Hace tiempo que ha anochecido. La fría oscuridad lo envuelve todo y agarrota las articulaciones de tus doloridos miembros. te maldices por haber bajado la guardia al buscar un buen sitio donde acampar. Lo creías haber encontrado en un pequeño oasis. ¡Qué estupidez! ¿Acaso naciste ayer? Los asaltantes eran muchos, pero habrías partido algunos cráneos si no te hubiesen encontrado despellejando un conejo recién cazado. Solo pudiste golpear a uno antes de que las tinieblas se apoderasen de tus sentidos. Se lo han llevado todo: caballo, armas, agua y el dinero que llevabas en las alforjas.
Por suerte y por algún motivo desconocido, tenían prisa y se olvidaron de rebuscar en tu ropa. Descubres con alegría que siguen contigo las cinco monedas que llevabas ocultas en un bolsillo interno de tus ropajes.
Con esa calderilla como única pertenencia, caminas sin dirección por un sendero que acabas de encontrar. Sabes que estás en la parte meridional de Zamora, no muy lejos de la frontera con Koth. Agradeces que tus sandalias pisen tierra batida después de un par de leguas de terreno pedregoso y vegetación espinosa.
A medida que avanzas en silencio, notas que a tu alrededor se van definiendo siluetas colosales y estáticas, como guardianes amorfos que velan por la extraña paz de la llanura solitaria.
Sección 1
Si sigues avanzando por el camino, con los puños tensos por si acaso, pasa a la Sección 812.
Si te acercas a las siluetas más cercanas para inspeccionarlas, pasa a la Sección 440.
Aún recordaba cómo aquellos tipos me la habían jugado. A mí. Que había pasado años de penuria alejado de mis padres, y alejados de mis criadores, justo cuando ya no parecía haber nada peor. Mi nombre era Melanthios y no sé si me dieron tal bautizo mis padres o los monjes del monasterio donde me dieron de comer y me trataron, a la par, como una sucia rata. Ahora era un joven avezado en la picardía, decidido, sin temor ni vergüenza, pero cuidándose de ser osado o estúpido. No estaba dispuesto a pasar malas situaciones, pues muchas había pasado en mi corta vida. Y ese era yo, con una edad digna de hacer grandes cosas.
Algo de consuelo me quedó al notar que no me habían desvalijado del todo (aún recuerdo a Karel, mi caballo ¡malditos seáis vosotros y vuestra estirpe por llevároslo!), pero aún mis sandalias parecían querer darme guerra sobre mis pies. Estaba decidido a que tenía que cambiar, pues aquella vida ya no podía ser para mí. Ya no. Habría de ganarme el sustento como fuera, pero no dejar que me pisotearan o me hirieran como a cualquier alimaña. Asique apreté los puños cuando observé aquellas siluetas en el camino, por si acaso eran esos tipos que volvían.
Sección 812
Te pones tenso, ya que crees que los bandidos han vuelto a terminar su trabajo. Aceleras el paso y avanzas rápidamente por el camino mirando hacia esas oscuras siluetas. Los puños te duelen de la fuerza que ejerces inconscientemente, pero aún así no relajas los músculos. Al cabo de un buen rato, nada pasa, así que te vas relajando poco a poco. Caminas una hora más hasta que percibes a lo lejos que el cielo sin estrellas se torna amarillo, señal inequívoca de presencia humana. ¡Ya creías que ese camino no llevaba a ninguna parte! Aceleras la marcha y no tardas en ver campamentos desperdigados a ambos lados del camino, con las hogueras iluminando rostros que te ignoran. Forman racimos alrededor del camino y de la puerta de una ciudad amurallada.
Sección 812
Si te acercas a la hoguera más cercana, pasa a la Sección 175.
Si continuas por el camino, pasa a la Sección 436.
Finalmente, tras una hora de camino y de hastío, vi una horda de tiendas de campaña mal dispuestas alrededor de unas hogueras. Estaba claro que había vida allí, y cuando me acerqué un poco contemplé el malparado campamento casi a las puertas de una ciudad amurallada. Sin duda que podría encontrar cobijo allí, en aquel lugar, pero estaba decidido a cambiar de vida, y eso lo haría, según creía, dentro de la ciudad. Ahora que tenía aquella urbe delante, mi intención no era sino explorarla, encontrar un trabajo digno y, porqué no, valerme de mi intelecto para enriquecerme... cuanto antes.
Continuo por el camino, pasa a la Sección 436.
(de momento no estoy apuntando nada hasta que me lo digas, tú, ¿voy bien?) ¡Ah!, y con los días querría cambiar el avatar, hay una aplicación online para crear rostros y me gustaría sacar uno de allí. En breves la subo.
Decides dejar atrás las hogueras y seguir el camino hasta las puertas de la ciudad. Allí crees poder trabajar y hacer dinero, para labrarte una nueva vida. La noche cae sobre ti y el frío y el hambre te atosigan. A medida que te acercas a la muralla, la concentración de edificios en mal estado, algunos de ellos en ruinas, y de barracas, entoldados y carpas es abrumadora. El camino y sus ramificaciones laberínticas están llenas de gente de toda procedencia. Te llaman la atención los juegos de azar improvisados encima de cajones de madera, los buhoneros subidos a tarimas que proclaman a los cuatro vientos las bondades de sus quincallas, las rameras y prostitutos que se insinúan a los transeúntes. En medio de la marabunta, te cuesta avanzar.
Sección 436
Si tienes la clave 02, pasa a la Sección 43.
Si no tienes la clave 02, pasa a la Sección 277.
Yo te diré cuando marcar tal Sección o Clave, no te preocupes.
Vale, pon el avatar que te guste, pero que sea afín a tu PJ.
Te abres paso con mucha dificultad y de pronto tienes un presentimiento. Llevas una mano al bolsillo que albergaba tus pocas monedas y ¡está vacío! ¡Algún perro malnacido de dedos largos te ha robado!
Sección 277
Pierdes todas las monedas que tenías.
Realiza una prueba de Supervivencia/9.
Si superas la prueba, pasa a la Sección 152.
Si fallas la prueba, pasa a la Sección 573.
Te he pasado directamente a esta sección, ya que no tenías la clave 02.
Una vez me había introducido en el arrabal antes de llegar a la muralla, la situación no era del todo más prometedora que antes. Ahora los edificios sucios o practicamente en ruinas despertaban delante de mí, y el bullicio hacía que hubiera de tener los sentidos más abiertos que nunca... Pero de ello me dí cuenta tarde.
¡Malditos desgraciados! -dije mirando a unos muchachos de apenas diez años correr delante de mí sin saber si habían sido ellos o no los causantes de mi ahora absoluta ruina-.
Me sentí desnudo (casi literalmente). Había perdido el caballo, las provisiones y las pocas monedas que los que me saquearon habían olvidado. Ahora tocaba mirar hacia arriba, pues no podía caer más bajo...
Motivo: Supervivencia
Tirada: 3d6
Resultado: 5(+2)=7, 5(+2)=7, 5(+2)=7 (Suma: 21)
Creo que saco 12, lo supero y llego a S 573
Maldices por ser tan despistado. Ya es la segunda vez que te roban en un corto espacio de tiempo. ¿Habrán sido esos niños o algún ladrón callejero? La próxima vez, puede que te quiten la vida o se aprovechen de ti, al no tener nada que darles. Te das cuenta de que estás rodeado de potenciales ladrones. La próxima vez no te pillarán desprevenido y pagarán con su miserable vida por el atrevimiento de robarte.
Sección 152
Si no la tienes, marca la clave 02.
Pasa a la Sección 92.
Me gusta mucho el avatar que le has puesto, has elegido bien.
Cuando hagas una tirada, acuérdate de seleccionar el NO en la casilla de Desglose.
Te hallas ante una de las entradas de Hazor. Sus puertas están abiertas de par en par y los dos guardias que la custodian están ocupados bebiendo y charlando con sendos prostitutos. Levantas la cabeza y calculas que la muralla tiene unos veinte pies de altura. Está construida con piedra granítica y hasta que te alcanza la vista tiene su mitad inferior ennegrecida y pintarrajeada. En la parte superior ves que hay mellas extrañas, como si alguien se hubiese llevado los bloques que faltan.
-¡Oiga! ¡Escuche!
Alguien está tirando de tus pantalones. Miras hacia abajo y ves a un enano kushita de piernas retorcidas y apoyado en una muleta tosca de madera.
Sección 92
Si eres de Zembabwei, pasa a la Sección 205.
Si no eres de Zembabwei, pasa a la Sección 442.
Jamás había visto esa ciudad, ni esa muralla tan gigantesca. Tiempo ha que vagué de aquí para allá, durante demasiados días. Ahora aquel muro me parecía una soberana construcción, por lo que aquello que debiera estar en su interior sería también de mi agrado. Mientras observaba a los guardias y los bloques faltantes de la gran muralla, noté cómo alguien tiraba de mis... pantalones.
Di un paso al lado, escudriñando no sin el fruncir el ceno a aquel enano. Si no fuera por aquella muleta ya le habría empujado o invitado a un puño por ese atrevimiento. Sin embargo, tampoco había que crear problemas nada más llegar.
¿Qué pasa? -pregunté toscamente con el puño cerrado, aguardando cualquier necesidad-.
Efectivamente no llegué a la S573, sino a la 152... He restado ya mi dinero (estoy a cero). ¿Digamos que no tengo de equipo absolutamente nada, no? Por cierto, no se nada de esta ambientación, asique si hago o digo cosas sin sentido, no tengas problemas en decírmelo.
Paso a la S442
El enano parece que persiste en llamar tu atención. Es negro de piel, aunque va algo tapado con los harapos pestilentes que lleva puestos. Un olor nauseabunda sale de su boca, llena de dientes amarillentos.
-Por piedad. ¿Tendrías alguna monedilla para un camarada tullido?
Sección 442
Si esta sección está marcada, ve a la Sección 493. En caso contrario márcala.
Si le das una moneda, pasa a la Sección 20.
Si no le das dinero, pasa a la Sección 706.
Cuando escuché al enano sonreí un poco, pues me acordé de cómo había perdido dos veces en pocas horas todo lo que tenía.
Lo siento, amigo, pero esta región me ha tratado mal a mi también -le espeté, con tono algo amargo-. Perdí mi caballo, mis alforjas, mi dinero y todo lo que puedas creer que tenga -metí las manos en mis bolsillo y les dí la vuelta, haciéndole ver que los tenía vacíos, y tampoco había ningún tipo de fardo conmigo, o zurrón-.
No tengo la sección en la ficha para marcarla (tengo la 494)
Paso a la 706.
El enano kushita cambia la expresión de su rostro y empieza a retroceder sin mediar palabra hasta que desaparece en la marea humana.
Sección 706
Si te acercas a las puertas, ve a la sección 685.
Sí tienes esa sección en la ficha, está en la cuarta fila, segunda columna. Pero no está marcada, claro.
Te sitúas entre la muchedumbre que entra y sale de la ciudad y cruzas las puertas con la vista puesta en los guardias que supuestamente supervisan el tránsito. Siguen concentrados en sus placeres y no prestan atención a nada más.
Ahora te encuentras en una calle más o menos recta que se tuerce a la izquierda a unos mil pies de ti. A cada lado se levantan hileras de casas de adobe, piedra y madera separadas por esquinas que desembocan en callejones. Notas que las casas a tu izquierda están en mejor estado de conservación que las de tu derecha, que es a donde se dirige la mayoría de los transeúntes. Junto a las puertas hay una casucha de madera con un rótulo que indica que son unas letrinas.
Sección 685
Si vas al Distrito Comercial, ve a la sección 772.
Si vas al Distrito Residencial, ve a la sección 645.
Si entras en las letrinas, ve a la sección 344.
Si sales de la ciudad, ve a la sección 833.
El vaivén de la muchedumbre era constante en aquella puerta. La gente entraba y salía, y a los guardias parecía no hacerles ningún efecto el trasiego, pues demasiado acostumbrado a él debían estar. Cuando el enano se marchó encaré la situación y miré hacia delante, cruzando la puerta de la muralla hasta vislumbrar una gran avenida de casas de poca monta. Seguramente estaba en uno de los arrabales de la ciudad, y debía haber diferentes lugares y distritos que poder visitar. Traté de advertir dónde habría mejores viviendas, o negocios, y decidí decantarme por éstos últimos. De momento debía comenzar a ganar algunos sueldos, fuera robando o trabajando en lo que pudiera. Asique me decidí por acudir al barrio comercial.
Cierto, sección de antes marcada. Paso a la sección 772.
Deambulas por las callejuelas llenas de bazares y negocios de todo tipo, entoldadas de forma intermitente, con carne seca, verduras y frutas colgando de estacas y emparrados. Los gatos, perros, cerdos, cabras, gallinas y vacas comparten suelo con las personas, y todos emanan aromas apestosos que se mezclan de forma casi irrespirable. Por suerte, en pocos minutos te habitúas.
Sección 772
Si buscas una posada, pasa a la sección 846.
Si buscas una taberna (solo si no tienes la clave 24), pasa a la sección 424.
Si vas al mercado de personas esclavas (solo si no tienes la clave 28), pasa a la sección 737.
Si buscas una armería (solo si no tienes la clave 09), pasa a la sección 445.
Si buscas una botica, pasa a la sección 725.
Si vas al Mazo, pasa a la sección 561.
Si exploras el Distrito Comercial, pasa a la sección 636.
Si te diriges a la plaza de las especias, pasa a la sección 333.
Si visitas la armería (solo si tienes la clave 09), pasa a la sección 22.
No era la primera vez que estaba en un lugar como ese; pero era la primera vez en bastante tiempo que acudía a una zona de mercado en una gran ciudad. El barro se apelotonaba bajo las ruedas de los tenderetes, y los animales deambulaban entre las piernas de los viandantes. Había que estar muy atento a todo lo que acontecía, pues el olor pestilente podía ser el menor de los problemas. Traté de observar a mi alrededor y acudir a la plaza de especias. Tal vez allí se dieran citas curiosos con dinero en busca de extravagantes productos...
Me dirijo a la plaza de especias , S333
Una duda: la opcion de la armería se repite, ¿no? Y esta opción "Si exploras el Distrito Comercial, pasa a la sección 636." no sé a qué puede referirse, dado que ya estoy en el distrito comercial, creo
No te cuesta encontrar la plaza de las especias. Está muy cerca de la calle principal que separa el Mazo del Distrito Comercial. Deambulas por entre los tenderetes multicolor que ocupan casi la totalidad de la explanada y el aroma de las especias te satura el olfato y te hace saltar las lágrimas. No entiendes cómo esta gente puede estar allí tan tranquila.
Sección 333
Si tienes la clave 32, ve a la sección 794.
Si no tienes la clave 32, ve a la sección 581.
Si te das cuenta te dice lo de la armería dos veces por si tienes o no la clave 09, vas a una o a otra opción.
Lo del Distrito Comercial, en el anterior post elegiste venir aquí, y la opción que te da ahora es explorarlo.
Revisa tu ficha, porque no tienes marcada la clave 02 (post atrás se te indicó que la marcaras) y no sé si algo más.
Cualquier otra duda, me lo dices.
Al cabo de un rato de vagar por la plaza te cansas de no hacer nada.
Sección 581
Ve a la sección 772.
Deambulas por las callejuelas llenas de bazares y negocios de todo tipo, entoldadas de forma intermitente, con carne seca, verduras y frutas colgando de estacas y emparrados. Los gatos, perros, cerdos, cabras, gallinas y vacas comparten suelo con las personas, y todos emanan aromas apestosos que se mezclan de forma casi irrespirable. Por suerte, en pocos minutos te habitúas.
Sección 772
Si buscas una posada, pasa a la sección 846.
Si buscas una taberna (solo si no tienes la clave 24), pasa a la sección 424.
Si vas al mercado de personas esclavas (solo si no tienes la clave 28), pasa a la sección 737.
Si buscas una armería (solo si no tienes la clave 09), pasa a la sección 445.
Si buscas una botica, pasa a la sección 725.
Si vas al Mazo, pasa a la sección 561.
Si exploras el Distrito Comercial, pasa a la sección 636.
Si te diriges a la plaza de las especias, pasa a la sección 333.
Si visitas la armería (solo si tienes la clave 09), pasa a la sección 22.