Partida Rol por web

 Donde entramos en el meollo del asunto.

A las 11 de la noche se retira el buffet, y los invitados se acomodan en butacas dispuestas ante un expositor. A un lado hay un pequeño podio, tras el que se sitúa Frederick Ausperg, quien actuará de subastador. Los criados continúan sirviendo champagne y cognac. Se ofrecen cigarros habanos (para quien entienda, de la marca Romeo y Julieta). También hay café vienés y unas pastas fabulosas.

Los lotes se subastarán en orden numérico, de uno en uno. Cada vez que se subaste un lote, uno de los criados permanecerá a su lado, mostrándolo a todos los invitados. Si alguien desea observar un objeto desde varios ángulos, o ver el interior de un libro, u oír el sonido del metal, el criado (enguantado) mostrará o realizará lo que se desee.

Una vez satisfecha la curiosidad de los invitados, cesará la música del cuarteto de cuerda y empezará la subasta siguiendo las reglas antes descritas.. Una vez adjudicado un lote, se colocará en una mesa lateral, acompañado de una tarjeta con el nombre del comprador.

Nicholas se dirige tranquilamente a su asiento junto con el resto de invitados, sin ser ni de los primeros ni de los últimos. No es cuestión de mostrarse ansioso ni dejado, sino de simplemente pasar desapercibido, al menos por el momento. Muy a su pesar se ve forzado a rechazar el coñac. No es que haya bebido en exceso, pero en estos momentos prefiere estar lo más lúcido posible. Por contra decide no hacerle ascos al habano y permitiendo al criado que se lo encienda siguiendo el rito clásico... "Distraídamente" observa dónde se sientan sus compañeros así como sus potenciales rivales, estando atento a cualquier comentario, gesto o tic que pueda delatar sus intenciones.

Steven recorrio los asientos disponibles con la mirada, intentando encontrar alguno que le permitiera observar las expresiones de los demás asistentes sin que se notara demasiado.  Decidiendo que eso sería prácticamente imposible, decidió que disfrutaría del café y las pastas estando de pie. No quería ser el primero en pujar, no tenía sentido ofrecer dinero por algo en lo que nadie más estaba interesado cuando el propósito no era llevárselo. Aún así, no estaría de más examinar las piezas y mostrar interés en ellas.

 Empieza la subasta, dice herr Ausperg.

Lote nº 1: Cruz ansada egipcia, precio de salida 100 £. ¿Alguien puja?

Sir Martin Murray ofrece 100, e inmediatamente después Nikolai Tychevski ofrece 150, George Walker (vuestro colega del Smithsonian) ofrece 200 y Klaus Hunderprest 250.

Ofrecen 250, ¿alguien da más?

Robert se acomoda en uno de los asientos, inmediatamente a la retaguardia de Nicholas Highforest, por si entiende a bien resolver alguna indecisión con un leve toque en una de las patas de la butaca del anticuario; Por ello, aposentado, cruza su piernas dejando la punta del pié muy cerca de la la zona de interés y reposa sus manos el las rodillas.

Antes las pujas, alza su brazo y estira tres de sus cinco estilizados dedos, mientras mantiene su serio semblante artificial.

Veamos lo que hacen los demás

--- Vaya, Robert empieza fuerte... Bien, no es momento de pujar por la pieza, esperemos un poco más no sea que despertemos sospechas. Sin embargo veo que nuestro amigo austriaco, que aparantaba no tener interés en la cruz cuando se lo dejé caer, ha cambiado de idea. ¿O tal vez, pensando que estoy de verdad interesado en ella, quiera hinchar el precio al igual que queremos hacer nosotros?

 Herr Ausperg señala hacia Robert, y reconoce la puja.

El caballero ofrece 300. ¿Alguien da más?

Sir Martin alza un dedo y Ausperg canta: 350, seguido de nuevo por Tychewski. 400.

George Walker se lo piensa y hace una señal con la invitación: 450.

Todos miran a Hunderprest, que niega con la cabeza.

Herr Ausperg mira hacia Robert de nuevo, a ver si levanta la puja.

--- Vaya, a falta de un Robert, un Walker. 450, casi en el límite de 500 que él mismo impuso..., y además ya hemos pujado dos de nosotros. Será mejor dejar pasar esta pieza, no conviene levantar demasiadas sospechas.

Nicholas deja ver un ligero gesto de fastidio en su rostro para disimular el hecho de que no puje (como quién "ha subido demasiado")

-Ante las nuevas pujas, pausase el investigador, pensativo, pero sin dejar de mirar a Ausperg fijamente.-

-Hmmmm, tengo la certeza de que la petición fue pujar por los seis primero lotes-duda-Será una maniobra de despiste por parte del Señor Walker. Si no pujo, se lleva el objeto, si pujo y resulto el máximo, lo gano; De todas formas, el dinero sale del mismo sitio. Sería ridículo echarse atrás ahora, sisémosle un poco más al ruso, que tiene de donde sacar.-

-Seiscientos-

Un runrún recorre la sala, mientras Herr Ausperg confirma: 600. El caballero ofrece 600. ¿Alguien da más?

Sir Martin Murray pone cara de disgusto, mientras Tychewski sonríe y dice: 700.

Walker mira  calculadoramente en dirección  a Robert, y dice: 800.

Ausperg valida: 800. Se han ofrecido 800 £. ¿Alguien da más?

Nadie chista.

Ausperg insiste. 800 a la una, 800 a las dos, ¡adjudicado!

A continuación se subastará el lote nº 2.

Lote nº 2: Manuscrito de Beth Eloim

Precio de salida: 60 £.

El criado sale con el libro, y lo muestra a satisfacción de lo spresentes.

¿Alguien ofrece 60 £?

Michel de Borsavin levanta la mano. El caballero ofrece 60. ¿Alguien da más?

Tychewski levanta un dedo. 100 £.

Darnel Kolson, el sueco, hace una seña. 150, ofrecen 150 £.

-No.. No lo entiendo. Robert, haciendo un esfuerzo, recordó las ordenes establecidas. Pujar por los cinco primeros lotes. Es más, al Smithsonian le interesan los lotes seis, siete, doce y quince. A su entender, esta jugada es incompresible y por supuesto, carente de éxito.

Examina el nuevo objeto, pero no puja esta vez.

Nicholas está también algo sorprendido de que Walker hubiese decidio adquirir aquel lote, pero un hombre de su posición podía incluso permitirse el lujo de agenciarse algún souvenir a título personal. Mientras reflexionaba acerca de ello pidió examinar el segundo lote (1), simulando interés.

Una vez comienza la puja, y tras permitir que otros tomen la iniciativa, decide subir la puja hasta 200 haciendo un gesto sutil, casi desdeñoso, con su habano. Su intención en este caso era de esperar por otra puja, dos pujas seguidas a ser posible, y subir otros 50 sobre la última oferta, sin sobrepasar el límite.

 Ofrecen 200, canta herr Ausperg desde el estrado. 200 a la una.

Tychewski sube a 250. 250. Kolson niega con la cabeza, igual que Borsavin. 250 a la una.

Ausperg mira a Nicholas.

Nicholas meditó un momento. Al parecer el único realmente interesado en el artículo, o al menos el único interesado con dinero para comprarlo, era Tychewski. Todavía estaban lejos de la cota de 500 libras, pero tampoco convenía subir demasiado. Si subía demasiado Tychewski no lo compraría, con lo cual tendría más fondos para el resto de los artículos, que precisamente era lo que habían venido a evitar. Tal vez subiendo la puja en una cantidad menor...

--- 275 --- pujó Nicholas con cierto tono forzado de duda a la vez que alzaba de nuevo su habano, cada vez más corto.

 Tychewsi ve el gesto de vacilación de Nicholas y sube. 300.

Ofrecen 300. 300 a la una.

300 a las dos.

¡Adjudicado por 300!

 A continuación se subastará el lote nº 3, lote múltiple, precio de salida 40 £.

¿Alguien ofrece 40 £?

Lady Margaret hace una seña. 40  £.

Czernin señala un 8. 80  £.

Walker levanta la cartulina. 100  £.

Kolson hace una seña. 150  £.

Ofrecen 150  £, ¿alguien dice 200?