Partida Rol por web

La Tierra Prometida

II. En Compañía de Ladrones

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23/10/2019, 01:03
Narrador

OTOÑO, 19

PIE DE LAS MONTAÑAS

La caravana abandona el campamento, rumbo al norte. Abandonando por fin el embrollo de tiendas cubierto en lodo que conformaba el Fangal, junto con él también se quedaban todas las ataduras que mantenían unidos a los corazones de los viajeros con la perdida tierra de Alberetor.

Muchos son los que se envalentonaron lo suficiente como para viajar con Argasto. Media docena de carruajes y otra media docena de carromatos junto con las veinticinco almas que los guiaban y protegían, para ser exactos. La mayoría era conformada por los propios trabajadores de Argasto, mientras que también viajaban un par de familias rescatadas en el Fangal por el patrón. Los viajeros hacían alianzas con los conductores de carromatos para que estos les permitieran un pequeño espacio donde sentarse, aunque lo normal era ir a pie e irse turnando. El amanecer había hecho presencia pasadas las horas de viaje en la oscuridad y el sol brillaba a través de un cristalino cielo azul, como si el propio Prios hubiera escuchado las oraciones de los viajeros suplicándole que les bendijera con buen tiempo. Telk os había dejado un lugar en el carro para que os pudierais sentar sobre gruesos cajones mientras que intercambiaba con los demás chistes malos e historias. Incluso Argasto parecía relajado: La cálida sonrisa del Dador de Leyes brilla sobre el paso; es un buen augurio.

Pasaron un día entero avanzando lejos del húmedo y arenoso límite fronterizo de Alberetor hasta que finalmente empezaron a pisar suelo firme y verde. Bajo el pie de las montañas la caravana avanzó por un bosque tan denso que a veces no logran ver más que árboles, carretas y el camino frente a ellos. La lenta marcha pendiente arriba serpenteaba entre frondosas colinas y barrancos poco profundos. De vez en cuando los carromatos llegaron a un saliente desde donde podían verse las gigantescas montañas del norte que esperaban a ser visitadas.

Finalmente el ocaso se hace presente sobre la caravana y Argasto da la orden de parar en un claro no muy escarpado. El patrón organiza a todo el mundo para que sigan las instrucciones que había ido repitiendo a lo largo del día: Los doce carromatos de la caravana formarán un círculo cada atardecer o cuando hay alguna amenaza. El espacio que queda entre los carromatos se bloquea con maderos apoyados sobre barriles. Todos los viajeros tienen un lugar asignado en caso de ataque: junto a los maderos, si saben combatir, o a salvo detrás de los carromatos. Colocarse en posición es una rutina que todos conocen a la perfección y que pueden realizar de forma automática: basta una voz de alarma o una orden de Argasto para que todos corran hasta su sitio, arma en mano. En esta ocasión, sin embargo, la gran mayoría de los guardias se había apostado en algún sitio para formar grupos donde conversaban y compartían de sus provisiones. Todos estaban especialmente cansados tras el exhaustivo modelo de viaje que se había impuesto para lo que restaba de camino. Y poco era decir que este era solo el comienzo.

Se habían reunido alrededor de una mesa cuadrada llena de suciedad y utilizaban barriletes vacíos como asiento. El patrón hablaba con dos de sus guardias mientras que Telk y Keler discutían un acalorado debate acerca de atributos femeninos. Una austera cena conformada por gachas y espesa cebada se llevó a cabo. Y la mesa era compartida por todos, incluyendo a Rodrig y Demeon.

Notas de juego

Los jugadores se pueden pasear por el campamento e interactuar con las demás personas, describiré más detalles acerca del entorno si uno decide abandonar la mesa.

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23/10/2019, 03:13
Argasto

Argasto atacaba su tazón con velocidad mientras que dos guardias de la caravana sentados a su diestra escribían sobre un pergamino y hacían recuento con dificultad, uno de ellos tenía que utilizar los dedos para contar y corregir a su compañero que no parecía hacerlo mejor que el otro. El patrón de la caravana les corregía cada oportunidad posible mientras que cenaba. Se había limitado a comer lo mismo que todos y se aseguraba de que así fuera, sin favoritismos. Daba más la impresión de que se habían unido a una campaña militar que a un grupo de mercaderes. Siendo Argasto no un maestro de caravanas si no un general, y los que le seguían sus hombres de armas.

El patrón parecía estar dándole indicaciones esta vez a sus allegados en vez de correcciones:

—No, no... a ver, mira lo que vamos a hacer, Reynauld. Seguiremos la misma ruta que han seguido todos los demás; solo que tomaremos un cambio de rumbo en el cruce del río y nos desplazaremos por el oeste, donde la arboleda es más escasa y los depredadores también. Si seguimos el ritmo impuesto, cubriríamos al menos un cuarto del camino al día, y eso es mucho decir.

Uno de los guardias, el que se reconoció como Reynauld, le respondió:

—¿No sería más fácil tomar la ruta de la reina? Tú sabes... la que utilizaron para escapar en la Gran Guerra.

El otro guardia, que parecía estar sufriendo de un terrible dolor de cabeza por el recuento también decidió participar:

—¡O usar la ruta del río! Todavía estamos a tiempo de volver e intercambiar uno de los cajones por embarcaciones fluviales. Según los mapas debería conectar con el río Veloma más al norte.

Hastiado, el dador de leyes negó con la cabeza y terminó de comer en silencio. Mientras que sus dos allegados seguían compartiendo ideas. Claramente estaba decidido en seguir su plan estipulado, y aunque en aquel momento estuviese discutiendo acerca de sus posibilidades en las montañas nevadas, no parecía realmente apreciativo ante la posibilidad de crear nuevos planes.

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23/10/2019, 03:33
Telk

El rostro lastimoso de Telk se mostraba alegre una vez más mientras que discutía abiertamente con Keler acerca de las mujeres. Un grupo de jarras vacías de cebada frente al par delataba que llevaban en esta conversación un largo rato, y que no tenían intenciones de parar.

El conductor de carromatos negaba con la cabeza mientras que le alzaba la mano a su rival argumental para pedir su turno.

—¡Ya te dije, bastardo! ¡Una mujer con busto no es rival para una con caderas anchas! ¿Es que no has compartido la cama con ninguna en tu vida?

Tras el humillante comentario, Telk miró al grupo con una sonrisa y señaló con el mentón a Keler, como intentando demostrar su superioridad en el tema. Su contrincante se ruborizó y golpeó la mesa.

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23/10/2019, 03:37
Keler

La mesa se sacudió con el estruendo de Keler, cuya cebada se derramó por el golpe. El agraviado cuidador de caballos no permitiría tal afronta contra sus principios.

—¡Pues será que a ti nunca te ha dado un abrazo una pechugona, imbécil, es como dormir sobre una nube! —dijo mientras se levantaba de la mesa con las mejillas coloradas por la falta de sobriedad—. Yo me largo de aquí, tengo una cita con el catre.

Telk le aferró una muñeca, pues no había terminado con él todavía, y el hombre a regañadientes se sentó otra vez. La discusión había llegado a un punto muerto hasta que Keler dirigió la mirada al grupo de comensales a su alrededor. Aunque más bien parecía que estaba hablando para sí mismo.

—Estoy seguro de que del otro lado de las montañas todos tendremos una segunda oportunidad para conseguir a esa mujer que deseamos... una segunda oportunidad para todo, en realidad...

La sonrisa del cuidador de carromatos se desvaneció en una mueca adolorida, y le llevó una mano al hombro a Keler para devolverle los ánimos. En el fondo, todos en la caravana parecían estar huyendo de algo o alguien. Cada uno con razones diferentes. Pero todos veían lo mismo en la lejana Ambria: una segunda oportunidad.

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23/10/2019, 11:32
Rodrig

Aquello no le daba buena espina, mucha gente, muchos carros que muy por seguro deberían ir dejando atrás a medida que fueran estropeándose. La gran mayoría iban demasiado cargados y no con comida precisamente, aquellos preocupaciones alertaban los instintos de Rodrick, él siempre prefería prepararse para lo peor. Allá a donde iban de poco les serviría el oro, unas buenas herramientas, una piel o incluso una cantimplora de más podrían marcar la diferencia entre la vida y la muerte, pero no todo el mundo tenía eso claro en la caravana. Era inevitable que cayeran como moscas.

Como muchos otros agradeció abandonar el fangal al amanecer al amparo de un sol que les ayudaba a entrar en calor. Muchos de los caravaneros ofrecían un pequeño asiento, era lógico, quien tuviera a los guerreros más cerca sufriría menos daños en caso de ataques. Pocos fueron los preparativos del "viejo", tal y como le había llamado el muchacho anoche. No valía la pena discutir con la damisela rubia de "nombrelargo", así lo había bautizado, el tiempo hablaría por si solo dejando ver quien era apto y quien no. El muchacho no luchaba mal, sin embargo el frío o la enfermedad podían acabar fácilmente con el mejor de los guerreros.

El petate que cargaba Rodrick a la espalda llevaba cuanto podía necesitar, de sus carencias intentó librarse antes de partir negociando con los mercaderes locales, no tenía sentido viajar cargado ni con nada perecedero. Un buen acopio de carne seca y manteca de cerdo le darían algo que llevarse a la boca durante el largo viaje, al igual que varios tipos de frutos secos con cascara. Rodrick cargaba siempre su propio petate por lo que pudiera pasar, un carro desbocado, que volcase en un terraplén o que fuera incendiado por el enemigo no se llevaría su vida con el. Ciertamente no era alguien muy jovial, más bien algunos podían tacharse de cenizo o malaje por pensar siempre en lo peor. No buscaba la aprobación de los demás, se conformaba con sobrevivir.

Con la caída de la noche a medida que se montaba el campamento todos pudieron verle charlando con Argasto, proponiéndole ciertos cambios en las defensas y ayudando a mejorar las empalizadas. Se notaba en que no era la primera vez que se dedicaba a esos menesteres, se unió a los soldados durante la cena, comiendo con ellos y escuchando sus inquietudes sin aportar gran cosa a la conversación. No quería malgastar sus raciones mientras hubiera comida por parte del pagador, sin embargo se fijaba cauteloso en que nadie abusará de coger más de lo adecuado.

En el momento en que Keler derramó la cerveza una mirada de puro odio surgió de los ojos del leñador, no hicieron falta palabras para ver como el malgasto de las provisiones era algo que Rodrick no podía consentir. A pesar de ello, al estar Argasto cerca se guardó de no decir nada, en espera de que el líder de los caravaneros pusiera en su sitio a aquel mequetrefe.

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24/10/2019, 01:05
Eyvind

El mago de la Ordo mantuvo el ritmo de todos, sintiéndose más callado y cohibido de lo normal, normalmente caminaba con la espalda encorvada, ambas manos apoyadas en su largo bastón ornamentado, cabizbajo dejando que el pelo castaño (que estaba encaneciendo) se le subiera a la cara, manteniéndose lejos de los demás por plena naturaleza, después de todo, comprendía lo inquietante que podía ser tener a "alguien como él" entre el gentío. 

Parecía maravillarse con los paisajes lejos del Fangal, los árboles que crecen salvajes en terrenos escarpados le llamaban principalmente la atención, comparando su corteza con la madera de su bastón. Recolectaba rocas con escrúpulos y disimulo, como si estuviera pecando, en la búsqueda de algo que no fuera lo que se ve a simple vista, por mero ocio, si bien a nadie le dijo nada la verdad es que perseguía el mito de las "Rocas trols" que chasqueaban a media noche cuando las criaturas de nombre homónimo se acercaban. Pero la realidad era de que no existían tales seres, o de hacerlo, estaba demasiado lejos de las arboledas de Ambria como para asegurarse de esto.

Una vez tomó asiento junto a otros a comer, sirviéndose con calma de las gachas aunque sin perder ninguna de sus pertenencias de vista a la vez, no pudo evitar oír la conversación de Argasto con sus subordinados, se armó con valor, abandonando su postura tan cohibida que tuvo durante la caminata, para hablar a uno de los hombres del patrón con serenidad:

—¿De qué se trata La ruta de la reina? — Irguió la espalda, fijándose en Argasto por el rabillo del ojo. Por su parte era incapaz de igualar su indiferencia, el pensamiento de que los pasos se cerraran la generaba una preocupación mínimo notable, al menos para este que no conocía el territorio.

 

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24/10/2019, 10:45
Eilene

La conversación de qué camino tomar o cuál no me daba dolores de cabeza, y la de las mujeres me parecían tan banal y tan... propia de hombres, que ni me llamaba la atención tampoco. Los hombres siempre pensaban en lo mismo, no eran capaces de ver más allá de su... aparato reproductor.

Sin embargo, teniendo en cuenta que yo apenas tenía pecho y que mi culo no era especialmente despampanante, me lo tomé como algo personal.

—Da igual si son pechugonas o tienen el culo grande —dije, tras dar un golpe en la mesa—. Lo que tenéis que buscar es una mujer que sea buena en el lecho y no una estatua.

Luego me crucé de brazos y di un bufido de hastío.

—Hombres, sois tan idiotas que sólo os quedáis con lo superficial —mascullé por lo bajo—. Haceros un favor e id más allá de lo que ven vuestros ojos...

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24/10/2019, 22:29
Demeon

Demeon se ausentaba de la columna de la caravana a menudo. Sobre todo desde que  serpenteaban por el frondoso bosque al pie de las montañas. Se internaba unas docenas de metros más allá del linde del camino arco en ristre. Cuando había suerte traía alguna liebre u otra pieza de caza menor colgando del cinto que despellejaba y cocinaba con eneldo silvestre para los cinco. Incluso cuando no había suerte la soledad parecía reconfortarle, pasaba largos ratos fuera, sin alejarse nunca demasiado com para no oír el rumor de los carromatos avanzar penosamente.

Al volver de una de sus salidas, cuando comenzaba a oscurecer, sonrió al comentario de Elaine y escuchó a Eyvind preguntar por el camino a seguir. Se acercó al grupo de hombres que hablaban sobre La ruta de la reina con interés. Su pelo se pegaba a las sienes bajo la capucha de la capa de aspillera. Se acomodó el arco a la espalda y escuchó atentamente.

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25/10/2019, 17:48
Reynauld

El hombre de un solo ojo que se hacia conocer como Reynauld miró a Eyvind con un ojo crítico al este haberse metido en la conversación que tenía con Argasto. Aunque una rápida mirada del dador de leyes bastó para aplacar su deseo de no contestarle. Se aclaró la garganta y juntó ambas manos como preparándose para contar una historia:

—En las épocas de la Gran Guerra, la recién proclamada reina Korinthia tuvo que tomar la decisión de abandonar la tierra maldita de Alberetor y guiar a su pueblo a la tierra prometida más allá de las montañas. Juntó a todas las familias que pudo hasta que se hizo con un ejército de soldados y de granjeros por igual —el hombre sonrió ante su propia metáfora—. Dejaron un buen puñado de hombres cuidando su retaguardia mientras que ellos se adentraban a Los Titanes para escapar, los soldados detrás de ellos se sacrificaron para salvar miles de vidas, incluyendo la de la reina...

El segundo de los guardias de la caravana escupió a un lado para alejar la mala suerte, y se cruzó de brazos mientras escuchaba la historia:

—Bastardos intrépidos... —Musitó, adolorido, como si hubiese escuchado ya este relato una y otra vez.

Reynauld continuó hablando:

—... Eso no bastó para detener a las fuerzas de Los Señores Oscuros, quienes persiguieron a la reina y a su séquito a través de las montañas. Sin embargo, gracias a la ayuda de un centenar de batidores del ejército y de cartógrafos experimentados lograron trazar un camino que les haría llegar a la tierra prometida en menos tiempo del que necesitaban sus perseguidores para atraparlos. Dicen que un mago creó un encantamiento para que la nieve en aquel camino siempre se hallase baja y no ralentizara el paso. La reina se salvó por los pelos, junto con sus seguidores, y los Señores Oscuros se dieron media vuelta y desaparecieron. Desde entonces la Ruta de la Reina es conocida como el camino más rápido hasta el otro lado, y muchos la han utilizado para cubrir largas distancias en poco tiempo gracias a que sus caminos casi nunca están cubiertos de nieve a diferencia de todo lo que rodea las montañas.

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25/10/2019, 18:07
Argasto

Argasto tragó, y apartó el plato de sus manos con un débil lanzamiento. Se llevó un puño a la boca para ocultar un eructo y terminó dando su opinión al respecto:

—También se convirtió en la forma predilecta para hacer dinero fácil de los bandidos. La fama de esa condenada ruta la ha vuelto un blanco fácil para cualquiera con suficientes cojones como para coger una espada y estar dispuesto a cortar cuellos. No hay puestos de guardia en Los Titanes, no hay patrullas ni nadie que esté dispuesto a ayudarte. Bandidos y gatos víbora, por mencionar solo dos problemas.

El patrón se levantó de su asiento y se estiró un poco. Se dio la vuelta y llamó a sus guardias a la pequeña tienda que había erigido el patrón cerca de sus carromatos. No sin antes una pequeña despedida con un cabeceo.

—No os quedéis hasta muy tarde despiertos, los quiero a todos en su mejor forma y listos para continuar mañana temprano.

Dicho esto, el patrón y sus allegados se retiraron a otro lado.

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26/10/2019, 11:03
Demeon

Demeon ensombreció el rostro al oír mentar la Gran Guerra. Escuchó el relato con seriedad dede el silencio. Cuando Argasto acabó de hablar y se retiró, esperó un momento en el que Reynauld el tuerto estuviera solas. Se hizo con un odre de cerveza o vino descuidado en algún algún carromato y le abordó.

-¿Te tocó vivir algo de aquello?... tu ojo. Esperaba poder compartir un trago con un veterano en agradecimiento por aquello. En cualquier caso ha sido una buena historia -le tedió el odre- Si no vamos a ir por el camino evidente ¿Cual será? ¿Tenemos un mapa?...

Notas de juego

Trato de averiguar qué opinión le merece a Reynauld el hecho de escoger una ruta distinta de la habitual y a ver si sabe algo de la ruta que vamos a seguir. Todo me huele algo raro.

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26/10/2019, 19:26
Rodrig

Rodrig apenas levantaba la cabeza de las gachas durante la cena, tratando de comer despacio casi rumiando la comida como una vaca en busca que de le saciara más el eterno apetito que se gestaba en un estomago. Levantó una ceja y sonrió de soslayo ante las ínfulas de la mocosa que les acompañaba, bien eso era bueno al menos tenía carácter, pero estaba tan ciega como lo que ella misma criticaba. ¡Bah!, cosas críos pensó para si, no había que darle mayor importancia, ya se le pasaría el enfado. Al menos había hecho un puntualización interesante sobre la ruta.-Mientras haya leña y agua en las cercanías tendremos menos problemas, bandidos o desesperados hay en todas partes. Con una caravana de este tamaño es inútil tratar de esconderse, cualquier rencoroso que hayas dejado atrás en el Fangal ya nos estará delatando a cambio de unas perras. Que eso no condiciones tú decisión Argasto, cuando haya que enfrentarse a los problemas se hará, mientras tanto buenas noches.-sin mucho más que decir el viejo leñador se incorporó al primer turno de guardia, habiendo dejado su saco de dormir cerca del fuego a la espera de poder descansar más tarde si la guardia era tranquila.

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27/10/2019, 19:21
Reynauld

Demeon se levanta del asiento y logra atrapar a Reynauld antes de que se perdiera con los demás en una carpa medio cerrada y en diagonal.

El veterano se había detenido para hacer comunión con la naturaleza oculto tras un árbol cercano antes de ser interceptado por el batidor. Cuando le acercó el odre el tuerto sonrió y lo acepto con un asentimiento de la cabeza. Fue respondiendo sus preguntas conforme se le iban presentando:

—Gracias, estoy seguro de que me habré saltado un detalle o dos... Pero sobre esas cosas... Uno nunca esta muy seguro y tiene que recurrir a su propia versión de los hechos. ¿No? Que vamos a saber nosotros, unos pobres desgraciados del sur acerca de lo que ocurrió en un lugar que no hemos visitado. Lo único que conocimos muy bien es el dolor que nos dejó esta guerra.

Escupió a un lado y luego le dio otro trago al odre antes de continuar hablando. Se levantó el apósito que le servía para cubrir el ojo herido y también parte del sombrero, mostrando una fea cicatriz que se adentraba en una cuenca vacía y ascendía en su frente hasta perderse en su cabello canoso, lo más turbio del asunto es que tenía más de una.

—Perdí el ojo gracias a un ataque dragul en las montañas. Bastardos de piel caída, prefieren arrojarse sobre ti y apuñalarte el rostro cuando no estás viendo... antes de que te des cuenta de que estás siendo atacado por esos podridos desgraciados ya podrían haber despachado dos buenos hombres... ¿Mi consejo? Corta en horizontal y trata de partirle la cabeza en dos, es lo más fácil y rápido para despachar a esas criaturas.

Cuando le hiciste mención a Reynauld acerca del camino a tomar el rostro del hombre adquirió una expresión seria y se llevó una mano al mentón. Parecía que estaba pensando muy bien en que decir.

—Estoy seguro de que el patrón Argasto no piensa cambiar de opinión conforme a la ruta que tomaremos, más al nordeste donde el camino nevado es más difícil de transitar pero aparentemente más seguro. Todos sus mapas los tendrá él en algún sitio, pero ni siquiera nosotros podemos verlos todos. ¿Quien puede culparlo, eh? En este negocio te juegas la vida por unos táleros... aunque esta vez, bueno, es diferente supongo.

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27/10/2019, 20:06
Narrador

Pasa un rato más de conversación y algunos ya pueden sentir el sueño atenazando sus pensamientos. La luna se alza sobre vosotros alumbrando el campamento con luz blanca que acompaña al de las antorchas y las crepitantes pero escasas hogueras.

Rodrig se levantó el primero, y se dirigió a un carro vacío donde tomó asiento y observaba el bosque con lanza escudada en mano. Con su saco para dormir bien colocado en una hoguera cercana para cuando la cabeza empezara a pesarle. Demeon se levantó de segundo y atravesó un par de carpas hasta llegar a donde se encontraba Reynauld para charlar con él. Tanto Eilene como Gael y Eyvind se quedaron hablando silenciosamente con Telk y Keler, quienes pasado un rato no pudieron soportar más la bebida y se levantaron para ir a descansar. Telk se retiró con un rostro sonrosado a un cerco donde se encontraban los caballos mientras que Keler se había tomado su tiempo para tropezar con todos y cada uno de ellos e incluso derramar un poco de su cerveza sobre Eyvind. El cuidador de caballos se disculpaba entre ruegos mientras que intentaba limpiar sus ropones, pero más bien parecía empeorarlo o hacerlo bruscamente. Cuando se retiró mencionó algo sobre ir a mear antes de acercarse a los maderos cercanos.

Las estrellas nadan lentas sobre un océano de negrura sobre vosotros, y la luna pálida es cubierta por un grupo de nubes oscuras. Pasan las horas entre historias y extensos (e incómodos, por que no) concursos de miradas involuntarios hasta que finalmente todos deciden levantarse. Algunos sintiéndose más ligeros que otros.

Una rápida mirada al interior de una bolsa delata que no hay nada en su interior, y un palpar de las manos no logra dar con nada tampoco. ¿Habría perdido algo en el camino detrás de ellos?

Notas de juego

Eyvind se levanta de su asiento y se da cuenta de que ha perdido un objeto.

Rodrig, hazme una tirada de Atento (-3 a la dificultad)

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27/10/2019, 21:59
Eilene

Tras un largo rato charlando, bebiendo y perdiendo el tiempo, me levanté de mi asiento y di un largo bostezo con estiramiento de brazos incluido. Estaba hecha polvo ya... y con un sueño que poco importaba si tenía que dormir en una mullida cama o en el duro suelo: dormiría como los dioses de todas formas.

Mañana tendríamos un largo día por delante, así que más nos valía descansar y tomar fuerzas. Algo me decía que los peligros no harían más que aumentar cuanto más avanzáramos... y un luchador con sueño es medio hombre muerto. Y yo no quería ser mujer muerta, así que...

—Nos vemos mañana —me despedí de los presentes, acompañando mis palabras con un gesto con la cabeza.

Si no tenían nada que comentarme, o no veía nada que me llamara la atención, iría directa a mi tienda de campaña a dormir lo nunca visto...

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27/10/2019, 22:21
Rodrig
- Tiradas (1)

Notas de juego

¡¡¡¡¡¡Críticooooo!!!!

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27/10/2019, 23:31
Narrador

Notas de juego

EXITO DE ATENCIÓN

Tus parpados empezaban a sentirse demasiado pesados cuando algo te hace entrar en alerta. En un principio no estás seguro de que pueda ser, pero un rápido vistazo a los arboles a tu alrededor te muestran una silueta que parece ir trotando con pasos silenciosos. La figura parece llevar un bolso colgando de su mano derecha. En el linde del claro donde habíais formado el campamento se detuvo, para ser recibida por otra figura cubierta en la oscura sombra de los arboles. Parecen discutir acerca de algo durante unos segundos y finalmente se separan. La segunda figura se retiró del lugar, dejando a la que habías visto en primer lugar ahí de pie durante unos instantes hasta que finalmente su cabeza hace una especie de meneo, como el que mira a ambos lados, antes de salir corriendo con el bolso camino al sur.

Parece que va a tomar el camino de vuelta. ¿Pero por qué? ¿Quienes eran? ¿Qué había en la bolsa?

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30/10/2019, 04:20
Eyvind

Eyvind difícilmente cogía el valor para hablar, normalmente callado y opinando con un tono de condescendencia, adormilándose como un viejo sobre una silla, aunque estaba seguro de que no era lo suficientemente viejo para eso. Pero la poca cerveza derramada sobre él le provocó un hastío difícil de reprimir. 

No tuvo más importancia cuando volvió a sentarse en su silla, mirando a la nada con los ojos perdidos, intentando limpiar con un humilde pañuelo su toga, bien mullida, ahora manchada y empapada, frotando con esfuerzo el lino del pañuelo contra la tela. 

Concentrado, apenas pudo notarlo cuando Eilene se levantó para marcharse, quitándose las manos de encima, rozandolas por el muslo, cerca de la cintura, notó la ausencia de algo esencial. La palabrería interrumpió su tono, que era afable y ronco por el cansancio, a uno irritado y desesperado, que iba a juego con su cuerpo agarrotado erizándose como un gato asustado.

—Nos ve... No, esperad. Debe estar aquí, no... — La inquietud del mago se hizo evidente a todos, a pesar de las horas.

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02/11/2019, 10:42
Demeon

Demeon se acercaba a la hoguera de su nuevo con grupo gesto pensativo cuando reparó en la alarma en el rostro de Eyvind.

-¿Qué pasa?...  - preguntó al mago observando como registraba su propia bolsa. 

Antes de que respondiera con claridad comprendió que le habían robado. Observó alrededor en busca de miradas sospechosas o sonrisas de medio lado. El ladrón no debía andar lejos. 

-¿Qué has 'perdido' ?...

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05/11/2019, 09:11
Eyvind

La pregunta de Demeon hace enrojecer la frente de Eyvind, que desesperado dejó de registrarse para coger su báculo, que a ojos simples era más bien un palo ornamentado que servia de bastón al hombre. Respondiendo a su pregunta, se encorvó levemente y mostró una palma en señal de honestidad.

Es... algo privado, pero esencial para mi. Maldición, no puedo perderlo. — Se detuvo, conteniendo algunas que más bien no decir, dedicando miradas a todo aquel que se hubiera quedado a estas horas, evidentemente sopesando. — Por favor, necesito su ayuda. Tengo que recuperarlo.

Pero la afilada mente de Eyvind no esperó una respuesta para encontrar al culpable, una vez la mente se hizo más o menos lucida, pese al alcohol y la noche, pudo sospechar deaquel descuidado borrachín.

El enojo desperto dentro del normalmente lleno de quietud y se nota en su forma de pararse, tambaleandose pero con pasos firmes determinados a hacer una cosa. 

Esa cosa era recuperar lo que es suyo.

Debe haber sido ese perverso de Keler. ¿A donde se ha ido? ¿Alguien lo ha visto? — Levantó especialmente la voz cpn quienes compartió en esta velada, de forma que todos, por más aturdidos que estuviesen, pudieran escuchar.