Partida Rol por web

La Tumba de Akhenseti

[01] De Esclavos y Esclavistas

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14/11/2021, 17:44
Narrador

—¡Socorro, socorro! —gritaban las voces en mulhorandino—. ¡No nos dejéis aquí, por favor!

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14/11/2021, 17:45
Nepthis

Nepthis y Amessis intercambiaron una mirada de comprensión, y la sacerdotisa de Hathor chasqueó la lengua y se puso a trotar en dirección al campamento de los gnolls. La seguisteis hasta el círculo de luz que proyectaba la hoguera de los hombres-hiena y encontrasteis, a parte de sus pertrechos, una jaula montada en un carromato del que debían tirar dos asnos del desierto que en aquellos momentos permanecían alertas a lo que sucedía. Dentro de la jaula había media docena de hombres, que gritaban y alargaban las manos en vuestra dirección.

—Esclavos de la Iglesia de Thot —tradujo Nepthis al común, a la que parecían dirigirse todos los hombres dentro de la jaula—. Hombres cultos, escribas en su mayoría. Los gnolls los robaron para venderlos en los mercados de Thay, donde alcanzarían, sin duda, un precio muy elevado.

La sacerdotisa de Hathor dedicó una mirada a Lurzca y Amessis: ellas habían sido esclavas y quizá tuvieran algo que decir al respecto. Después, posó sus ojos interrogantes en Jotnar.

—Robar esclavos de una Iglesia es delito capital. Deberíamos volver a Gheldaneth y devolverlos a la Iglesia de Thot —enunció la ley en tono neutral, sin tomar partido; quizá las otras dos mujeres, ex-esclavas, tendrían una colorida opinión sobre aquel punto—. También deberíamos cumplir nuestro contrato y perseguir a la Compañía de Kheperkara antes de que nos saque demasiada ventaja y acaben matando al joven Ini-Herit. Pero...

¿Qué hacer con los esclavos? —esa era la pregunta que Nepthis dejó flotando en el aire.

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14/11/2021, 17:45
Lurzca

También podemos simplemente abrir esa jaula y que huyan. - Dijo entonces la mestiza. - Tenemos una misión entre manos y no creo que nadie nos recompense por devolver a esta gente a sus legítimos amos. - Miró las asustadas caras de los cautivos y resopló, desviando finalmente la mirada hacia la arena del desierto.

Ella también estuvo cautiva una vez. Durante demasiado tiempo quizás. Se ganó a base de matar su libertad, pero su amo nunca quiso otorgársela hasta que finalmente decidió huir y comenzar una nueva vida como mujer libre. No todos los esclavos mostraban tal determinación. No todos deseaban ser libres. En el fondo, no todos los esclavos estaban tan mal con sus amos. Algunos podían tener vidas buenas, llenas de pequeñas cosas que les hacían felices y e incluso, podían llegar a formar sus propias familias.

Te aseguro, Nepthius, que la mayoría de ellos regresará con su amo sin que tengamos siquiera que ordenárselo. - Dijo bastante triste. - Como mucho uno o dos de ellos tratará de cambiar su destino y posiblemente ninguno lo acabe consiguiendo. Acabarán en manos de otro esclavista aún peor que su amo. 

Agarró el hacha para romper la cerradura, pero no lo hizo. No hasta escuchar lo que Amessis, Jotnar y la propia Nepthis tenían que decir al respecto.

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14/11/2021, 17:46
Amessis

El verde pálido de la piel de Amessis se desvaneció en volutas y la nigromante volvió a tener su tono tostado. Despidió a su valeroso esqueleto con una palmadita en el ala, antes de que lanzara algún picotazo furioso a alguno de sus compañeros. Luego siguió a Nepthis hacia el campamento de los gnolls.

Los lamentos de los esclavos hizo que se detuviera un momento, lejos de la jaula, controlando las emociones. Luego se acercó a la jaula para comprobar si podían abrirla o si por el contrario requería de algo más de maña.

-Tranquilos -dijo con voz lánguida en perfecto mulhoradiano-. Os sacaremos de aquí enseguida y os llevaremos de vuelta a Gheldaneth.

Ni siquiera preguntó a sus compañeros sin pensaban hacer eso que había dicho, no lo veía necesario cuando había cosas más importantes que una misión que podía esperar. Empezó a manipular la jaula, pero no veía absolutamente nada con tan poca luz. Se puso a buscar por el campamento una posible llave o algo por el estilo.

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14/11/2021, 17:46
Jotnar

—No hagas promesas tan rápido, Amessis—objetó Jotnar, que al parecer sí debía pensar que dar por sentadas las opiniones de los demás no era una práctica sana—. Estos tipos acaban de librarse de una buena, pero el chaval que buscamos aún puede morir si nos dedicamos a pasear de un lado a otro.

Acto seguido soltó de golpe el aire que había estado haciendo esperar en pos de poder hablar, el cual se encontraba exigiendo su libertad por culpa de la carrerita. Lo soltó tan de golpe que sus bigotes revolotearon como si acabaran de cobrar vida y tratase de salir huyendo. ¡Qué difícil era correr por la maldita arena cuando se tenían que seguir zancadas el doble de largas que las propias!

Le parecía bien abrir la jaula y que aquellos esclavos hiciesen lo que quisieran, pero no veía qué clase de compromiso se suponía que tenían con ellos. Con los Nehit Ini-herit, sin embargo, sí tenían uno.

—Hmm... Sólo hay que seguir el camino, podrían volver usando la carrerta. Ha sido todo un detalle por parte de los gnolls dejarla—comentó rascándose la barba mientras observaba a aquella gente. Luego lanzó un vistazo al abandonado campamento; aquellas alimañas peludas se habían largado con lo puesto, seguro que algo más habría quedado por ahí—. Totalmente involuntario, pero bueno, algo es algo.

Manoteó el aire al darse cuenta de que se estaba yendo por las ramas y miró a Nepthis.

—Ajem, quiero decir... ¿Algún dato más a resaltar que pueda ser de interés ahora mismo?

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14/11/2021, 17:46
Nepthis

Nepthis escuchó vuestras opiniones con expresión neutral, como si no quisiera o tomar partido por uno u otro, o simplemente, estuviera dedicándose a escucharos, sin juzgar.

—Tú tienes un negocio en nuestro país —le respondió a Jotnar, cuando le pidió su opinión—, te ganas la vida trabajando para nosotros, y debes cumplir nuestras leyes. Las leyes dicen que los esclavos pertenecen a los reyes-dioses, y por extensión, a sus Iglesias. Estos esclavos en concreto son propiedad de la Iglesia de Thot, que los habrá alquilado, o no, a los nobles y burócratas de la ciudad. Robar esclavos se castiga con la muerte, de modo que al matar esos gnolls hemos ejecutado la justicia del Faraón, y eso es bueno.

Miró a Lurzca de soslayo.

—Hay quien podría interpretar, empero, que estamos robando a la Iglesia de Thot si los liberamos, si es que el asunto llega a sus oídos, y no quiero que ninguno queramos meternos en ese atolladero a la ligera —dijo, antes de volver a posar su mirada en Jotnar— y, aunque no estamos obligados a escoltarlos personalmente y devolverlos a los sacerdotes de Thot, sería una muestra de buena voluntad a la Iglesia más poderosa de Gheldaneth. Puede ser que no nos recompensen económicamente, pero tomarán nota de ello. Así funcionan las cosas en Mulhorand. Su apoyo es importante, si quieres que tu negocio sea próspero y duradero. Podrían cerrar tu negocio sólo con proponérselo.

»Pero si lo hacemos estaríamos perdiendo dos días, y como bien dices, eso podría resultar en la muerte del muchacho. Aunque ello no sucediera, no creo que Nehit Ini-Herit esté feliz con que hayamos interpuesto los intereses de la Iglesia de Thot a los suyos, que es nuestra contratante, y así se lo haría saber a todos los nobles que quisieran escucharla. Eso podía perjudicarte a la hora de encontrar nuevos contratos.

La sacerdotisa de Hathor se encogió de hombros. Desde luego, no le gustaría estar en el pellejo de Jotnar.

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14/11/2021, 17:47
Jotnar

En resumen, que encontrarlos es más un problema que otra cosa—refunfuñó Jotnar haciendo un gesto apotropaico con los brazos—. ¡Pah! ¡Los clérigos y sus caprichos!

Hiozo una pausa.

—Sin ofender—añadió quitándose un sombrero imaginario para Nepthis—. Tú no cuentas en eso, querida. Tú eres el cilantro de nuestro koshari.

Se cruzó de brazos entonces y frunció el ceño con gesto pensativo. Le importaba tres pepinos y un rábano aquello de lamerle el trasero a los sacerdotes de Thot. Pero por desgracia en la maldita Mulhorand había demasiadas cosas que parecían tener que ver con lamerle el trasero a los sacerdotes de Thot. Que gustos más escatológicos se tenían en aquel país.

Lurzca... ¿Serías tan amable de llevarlos tú de vuelta?—resopló de mala gana. No le apetecía en absoluto que se metieran en líos que no habían pedido, ni hacer volver a la semiorca, pero no veía otra forma de intentar cubrir ambas partes del problema a la vez—. Los conocimientos de Amessis sobre muertos, y magia, y todas esas cosas esotéricas van a ser vitales en Mishtan, aparte de los conjuros de Nepthis por si hay problemas. Y bueno, no creo que quede muy profesional que yo, que soy quien ha hecho el contrato os mande allí mientras parto en dirección contraria.

Se rascó la cabeza.

Además, tú eres la garantía perfecta de que esos sacerdotes recuperen sus preciosos esclavos sin un rasguño. Y eres rápida—añadió—. Podrás reunirte de nuevo con nosotros a las puertas de Misthan dos jornadas después de que lleguemos. Mientras, nosotros podemos ir investigando cómo están las cosas allí.

Notas de juego

Trivia: El koshari era (y es) uno de los platos más populares en tierra de faraones. Está hecho a base garbanzos, lentejas, macarrones y arroz. Todo ello enriquecido con cebollas fritas, cilantro y comino. Muy vegano y muy sano y todo eso.

¿Y por qué Nepthis es concretamente el cilantro como toque de sabor y no el comino? Me preguntaréis mientras claváis en mi pupila vuestra pupila azul. Pues porque el cilantro, aparte de enriquecer el koshari, también se usa como planta medicinal.

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14/11/2021, 17:47
Narrador

Amessis no encontró la llave. A decir verdad se asustó porque no encontraba su propia cabeza al no recordar dónde la había dejado. Afortunadamente, todo terminó en un susto cuando comprobó, unos angustiosos latidos de corazón más tarde, que seguía sobre sus hombros.

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14/11/2021, 17:47
Lurzca

¿Volver con los esclavos? - Preguntó.

No le convencía mucho la idea. No obstante, algo tenían que hacer con aquella gente. Ella los hubiera liberado directamente, pero tenían razón en que podían buscarse un problema. Fuera como fuera, Jotnar mandaba. Era el jefe. 

Puedo ir... - Dijo con desgana. - ¿Creéis que querrán regresar? 

Ese podía ser otro problema. Se acercó a la jaula. Miró a aquella gente. Le daba pena su situación y si destino estaba en sus manos. Resopló.

Os llevaré a Gheldaneth. - Agarró su hacha y la levantó sobre su cabeza. - ¡Apartad! - Les ordenó. Lanzó un hachazo sobre la cerradura y saltaron chispas. El candado se abrió. - Volveréis con vuestros amos. Queráis o no. ¿Queda claro? - Les preguntó.

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14/11/2021, 17:48
Amessis

Amessis dejó de revolverse por la arena, se puso en pie y se sacudió la ropa y la armadura, lanzando un bufido. No había encontrado la llave y además, Lurzca había reventando el candado.

-Si quieren volver o no, esa va a ser su decisión, no nuestra -comentó, sacudiéndose las manos-. Desde luego, ni los vamos a dejar aquí, ni los vamos a dejar libres por el desierto a merced de cualquier escorpión.

De cualquier manera, ya estaba todo dicho, mientras Amessis buscaba la llave, los demás ya habían tomado sus propias decisiones y la nigromante no tenía mucho más que aportar. Se colocó la guadaña en el hombro para acomodarla y miró a los esclavos.

-Haced caso a mi amiga. Será lo mejor.

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14/11/2021, 17:49
Ankhareoutef

Uno de los esclavos, un anciano de barba densa y enmarañada como un alambre, carraspeó y tomó la palabra en nombre del resto de cautivos.

—Soy Ankhareoutef, maestro escriba. Os agradecemos el oportuno rescate de esas bestias —dijo en perfecto común—. Nos hubiera esperado una vida de sufrimiento en Thay, lejos de nuestras familias y seres queridos. Dicen que allí que maltratan a sus sirvientes con el látigo.

Pese a que había sido Jotnar quien había tomado, aparentemente, la decisión, Ankhareoutef unió las palmas de las manos y se inclinó hacia Nepthis, como ella hubiera sido la única responsable de su liberación.

—No son necesarias las amenazas de su guardaespaldas, señora. Sólo queremos volver a nuestros trabajos —dijo ignorando a todos los demás y buscando la protección de la sacerdotisa de Hathor—. ¿Sería tan amable de dirigir los rezos, buena señora? Queremos dar gracias a los dioses por haberos encontrado.

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14/11/2021, 17:49
Nepthis

—Es un poco tarde, y estamos todos muy cansados —replicó Nepthis—. Mañana al alba dirigiré los rezos. Ahora, descansad. Mañana nos espera a todos una larga jornada de viaje.

Y así lo hicisteis. Recogisteis todo lo que os hizo falta del campamento de los gnolls -agua y víveres sobre todo, pero también camellos- y regresasteis al vuestro para descansar. Al día siguiente Nepthis cumplió la promesa que le había hecho a Ankhareoutef y dirigió los rezos para dar gracias a los reyes-dioses. Después de desayunar, llenó vuestros odres de agua con agua fresca y lanzó un nuevo conjuro de soportar los elementos.

Tras lo cual os dirigisteis en direcciones opuestas: Lurzca regresaría a Gheldaneth para devolver a los esclavos a la Iglesia de Thot mientras que los demás seguirían la vereda sur del Río de las Lanzas en dirección a Mishtan.

Dejo esto aquí por si alguien quiere decir algo más antes de que os separéis o, simplemente, dar un cierre al capítulo. Estoy trabajando en los capítulos nuevos.

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14/11/2021, 17:50
Lurzca

Parecía que los esclavos querían colaborar. Era como Lurzca esperaba. Aquella gente había aceptado su condición. Posiblemente fueran esclavos desde su nacimiento y no habían conocido otra cosa. En el momento en el que podían ser libres sintieron miedo. Miedo a lo desconocido y miedo a la propia libertad.

Aunque también estaba lo de sus familias. Evidentemente sus familias eran también esclavas. Sólo aceptando la esclavitud podrían reencontrarse con ellas. Era triste, pero era así. El sistema estaba bien pensado para mantener aquel orden social y no todos valían para luchar por su libertad y una vida sin cadenas.

Descansemos entonces. - Dijo Lurzca mientras se acomodaba de nuevo en el campamento. 

Al día siguiente le esperaba una marcha dura liderando a un grupo de esclavos. No tenía porque haber problemas, pero nunca se sabía que tenían los dioses pensado para una y éstos eran muy caprichosos en ocasiones.