo, hay sombra y podríamos improvisar una tienda con la tela y la carreta. Volvió a observar a sus compañeros en busca de su beneplácito,a pesar de todo podrían intentar sacar provecho de la situación en que se encontraban.

- Me parece una excelente idea - Digo retirando el sudor que corre por mi frente - Este calor me está matando...

secundo la moci´´on, o descanso o lo de mover rocas va a ser muy, pero muy interesante, donde hay un oasis con aguas cristalinas para refrescarnos?

digo mientras me seco la frente con lo primero que encuentro

Talitha asiente ante las palabras sabias de Zelata, estaba bastante ensimismada en sus pensamientos desde que se había perdido por el laberíntico desfiladero, algo decepcionada consigo misma.

- El oásis más cercano que conozco está después del gran cañón - dice secamente

Acto seguido, mientras sus compañeros quitaban piedras o montaban el campamento, decidió, con el arco tensado en la mano, explorar un poco la zona, buscar una posición más elevada para intentar encontrarse, y por supuesto, estar alerta ante una posible emboscada.

Ya arremangado y dispuesto a echar una mano, Rong Wei se sorprende de las palabras de Zelata, y de que él mismo no hubiera reparado en esos grabados. Sin dilación, se acerca a ellos para inspeccionarlos, haciendo una sutil reverencia con la cabeza a Zelata como muestra de agradecimiento.

- A ver…-

Rong Wei se acercó a examinar las marcas que le señalaba Zeñata. Si parecían seguir unos patrones concretos y, por supuesto eran obra de la mano del hombre, pero estaban muy machacados por el paso del tiempo y la erosión, aunque quizá en algún otro punto del cañón se encuentren otros en mejores condiciones.

- Mmmmmmm... No se puede apreciar gran cosa, parecen muy antiguos...- Dice Rong Wei despegándose de la roca, que habia estado examinando minuciosamente.
Se gira hacia la mujer de acero y se vuelve a arremangar las telas que se habian soltado.
- ¿Empezamos?-