Partida Rol por web

- Estoy convencido de que las autoridades pagarán una buena recompensa a aquellos que ayuden a sellar de nuevo la tumba. - Afirmó el guardia. - No soy quien para ofrecer una suma, pero estoy convencido de que aquel que solucione el problema, no se quedará con los bolsillos vacíos. - Añadió muy seguro de sus palabras, al menos aparentemente. - Es más, creo que el propio dueño de la vivienda, se mostrará generoso si le sacan del lío en el que se ha metido. Es un hombre rico y bueno, no puedo hablar por él, pero estoy convencido de que también aportará una recompensa. Yo lo haría, aunque también es cierto que la gente rica a veces... - Se encogió de hombros. - ...a veces es la más egoísta. - Concluyó.

- De hecho... - Intervino entonces Isidore. - El señor El-Hartum ofreció cuatro mil piezas de oro a aquel que volviera a sellar la tumba que habían encontrado bajo su sótano. - Desveló el joven que había acudido en busca de Lurzca para solicitar su ayuda. - Es por eso que nos reclutó a nosotros, pero... - Se encogió de hombros. - El caso es que ahora son Aswand y los demás los que necesitan de vuestra ayuda. - Dijo apenado. - ¡Debemos ir rápido, cada segundo cuenta!

- Si Aswand está en problemas, iré a ayudarle. - Habló la mestiza y aunque lo dijo de forma convincente, no dudó en mirar a Nepthis cuando lo decía, como pidiéndole permiso. - Lo haría hasta si no hubiera recompensa. Él es mi... amigo. - Afirmó.

Aunque Amessis hubiera dicho que ese hombretón era su "novio", en realidad no era así. Era cierto que podría llegar a sentir algo por ese hombre y esperaba más pronto que tarde que fuera el peso de su cuerpo sobre el suyo, aunque Lurzca se consideraba a si misma una mujer muy tímida y nunca sería ella quien diera el primer paso. De hecho, Aswand lo dio meses atrás en el oasis de Muldoon y ella avergonzada, no accedió a hacer lo que realmente deseaba. Ahora que se encontraba al servicio de Nepthis, lo veía aún más improbable, aunque eso no quería decir que fuera a dejar a Aswand en la estacada. 

- ¿Vamos a hablar con ese hombre? - Dijo refiriéndose a El-Hartum. - No quiero esa recompensa, pero creo que es generosa. - Miró a Jotnar. Iba a necesitar de su ayuda para arreglar aquel entuerto y esperaba que fuera suficiente para él. Las facturas, como había dicho, no se pagaban solas y las deudas se acumulaban muy rápidamente.

—Es generosa si fuera por cabeza—suspiró Jotnar con resignación—. Menudo valor tiene la ciudad.

La madre de Horpet sin ir más lejos les había dado casi lo mismo sólo por ir a buscar a su hijo. Si para el tal Hartum su metedura de pata estaba al mismo nivel, que los dioses los pillaran confesados. Esperaba que las autoridades no se hicieran las locas o iba a perder la poca fe que le quedaba en ellas.

—Supongo, ¿no? 

Se encogió de hombros ante la pregunta retórica. ¿Qué otra cosa iban a hacer? ¿Quedarse allí parados mirándose entre si? Lurzca hablaba de la recompensa como si fuera irrelevante porque ahora mamaba de la teta del templo, que si no a buenas horas iba a ser tan irrelevante. Ni altruismo ni barbas en aceite. Que pronto parecía haberse olvidado de esos días en los que cada moneda contaba para poner pan en la mesa.

Claro que por otra parte empezaba a tener demasiado a menudo la sensación de que era único que necesitaba preocuparse por esas cosas. Sacudió la cabeza e hizo un gesto con el brazo de "vamos" para que todo el mundo se pusiera en marcha.

—Venga, que mis pies se aburren.

Nepthis se encogió de hombros.

—Eso es solo la recompensa del señor El-Hartum —señaló—. Son las autoridades las que deben velar por el bienestar de los ciudadanos. Moveré los hilos y trataré de conseguirte una recompensa adicional por esa vía.

Señaló con el mentón en la dirección de los problemas. Allá iban, otra vez.

—Compañía de la Barba Insondable, vamos allá.

-Si hay muertos vivientes, me interesa -comentó Amessis, aunque ya estaba decidido.

Guiados por el guardia de la ciudad, los cuatro miembros de la Barba Insondable y el pequeño Isidore, avanzaron por las solitarias calles de Gheldaneth en dirección a la vivienda del mencionado El-Hartun. Los otros tres guardias de la ciudad, se detuvieron para ayudar a unos jóvenes que habían resultado heridos en su huida hacia su hogar y les volvieron a confirmar, que los muertos se habían levantado y que habían invadido las calles más céntricas de la ciudad.

El grupo llegó a una zona donde solía encontrarse un bazar y en efecto, estaba lleno de carpas, con algunos de los artículos todavía dispuestos para la venta. Telas, especias, objetos de alfarería o frutas y verduras habían sido abandonados por sus propietarios cuando llegó la horda de muertos vivientes al lugar. Aunque tampoco es que hubiera demasiados, pudieron contemplar como algunos seres humanoides totalmente envueltos en vendajes desgastados por los años y otros no tan bien embalsamados como los primeros, vagaban por el mercado sin rumbo aparente.

Nepthis preparó repartió sus protecciones sobre sus amigos antes de llegar a la plaza del mercado donde esperaban encontrarse oposición. Aquella vez, la Madre Favorecida se escudó a sí misma con un conjuro que hizo aparecer una armadura hecha de pura luz prístina. Cuando vio a zombis y a momias dedicó una mirada de soslayo a Amessis.

—¿Expulso? —preguntó—. Creo que podría convertir en polvo a los zombis sin mucho esfuerzo.

Iniciativa: 6

De camino al mercado Nepthis ha lanzado Armadura luminosa sobre sí misma, Círculo mágico contra el mal centrado en Jotnar y Convicción en grupo afectando también al chiquillo y al guardia, todo ello prolongado con su Cetro de prolongación menor. Se cura el daño a Fuerza del sacrificio con su Cetro de restablecimiento corporal.

Sumario de estadísticas modificadas por los conjuros activos (recuerdo que la Armadura Luminosa equivale a un conjuro de luz del día, y que cualquier oponente que ataque cuerpo a cuerpo a Nepthis recibe un penalizador -4 al ataque)

Armadura luminosa: 14 horas
Círculo mágico contra el mal: 2 horas y 20 minutos
Convicción en grupo: 2 horas y 20 minutos

—Gracias, querida... —había suspirado Jotnar con la propuesta de Nepthis.

Luego anduvieron por las calles y, como no podía ser de otro modo, la ley no escrita de que cuando no te interesa encontrarte con muertos vivientes aleatorios que vengan a molestar siempre aparecen muertos vivientes aleatorios viniendo a molestar se puso en marcha.

Estúpidas leyes no escritas.

Jotnar se encogió de hombros con resignación y agarró el hacha. Cocotilio y Cebollito por su parte se miraron entre sí y asintieron, bajando el coquito berserker al suelo y quedándose el caballero cebolla sobre el enano.

Iniciativa: 16

Amessis prefería no tener que expulsarlos si podía usarlos a su favor, pero no había más enemigos a la vista, de modo que no tenía mucho sentido.

-Adelante -le dijo a Nepthis, y le guiñó un ojo-. A ver qué tal lo haces.

Ini 16

- ¡Muerte! - Gritó el guardia que les acompañaba al ver a toda aquella tropa de no-muertos vagando por la ciudad.

Desenfundó su alfanje mientras se acercaba a uno de ellos y sin ningún tipo de temor, lanzó un golpe contra el zombie, arrancándole de cuajo un brazo, pero aún así, aquella criatura retornada, siguió en pie y sin sentir un mínimo de dolor o quejarse un ápice.

-Vamos, que se nos escapan -exclamó hacia Nepthis, después avanzó por entre los tenderetes mientras su piel adquiría el color verdegrís y una neblina siniestra la envolvía. Levantó su guadaña-. Siervos de Osiris, a mí. ¡Tú! ¡Y tú! ¡Tú también! ¿A dónde crees que vas tú? ¡A por esa de ahí, que no escape!

Aquellos seres de una era pretérita comenzaron a avanzar hacia el grupo. Una de ellas llegaba por un callejón de la zona norte entre las carpas del mercado. Se trataba de un cadáver reseco y marchito, cuyos rasgos permanecían semi ocultos bajo antiquísimos vendas funerarios. Dicha criatura que se desplazaban de forma indecisa, arrastrando los pies gruñendo de una manera terrible. Un halo de desesperación iba aparejado a dicha criatura y nada más verla el pequeño Isidore quedó automáticamente paralizado por un miedo repentino.

La momia lanzó entonces un golpetazo contra el guardia, que fue el primer ser vivo con el que se cruzó. El golpe fue terrible e hizo titubear al gheldanthiano, que no obstante se recompuso para plantar batalla. Se trataba de un guardia orgulloso y que amaba realmente a su ciudad natal y la protegería con su vida de ser necesario. Al fin y al cabo, era allí donde vivían sus seres queridos y sus hijos, si es que tenía.

Fue entonces cuando la momia alzó su mirada vacía y lanzó un grito desesperado en dirección al resto de los defensores de la ciudad. Enseguida les embargó un sentimiento de terror y sólo los más fuertes sabrían hacerle frente sin quedar automáticamente paralizados por el miedo como ya le había sucedido a Isidore.

De forma inesperada, cuatro de los zombies rodearon a la criatura y lanzaron tres golpetazos contra la misma. Uno de ellos impactó de lleno contra ésta golpeándole duro, aunque no pareció afectarle demasiado a tan espeluznante ser. Eso quizás les diera algo de tiempo para combatir a aquella horda. Un tiempo que Amessis había ganado para ellos de forma providencial.

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Nepthis: tirada de salvación de Voluntad 31 (Éxito contra CD 16).

Me quedo pendiente de ver qué tal van las demás TS Vol para saber qué hacer.

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TS Voluntad 16. Me falta sumar a esta tirada +2 por mental bastion del nigromante, +3 por convicción y +2 por círculo si aplica. En cualquier caso, supero.

Espero turno de los demás.

—Joder, eso suena como un marido ultrajado por el vendedor de leche—refunfuñó Jotnar abriéndose paso hasta la momia. Blandió el hacha, que ahora desprendía una especie de humo blanquecino y trató de asestarle un golpe pero la criatura se bamboleó a un lado y la hoja pasó zumbando muy cerca pero sin llegar a impactar—. ¡Chitón! ¡Se supone que los muertos tienen que ser silenciosos!

Paso la TS Vol (28)

Jotnar se mueve a U5, ataca a la momia y como es habitual falla (17)

Cebollito (que como ya dije está en su mochila, por cierto) usa Lágrimas de Cebolla. La momia tiene que hacer una TS Fort CD 14 o quedar cegada 1d4 asaltos.

Cocotilio (¿qué clase de ninguneamiento vegetal es este?) que imagino andará al lado de Amessis, se pone en defensa total.

Lurzca frunció el ceño. Por un momento se vio paralizado por la expresión y el terrible grito de la momia, pero finalmente se sobrepuso y agarrando con ambas manos su gran hacha, avanzó hasta colocarse frente a esta y en paralelo con el líder enano de la compañía. 

- Vamos a hacer devolverle a su tumba. - Le dijo a Jotnar. 

Acto seguido realizó una maniobra que había aprendido de uno de los guaridas del templo de Hathor. Hakim la llamaba "golpe del chacal rabioso". El golpe fue realmente demoledor y la criatura retornada agrió un poco más, su ya de por su agria expresión.

Nepthis se encogió de hombros cuando Amessis le dijo que a ver qué tal lo hacía. Tomó su símbolo sagrado y se lo mostró a los muertos vivientes.

—¡Hathor! —exclamó la Ascendida, y los zombis se convirtieron en polvo a lo largo de todo el mercado—. Y tú, muchacho, ¡ponte a cubierto!

Nepthis realiza una expulsión (tirada de expulsión 14, Nepthis puede expulsar muertos vivientes de hasta 6 DG lo que no es suficiente para rechazar a una momia). Expulsa 16 dados de golpe y los 8 zombis que hay en el tablero se reducen a cenizas, ya que Nepthis tiene el doble de niveles que ellos DG.

- ¡Muere maldita... - Gruñó. - ...cosa! 

El guardia lanzó dos rápidos tajos con su alfanje en dirección a la momia, pero ninguno de los dos tuvo el más mínima éxito. El guardia frunció el ceño contrariado.

-Esa es mi chica -exclamó Amessis cuando Nepthis deshizo a los zombies-. Una pena, la verdad, podían resultarme muy útiles. ¡Tú! ¡Deja de gritar, vuelve por donde has venido!