El encargado de misiones se da un golpe en la frente y dice:
- Es verdad, casi se me olvida... ¿Vamos a la tienda de material y, una vez hechas las compras, allá nos despedimos? Ya sabéis sin duda cómo se va al castillo...
Pasa el tiempo... Una araña ha cazado una mosca en su red y se acerca para comérsela...
.-Yo ya pase por allí. Bueno ¿A que esperamos?-. Dice sorprendido por la parsimonia del resto y sabiendo que no tenia mucho que hacer allí. Tras pensarlo un momento recuerda que podría vender parte de su equipación sobrante.
- Bueno, venga, vamos a por la tienda - dice el encargado.
El encargado y los seis miembros de la misión [como director dirijo automáticamente] en un pis pas recorren la poca distancia que hay de la posada a la tienda. Entran todos en esta última.
- Venga, comprad lo que necesitéis y, en su caso, vended lo que os sobre. Y tened en cuenta que cada media hora de tiempo que invertimos es una media hora que nos consiguen las fuerzas del mal.
-Solo necesito una armadura y un buen martillo.- dijo escuetamente el enano con aquel rostro agrio y de pocos amigos.
Tras acabarse nuevamente de un solo trago la bebida espumosa de su jarra, Orgon acompañó a sus nuevos camaradas hacia el local donde poder equiparse a conciencia para hacer frente a la empresa que les había encargado aquel hombre.
Durante sus viajes, había conseguido algunas monedas haciendo algún trabajillo, ganando alguna pelea de taberna y, porqué no decirlo, siendo en algunas ocasiones poco "legal". Pero el enano sabía que sobrevivir en aquellos tiempos era cosa de saber aprovechar las ocasiones que el destino te plantaba en los morros.
Gastó buena parte de sus monedas, pero sabía que sería por un buen fin: mantener su pellejo sin un solo rasguño.
-Estoy listo. Cuando queráis, podemos ir a por esos orcos.
Moviendo su nuevo martillo de guerra de un lado a otro, balanceándolo para comenzar a conocer su equilibrio, miraba al resto del grupo mostrando una ligera sonrisa algo alocada.
Mis compras:
-Martillo de guerra grande: 25 mo (da +1 al ataque y +1 al daño).
-Armadura de bronce, que cuesta 16 mo (CA 6).
saludos
nanuk
- Gracias por su compra, señor Pasofirme, si puedo llamarlo así. ¿Y los demás? ¿Nadie quiere comprar nada? - pregunta el vendedor. Sabe que el encargado no comprará nada y que Steligad, al menos por ahora, ya ha comprado suficiente...
Si alguien no quiere comprar nada, está en su perfecto derecho, pero por favor que avise de esto para agilizar la partida. Sin bromas. Un saludo.
En este instante el vendedor mira un reloj mágico y dice:
- Tenéis hasta media hora para hacer las compras. Luego cerraré la tienda hasta que la vuelva a abrir. Tengo hambre, a ver si mi mujer me prepara un buen plato de setas.
No habla en broma.
Venga, a comprar a los que os haga falta, gente... el tiempo vuela...
Aviso a todos mis jugadores:
Dentro de una semana a partir de hoy (en tiempo real, no en el tiempo de la partida), o sea el 8 de octubre de este año, como muy tarde, cerraré la compra en el mundo de la partida y, si no estáis ya fuera del almacen, se os echará amablemente, y si no los guardias os echaran por la fuerza sin remedio. Si os resistís a los guardias quizá os convirtáis en unos forajidos y esto dudo mucho que os convenga, sin bromas.
Por favor, no os eternicéis, ya que, por el principio del realismo, no podréis comprar cualquier cosa en cualquier lugar.
Quien avisa no es traidor.
Un saludo.
.
El director.
.-Hola de nuevo. Quisiera vender esta espada-. La saca de su espalda junto a la de mayor calidad. La enseña con su funda en perfecto estado de conservación y la extrae. El filo esta en buen estado y sin muescas .-Esta prácticamente nueva, pero tengo otra y ya no me hace falta-.
Predilecto entra en la tienda y comienza a inspeccionar el material procurando apresurarse ante los apremios del tendero.
Antes que nada recoge un recio escudo de madera de álamo comprobando que tiene una correa de cuero para colgarselo a la espalda y unas abrazaderas para sugetarlo. Prueba un par de veces a colgarselo sobre el hombro izquierdo y recogerlo rápidamente para entrar en guardia.
Recorre con la vista las piezas expuestas y repara en una armadura de bronce que se compone de una hermosa coraza como de escamas, hombreras articuladas, quijotes sobre unas pteruges remachadas, brazales y unas hermosas grebas labradas. Atraído por la imagen de estas piezas las repasa y comprueba su solidez y ligereza.
Luego repara en un magnífico arco de guerra de madera de tejo negro bellamente trabajado. Coge el arma y sopesa su tensión comprobando la gran fuerza requerida para tenerlo. Con cuidado lo encorda y lo tensa poniendo en juego toda la fuerza de sus hombros mientras sonríe al comprobar que un arma tan potente sin duda ha de lograr gran precisión en sus tiros.
Finalmente encuentra una espada de gran belleza y aspecto antiguo. Cogiéndola en su mano comprueba su equilibrio exquisito, con ojo experto comprueba la perfecta rectitud alineando el ojo con el filo para después cogerla por el pomo y golpear la hoja deleitandose con el cantarín sonido que le arranca. Empuña para acabar el arma blandiendola frente a sí con un vigoroso y preciso golpe de muñeca que la hace girar un vistoso molinete que hace cortar el aire al acero provocando un sonoro silbido que se asemeja al horrible lamento de un ser de ultratumba codicioso de la sangre de los vivos.
Satisfecho, el príncipe masculla como para si mismo:
- Soy el acero que aulla
Ansioso por beber sangre...
Al acabar guarda la espada en la vaina y recoge el resto de artículos, la cortadora espada, el arco de tejo, la armadura de bronce y un escudo de álamo y los presenta en el mostrador sacando a continuación una falquitrera de la que empieza a sacar monedas de oro con las que paga la mercancía.
Hecho esto toma la palabra y dice
- Señor tendero, también quisiera yo venderos esta espada que llevo conmigo, pues la que he encontrado en vuestra tienda es superior. Si aceptáis, con el dinero que me queda y lo que me deis por mi anterior acero compraré una pócima de curación.
Compro:
Armadura de bronce
Espada mágica +1
Escudo de madera - 1 a la CA
Armadura de bronce CA 6
Arco especial +1
Carcaj de 10 flechas
Según mis cuentas me quedan 14 monedas de oro, si puedo vender la espada que venía de serie compro una pócima de curación de 20 monedas de oro.
- Acepto el trato - dice el tendero, con toda la seriedad. - Yo me quedo tu espada y tu oro, tu te quedas con una pócima de curación. - Sonrie y, sin nada inesperado, hacen el trato.
El tendero dice a Steligad:
- Te ofrezco 30 monedas de oro por tu espada. Lo tomas o lo dejas...
No bromea.
Y pasa el tiempo.
El enano miraba como sus compañeros compraban y vendían su equipo para prepararse y estar pertrechados para lo que se les avecinaba. Y por un momento, se alegró al comprobar que todos y cada uno de ellos parecía entender sobre armas y armaduras ya que sus elecciones eran más que correctas. Orgon supo que, aunque le pesara, podría llegar a confiar su retaguardia a uno de ellos.
-Los orcos nos esperan.
Como siempre, sus simpatía era más que evidente.
.-Bien-. Dice entregando el arma a cambio del dinero. .-Y ya que veo que la idea del príncipe es buena, también compro una poción curativa. Con eso estoy listo-. Viendo el ansia del enano, quizás las cosas se pusieran desagradables si dedicaban demasiado tiempo mareándose con la investigación en el castillo. Convenía agilizar todo porque como siempre, al final las cosas se tendrían que arreglar a escudo y espada.
- Bien, ya hace rato que debería haber cerrado la tienda. Adiós a todos. Buena suerte con la misión.
El vendedor los echa fuera amablemente pero con firmeza y cierra la tienda tras ellos.
- Bueno, - dice el encargado de misiones, - usad con sabiduría el salvoconducto y la llave que os he dado. Si hay novedades os las haré saber con algun sistema. Nos veremos, gente.
Y, tras decir esto, el encargado se echa a andar y desaparece tras una esquina. Ya no le veréis más... al menos, de momento.
CONTINUA EN LA SIGUIENTE ESCENA.
Esta escena ya ha terminado!! Pero la aventura continua...
La escena vuelve a empezar.
En un momento inesperado...
Steligad aparece repentinamente (efectos de la maga misteriosa) en la plaza donde hay la tienda de material, cerca de la taberna y bastante cerca del castillo. No se ve a la maga por ninguna parte; sólo los dioses saben donde se ha ocultado...
Nadie se ha fijado en su aparición repentina, por lo que nadie le hará preguntas al respecto.
Tiene recuerdos de sus aventuras recientes... su compra de material, el castillo, el rey, el príncipe... y algunas cosas más...
Lleva encima todo su equipo y armas; la maga nunca le quiso robar nada.
Ahora se supone que pronto llegará el nuevo recluta. Aparentemente, debería esperar un rato a que aparezca este mismo.
Bueno, y pasa el tiempo...
Atención, informo a mis jugadores:
La partida ya es de ritmo medio, o sea, de un mensaje cada tres días, tal y como indica el artículo 28 reciente de mis normas, por si queréis leerlo. Se indica, como ya se ha remarcado en la partida, que un jugador o el director pueden incumplir en un 25% (cifra orientativa) el ritmo de juego de la partida, incluso sin necesitar justificación, siempre que no pasen de este límite. Os recomiendo la lectura del susodicho artículo 28, no es largo.
Por lo tanto, con el artículo funcionando, ya podéis ir jugando a ritmo medio.
Os espero.
Un saludo.
En estos momentos alguien malvado está espiando a Steligad (no es broma), pero no atacará hasta que Iyika esté ya armado. Se ve que hay alguien malvado, con información y con un extraño sentido del honor... o quizá prefiere las víctimas más difíciles...