Partida Rol por web

La Tercera Via

[Partida 2.3] Pozo de Verdad, Agujero de Mentiras

Cargando editor
10/05/2015, 22:06
Director

Tyr en el 189º era del rey en el año del Desierto Adormecido, 39 días después del sol bajo.

Akiva, Tandras y Arkleris llegaron precedidos por el mul de Tretor y se reunieron con el resto ante las puertas interiores del zigurat. Frente a las enormes puertas de piedra esperaban Kaireen y Ukos junto a dos soldados semigigantes que era obvio que trabajaban para Tretor.

- Bien, una vez ahí dentro dependeréis de vuestros propios recursos. No tengo ni idea de lo que os espera ahí, pero los esclavos entran y nunca salen, ni siquiera trozos. Así que no esperaría nada agradable.

- Ah, una última cosa. Han estado metiendo ahí dentro grandes cantidades de obsidiana pura. No se para que pueden haberla estado usando, pero yo me prepararía por si hay golems de obsidiana.

- Tenéis desde este mismo momento treinta minutos. Eso puedo asegurároslo. Aunque de todos modos intentaré alargarlo lo máximo posible. Si cuando salgáis no hay nadie aquí es que estamos todos muertos. Ya habéis visto la entrada al zigurat, es la única a la que podéis acceder desde este recinto (es decir sin volver al interior para salir a uno de los otros tres recintos exteriores). Así que salid por ahí lo más deprisa que podáis y tratad de camuflaros entre la confusión.

- ¿Alguna última pregunta?- Dijo Tretor mirando con sorna a Kaireen.

Sin nada más que deciros Tretor hizo una señal a los semigigantes que abrieron las puertas para dejaros pasar y una vez lo hicisteis volviendo a cerrarlas. Los forzudos habían dejado una pequeña ranura abierta, lo suficiente para que saliese una persona y para que no se viese la puerta abierta desde lejos, así que si no había nadie al otro lado al menos no estaríais encerrados.

El recinto interior del zigurat resultó ser sorprendentemente anodino. Más pasillos de piedra pero sin las molduras y los relieves que tanto abundaban en el exterior. Y no era que no estuviese terminado, es que la piedra era cruda y sin ornamentos, como si aquella zona cumpliese una función practica. El silencio allí dentro resultaba pesado como el de una tumba o como si hubieseis vuelto al interior de la muerta mina de los Atrea.

No tardasteis mucho en comprobar que el trazado de los pasadizos resultaba poco cotidiano. Con zigzags repentinos y con multitud de cruces con pasillos que no llevaban a ningún sitio. Y a pesar de vuestros primeros temores aquello no era un laberinto. Las rutas resultaban claras y no había intento alguno de confundir. Pero finalmente fue Kaireen la que se imagino el propósito de esta extraña arquitectura.

Eran “círculos”. Círculos de poder, similares a los que dibujaría un preservador para lanzar un ritual poderoso, atrayendo energía de más lejos para no sobrecargar los alrededores. Pero claro ese poderoso preservador dibujaría un circulo de un metro con agua, sal o sangre de kank. Pero el tamaño de esto, y la manera en que estaba construido, no solo en roca, si no en tres dimensiones ¿Que tipo de energía pensaba Kalak reunir? ¿De donde pensaba sacar tanta cantidad como para necesitar este tipo de circulo? ¿Y para que podía necesitar tal cantidad de energía? Estos eran las preocupantes dudas que originó el primer retazo de información que obtuvisteis del zigurat. Pero no fue el único.

Tras internaros un poco más en el zigurat, cuando ya comenzabais a oír el repiqueteo de la piedra que producía el trabajo de los esclavos, Ukos os detuvo. Los finos sentidos psiónicos del mediano habían detectado algo. Sutil al principio, pero iba creciendo en fuerza a medida que os acercabais a la fuente. Algo estaba... absorbiendo fuerza mental, dejando mentes cansadas y negativas en los no psiónicos, y a estos con menos poder. El mediano os escudó al resto, pero aquello no era un efecto localizado. Algo estaba absorbiendo, de forma casi tímida, la energía psiónica de los alrededores.

Y con la segunda pista se os presentaba el primer dilema. Según Ukos podía sentir cuatro puntos de absorción dispuestos más o menos alrededor del centro del zigurat. Kaireen por su parte había señalado que siendo como era un circulo el centro debía de tener mucha importancia y seguramente contendría pistas. Y finalmente estaba el sonido del trabajo de los esclavos que provenía de las secciones superiores del zigurat. Teníais que elegir y rápido puesto que cuanto más tiempo pasase más en peligro estaríais y no sabíais cuanto os costaría inspeccionar cada una de las pistas.

Cargando editor
13/05/2015, 17:17
Akiva

Akiva siguió al mul rogando en silencio por la oportunidad de poner a prueba la sangre fria de este cuando sus tripas se escurrieran entre los dedos y su propia piedad supusiera la diferencia entre la vida y la muerte. Sin embargo, al posar la vista en el pequeño Ukos se arrepintió completamente de sus iracundos pensamientos. La quemazon de las lagrimas a punto de aflorar sorprendieron a la muchacha, que bajó la vista rápidamente... Solo para reparar en sus manos, manchadas de polvo y sangre.

Entre dientes, con rabia, Akiva repitió para sí misma el nombre con el que el salvaje la habia bautizado... - Manos-que-curan. Manos-que.curan. Manos-que-curan.

El odioso timbre de la voz de Tretor sacó de su ensimismamiento a la joven sacerdotisa, que se secó las lagrimas con el mayor disimulo y prestó atención a la siguiente fase de su incursión. La perspectiva de evitar compartir espacio con el templario renegado contribuyó a animarla e, incluso, al aleteo de una tremula sonrisa en sus labios.

- Bien... Obsidiana y sacrificios... Maldita sea la sangre negra de Kalak... ¿Que pretende?

Akiva se tomó unos instantes para prepararse, mientras los silenciosos semi-gigantes les franqueaban el paso. Apresuradamente cruzó el umbral del ziggurat tras los pasos de sus compañeros, notando, con el corazón en un pulo como las puertas se cerraban tras de sí. Preocupada por estar encerrada en vida, la joven se movió para cerciorarse de que habia una salida.

Levemente aliviada al comprobar que todo estaba en orden, Akiva se volvió y alzó la vista, examinando el interior del misterioso recinto. Con cuidado, casi aleteando sobre el suelo desnudo, la joven tocó aquí y alla, cada vez más asqueada y preocupada. La ausencia de relieves, la presencia de aristas sin desbastar, la sensación eficacia y la total ausencia de ningún tipo de suavidad erizaban el cabello de la muchacha.

Hizó bailar sus bastones, alejando el recuerdo del fantasma del aterrorizado guardian de los misticos entre los arabescos de aire. La sequedad del ambiente la obligó a tragar con esfuerzo.

- ¿Que es esto?- Akiva habló en voz baja, parte por reverencia, parte por miedo.- Parece algún tipo de... cisterna... para acumular algo... Algo intangible...

Akiva sabía que la energia viva de Athas podía contenerse. En los cuerpos de los sacerdotes elementales. En las mentes de los psionicos. En los corazones de los guerreros y en las almas de los preservadores... "Y en las negras almas de los llamados profanadores."

De repente notó algo calido envolviendola desde dentro. Era una sensación extraña, un poco desagradable, pero bastante menos que lo que habia sentido en la sala de los psionicos durmientes. Despues de escuchar las advertencias del pequeño halfling, Akiva examinó con renovado interes los puntos que les indicaba.

- Quisiera investigar los niveles superiores... El destino de los esclavos...

Cargando editor
14/05/2015, 12:15
Kaireen

Kaireen cogió a los otros con una sonrisa, afectuosa pero fugaz. Estaba aliviada que todo hubiera salido bien, al menos hasta entonces.

-Golems de obsidiana… -a Kaireen aquella suposición se le antojaba improbable. Parecía una medida de seguridad improcedente dado lo que habían visto hasta ahora. Meneó la cabeza, pero no dijo nada más. Pronto lo averiguarían.

Devolvió la mirada de Tretor con silenciosa indiferencia. -Creo que todas las preguntas que podrías y querrías responder ya se han hecho -replicó serenamente, ignorando la burla del otro-. Esperemos que la suerte nos acompañe a todos.

Y sin más, le dio la espalda y penetró en el zigurat. Unos mimutos antes había estado nerviosa, pero de alguna forma ahora que estaban metidos de lleno en el asunto la tensión parecía haberse evaporado. Kaireen no se sorprendió al encontrarse un interior más utilitario que estético; después de todo, ¡no poca prisa tenía Kalak en terminar aquello como para desperdiciar tiempo en algo que sólo veían unos esclavos condenados!

Círculos de poder… absorción psiónica… y lo que quiera en lo que estuvieran trabajando los esclavos allá arriba. Kaireen estaba reflexionando, intentando extraer alguna pauta de todo aquello, cuando Akiva habló.

-¿Los esclavos? Es posible que puedan decirnos algo interesante, aunque no sepan exactamente en lo que están trabajando. Pero no sé si sería mi primera opción…

La maga se apoyó en su báculo, meditando por un momento,  intentando decidir cual de los dos imperativos que les acuciaban era más apremiante. Tiempo… ¡tenían una ventana de tiempo tan corta!... y prudencia… ¡no podían ser descubiertos! ¡Sería un desastre si lo fueran!

-¿Ukos, cuan lejos está el primero de esos puntos de absorción psiónica? ¿Más lejos que los esclavos, crees a juzgar por el sonido que nos llega?

La maga alzó la cabeza y pasó a explicar en voz alta sus reflexiones. -Escuchad, es cierto que tenemos mucha prisa, y en principio es tentador ir al punto más cercano… pero creo que yo actuaría mejor en función del orden en que sea más improbable que nos detecten. Por eso, si es posible por razones de tiempo, me gustaría dejar a los psiónicos en último lugar. ¡El riesgo con ellos es demasiado alto! Y una vez que uno esté alertado, podrá dar la alarma de forma instantánea. Con suerte estarán tan absortos en el Sendero que no advertirán nuestra presencia, pero… creo que son el punto más conflictivo, tanto por la sensibilidad natural de los psiónicos, como por la facilidad que tienen de dar la alarma. Lo cual es una lástima, porque sospecho que están haciendo algo muy importante…

Miró a Akiva y esbozó una sonrisa pesarosa. -Eres un alma sensible, Kiva  -dijo, dándole el apelativo cariñoso que usaba con ella cuando eran niñas en la casa Atrea-, y sé que te preocupan esos esclavos. Pero dudo mucho que podamos hacer nada por ellos sin arriesgar nuestra misión… y creo que ellos tampoco serían mi primera opción. Si el tiempo lo permite, yo optaría por indagar en esa dirección en segundo lugar. Los esclavos quizá puedan contarnos algo, pero no sé yo si será muy relevador… y cada persona con la que hablemos es un riesgo más para nosotros. Por no hablar de los celadores que los vigilen. Apuesto que tienen algún templario para azuzarlos y vigilarlos, o algo peor.

Kaireen suspiró levemente. -El centro. Yo iría al centro primero. Es importante, sé que lo es, y sospecho que sus guardianes no serán templarios ni psiónicos. Apuesto que Kalak no quiere que se acerque a él ninguno de sus subordinados. Tampoco espero que esté sin protección, así que no negaré que me da cierto temor esta aproximación, pero…

Se encogió de hombros. Todo tenía su riesgo. Y tenían que empezar por algún sitio, después de todo. Y el centro parecía un compromiso razonable equilibrando el riesgo y la información que podían obtener. Y el centro tenía la ventaja de que estaría en una posición más o menos equidistante de los otros dos puntos…

Cargando editor
16/05/2015, 15:50
Tandras Sul

El corpulento Tandras se reunió con el resto, tras demostrar sus capacidades de combate. Pero todo aquello había sido demasiado sencillo. No podía ser así siempre, por lo que esperaba que ahora llegase lo peor. 

Tretor dio las últimas indicaciones, y Tandras asintió con la cabeza, en silencio y escuchando. No tenía ninguna duda, ya que parecía que las dudas surgirían en el interior, del cual nadie solía salir. 

-Mi única duda es si hay posibilidad de salir con vida. Pero tengo asumido que el camino del guerrero ha de tener dicha duda muy presente en cada batalla. Estoy preparado para lo que tenga que venir -contestó con seguridad a Tretor.

El gladiador se internó en el zigurat, y comenzó a explorarlo junto a sus compañeros.

-¿Un círculo de poder? ¿De grandes dimensiones? Suena proporcional a lo que pretenda el hechicero. Si pudiera estrangularlo con mis propias manos... -dijo mostrando la tentadora idea de acabar con él personalmente- pero me temo que se guarda demasiados trucos sucios para que nadie llegue a hacerle eso jamás. Uno de esos sucios trucos ha de ser este círculo. Debe de ser muy importante, así que yo también iría al centro, para ver si lo podemos sabotear de alguna manera. Y más tarde, arriesgarnos a ir a por los focos psiónicos, si podemos. 

Tandras no sabía qué podía encontrar, pero si podía destruir algo importante, algo difícil de reemplazar de aquel lugar, quizá ganasen mucho tiempo. Los poderes psiónicos posiblemente eran fáciles de reemplazar para el tirano, y los esclavos... lo más prescindible.

-Akiva, la mayoría de la gente de aquí dentro está condenada, a menos que demos con la clave de todo esto. Maldice a Kalak todo lo que quieras, pero ayúdanos a desbaratar sus planes -respondió ante las dudas que surgieron en la sacerdotisa. Tenía un gran corazón, y por ello debía reaccionar y hacer algo que verdaderamente hiriese el proyecto del rey hechicero.

Cargando editor
18/05/2015, 09:22
Ukos

Mientras sus compañeros respondían a Tretor, describían el lugar e intentaban trazar un plan con el curso de acción a seguir, Ukos se encontraba como ido... atento a algo que solo el podía oir. Caminaba acuclillado de un lado a otro como intentando escuchar una suave melodía. Se paraba, se concentraba y volvía a caminar. Escuchaba, olfateaba, palpaba, saboreaba y miraba a ningún lado. Inquieto y curioso el halfling prestaba mucha atención a algo que parecía encontrarse mas allá de los sentidos convencionales.

-En centro, agujero tragar energía-de-mente. Yo creer que haber cuatro en esquinas de centro.- dijo a sus compañeros con las conclusiones que parecía haber sacado- ¿Por que haber Agujeros? Ukos no entender. -dijo entre gruñidos, frustrado por la torpeza de sus sentidos- Agujeros no personas, o no personas que Ukos ver en ayer. Ukos nunca ver Agujeros en ayer.- dijo a sus compañeros muy inquieto.-Ukos creer que Manada deber ir a ver Agujeros en centro. Agujeros beber energía-de-mente, si Manada y Tandras Sul mucho cerca de Agujeros, entonces nosotros debilitar. Ukos no poder frenar Agujeros siempre, ellos siempre tragar.

Acto seguido orientó su cuerpo hacia las zonas de succión de energía psíquica que había detectado con sus sentidos psiónicos, como si fuera un perro cazador indicando a su amo la dirección en la que había una presa. En la mente del halfling la seguridad de su Manada valía mas que cualquier retén de esclavos. Si dejaba a Manos-Que-Curan irse por su lado en busca de esos desdichados, la Manada perdería otro miembro.

-Esclavos ir luego, Agujeros importante, ellos siempre tragar- repitió con voz funesta.

Cargando editor
19/05/2015, 15:25
Akiva

La joven sacerdotisa aguardó en silencio a que sus compañeros expusieran sus puntos de vista, consciente de que los esclavos no eran la prioridad de aquella misión. La frialdad con las que Aghar había acabado con aquel guardia asustado y la había reprendido atenzaban el alma de la joven con una presa ensangrentada.

Aceptó la sentencia del gladiador con una serenidad que la sorprendió incluso a ella misma, a pesar de que en ese momento deseaba morirse.

Lanzó una mirada temerosa hacia la oscuridad del extraño conjunto de circulos que animaba sus temores y los de sus camaradas de armas.

- De acuerdo.- Susurró Akiva.- Si es lo que hay que hacer, hagamoslo cuanto antes... Os ayudaré con todo lo que tengo.

La muchacha afianzó su presa sobre los mangos de su bastón mientras pronunciaba aquella sentencia y esperaba instrucciones para dar el siguiente paso.

Cargando editor
19/05/2015, 17:53
Director

 Había habido cierta controversia, incluso un atisbo de discusión, pero el tiempo corría en vuestra contra y no permitisteis que fuese a más. Finalmente elegisteis la opción de Kaireen y Tandras sin saber que os encontraríais allí, pero con la certeza de que teníais que decidir ya a cual de los otros sitios iríais luego. Si es que os quedaba tiempo. Si es que seguíais con vida.

 

El camino hacía el centro se dividía en tramos largos que se curvaban en una especie de espiral descendente. Las paredes se veían cruzadas regularmente por pequeños pasos, como si fuesen respiraderos pero que tan solo conectaban unos túneles con otros. Kaireen había dicho que más parecía un sistema de drenaje ¿Pero drenaje de que?

 

De repente, sin transición previa el pasillo paso de ser basta piedra sin pulir a una obra de arte deslumbrante. Las paredes estaban totalmente cubiertas de obsidiana que de alguna forma se había pulido sin quebrarse. Entre aquella brillante oscuridad destacaban pequeños brillos que reflejaban vuestras luces, pequeños fragmentos de cristal que parecían agruparse, como las estrellas, en constelaciones. Y finalmente estaban las filas de glifos y runas en la parte superior e inferior de la pared cuyo brillo dorado no dejaba lugar a dudas, aquello era oro. Entrar en ese pasillo resultaba sobrecogedor, y no solo por la belleza artística que poseía, ni por lo exorbitante del coste de los materiales allí empleados, ni tan siquiera por que caminar por él parecía como volar por el cielo nocturno. No, allí había algo había algo más que lujo, belleza y misterio.

Los sentidos de todos aquellos con poderes de algún tipo lo registraron nada más poner un pie en aquel pasillo, como si algo contuviese esa emanación de salir más allá. Allí había poder, tanto psiónico como mágico y espiritual. Allí se estaba concentrando una gran cantidad de poder en bruto que sin duda era para lo que se habían diseñado los “desagües” y los pasillos. Todo el zigurat parecía ser un gigantesco sumidero y este era su fondo. O más bien, conducía hasta su fondo.

Seguisteis avanzando, más lentamente, con precaución y miedo. A medida que penetrabais en el pasillo hacia la sala central la cantidad de poder allí almacenada se hacía más tangible, vuestros cabellos se ponían de punta y sentíais que se os tapaban los oídos, la temperatura descendía abruptamente y unos susurros os acechaban tanto desde el limite de vuestra visión como desde dentro de vuestras cabezas. Y entonces llegasteis y lo visteis. El centro del zigurat.

La sala central era grande y de forma completamente esférica. Los pasadizos (cuatro pasadizos uno en cada punto cardinal principal, seguramente para cumplir la función de canalizadores) desembocaban en la parte inferior de la esfera, la superficie interior de la cual estaba totalmente cubierta por cristal de roca de un color blanco dorado de gran pureza. Y flotando en aquella prístina sala, destacando como secas gotas de sangre sobre la sal, dos docenas y medía de orbes de obsidiana. Al principio os parecieron simples esferas pues los detalles se perdían en su negrura, pero cuando pudisteis fijaros mejor visteis que cada esfera, de un metro de radio, estaba labrada con una enorme cantidad de glifos y runas de diverso orden. Las habían de grandes, ocupando casi toda una cara y de otras que apenas parecían unos arabescos insertadas entre otras runas mayores.

Aquellas esferas eran algo completamente distinto de lo que habíais visto hasta ahora. Las esferas estaban repletas de energía, pero era una tipo de energía diferente a las que las rodeaban. Parecía como si toda la energía, fuese mágica, espiritual o psiónica que entrase en contacto con ellas se transformaba en... algo distinto.

Notas de juego

Os llevó unos 5 minutos llegar hasta la encrucijada y otros cinco llegar al centro. Ahora tenéis que decidir si queréis profundizar en los detalles de lo que hay aquí (investigar vamos) o aclararlo más adelante e ir a la siguiente localización (que os costaría cinco minutos de volver a la encrucijada y lo que cuesta llegar a esa segunda localización. Acordaos que Tretor os dijo que como poco tendríais media hora, así que será elección vuestra lo que decidís estirar el margen de seguridad (vamos que vayais hablando ya de ello).

Cargando editor
19/05/2015, 17:55
Director

Notas de juego

Kaireen se siente inflamada de energía mágica con tan solo acercarse al centro. Es como si ahi se concentrasen docenas de tupidos jardines (por la energia que hay disponible), funciona tan bien que cada conjuro memorizado puedes lanzarlo dos veces mientras estes en el pasillo.

Con el detectar magia puedes ver que todo desprende energía mágica en bruto (y que cada pedazo de obsidiana, cristal y oro esta encantado aunque no puedes decir exactamente como por que hay multitud de auras relacionadas). Tambien puedes ver que las esferas "vibran" de una determinada manera todas a una (con esto me refiero a que es como si todas las esferas fuesen un ser y fuesen el mismo ser, aunque no estan vivas ni nada por el estilo, mas bien es como si estuviesen sintonizadas con alguien).

Cargando editor
19/05/2015, 18:00
Director

Notas de juego

Akiva siente de forma innata la presencia espiritual que hay ahí. Pero dirías que mas que espíritus lo que ahí hay son los restos de estos. Como si el zigurat digiriese los espiritus de los muertos hasta dejarlos sin energia y esta se concentrase aqui. Es una sensacion rara (no sabes como lo sabes) pero dirias que no te equivocas.

Cargando editor
19/05/2015, 18:02
Director

Notas de juego

Tras un poco de estudio (concentración y poco más), Ukos puede decir que la energía psiónica que hay en el centro es energía pura, como si fuese la que un psiónico le pasaría a otro. Tu dirías que bien puede ser cosa de lo que esta absorbiendo puntos psiónicos y energía mental dentro del zigurat (es decir que algo la absorbe y la purifica antes de dejarla "caer" en el centro).

Cargando editor
21/05/2015, 17:11
Kaireen

Kaireen escuchó a Ukos y se frotó la frente, intentando tomar una decisión rápida. -¿No hay psiónicos? Oh, eso cambia un poco mis prioridades; lo que más temía es que uno de los psiónicos nos detectara y diera la alarma. De todas formas creo que esos puntos siguen sin ser mi primera opción. Temo que cuanto más nos acerquemos a ellos, más absorba nuestras energías… sobre todo las tuyas, Ukos, y te necesitamos… si te agotan al principio puede sernos catastrófico…

Rozó levemente el brazo de Akiva, en señal de ánimo y al mismo tiempo de agradecimiento, aunque no perdió más tiempo, tomó el camino que creía que conducía al centro del círculo de poder a buen paso, casi corriendo. Tenían tan poco tiempo… Kaireen no se atrevía a desperdiciar aliento hablando siquiera; aunque también estaba el que estaba confundida y le picaba la curiosidad. No acaba de entender el diseño de aquel lugar, y eso le molestaba. Había algo que se le escapaba… ¿para qué demonios se necesitaba un sistema de drenaje allí?

Pero cuando entraron en aquel pasillo, la joven se paró en seco.

-Oh -la exclamación surgió de sus labios espontánea, inconscientemente, y no estaba motivada por la belleza ni la riqueza que tenía ante sus ojos, ni siquiera por el misterio que implicaba. Kaireen giró la cabeza, examinando el lugar, casi esperando verse rodeada de una selva exuberante. No había tal, por supuesto, pero el poder concentrado en aquel lugar no podía menos que hacerle esperar tal cosa. Suspiró, olvidado por un solo momento la urgencia de la misión, el corto espacio de tiempo del que disponían. Alargó la mano, flexionando los dedos en el gesto que atraía la energía vital. Kaireen volvió a suspirar, maravillada ante el influjo que acudió a ella. Sentía la magia arder en su sangre, vigorizada por aquel torrente de poder derramado sobre ella. Por primera vez en su vida, no necesitaba medir el flujo que llegaba a ella, preocuparse por cortarlo antes de que causara daños, temer que no hubiera suficiente para energizar sus conjuros. Kaireen se imaginó nadando en un océano invisible, embebida y rodeada de aquella savia intangible.

-Esto es increíble… -dijo en voz baja, aun maravillada.

Sacudió la cabeza, forzándose a concentrarse. Tiempo, no tenían tiempo, ni siquiera para regocijarse en aquella sensación durante unos minutos. Lástima… Kaireen volvió a suspirar, esta vez de resignación, mientras focalizaba su atención en el peliagudo asunto de conseguir la mayor cantidad de información en el menor tiempo posible. Al menos, ahora quedaba más claro el trazado que anteriormente le había desconcertado…

-Sigamos -dijo en voz baja, y siguiendo su propia sugerencia, caminó hacia delante, ansiosa por ver el final del pasillo. Si ya sentía aquello allí, ¿cómo sería en el puro centro…?

Increíble, es increíble… Kaireen se paró en el umbral de la sala, reacia a entrar en ella, temerosa de activar algo. Por un momento, se contentó con un mero análisis visual, intentando captar cada detalle, grabando en su memoria todo lo que podía abarcar. A pesar de la embriagadora sensación de poder que la embargaba, se sintió muy humilde e ignorante. Aquello sin duda era obra de alguien que la superaba en tanto que no podía ni llegar a imaginarlo. Por cuarta vez, la maga volvió a suspirar, esta vez de envidia y anticipación. Oh, cuanto le gustaría poder dedicarle tiempo a aquel lugar, aprender sus secretos…

Pero no podía ser, así que lo memorizó todo y se consoló pensando que Grim y otros miembros de la Alianza y la Tercera Vía podrían deducir algo más a partir de todo aquello. Cuanto más les cuente, más posibilidades de que saquen algo útil…

Kaireen curvó los dedos, atrayendo energía, y sus manos relumbraron con un leve fulgor verde. Trazó las runas en el aire, liberando el conjuro, que surgió de ella con una facilidad hasta ahora desconocida… y, una vez más, suspiró. La magia había ardido en su sangre, como siempre, mientras tejía el hechizo. Pero, en vez de titilar y apagarse una vez liberado éste, seguía chispeando y bullendo en su interior. Kaireen aun sentía el peso intangible, indescriptible, del patrón memorizado descansando en algún lugar de su mente. No se había desvanecido, dejando tras de sí una sombra y la confusa sensación de haber olvidado algo que era demasiado precioso para expresarlo con palabras…

-Agua bendita -murmuró, pensando que las maravillas nunca acababan. Y giró la cabeza, examinándolo todo con sus sentidos aumentados por la magia-. ¡Cáscaras! Todo reluce. Todo está encantado. Cada pedazo de obsidiana, cada diminuto cristal, todas y cada una de esas filigranas áureas, las esferas, el techo, el suelo, las paredes… todo está impregnado de magia. Y las auras son tantas, forman un patrón tan complejo, tan intrincado y entremezclado, que no logro ni imaginar una función general…

Se quedó mirando un momento más largo las esferas de obsidiana, intrigada con su diseño, fascinada por la forma en que la magia fluía por ellas. Eran algo tan complejo, y había tantas… Kaireen señaló a las más cercanas con un dedo tembloroso. -Hay muchas, ¿verdad? Pero lo más curioso es que todas vibran al unísono… creo que todas ellas están conectadas… entre sí, y con alguien. Supongo que no me equivoco si sospecho que ese alguien con el que están sintonizadas es el mismo rey hechicero…

Meneó la cabeza. -Me da miedo entrar ahí dentro… pero creo que quizá podríamos aprender un poco más sobre este lugar… si al menos encontráramos alguna debilidad, un punto que nuestros aliados puedan explotar… -suspiró, esta vez de pura frustración. La maga tenía la sensación de que había suspirado más en los últimos minutos que en toda su vida-. Pero tampoco deberíamos perder demasiado tiempo aquí. Quizá los puntos de absorción psiónica sean explotables… o los esclavos puedan contarnos algo más… si no les permiten salir con vida de aquí debe ser porque algo han visto… o eso espero. Oh, no sé, estoy dividida. ¿Qué opináis?

"No creo que nos dé tiempo a investigar las tres posibilidades, aun cuando salgamos corriendo de aquí", pensó Kaireen, y el amargo sabor de la frustración era incluso más intenso que el dulce néctar de toda la magia que la rodeaba.

Cargando editor
24/05/2015, 13:05
Ukos

Ukos se hallaba completamente perdido en aquella superestructura. El primitivo halfling no estaba acostumbrado a las construcciones humanas, y ya había tenido problemas dentro de las minas, por lo que este laberinto de pasillos lo confundía. Se dejaba guiar y poco más. Cuando llegaron a los pasillos de obsidiana, perdió el sentido del tiempo durante un momento, aquello era increible, jamás pensó que un ser vivo pudiera hacer algo tan espectacular. Intento tocar alguna de las filigranas de oro e incluso morderla, ya que era la primera vez que veía este metal (los metales en general le resultaban bastante ajenos).

-¿Como atrapar luz de fuego en piedra?- preguntó, en un intento de explicación del color dorado del oro, a sus compañeros mientras avanzaban hacia el centro- ¿Ser magia?

La visión se le descuadró y se mareó un poco cuando llegaron al centro del lugar. Aquella habitación le resultaba demasiado alienígena y las energías que allí confluían le nublaban los sentidos, sólo su férrea voluntad lo mantuvo con la cabeza en su sitio.

-Esta cueva traer energía de mente del resto Agujeros, energía de mente pura. Algo limpiar antes de dejar aquí, puede que Agujeros o algo en mitad de camino- Dijo con voz vacilante, no sabía el propósito de todo aquello pero la cantidad de energía allí reunida era tal, que considerarla peligrosa sería quedarse corto.- Si no aprender mas aquí, Manada y Tandras deber salir, mirar otro sitio, Agujeros mejor que esclavos. Esclavos estar bajo efecto de Agujeros, poco tener en mente si pasar algunos días aquí.

Cargando editor
28/05/2015, 00:30
Tandras Sul

Los pasillos seguían siendo algo que llamaba la atención por su disposición práctica. Si solo servían para canalizar algo, los pasillos no debían de tener nada importante, salvo su forma y existencia. Pese a ello, el mediano comenzó a mordisquear las paredes.

-Creo que te puedes dejar los dientes intentando morder la piedra –dijo con un tono de leve humor, ante aquella reacción que se le antojó cuanto menos, rara-. Pero no, no debería ser magia. Hay metales que brillan así, solo que es muy raro encontrarlos. No me extraña que la mayoría de esos materiales preciosos estén en posesión de unos pocos privilegiados.

Tandras explicó rápidamente que aquello no tenía nada de especial, pero luego se le cambió la cara con la habitación de las esferas. Aquello sí que parecía ser extremadamente inusual. El ambiente le resultaba extraño, pero sobre todo, se asustó al ver la primera reacción de la maga. ¿Aquella magia la había atrapado?

Luego se tranquilizó al ver que reaccionaba normalmente.

-Kaireen, si este lugar es tan importante, quizá pudieras estudiarlo un poco, aprender algo de él. Yo creo que debe ser realmente importante. Y si ukos no tiene esperanza de que los esclavos mantengan sus energías mentales intactas… quizá sea interesante mirar también esos agujeros.

El guerrero no entendía muy bien aquellos temas, pero parecía que era lo más razonable en aquel momento, en aquel lugar. Quizá no llegasen a descubrir la verdadera clave de lo que allí se encontraba, pero cuantos más datos pudieran recopilar, mejor. 

Cargando editor
01/06/2015, 18:30
Director

Decidisteis dedicar algo de vuestro cada vez más exiguo tiempo a tratar de sacar algo más en claro de lo que parecía el centro del zigurat en más sentidos que el puramente físico. Tan solo unos minutos, no podíais permitiros más. Pero incluso en ese exiguo plazo averiguasteis más cosas sobre aquel lugar, y ninguna auguraba nada bueno.

Lo primero era que algo en aquella esfera mantenía la energía concentrada dentro, pero una vez alguien entraba esta comenzaba a filtrarse. En el caso de un mago suponía una saturación de poder que pronto se volvía peligrosa, mientras que para los no magos era directamente como inyectar fuego liquido por los poros. Ni que decir tiene que el “buceo” en aquel estanque termino rápido.

Lo segundo os lo proporcionó el estudio de las esferas. Entre Kaireen y Ukos desentrañaron que aquellas esferas parecían absorber la energía como esponjas, y dado los enlaces psiónicos que había en ellas era plausible pensar que eran algún tipo de filtro que permitiría a su creador absorber esa energía de forma más controlada.

Todo aquello resultaba fascinante, al menos para Ukos y Kaireen, al resto os parecía más bien espeluznante. Pero no teníais más tiempo si queríais revisar los drenajes sin retrasaros demasiado.

En esta ocasión fuisteis más rápidos, ya conocíais el camino, y olvidasteis parte de la cautela al ver que, de momento, el zigurat estaba muerto. Aunque para muerto el cadáver con que tropezó Tandras y por culpa del cual casi se rompe la cabeza. Y parecía que tenía compañía.

Media docena de giths yacían descuajaringados por el suelo, con los huesos rotos y aplastados, y la carne rasgada por los mismos. Sin duda una muerte natural muy dolorosa. Y un vistazo más de cerca reveló lo que parecía un nudillo de obsidiana del tamaño de la cabeza de Ukos. Al final parecía que hasta iba a ser cierto lo de los golems de obsidiana.

Notas de juego

Bueno turno sencillo para pillar el ritmo de nuevo. Lleváis al final del turno casi 20 minutos en el zigurat. Los cadáveres los encontráis tras volver a la encrucijada y comenzar a internaros en un pasillo que debe llevar hacía el drenaje más cercano. Venga a ver si puedo poner el siguiente turno antes del finde. De este digo xD

Cargando editor
05/06/2015, 14:28
Akiva

Akiva se sentia cada vez peor. Si su pequeña excursión nocturna a la mina de hierro habia sido mala y confusa, esta expedición estaba resultando agotadora mental y espiritualmente.

Si bien comprendia la importancia de los conocimientos que estaban acumulando Kaireen y Ukos, esa era la misión, pero la tensión a la que el ambiente estaba sometiendo a la sacerdotisa. Ni las miradas del traicionero Tretos habian causado tanto desasosiego en el alma de la joven ex-esclava.

La sensación de desolación y de muerte de las entrañas del zigurat alteraba a Akiva que, sin embargo, trataba de encontrar un sentido a todo aquello.

"¿Porque destruir la esencia vital de los espiritus? No tiene sentido... Un espiritú puede existir muchos años, ganado fuerza y poder... Como un esclavo alimentado con regularidad, que puede trabajar durante años, siempre que no se le agote innecesariamente."

Ese pensamiento hizo que Akiva se sintiese asqueada de si misma y ruborizada por la verguenza. Tras un instante de duda, su rostro se le iluminó, repentinamente sorprendida por una idea...

"Esencia. Vida..."- Akiva musitó en voz baja. "Eso es lo que pretende Kalak... Escapar del ciclo de la vida... Evadir la muerte... La eternidad... La inmortalidad... Oh... Agua bendita..."

La perspectiva de los hijos de los hijos de sus hijos viviesen bajo el yugo de Kalak y la sombra del Ziggurat para la eternidad hizó que Akiva se echase a temblar, de modo que la orden de abandonar la estancia fue recibida como agua de mayo por la cleriga.

Corriendo como en un sueño, casi arrolló el cadaver con el que habia tropezado Tandras, arañandose las palmas de las manos contra las paredes de obsidiana en un intento de evitar caer. Con paso lento, cuidadoso, se acercó al lugar donde descansaban los restos mortales de un grupo de giths masacrados. La presencia de un puño de roca tallado en obsidiana tuvo un efecto curioso en la psique de la joven. Confirmaba la presencia de los temibles custodios y, a la vez, abria la esperanza de causarles daño...

Instintivamente aferró sus bastones, lista para defenderse, mientras recordaba que podia usar para luchar contra los virtualmente invisibles guardianes y como podia descubirlos antes de que asestasen sus golpes mortales...

Notas de juego

Dioses, lo que me ha costado...

Cargando editor
06/06/2015, 19:17
Ukos

A Ukos el resultaba sorprendente la creacion de las esferas pero le resultaba extraordinaria la función que cumplían. Había visto a su Madre realizar proezas increíbles, pero la criatura que había creado aquellas esferas tenía que superarla bastante en poder y habilidad magica y psiónica. Casi entendía que un ser con un poder como ese rigiera una ciudad como aquella de la manera que le vinera en gana.

Pese a que estaba absorto en las esferas, sus compañeros lo apremiaron para seguir, y se recordó que aun había una misión que cumplir... y quizás nuevas maravillas como esa dispuestas a ser descubiertas. Sin embargo a medida que se acercaban, se hizo notable que estas no iban a estar desprotegidas.

-Peligro cerca, tener cuidado- alertó a los otros miembros del grupo mientras intentaba acercase sigilosamente a la puerta a la que los gith habían intentado internarse

Cargando editor
08/06/2015, 21:56
Kaireen

Kaireen abandonó la sala no sin cierto sentimiento de frustración. Ah, le hubiera gustado tanto analizarlo todo con calma… y ni siquiera estaba segura de que tuvieran suficientes datos para que los más eruditos de la Tercera Vía sacasen algo en claro de aquello, o al menos, algo de utilidad. Esperaba que así fuera.

Pensaba en ello cuando tropezaron con los cuerpos. Automáticamente se precipitó hacia delante, sujetando al gladiador que casi cae de bruces.

-Cuidado, fortachón. Te necesitamos entero. Deja un poco para lo que quiera que haya hecho esto.

Miró con preocupación hacia delante. Apenas tenían algo más de diez minutos, ¡no les daba tiempo a una lucha!

-Tenemos muy poco tiempo, tenemos que hacerlo todo muy rápido. Y no pienso luchar contra golems de obsidiana, aunque sigo pensando que es otra cosa… me parece desperdiciar un guardián demasiado caro, teniendo en cuenta los pocos que entran aquí -dijo Kaireen, tensa-. Me arrepiento de haber empleado algo más de tiempo en explorar la sala central. No hemos averiguado apenas nada más y el tiempo que hemos perdido nos pasa factura. ¿No creéis que es mejor renunciar e ir ya a la salida? No sé si nos va a dar tiempo en diez minutos…

Pero suspiró, y se rectificó a sí misma: -Bueno, intentémoslo... Pero vayamos con cautela. Sin perder tiempo, pero con precaución. Que Arkleris vaya delante, escondiéndose, veremos si podemos evitar luchas... Ukos, ¿puedes decirnos si hay alguna mente ahí delante?

Kaireen se arrancó una pestaña, no sin hacer una mueca por el instante de dolor, y sacó una masa pegajosa de uno de los numerosos bolsillitos que tenía ocultos aquella túnica de extraña confección extranjera, tras lo cual se apresuró a incrustar en ella la pestaña. La maga curvó la mano hacia el suelo, por la mera fuerza de la costumbre, aunque se dio cuenta de que allí, en aquel lugar diseñado para canalizar energía mágica, aquello no era necesario. Con un titubeo, modificó el gestó, atrayendo energía de las paredes y finalmente trazó en el aire los gestos prescritos. -Batin dari penglihatan, tak'kelihatan -murmuró ante Arkleris, y finalizó la invocación poniendo la mano en su brazo, que tornó invisible, como todo su cuerpo.

La joven asintió con la cabeza, satisfecha. Oculto a la vista, invisible, había dicho en el lenguaje de la magia, y eso era precisamente lo que necesitaban. -Iremos detrás de ti, dándote algo de distancia… infórmanos si hay algún peligro… procuremos evitar enfrentamientos u obstáculos que nos roben tiempo… -instruyó la maga al desconcertado explorador-. ¡No ataques! O se desvanecerá el conjuro. Sé silencioso, no pueden verte, pero pueden oírte… Ukos, ¿qué piensas de un enlace mental con él?

Kaireen empujó al cuerpo invisible, instándole a ponerse en movimiento. Aun mientras daba aquellas advertencias, y apremiaba a Arkleris a adelantarse, pues no podían desperdiciar ni un minuto, se hacía preguntas.

-Me gustaría saber qué hacen aquí esos giths. No creo que Kalak los haya traído al zigurat. Si son intrusos como nosotros... ¿nuestro amigo el renegado cosa-rara está también intentando obtener información u algo de aquí? Es algo qué da en qué pensar... -mientras Arkleris se adelantaba, Kaireen registró los cuerpos rápidamente.

Cargando editor
09/06/2015, 00:41
Tandras Sul

Tandras preguntaba sobre aquellas esferas. No entendía de magia, un poquito sí de los poderes de la mente, pero no de magia. Aunque las explicaciones no parecían aclararle gran cosa dado a su falta de conocimientos al respecto.

Luego, cuando la clériga lo simplificó, entendió que aquello podía ser perfectamente una máquina de absorción vital, tal y como temían por aquellos pasillos canalizadores.

-Se quiere burlar de la muerte, sacrificando a otros. ¿Acaso ese es el alimento que utiliza el rey? –evitó pronunciar su nombre, como si no fuese apropiado hacerlo en aquel lugar-. Ahora entiendo por qué los esclavos son tan importantes en esta sociedad; quizá no solo sea por la nobleza, y el orden que se ha establecido sea el que más le conviene. ¿Acaso un corral de esclavos podría oponerse a una orden del rey?

Toda teoría sobre los reyes hechiceros, parecía posible, por muy extraña que pareciese, aunque lo de que la esclavitud les salía a cuenta era una realidad. Pero con una construcción como aquella, el orden social parecía tomar otro rumbo. ¿Esclavos como combustible o comida?

-Si pudiera, separaría la cabeza del cuerpo de ese malnacido rey ahora mismo –escupió las palabras con rabia y como si del siseo de una serpiente se tratase-. Y encima el contacto con esas esferas debilita. ¿Cómo sabotear magia poderosa? Al menos, no nos precipitemos, y guardemos la información, y nuestras vidas –dijo apremiando al resto; ya habían permanecido bastante tiempo en aquella sala, y no parecía que fueran a sacar nada más en claro.

Todo el grupo era consciente de que no les quedaba demasiado tiempo, así que, aceleraron el paso. Y con ello, Tandras casi se abre la cabeza al tropezar con un cadáver, de no ser por la estrechez del pasillo, y por la maga que intentó sujetarlo. Claro que hizo fuerza contra las paredes para intentar no caer al suelo, entorpecer la marcha, y tirar a la maga; no creía que tuviese suficiente fuerza para sostener su peso. Sonrió a Kaireen por aquel intento de ayuda, aunque la sonrisa fue breve en cuanto las preocupaciones afloraron en su cabeza.

-Genial, además de ser un método para absorber, este lugar también puede triturar a la gente –dijo observando el puño tallado, y a los numerósos cadáveres de giths-. ¿Será por eso que están estos cadáveres aquí? ¿Este lugar podría ser una trampa para todo el que intente entrar? ¿El rey hechicero, acaso sacrifica esclavos de esta manera? Sea un sistema de defensa o de recopilación de cadáveres, significa que esos posibles golems realizarán paseos por los pasillos, para machacar toda presencia de seres vivos –nunca había visto un golem, pero siendo criaturas no vivas, perfectamente podrían cumplir allí la tarea de recolección y troceado de ingredientes…

-Más vale que nos demos prisa, y que evitemos a esos golems mágicos. No quiero tener que enfrentarme contra algo que posiblemente no sangre; a saber si realmente tiene algún punto débil una de esas criaturas.

El guerrero, aprobó la magia que ocultaría al explorador, como extremadamente útil en aquella situación. Quizá solo habían tenido suerte, y podrían encontrarse con uno de esos golems en cualquier momento. Quizá los esclavos nunca salían de aquí, porque eran simple combustible. Quizá, no volviese a ver el sol, si se topaba con una de esas criaturas mágicas…

Cargando editor
09/06/2015, 11:01
Kaireen

-El rey-hechicero ha vivido más de lo que nuestros abuelos pueden recordar. Diría que hace tiempo que descubrió cómo alargar su vida. ¿Para qué tantas prisas ahora construyendo esta monstruosidad de zigurat? -objetó Kaireen a las especulaciones de los otros, mientras registraba los cuerpos. Pero se encogió de hombros-. Claro está que ninguna magia es eterna. Quizá necesite algo nuevo, si lo antiguo ya no le funciona.

Cargando editor
10/06/2015, 18:11
Director

Tyr en el 189º era del rey en el año del Desierto Adormecido, 39 días después del sol bajo.

Arkleris, con su habitual estoicismo, no dijo nada cuando la maga lo hizo “desaparecer”, aunque os imaginabais el susto que le habría dado al supersticioso explorador. A vosotros por lo menos os lo había dado, era la primera vez que la maga mostraba tan a las claras sus brujerías. Y aunque confiabais en ella el temor a la magia era algo muy arraigado en todas las culturas de Athas. Pero este no era el momento para andarse con melindres y chiquitas. Sobretodo tras las alianzas que habíais tenido que hacer para asegurar la entrada a esta desquiciada obra de ingeniería.

Os fuisteis internando en el pasillo que conducía hacía el drenaje más cercano y por el que al parecer discurría la batalla. Arkleris os iba dejando unos pequeños huesecillos a modo de señal de que podíais seguir. Aun así aquella penetrante oscuridad, el peso de toda aquella estructura y su función, y los sonidos de batalla ya audibles aunque atenuados a pesar de que deberían reverberar por toda la estructura hacían que tuvieseis los nervios a flor de piel.

Llegado un momento tuvisteis que pararos ya que llegasteis a una esquina y no había ni rastro de la señal de Arkleris. Cuando ya habían pasado más de cinco minutos de espera y estabais dispuestos a ir a buscarlo el explorador anunció su llegada.

- Vayámonos, rápido.- Masculló el invisible explorador jadeando y con un terror palpable en su voz.

Resultó obvio para todos que el explorador había vuelto a correr después de ello, si no por sus tenues pasos desde luego si por el “¡Vamos!” con que os apremio a doce metros ya de donde estabais. La desquiciada carrera subsiguiente duró hasta casi la salida, donde la curiosidad de Kaireen pareció alcanzar su masa crítica.

- ¡Basta!- Dijo la joven maga cancelando la invisibilidad de Arkleris con un gesto y con bastante poco resuello.- Arkleris ¿Que es lo que pasaba? ¿Que has visto?

No estaba del todo claro si la maga quería satisfacer su curiosidad, averiguar si ocurría algo de lo que pudiesen sacar información o si solo quería recuperar el resuello. Aunque ninguno os quejasteis, cualquiera de esas opciones os parecía buena.

 

EL RELATO DE ARKLERIS

 

Al principio solo vi cuerpos y cascotes por todos lados. Allí había habido una pelea tremenda, docenas de giths y un par de enormes estatuas de obsidiana rotas cubrían el suelo junto con fragmentos de los muros. Un agujero en el suelo, el origen de estos últimos, también indicaba como los primeros habían llegado allí.

El semielfo había conseguido ver todo esto por la fantasmagórica luz que producía una especie de inmaterial tornado caleidoscópico que había al final del pasillo, en una sala cilíndrica. Y gracias a esa luz pudo verlos a ambos.

Al principio parecía que ambos combatían con esas espadas de metal pulido, deslumbrante bajo el sol, que usaban algunos gladiadores importantes. Pero pronto se dio cuenta de que allí no había sol, y que aquello no eran ni siquiera espadas. No, aquellos dos combatían con fuego y rayos como si fuesen simples piedras que lanzarse el uno a la cabeza del otro. Arkleris reconoció con cierta vergüenza que estuvo casi un minuto entero mirando anonadado aquel espectáculo antes de serenarse y recolocarse para poder ver mejor.

El primero de los tipos vestía al modo de los exploradores mercenarios. Una capa marrón, más oscura por un lado que por otro y un peto-pantalón de cuero con acolchado de lino. Pero sus pálidos pies estaban desnudos, descarnados y no cesaban de sangrar un liquido que parecían sombras liquidas y que desaparecía en el suelo al cabo de unos instantes. Arkleris había visto en una ocasión a un viajero que se perdió en un desierto de sal y tenía el mismo aspecto que ese ser, totalmente reseco y momificado, pero incorrupto por lo demás. Pero lo peor eran sus ojos. Dos pozos negros de los que manaba más sombra liquida, chorreando por su rostro hasta caer en el suelo. Y aun así uno sentía una mirada ardiente dentro de aquellos dos pozos, como si una voluntad terrible habitase en ellos.

El otro parecía una cadáver secado al sol durante años. No tenía más que huesos y parte del pellejo reseco, y ni siquiera se molestaba en ir vestido. Tan solo portaba un medallón de placas de orco con incrustaciones de ónices con pinta de pesar más que algunas armaduras y un cetro de cristal que parecía reflejar la luz del sol, a pesar de estar bajo piedra. Y una cosa más, tres tatuajes que se veían claros como recién hechos en el pellejo reseco. Eran el emblema del rey hechicero, uno sobre el corazón y otro en la frente.

La criatura que parecía más vieja acabó tomando ventaja, parecía más poderoso y más experta en lanzar rayos y truenos (en palabras del propio explorador). Pero entonces el sombrío desenfundo una espada de hueso y se desató un infierno aullante, como si aquel gesto hubiese desatado una legión de espectros.

Ese fue el momento en que el explorador decidió que la velocidad era la mejor parte del valor. Y ninguno pudisteis culparlo. Es más, no se sabe si por el descanso, lo inspirador de la narración o por ese final tan poco halagüeño habíais recuperado las fuerzas y hasta ciertas ganas de correr.

Pero las malas noticias no aguardaban tan solo dentro del zigurat. En la salida nadie respondió a vuestras llamadas para que abriesen, pero por suerte las puertas seguían destrabadas y con un gran esfuerzo conseguisteis entreabrir una de las jambas para poder salir por una estrecha hendidura. Y el espectáculo que os aguardaba fuera os hizo perder el poco aliento que aun os quedaba.

La simulación de rebelión de Tretor había resultado tremendamente convincente. A juzgar por las columnas de humo y el rumor, no muy cercano, de batalla al menos media ciudad debía de haber tomado las armas. Y como ensayo a menos escala de lo que sucedía en la ciudad frente a vosotros se extendía el tapiz de una matanza. Docenas de cuerpos, templarios, guardias, gladiadores, esclavos... destacaba un cuerpo con ropas negras y guanteletes metálicos que había caído rodeado de templarios soldado que habían dado la vida por él. Un canciller. Uno de los tres templarios de más confianza del rey hechicero, y de los más poderosos. Junto a él podíais ver a un apenas reconocible Aghar, que parece había asestado el golpe final aun a pesar de estar totalmente cubierto de heridas terribles.

Y sabiendo lo que buscabais comenzasteis a hacer un macabro censo. Allí estaban todos los mercenarios de Aghar y los hombres de Tretor. Tan solo faltaban Asha y...

Notas de juego

Esperad que aun falta algo.