Partida Rol por web

La sombra sobre Zamboula

I Parte: El desierto de fuego y el desfiladero maldito

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09/07/2017, 22:51
Rong Wei

Viendo que la táctica funciona, el corazón de Rong Wei se acelera con esperanza, pero con dos profundas respiraciones lo enlentece.

… Calma …

Se gira súbitamente y coge por los asideros una pesada caja llena de alimento para las bestias de tiro, la arrastra un poco y espera medio segundo a que Ulfner haga la mayor parte del trabajo para lanzarla entre los dos y con suerte volver a impactar a alguno de los gigantescos engendros.

- ¡Vamos muchacha! – Grita a Talitha cuando se da cuenta que queda poco para salir del desfiladero.

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09/07/2017, 23:07
Ulfner

No debiamos parar, estos bichos no nos estaban alcanzando y empezabamos a coger una pequeña ventaja gracias a la maestría con las riendas de  Talitha, pero aun así estos bichos no cesaban en su empeño de usarnos como cena.

En ese momento veo como Rong me esta esperando con una pesada caja y le miro con gesto de agradecimiento por la ayuda en este dificil momento, la agarramos y se la lanzamos delante de una de esas bestias,  espero que se le atragante

en ese momento miro a Rong, mientras la caja empieza a roda nada más tocar el suelo...espero que este proceso de aligerar el carro, no nos haga perder después nuestras bestias de tiro

- Tiradas (1)

Notas de juego

He podido, por poco pero he podido, aprovechando que mi mujer duerme reventada por la faminata de hoy

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10/07/2017, 11:24
Zelata

Entre todos conseguimos librarnos de otro de nuestros perseguidores y aún así la situación sigue estando complicada porque aunque se vislumbra la salida todavía nos quedan enemigos a la espalda y un mal presentimiento revolviéndome las tripas o quizás era simplemente el efecto del veneno .si salimos con bien de esta prometo que os pago una ronda en cuanto tenga algo más que aire en mi bolsa digo intentando mantener el animo alto .eso y una ofrenda adecuada a Asura .
Mantengo agarrado con fuerza el espadón preparada por si los escorpiones vuelven a ganar terreno y dejó que los demás sigan tirando cajas porque cada vez me encuentro más débil .Sin embargo no puedo evitar dar la razón a Ulfern comentando .Quizas la ventaja sea suficiente , si perdemos las monturas estaremos en un lío igual de grande y posiblemente igual de mortal .

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10/07/2017, 21:12
Director

Talitha arrea con fuerza a las yeguas que aprietan más la carrera haciendo coger aún más velocidad al carro, no obstante, el haber perdido carga ayudó a este acelerón de última hora. Ulfner y Rong aciertan de lleno, otra vez, al escorpión de su derecha el cual se retrasa aún más por él impacto. El carro pasa la salida del desfiladero volviendo a estar en el desierto abierto. Tanto Zelata como Iona, Ulfner y Rong ven como el último de esos seres se achanta rapidamente en cuanto se acerca un poco a la luz del sol, retirandose lastimosamente al interior del desfiladero. Los aventureros habían huído para luchar otro día...

TRES DÍAS MÁS TARDE... El grupo no ha encontrado ni rastro de los animales fugados durante el combate... ¿Qué horrible destino habrán hayado dentro de ese laberinto maldito? Talitha seguía a los mandos del carro, turnandose de vez en cuando con Zelata, y buscaba el camino hacia ese oasis del que tenía noticia. Hasta que... finalmente alcanzaron su primera escala en el viaje. Un frondoso y bien nutrido oasis de aguas cristalinas y frescas, con sombra dada por esas maravillosas palmeras datileras, en el que poder descansar y reponer el agua que ya les iba faltando...

 

- Tiradas (9)

Notas de juego

Durante esos tres días podéis atender vuestras heridas. Quién vaya a curar que haga las tiradas pertinentes y aplicar los resultados.
 

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10/07/2017, 21:44
Director

Antes de entrar en el Oasis, en el cual hay una espesa vegetación, oís unas voces que en un idioma que solo conoce Talitha y el entrechocar de acero contra acero.

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10/07/2017, 21:52
Ulfner

Por fin escapamos, los escorpiones dejan de considerarnos una opción del menu y además parece que el sol les sienta peor a ellos que a nosotros, pero ahora la paz,la desolación y el fuego del desierto ocupa el lugar dejado por las bestias, con poca comida para las bestias, las heridas que llevamos y que no encontramos el oasis deseado, empiezo a pensar que algúna fuerza oculta a la que nuestro sabio mecenas a enfadado, quiere acabar con nosotros y usa sus malas artes para que muramos de camino.
Me intento mantener callado, pero cuando mi lengua no aguanta más tiempo estar atada y se prepara para quejarse, un eden aparece y un rayo de esperanza ilumina nuestro camino.

por fin algo bueno, espero que no haya ahora en ese oasis de paz y recogimiento,un maldito bastardo que nis amargue el día, por que no estoy de humor y necesitamos reponernos.
Lo siento pero tengo la impresión que esta misión esta maldita.

Notas de juego

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11/07/2017, 18:22
Rong Wei

Cuando por fin salen del desfiladero el sol inunda el cerebro de Rong Wei, y una bocanada de alivio sale desde el fondo e de su estómago.

- ¡Iiiiiiiiyyyyyyyyy! – Suelta un agudo grito de triunfo, típico de su tierra natal y no puede mostrar sus dientes con una sonrisa. Al calmarse, tras unos segundos de euforia pasajera, se da cuenta del lamentable estado de sus compañeros. Se arremanga las mangas de la túnica y se echa agua de un adre cercano para tratar inmediatamente la picadura de Zelata, que ya había reconocido previamente. En plena faena, Rong se gira hacía la dirección en la que avanza el vehículo, ve el desolado horizonte y como Talitha da cabezazos de cansancio sin parar de dirigir a las bestias, Ulfner, sentado, se examina una herida, y Iona parece ausente, sumida en sus pensamientos tras la agotadora huida.

… ¿A dónde nos llevas, oh, Yagguita?...

Durante las tres largas y extenuantes jornadas de viaje, Rong Wei se dedicó a intentar mantener lo más limpias posibles las heridas de sus compañeros, escrutando el horizonte de cuando en cuando para ver si vislumbraba alguna señal de vegetación, esperando ver un oasis, y las plantas que tanta falta le hacían ahora mismo.

Una de las noches en las que estaban sentados bajo la noche estrellada del desierto alrededor de un fuego, comiendo calladamente para no gastar energías, Rong Wei buscó algún relato nuevo en su memoria, y se dispuso a contarlo para amenizar la lúgubre velada.

- Mmrmrmrm – Carraspea el sabio – Bueno, no sé si os apetece escuchar una historia, pero a mí me apetece contarla, no sé exactamente donde la escuché, se llama...-

 

LA TORRE DEL ELEFANTE

Las antorchas resplandecían lóbregamente en las fiestas del Maul, donde los ladrones del este celebraban el carnaval por la noche. En el Maul podían estar de juerga y hacer todo el ruido que quisieran, puesto que las personas decentes evitaban esos barrios y los guardianes, bien pagados con monedas de todas clases, no interferían en sus diversiones. A lo largo de las callejuelas tortuosas y sin empedrar, llenas de basura y de charcos fangosos, los juerguistas borrachos caminaban tambaleándose y gritando estrepitosamente. El acero relucía en las sombras de donde provenían las risas estridentes de las mujeres y los ruidos de escaramuzas y peleas. La pálida luz de las antorchas se reflejaba a través de las ventanas rotas y de las puertas abiertas de par en par, y en el exterior, el olor a rancio del vino y de los cuerpos sudorosos, el clamor de los bebedores que golpeaban las duras mesas con los puños y cantaban canciones obscenas, sorprendían como una bofetada en pleno rostro.

Las risotadas resonaban estrepitosamente en el techo bajo y manchado por el humo de uno de aquellos antros donde se reunían pícaros de todo tipo luciendo toda clase de andrajos y harapos; había rateros furtivos, raptores lascivos, ladrones de dedos ágiles, bravucones jactanciosos con sus mozas, mujeres de voces estridentes vestidas con ropas no menos chillonas. Los bribones del lugar eran mayoría: zamorios de piel oscura y ojos negros, con dagas en sus cintos y astucia en los corazones. Pero también había allí lobos de varios pueblos extranjeros. Llamaba la atención un gigante hiperbóreo renegado, taciturno, peligroso, con un sable colgando de su lúgubre y feroz corpachón, puesto que los hombres llevaban el acero sin disimulo en el Maul. Había también un falsificador shemita, de nariz ganchuda y rizada barba de color negro azulado. Un poco más allá, una moza brithunia de mirada descarada sentada sobre las rodillas de un hombre de Gunderland de cabello leonado; se trataba de un mercenario errante, un desertor de algún ejército derrotado. Y el obeso y grosero bribón, cuyas bromas procaces eran motivo de regocijo general, era un secuestrador profesional que había venido de la lejana tierra de Koth para enseñar a los zamorios a raptar mujeres, si bien estos conocían mucho mejor este arte de lo que aquel hombre pudiera saber jamás. El kothio hizo una pausa en la descripción de los encantos de una de sus posibles víctimas y se llevó a la boca una enorme jarra de espumosa cerveza. Luego se lamió los gruesos labios y dijo:

—Por Bel, dios de los ladrones, que voy a enseñarles cómo se roba una mujer; estará del otro lado de la frontera de Zamora antes del amanecer, y allí habrá una caravana esperándola. Un conde de Ofir me prometió trescientas piezas de plata por una esbelta joven brithunia de buena familia. Estuve vagando varias semanas por las ciudades fronterizas, donde me hacía pasar por mendigo, hasta que encontré una que valiera la pena. ¡Ah, qué guapa es esta golfa!
Cuando terminó de decir esto echó al aire un beso lascivo.—Conozco señores de Shem que darían por ella el secreto de la Torre del Elefante —dijo volviendo a su cerveza.

Alguien tiró de la manga de su túnica y el hombre volvió la cabeza, frunciendo el entrecejo por la interrupción. Vio entonces a un joven alto y corpulento que se encontraba de pie a su lado. El desconocido estaba tan fuera de lugar en ese antro como un lobo gris entre las ratas de las cloacas. Su pobre y raída túnica dejaba ver las fornidas líneas de su fuerte cuerpo, sus anchos y recios hombros, el pecho macizo, la fina cintura y los brazos fuertes y musculosos. Su piel estaba bronceada por soles remotos, sus ojos eran azules y fogosos, y una desgreñada melena negra coronaba su amplia frente. De su cinto colgaba una espada dentro de una vieja vaina de cuero.

El hombre de Koth retrocedió involuntariamente, porque el hombre no pertenecía a ninguna de las razas civilizadas que conocía.
—Has mencionado la Torre del Elefante —dijo el forastero hablando en lengua zamoria con acento extranjero. He oído muchas cosas acerca de esa torre. ¿Cuál es su secreto?

La actitud del muchacho no parecía amenazadora, y el valor del kothio había aumentado por efectos de la cerveza y la manifiesta aprobación del público. El hombre lo miró henchido de vanidad y dijo: —¿El secreto de la Torre del Elefante? —exclamó—. Bueno, cualquier imbécil sabe que el sacerdote Yara vive allí con la enorme joya llamada Corazón de Elefante; ése es el secreto de su magia.

El bárbaro estuvo callado un momento asimilando estas palabras.
—Yo he visto esa torre —dijo—. Está en un enorme jardín situado en lo alto de la ciudad y rodeado de elevadas murallas. No he visto guardianes. Las murallas parecían fáciles de escalar. ¿Por qué nadie ha robado esa misteriosa piedra preciosa?

El hombre de Koth se quedó boquiabierto ante la ingenuidad del muchacho y se echó a reír con carcajadas burlonas, a las que se sumaron todos los presentes.
—¡Escuchad a este pagano salvaje! —vociferó—. ¡Pretende robar la joya de Yara! ¡Escucha, muchacho! —dijo dirigiéndole una mirada siniestra al joven—. Vaya, supongo que eres una especie de bárbaro del norte.

—Soy cimmerio —respondió el forastero con tono poco amistoso.

La respuesta y el modo en que lo dijo no significaban casi nada para el hombre de Koth; se trataba de un remoto reino del sur, en las fronteras de Shem, y él sólo conocía vagamente a las razas del norte.
—Entonces presta atención y aprende, muchacho —dijo apuntando con su jarra de cerveza al desconcertado joven—. Debes saber que en Zamora, y especialmente en esta ciudad, hay más intrépidos ladrones que en cualquier otro lugar del mundo, incluido Koth. Si algún mortal hubiera sido capaz de robar la piedra preciosa, puedes estar seguro que habría desaparecido hace mucho tiempo. Tú hablas de escalar las murallas, pero una vez que lo hubieras hecho, desearías irte inmediatamente. Por la noche no hay guardianes, es decir, guardianes humanos, en los jardines por una buena razón. Pero en el cuarto de guardia, en la parte inferior de la torre, hay hombres armados, y aun si lograras escabullirte entre los que rondan por los jardines de noche, tendrías que eludir a los soldados, porque la gema está guardada en algún lugar de la parte superior de la torre.

—Pero si alguien consiguiera atravesar los jardines —arguyó el cimmerio—, ¿por qué no iba a poder llegar hasta la gema por la parte superior de la torre, eludiendo de ese modo a los soldados?

El hombre de Koth lo miró atónito una vez más.
—¡Oíd lo que dice! —gritó en tono burlón—. ¡Este bárbaro debe de ser un águila capaz de volar hasta el borde enjoyado de la torre, que se halla a tan sólo cincuenta metros de altura, y que tiene las paredes más lisas y resbaladizas que el cristal pulido!

El cimmerio miró furioso a su alrededor, molesto por las carcajadas burlonas con que los presentes acogieron estas palabras. Él no veía nada gracioso en ello y era demasiado ajeno a la civilización para comprender la falta de cortesía. Los hombres civilizados son menos amables que los salvajes porque saben que pueden ser más descorteses sin correr el riesgo que les partan la cabeza. Estaba desconcertado y contrariado y habría salido corriendo de allí, avergonzado, pero el kothio decidió seguir mortificándole.

—¡Anda, anda! —gritó—. ¡Cuéntales a estos pobres hombres, que han sido ladrones desde antes que
a ti te engendraran, diles cómo robarías tú la piedra!

—Siempre hay alguna manera de hacerlo, si el deseo está unido al valor —contestó el cimmerio en tono tajante y lleno de rabia.

El hombre de Koth lo tomó como un insulto personal y se puso rojo de ira.
—¡Cómo! —bramó—. ¿Te atreves a enseñarnos nuestro oficio, y a insinuar que somos unos cobardes? ¡Vete! ¡Fuera de mi vista! —gritó empujando al cimmerio con violencia.

—¿Primero te burlas de mí y ahora me pones las manos encima? —dijo el bárbaro con tono crispado, sintiendo que le invadía la cólera y devolviendo el empujón con un manotazo que hizo caer al hombre que lo molestaba de espaldas sobre la tosca mesa.

La cerveza se derramó sobre la cara del kothio y éste desenvainó la espada hecho una furia.

—¡Perro pagano! —vociferó—. ¡Te voy a arrancar el corazón por esto!

El acero centelleó y los presentes se apartaron rápida y desordenadamente. En su desbandada tiraron la única vela que había allí, y el antro quedó a oscuras; se oyó el ruido de bancos rotos, los pasos rápidos de la gente que huía, gritos y blasfemias de individuos que tropezaban y caían encima de otros, y un estruendoso grito de agonía que cortó el alboroto como un cuchillo. Cuando volvieron a encender la vela, la mayor parte de los parroquianos habían huido por las puertas y ventanas rotas, y los demás se apretujaban detrás de los barriles de vino y debajo de las mesas. El bárbaro había desaparecido; el centro de la habitación estaba desierto, con excepción del cuerpo apuñalado del hombre de Koth. El cimmerio lo había matado en medio de la oscuridad y la confusión, con el infalible instinto de los bárbaros..........
 

Un día más tarde, alguien soltó una exclamación de alivio al atisbar en el horizonte una tenue línea que, al fijar la vista y achinar los ojos, parecía borrosamente verduzca. Ansiosos, espolearon a las yeguas, y poco a poco se fue descubriendo el gigantesco oasis, visión de júbilo para los sedientos y exhaustos ojos de los viajeros.

A punto de llegar Ulfner soltó una abatida queja, la notable vitalidad del norteño se estaba viendo mermada por la aridez del clima desértico, y la falta de agua parecía que lo afectaba más que a los demás. De pronto, pareció que tintineo el acero entrechocar, incluso algunas voces en la lejanía, y Rong Wei levantó su mano en aras de demandar silencio.

- Shhhhhhh – Musita el sabio – Creo que he escuchado algo -

- Tiradas (4)

Notas de juego

Perdón por el tocho, pero cómo sabio del grupo no me puedo resistir. Es solo la primera escena de la historia, pero no tiene desperdicio.

Uso la tirada que me guardé para Zelata para depurar el veneno:

Motivo: sanar Zelata

Tirada: 1d20

Resultado: 17(+4) = 21

+2 de sinérgia con herbalismo = 23

Intento depurar el veneno de mí mismo y de Ulfner (creo que nadie más ha sufrido una picadura del escorpión).

Además, trato a largo plazo a todos los integrantes del grupo que hayan sufrido daños (menos a mí mismo, que no puedo).

Voy a hacer tiradas, si me equivoco con algo lo siento, voy a tirar por Ulfner y Zelata, que si no me equivoco son los dos que fueron heridos en combate. He puesto CD 15 porque es lo que pone en el manual.

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12/07/2017, 08:39
Zelata

Tres días después el grupo presentaba un aspecto tan lamentable que nadie que les hubiera visto al comienzo de esta misión pensaría que solo llevaban unos pocos días en vez de meses.Avanzaban llenos de polvo , sucios , cansados , heridos y atenazados por la sed pero sobre todo algo desanimados después de haber tenido que huir perdiendo las monturas .
El bueno de Rong intentaba dar lo mejor cuidando de los demás pero el veneno de los escorpiones parecía demasiado potente para sus remedios y aun notaba los efectos en mi maltrecho cuerpo .Según nos acercábamos al oasis disfrutando por anticipado del remanso de paz el ruido metálico de armas entrechocando nos saco de nuestra momentánea felicidad.
Echo mano al acero y clavo la mirada en el oasis intentando distinguir de donde proviene el ruido del combate .Parece que hemos llegado en mal momento compañeros, vamos como siempre . No veo nubes de polvo así que no parece que sea un enfrentamiento entre dos grandes grupos pero...

- Tiradas (1)
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13/07/2017, 19:03
Talitha
Sólo para el director

Notas de juego

¿Qué dicen las voces que entiendo?

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13/07/2017, 23:33
Director

Solo la guerrera de acero se acerca a echar un vistazo. Lo que vislumbra, desde la seguridad de unos matorrales a solo unos pocos pasos del linde del oasis, es a dos grupos de hombres... no mas de 10 personas en total, luchando entre ellos. Mucho caos y confusión es lo único que puede distinguir desde su posición.

Notas de juego

Si quieres acercarte más y ver más tienes que pasar un sigilo, tirada oculta, cd 10. O puedes volver atrás e informar de lo que has visto.

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13/07/2017, 23:38
Director

Notas de juego

Rong, todo ok. Recuperaros todos los puntos correspondientes de vida, si los hay, y el daño a CAR está curado del todo.

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14/07/2017, 13:32
Zelata

La escena que presenció en el oasis lejos de tranquilizarme me inquieta aún más .Cierto que no es una horda pero nos superan en número y aunque parecen entretenidos nunca se sabe cómo pueden reaccionar al vernos .Lo más discretamente posible me retiro y vuelvo con los demás para avisarles de lo que hay más adelante .
No sé si es bueno o malo pero hay dos grupos luchando son unos 10 más o menos y eso si no hay más ocultos o que yo no haya visto Comento en voz baja aunque no creo que con el ruido del combate váyan a escucharnos pero mejor prevenir .No sé que deberíamos hacer porque irrumpir en medio de un combate puede atraernos la ira de los 2 bandos y sin saber porque luchan corremos el riesgo de ayudar a quien no lo merece Miro a los demás esperando su opinión sobr los pasos a seguir .

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14/07/2017, 14:11
Talitha

Talitha no distinguía las palabras desde aquel lugar, pero era un idioma que conocía y podría comunicarse con ellos...una alternativa al combate si les superaban en número como decía Zelata.

¿Deberían actuar o no? Podrían resultar heridos, pero si eran las gentes del oasis las que estaban en peligro, sería bueno ayudarles para disfrutar de su hospitalidad más tarde.

Preparó su arco y las flechas por si había combate, y decidió adelantarse y explorar para ver si distinguía los bandos, más información era más capacidad de decisión

Notas de juego

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14/07/2017, 14:26
Talitha
- Tiradas (3)

Notas de juego

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15/07/2017, 18:14
Iona

Zelata nos estaba describiendo la pelea cuando me giré y ví comoTalitha se adelantaba a todos acercándose al tumulto sigilosamente. Bien es cierto que era la única que entendía aquel idioma y podría discernir a quien había que ayudar. Ya que la duda flotaba en el aire.

A donde cree que va toda sola. La chica sabe moverse pero la profesional soy yo. Talitha era adorable pero un pelín impulsiva.

Chicos me voy con Talitha para cubrirle la espalda. Y puede que veamos a que bando hay que ayudar. Os traeré nuevas.

La Zamoriana siguió los pasos de la nómada sigilosamente e intentando camuflarse con el entorno, esperaba que la vegetación del oasis y sus ropajes para ambientes cálidos ayudaran. Espada y daga en mano por si aparecía alguna amenaza.

- Tiradas (2)
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15/07/2017, 23:03
Ulfner

Ya estamos de nuevo, no habiamos salido de una y ya nos estabamos en otra y yo que pensaba que lo complicado era entrar en el templo, las trampas existentes y las criaturas escondidas en él.

Pero bueno ahora estamos aquí y esto nos ha pillado en medio de una pelea entre dos bandos, sin saber a cual ayudar.
Además necesitamos entrar en este oasis para descansar, rebastecernos y estar lo más enteros para cumplir nuestro contrato.

Talitha empieza a avanzar para buscar una posición más adecuada y así averiguar que está pasando y quienes son esas gentes.
Me disponía a seguirla pero menos mal que se me adelanto Iona y menos mal por que ser sigiloso no era mi especialidad, soy como saltar un grupo de elefantes en un bazar.
chicas ir con cuidado y avisarnos e iremos a por todas a ayudaros

Digo mientras cojo mi escudo y empuño mi espada

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16/07/2017, 03:19
Rong Wei

Cubierto enteramente excepto los ojos por su holgada túnica azul laspilázuli, Rong Wei se mueve sobre el carro y toma las riendas, relevando a Talitha cuando esta parte a enterarse mejor de quienes riñen.

Tiene curiosidad por conocer los detalles, pero el sigilo no es su mejor baza en estos momentos.

Sus labios cubiertos por telas dibujan una sonrisa tras las palabras de Ulfner, y solo un sutil movimiento de sus ojos rasgados delatan su estado de ánimo. Permanece, callado, a la espera, alerta y pasivo, mientras intenta trasmitir su calma a los animales a través de las riendas y se relaja para conservar todas las energias posibles ante la perspectiva de otra precipitada huida.

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16/07/2017, 10:34
Zelata

Que las dos personas que mejor se manejaban deslizándose en silencio se decidieran a explorar ya era mas lógico.Tenia claro que solo la suerte y la prudencia de no acercarme demasiado habían impedido que me hubieran visto u oído cuando me arriesgue a hacerlo yo.En caso de que os ataquen creo que seria
mejor idea que retrocedáis y caeremos sobre ellos sin que se lo esperan así quizás consigamos equilibrar un poco las fuerzas
Propongo mientras empiezo a esbozar un plan en mi cabeza .Aprovechar el carro para ocultarnos porque el terreno no nos ofrece demasiado para escondernos y si conseguimos eliminar o herir a un par sin que sepan de donde les llueven los golpes podemos tener una oportunidad .. es decir si son hostiles y no esta claro a quien ayudar , evidentemente

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16/07/2017, 17:42
Director

Iona y Talitha se deslizaron por el oasis llegando al centro del mismo tras unos metros por la espesa vegetación. Las dos guerreras llegan en un momento de respiro, parece que los dos bandos están negociando. Todos los implicados tienen las armas empuñadas y muchos muestran heridas de menor o mayor gravedad. La dama del desierto, Talitha, ha reconocido rápidamente a los dos bandos. Son dos clanes del desierto, de los cuales ha oido hablar vagamente en algunos oasis. Los hombres de negro, capitaneados por el guerrero de hábito azul, pertenencen al clan Al-Aldhiyb, o como le traduce a la zamoria cuando ve su cara de incompresión, el clán del lobo. Enfrentados a ellos, dos hombres y una mujer del clan Al-Saqr; el clán del halcón. El anciano detrás de la guerrera está tirado en el suelo cubriendose el hombro por donde parece sangrar profusamente, mientras la mujer habla muy rápido y gritando a sus enemigos.

- Tiradas (3)

Notas de juego

Bueno, pues esto es lo que véis. Cualquier duda decidmelo y os lo aclaro. Por cierto, postear solo para vosotras dos que el resto del grupo no está ahí.

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16/07/2017, 19:15
Director

Talitha escuchó lo que el hombre de azul y la mujer dicen:

-Hombre: Deberíais haberos ido cuando se os dijo... esto es nuestro. AHORA PAGARÉIS VUESTRO DESAFÍO.

-Mujer: Sois escoria (escupe al suelo). Esto no quedará así...