Partida Rol por web

La persecución de los misteriosos ladrones y asesinos os lleva fuera de Ausperghaus.

Más o menos equipados con linternas, cuerdas y tiza de colorines, salís de la casa y descubrís enseguida que en la calle hay una tapa de alcantarilla relativamente cercana. Una vez abierta, una escala de barrotes metálicos permite descender.

¿Qué hacéis?

-Bueno Señores, respiremos aire fresco ahora porque allí abajo deja mucho que desear-

Agenciándose una de las linternas, se acerca hasta la boca de la alcantarilla para proceder su descenso el primero.

-Bueno, no me fío de la estabilidad de estas escaleras así que aconsejo que esperemos a tocar tierra antes de que el siguiente proceda a bajar.-

Un segundo antes de aceptar el mancharse los zapatos en esa ciénaga subterránea urbana otea un segundo el horizonte, esperando ver unos faroles de automóvil que indicases que sus pertenencias, y por ende su arma predilecta, estuviesen ya aquí.

Si lo anterior no ocurre, comenzará a descender de igual forma.

Pero antes de nada, se torna a sus compañeros.

¿Pero porqué hemos de bajar?¿Esto es la entrada o la salida? Es decir, parece más que haya salido por aquí hasta la superficie desde las alcantarillas ¿no?

Sin más preámbulo y tras un repentino cambio de parecer comienza a rebuscar por huellas que surjan desde el sumidero hasta la carretera.

No hay huellas, ni que salgan de la alcantarilla, ni de que ésta haya sido movida recientemente.

-No tiene por qué haber salido por aquí, pudo haber seguido las alcantarillas hasta otro lugar. Tiene sentido. Lo que mató al criado tuvo que ser algo grande, hubiese llamado la atención de los viandantes si hubiese ido por la calle, mucho más si estaba cubierto de sangre. Que se haya movido por las alcantarillas explica por qué nadie dió la voz de alarma mucho antes. Probablemente han seguido las alcantarillas hasta algún lugar más discreto, si es que no han excavado otro tunel al interior de otro edificio en el que poder esconderse.

Steven cogió una de las linternas y se dispuso a bajar.

-Es mejor que veamos la entrada del tunel por este lado, quizás descubramos alguna pista

--- Venga, Robert, es obvio que el asesino no ha salido por aquí, no hay rastro alguno de sangre (1).

A continuación se agacha, hace palanca con el bastón para levantar la tapa de la alcantarilla y la aparta con el pie. Una extraña sonrisa, una media sonrisa más bien, hace aparición en su rostro.

--- No sé si os habéis dado cuenta, pero vamos a ser los más elegantes de la cloaca.

A continuación enciende su linterna e ilumina el interior asomándose con cuidado (2).

--- Robert, te cedo el ilustre privilegio de ser el primero en bajar... ya sabes que no tengo madera de héroe.

Los escalones descienden hacia la oscuridad.

Descendéis con precaución y a la luz de las linternas no veis nada fuera de lugar. En dirección a la casa, al cabo de unos pocos metros encontráis el arranque del túnel que, corroborando vuestras teorías, fue excavado desde aquí hacia la casa, y lo seguís hasta el derrumbe.

Manchas de sangre y el ya conocido olor permean esta zona, y se alejan cloaca abajo en dirección al Danubio. Tras seguirlas unos centenares de metros, el rastro se diluye hasta resultar imposible de seguir, entre la suciedad y las aguas negras, por no mencionar unas ratas más gordas que conejos.

¿Qué hacéis?

Si el olor de cloaca era nauseabundo, no se podría adjetivar la mezcolanza entre el aroma natural combinado con esa fragancia nauseabunda desconocida, que previamente descubrimos en Ausperghaus.

No había sensación más molesta para este detective que la humedad de unos calcetines mojados, pero eso era lo de menos contando con esas abominables ratas, que lo mínimo que podía hacer por nosotros sería transmitirnos la rabia.

Pasó ya un cuarto de hora, supongo, desde que aquí abajo estamos, y comienzo a temer por la autonomía de las linternas; Quedarnos ahora a oscuras sería algo fatal, puesto que aún con ellas la visibilidad se ha visto muy reducida.

No hay rastros, solo queda seguir adelante.

-¿Qué piensan, Señores?-

No hay puertas falsas ni pasadizos secretos.

Cruzando por encima del torso el rollo de cuerda que Hans le había conseguido y colgando el bastón de la nuca ---al estilo paraguas de pueblerino---, Nicholas bajó la escalera. Una vez abajo se agachó y dibujó una gran marca en el suelo con una tiza.

--- Según vayamos avanzando iré marcando por dónde pasamos, para que podamos volver sobre nuestros pasos de ser necesario. Si llegamos a una bifurcación o similar marcaré por dónde llegamos y por dónde continuamos. En este caso he marcado el sitio por dónde hemos entrado...

Dicho esto Nicholas comenzó a avanzar siguiendo a Robert con la espada presta en una mano y la linterna en la otra. El espectáculo que daba era bastante cómico, tirando a tronchante. Probablemente las ratas que huían a sus pasos lo hacían tronchándose del aspecto de aquellos visitantes, vestidos de chaqué y portando espadas o similares. Sin embargo Nicholas no le encontraba gracia alguna a la situación, todo lo contrario. Según avanzaban iba examinando la galería en busca de cualquier cosa que llamase la atención, no sólo las paredes, sino también el techo, ya que la idea de una araña gigante avalanzándose sobre su rostro no le salía de la cabeza. Nicholas tampoco perdía de vista lo que el agua arrastraba, en busca de sangre o animales muertos. 

De vez en cuando ordenaba a sus compañeros detenerse y escuchar en silencio buscando cualquier sonido delatador.

Al cabo de un rato, la pista se pierde irremisiblemente. Vosotros podéis volver al origen gracias a las marcas que habéis hecho, pero no tenéis ni idea de a dónde hayan ido los misteriosos asaltantes.

¿Volvéis a Ausperghaus o seguís en el subsuelo?

--- Parece que hemos perdido el rastro ---dijo Nicholas---. ¿Qué hacemos?. Esto es un laberinto. Podemos intentar seguir un rato ayudándonos de las marcas para no perdernos, pero será difícil encontrar algo aquí. Tal vez sea el momento de volver ---terminó por sugerir.

-Volvamos. Una vez arriba quizás podamos consultar algún plano del sistema de alcantarillas, y comprobar los lugares donde pudo haber salido. Si damos vueltas sin rumbo acabaremos perdiéndonos aquí abajo.

Volvéis a Ausperghaus a tiempo para ver llegar a la Policía: una patrulla de dos policías a pie que, en cuanto ven el cadáver, llaman a la Criminal y se limitan a custodiar el escenario.

Cuando llegan los de la Criminal, interrogan sumariamente a los asistentes a la velada, entre ellos a vosotros, y os indican que no abandonéis Viena sin notificárselo, amén de preguntar media docena de tonterías. En realidad, el asunto escapa a su capacidad.

Para Nicholas el interrogatorio por parte de los policías constituyó más una molestia que una preocupación. El saberse inocente ayudó bastante para ello, amén de haber tenido que lidiar con peores elementos en los suburbios de El Cairo... Los policías se habían mostrado especialmente curiosos respecto a su pequeña expedición, cosa más que lógica, ¿qué pintan tres "aficionados" saliendo en pos de un asesino capaz de haber hecho aquello?

Una vez finalizado el interrogatorio y después del consabido "[No abandone la ciudad en los próximos días]", los policías lo dejaron libre. Sin embargo, cuando ya se disponía a marchar, su presencia fue requerida de nuevo. De pronto se encontró en una habitación junto a sus dos camaradas esperando por el comisario.

Tras declarar lo demandado, puse mis conocimientos en saber de los agentes del orden.

-He estado investigando por mi cuenta en estas últimas horas. He llegado a la conclusión que uno de los asistentes está compinchado con el ladrón, es más, podemos decir que uno de los asistentes es el cerebro y el ladrón la mano ejecutora.-

-Entre los posibles sospechosos están Lady Margaret Jameson, Michel de Borsavin y Hunderprest. Los tres manifestaron su deseo de comprar la "Cabeza de latón" antes de la subasta. Como nuestro anfitrión se negó se tomaron a mal la negativa... sobretodo Hunderprest.-

- El ladrón debía de conocer la ciudad bastante bien, pues creemos que ha escapado por las cloacas, aparte de ser conocedor de los planos de la casa...Quizá deberías preguntarle esto al criado, o quizá el criado asesinado también estuviese en el ajo, y hayan querido deshacerse del él de esa forma.-

-Reconstruimos los hechos y damos por sentado que el ladrón ha entrado por las alcantarillas, abierto un butrón en el lugar indicado y accedido por él al lugar. Luego ha cogido un elevador, el elevador adecuado que previamente sabía, a la sala de objetos de la subasta y ha sutraído la cabeza y asesinado al mayordomo. Luego ha vuelto a descender, cerrando el butrón tras de si. No hemos hallado indicios de que haya escapado de nuevo por la boca de alcantarilla por la que entró, así que pensamos que ha huido por el complejo y laberintico subsuelo.-

-Me gustaría poder participar con ustedes en las investigaciones, y creo que habrá que darse prisa con nuestro próximo movimiento...-

-Sugiero que nos hará falta un plano del alcantarillado...por ejemplo. ¿Usted que cree?-

Para Steven, los acontecimientos posteriores al descubrimiento del cadaver, sólo habían añadido interrogantes y ninguna respuesta al misterio del asesinato y el robo. Intentó explicar a la policia todo lo que había visto, y se esforzó en recordar todos los detalles relevantes, pero no estaba muy seguro de que su intento de investigación en el sótano y las alcantarillas realmente fuese de alguna ayuda. Sin embargo, se sentía unido al caso y deseaba conocer los avances de la policía para dar con las respuestas a ese enigma. A pesar de lo asustado que se había sentido al principio, al dejar la responsabilidad en manos de otras personas, y tras volver a la superficie, y tener la posibilidad de comer y tomar un café bien cargado, rodeado de las comodidades de una casa moderna, el miedo comenzaba a desvanecerse y a resultar más lejano, y su curiosidad natural empezaba a imponerse. No es que quisiera volver a ir a la caza de asesinos por las alcantarillas de Viena, pero tenía un misterio ante sí y deseaba conocer las respuestas a él.

-Disculpe si la pregunta es indiscreta pero, ¿tiene alguna idea de por dóde comenzar a buscar a los culpables?

Los agentes de la Brigada Criminal (en argot "Kripo", abreviatura de Kriminalpolizei), toman nota de vuestras declaraciones, si bien se muestran escépticos acerca de la posibilidad de que personajes extranjeros y respetables como lady Jameson o de Borsavin, por no hablar de ciudadanos de prosapia como herr Hunderprest, puedan estar mezclados en asuntos tan sórdidos.

Por supuesto que descartan totalmente que les ayudéis en la investigación, ésto no es el Salvaje Oeste, meinen Herren, ni la Policía de Viena necesita organizar una [url=http://en.wikipedia.org/wiki/Posse_comitatus_(common_law)]posse [/url]para aclarar un crimen.