Partida Rol por web

La Tumba de Akhenseti

[04] Problemas en el Paraiso

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14/11/2021, 21:59
Nepthis

Lurzca se abalanzó sobre el Pétalo Rojo Mazticano, presa del frenesí bélico. Lanzó un poderoso tajo, enterrando su hacha profundamente en el tallo. La raíz asesina se debatió unos instantes antes de caer al suelo, retorciéndose entre estertores.

—¿Estáis todos bien? —preguntó Nepthis entre jadeos.

Su cuerpo ya no era el que había sido, y la sacerdotisa de Hathor resollaba por el esfuerzo. Inclinó el torso y apoyó las manos sobre las rodillas.

—Necesito... un momento para recuperar el aliento —dijo, y buscó con la mirada un lugar donde ir a sentarse.

¡Victoria!

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14/11/2021, 22:01
Alma Perdida

Una figura etérea se asomó por entre el follaje, con una mezcla de miedo y timidez. Se trataba de una muchacha joven y hermosa, ataviada con la sencillez de una criada.

—¿Ha muerto? —titubeó—. ¿Habéis matado a la bestia? ¿Ha... terminado este infierno?

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14/11/2021, 22:02
Alma Perdida

El joven guardia que habías visto en el camino entró en el claro a la carrera, dejando tras de si un halo espectral, como jirones de energía espiritual.

—¡Esemkhebi, mi amor! —la llamó.

La aludida ahogó un grito de sorpresa y corrió al encuentro de su amado. Los dos se fundieron en un abrazo de alivio primero, y después, en un apasionado beso. Lloraban y reían, como si no supieran si se sentían alegres o tristes. Se tomaron de la mano y durante unos largos momentos, se perdieron el uno en el otro.

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14/11/2021, 22:02
Alma Perdida

—Creí que te había perdido, mi alma —dijo la joven jardinera, fundiéndose en el pecho del muchacho—. No hay lugar, ni en la tierra ni en cielo, al que quisiera ir sin ti. Dondequiera que vayas, yo iré contigo.

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14/11/2021, 22:03
Alma Perdida

—Te he fallado —dijo el joven guardia con amargura—. Si hubiera sido más rápido, podría haberte salvado.

Consciente de que él solo no podría haber abatido a semejante criatura, añadió:

—Si hubiera sido más fuerte, aún estaríamos con vida.

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14/11/2021, 22:03
Alma Perdida

Esemkhebi le acarició la mejilla con los dedos, conmovida.

—Ssshh. Eso ahora no importa. Estamos juntos, y lo estaremos siempre.

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14/11/2021, 22:03
Alma Perdida

El guardia besó a la muchacha una última vez en los labios antes de separarse con suavidad. Se cogieron de la mano y se volvieron hacia ti.

—Te agradezco lo que has hecho, guía de Osiris. Tu amabilidad me avergüenza. Fui muy desconsiderado contigo cuando nos encontramos, y a pesar de ello, has sido muy buena con nosotros, unos meros sirvientes.

Bajó la cabeza un momento antes de continuar.

—Te pido perdón, y te doy las gracias de nuevo.

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14/11/2021, 22:04
Alma Perdida

La mujer sonrió con calma.

—Estamos listos para partir, Guía de Osiris —dijo, y miró al joven con devoción—. Juntos.

Te volvió a mirar a ti.

—Puedes pronunciar los ritos.

Puedes pronunciar los ritos de Osiris y enviar a las almas perdidas al más allá, o puedes pronunciar los falsos ritos de Set y absorber las almas para incrementar tus poderes como Marcada por Set tal y como te enseñó Safhotep.

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14/11/2021, 22:04
Jotnar

Jotnar se apartó para que la planta no le cayese encima y soltó una mezcla entre resoplido y silbido de alivio.

Un poco aporreado pero nada serio—jadeó apoyando la cabeza del hacha en el suelo y secándose el sudor de la frente con la mano libre—. Gracias en gran parte a ti, querida. Te debo uno de mis tés negros. Bien cargado.

Le dio unas palmaditas en la espalda aprovechando que al encorvarse le quedaba más al alcance, buscó con la mirada una piedra lo suficientemente grande en la que pudiera sentarse (y en la que, por supuesto, no hubiese ningún tipo de hongo o musgo que puddiera sufrir daños) y se la señaló. Después se volvió hacia Amessis.

—¿Ves el alma de esa jardinera por aquí cerca?

Mientras esperaba una respuesta, se crujió los nudillos y se frotó las manos antes de volver a empuñar el hacha. Le había dicho a Reseph que aprovecharía los restos del infame pétalo rojo, imbuidos con la milagrosa magia de la Rosa del Profeta, para hacerle un compost de primera que sirviera para ayudar a nutrir las plantas y flores del jardín que hubieran quedado dañadas. Y era lo que pensaba hacer.

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14/11/2021, 22:05
Amessis

Amessis bufó, hastiada por el estúpido esfuerzo que había hecho y que no había llegado a ninguna parte. El esqueleto se descompuso en cuanto cesó el conjuro, y casi mejor así, el pájaro apenas había hecho nada en todo el combate. Ella no era una guerrera fuerte como Lurzca o Jotnar, así que odiaba no ser de ninguna utilidad.

De modo que mientras los demás recobraban el aliento, ella se alisaba la túnica y observaba los pétalos y tallos desparramados por el suelo, como un cadáver, solo que vegetal, y no le gustaba nada. Ni siquiera había salido un alma de aquella flor. Jotnar tenía que estar equivocado entonces en que las plantas eran criaturas vivas, pero no se iba a poner a discutir con el enano ahora sobre eso. Otra vez no. Le daba demasiada pereza.

Entonces reparó en los fantasmas.

-Sí, están aquí -respondió a Jotnar.
 
Pero no dijo nada más, solo observó la escena, con el corazón encogido, emocionada. Los demás la vieron limpiarse una lágrima cuando se le humedecieron los ojos por algo que solo ella estaba viendo. Después, se puso manos a la obra, pues no había tiempo que perder. Le habría gustado realizar algún ritual un poco más limpio y pausado, pero a fin de cuentas, ella se encargaba de las almas, no de la parafernalia del mundo físico. Y no iba a manipular los cadáveres de aquellos jóvenes con ellos allí delante. Una vez sus manifestaciones estuviesen a salvo al otro lado, se encargaría de limpiar sus cuerpos y darles digna sepultura. Aunque fuesen sirvientes, merecían el mismo respeto tras la muerte.

-Será un honor llevaros ante Osiris -les dijo, alargando las manos-. Dadme la mano, os conduciré hacia la entrada y os mostraré el camino.  

Un halo de color verde azulado pulsó a su alrededor, envolviéndola como un manto. Cerró los ojos y comenzó a rezar una letanía en voz baja, difícil de entender y de seguir, porque solo murmuraba.

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14/11/2021, 22:05
Amessis

Cuando Amessis abrió los ojos, el mundo a su alrededor era un yermo de arena y roca, pero de una tonalidad verdegris completamente diferente a las dunas ocres y amarillas de costumbre. Los fantasmas refulgían frente a ella de color blanco brillante, ella en cambio brillaba de color verde, su contorno borroso como si se viese a través de la lluvia. Con una sonrisa, la nigromante soltó las manos de los espectros.

-Repetid estas palabras que os digo.    

Amessis veía a los otros espectros que atestaban aquel plano, arrastrándose entre las dunas y las rocas como animales sedientos, buscando su guía hacia el más allá. No podía hacer nada por ellos, estaban perdidos y atrapados, alguien los había encerrado allí o abandonado en ese lugar, y aunque le dolía escuchar sus gritos y lamentos, había aprendido a ignoralos. A su alrededor solo había ruina, monumentos de siglos pasados convertidos en escombros, en la lejanía los destellos de una tormenta de color esmeralda. No visitaba ese plano a menudo, solo las contadas ocasiones en las que debía hacerlo y si por ella fuera, no lo visitaría con tanta frecuencia. Pero no podía dejar que la pareja hiciera su peregrinaje en solitario, no cuando habían muerto de aquella forma tan horrible y se habían esperado el uno al otro.

Convocó la pluma para la balanza y comenzó a recitar para que la pareja repitiera sus palabras.

"¡Oh, mi corazón! ¡Oh, mi corazón por el cual existo en la tierra! ¡No te levantes contra mí como testigo! ¡No te opongas contra mí entre los Jueces! ¡No estés contra mí delante de los dioses! ¡No seas intransigente contra mí delante del gran dios Osiris!"

La pareja repitió la frase, un poco titubeante al principio, pero más firme después. Cogidos de la mano, la luz de ambos se desvaneció como si hubiesen apagado una vela. Sus corazones estaban en equilibrio y traspasaron el umbral el cuestión de segundos. Amesiss los vio partir como una madre que se despidiera de sus hijos una mañana cualquiera, se limpió las lágrimas de nuevo y regresó al plano material antes de que cualquier espíritu la retuviera más de lo necesario. 

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14/11/2021, 22:05
Amessis

"¡Oh, mi corazón! ¡Oh, mi corazón por el cual existo en la tierra! ¡No te levantes contra mí como testigo! ¡No te opongas contra mí entre los Jueces! ¡No estés contra mí delante de los dioses! ¡No seas intransigente contra mí delante del gran dios Osiris!"

Amesis lo dijo de repente con voz demasiado alta, como si estuviese dirigiéndose a una persona que estuviese muy lejos. El tono verde de su piel refulgía, ella estaba muy concentrada y después de un buen rato, el tono verde se apagó y todo quedó en silencio. Amesiss abrió los ojos, se ajustó la túnica y regresó con sus compañeros.

-Las almas de los fallecidos han entrado en el Aaru, en el plano que les corresponde. Ya están en paz.

No dijo nada más. No tenía muchas ganas de hablar al respecto porque todavía estaba afectada.

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14/11/2021, 22:06
Jotnar

Jotnar pegó un pequeño bote en el sitio cuando Amessis se puso a dar voces sin previo aviso y le dirigió un ligero ceño de reproche. ¿Es que las almas estaban sordas? O igual eran vagas y no querían acercarse. Ya les valía.

Dedicó lo que duró lo que sea que estuviese haciendo la nigromante a preparar el compost, luego agarró una de las enormes hojas del Pétalo Rojo de las muchas que había cortado antes e hizo un saquillo con ella para meterlo. Es más, hasta le añadió una suerte de lazo de regalo con uno de los largos tallos de la criatura.

—Ajá. Perfecto—alzó el saquito en la palma como quien observa una bolsa de monedas de oro, sacando pecho con orgullo—. Bueno, bien está lo que bien acaba. Si esas almas ya están en paz y el jardín a salvo, vayamos a contárselo a Reseph.

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14/11/2021, 22:06
Nepthis

—El té tendrá que esperar a mañana —respondió Nepthis entre jadeos, yéndose a sentar a la piedra que había señalado Jotnar—, si tomo uno tan tarde no pegaré ojo en toda la noche. Y no es que duerma bien, últimamente.

Desde su asiento contempló en silencio los oficios que Amessis celebraba. Cuando hubo terminado, se levantó trabajosamente y fue a buscarla, colgándose de su brazo mientras caminaban hacia la salida extradimensional del Jardín del Edén.

—He visto a muchos sacerdotes de Osiris celebrar ritos funerarios, pero esto... —dijo, con la mirada perdida en la espesa y colorida vegetación, esto ha sido diferente.

La sacerdotisa giró su alargado cuello de cisne para dedicar a Amessis una mirada inquisitiva.

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14/11/2021, 22:06
Reseph Ka-Mat-Ef

Los miembros de La Compañía de la Barba Insondable emergieron del fantástico vergel de vuelta al calor seco del desierto. Fue como recibir una bofetada de aire caliente en el rostro. A vuestra llegada, los sirvientes y esclavos allí congregados giraron la cabeza como una sola persona.

—¡Habéis vuelto, alabada sea Isis! —dijo con Reseph con una mezcla de alborozo y ansiedad, dirigiéndose a vosotros a grandes zancadas—. ¿La criatura está muerta? ¿La Rosa del Profeta está bien?

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14/11/2021, 22:07
Jotnar

Jotnar sintió unas ganas imperiosas de volver corriendo al interior del Jardín y quedarse a vivir allí. Maldito desierto y sus temperaturas desérticas de desiertos.

No obstante, tenía un negocio y un jardín propio que atender así que se acercó a Reseph junto a sus compañeras.

—Muerta y reciclada. Si se ha dañado alguna planta, esto debería ayudar—comentó ofreciéndole el saquillo—. Y Amessis les ha dado descanso a las almas de los desafortunados que hemos podido encontrar. En cuanto a la Rosa...

Alzó un dedo erudito como si fuese a iniciar un discurso.

—No tengo ni idea—dijo tras haber estado cinco segundos enteros en aquella postura. Recuperó la normal—. Es decir, no sé en qué parte del jardín está ni qué aspecto tiene. Aunque no parecía haber nada marchitándose ergo debe estar bien. Pero si quieres podemos entrar a comprobarlo ahora que no hay peligro. ¡Y así de paso puedo presumir de haberla visto!

Rió entre dientes.

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14/11/2021, 22:07
Amessis

Amessis miró hacia otro lado, fingiendo no haber escuchado las palabras de la sacerdotisa.

-No sé a qué te refieres -comentó al cabo de un buen rato; notaba la mirada de su compañera y no podía evitarlo, tenía que responder, algo la impulsaba a contestar, se sentía obligada a ello. Desde luego, no hacía falta que comentase nada, porque en verdad tampoco sabía qué tenía de malo lo que había hecho-. Me habría gustado realizar los rituales correspondientes y en las condiciones adecuadas, pero no tenía tiempo.

Y ahora se sentía mal por ello. Sí tenía tiempo. Sí podría haberlo hecho. Mortificada, Amessis lanzó un suspiró y hundió los hombros. Nepthis ni siquiera le había preguntado nada y ella ya había dado demasiadas explicaciones.

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14/11/2021, 22:07
Lurzca

No había sido fácil limpiar aquel jardín de malas hierbas, pero finalmente lo habían conseguido. Casi le cuesta la vida enfrentarse a aquellas flores, pero por fortuna seguía entre los vivos. De lo contrario, le quedaba el consuelo de que Amessis le habría ayudado a transitar al otro lado. 

No había dicho mucho desde que el combate acabara. Lurzca era una mujer de pocas palabras. Sólo hablaba cuando realmente tenía algo que decir y ese no era el caso. Una vez finalizó el combate, dónde ella y Jotnar tuvieron el protagonismo, o más bien lo tuvieron sus hachas, fue Amessis quien se puso al mando de las actuaciones.

A decir verdad, no entendió prácticamente nada de las oraciones que la sacerdotisa formuló, para ayudar a que las almas atrapadas encontraran el descanso, pero si es cierto que le parecieron muy profundas y llegó a emocionarse. De hecho, una lágrima estuvo a punto de caer por su mejilla, pero no lo hizo, pues Lurzca era fuerte, era una roca y tenía que seguir siendo así. No podía mostrar ningún tipo de debilidad.

Una vez fuera Reseph de interesó por la Rosa del Profeta y fue el enano quien se encargó de responder. Ella no lo hubiera hecho mejor. No tenía ni la más remota idea acerca de la apariencia de aquella planta de la que hablaba, como tampoco sabía si estaba bien o dónde estaba. Lo que si sabía era una cosa, estaba cansada y hambrienta.

Antes de regresar allí, si es que debemos hacerlo... - Dijo muy seria la mestiza. - ...me gustaría comer algo y descansar. 

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14/11/2021, 22:08
Nepthis

Nepthis arrugó la comisura de la boca y estudió a Amessis en un gesto reprobador.

—Sé reconocer la magia cuando la veo, chiquilla, así que no insultes mi inteligencia —replicó, dándole unas palmadas en el brazo para separarse de ella.

Decidió dejarla en paz. Por ahora.

Alzó una ceja.

—¿Comer y descansar? —repitió la sacerdotisa de Hathor en un tono de genuina incredulidad—. Esa planta casi te parte por la mitad, Lurzca querida. Vendría bien que te viera un clérigo antes de que entregases a vaciar la despensa de nuestro anfitrión.

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14/11/2021, 22:09
Reseph Ka-Mat-Ef

—No hay ningún problema, ni con una cosa ni con la otra —dijo Respeh Ka-Mat-Ef—. Nunca os faltará de nada en el Oasis de Muldoon, ya sean camas calientes o bebidas frías, comida recién hecha o curación, por favor, sentiros como en casa.

»Acompañad a nuestra amiga a la tienda de la sanadora —ordenó el Portavoz a sus sirvientes—. Guardias, escoltadnos al Jardín del Edén.

Mostró una sonrisa de dientes blancos que contrastaba fuertemente con su barba bruna.

—Será un placer enseñarte la Rosa del Profeta, amigo mío.