Partida Rol por web

La Tumba del Alquimista

Aventura | 1. El Candil de Medianoche

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31/03/2014, 21:16
Otto Pintarrota
Sólo para el director

Intrigado por la carta, me olvido del ultraje de la cerveza del gnomo. "En las montañas le habríamos hecho pagar!", me permito pensar mientras inspecciono la misiva.

Me fijo en el lacrado y busco escritura en el sobre. "Nada... pero quien sabe que estoy aqui?!"

- Tu qué opinas, Popper?  - Le pregunto a la rata mientras abro el sobre y empiezo a leer la carta

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01/04/2014, 09:27
Sorvo Barbaflamígera
Sólo para el director

-Increíble, todo está demasiado conectado como para ser casual, y ahora, mi prima ¿dónde vamos a parar?- Sintiéndome mal por la invasión de privacidad de mi prima (sensación que desaparece a gran velocidad debido a la curiosidad y a la desconfianza, dicho sea de paso) afino el oído e intento descifrar la conversación.

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02/04/2014, 10:57
El Zángano y la Corona

Notas de juego

Señor Pintarrota,

Su objetivo se llama Arquedon Lamdius: humano, alto, maduro, tiene barba y bigote y porta una espada que debe tratar de conseguir. Sabemos que esta noche se hospedará en El Candil de Medianoche, en la Calle Mayor. Es peligroso, pero confiamos en sus habilidades para que lo liquide sin problemas. El trabajo debe hacerse esta misma noche o deberá afrontar las consecuencias. Cuando lo haya hecho, tendrá la otra mitad del dinero.

No nos falle.

*símbolo desconocido vagamente semejante a la cabeza de una animal cornudo*

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02/04/2014, 11:55
Roywin Daérgel

Roywin se acercó a la barra con cautela.

Ho-hola señorita, disculpe la intromisión. Verá me llamo Roywin Daérgel y soy la prima de Sorvo, el gnomo con el que estaba hablando hace un momento. Me ha dicho que la avise de que es importante que suba a hablar con él. Que le han preguntado por "el alquimista". Eso es todo. Si quiere la acompaño arriba, si no, dígale a mi primo que me estaré en el cobertizo de la taberna y que me gustaría hablar con él cuando tenga un momento - La pequeña gnoma miró atentamente a la mujer mientras esperaba respuesta. Su aspecto llamó tan poderosamente su atención que apenas hizo caso al halfing que se encontraba a su lado. 

Notas de juego

Descríbeme a la mujer y al halfling porfi. ¿Tengo que tirar para ver mejor o algo?

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03/04/2014, 01:46
Arquedon Lamdius
Sólo para el director

El calor sobre mi rostro me despertó de un sueño sin recuerdos. El calor provenía de un triunfante Sol, espléndido en una grandiosidad sin precedentes, detenido en el horizonte en algo que no era ni amanecer ni ocaso, sino las dos cosas a la vez. Me erguí sobre mis codos y cuando pude apartar los ojos de la majestuosidad dorada y naranja, me descubrí en una tierra de fértil hierbas, verdes y fornidas, como bendecida por dones de varios dioses, que caía en suave pendiente hasta la orilla del Pantano. La vida era abundante allí: polillas, libélulas y caballitos del diablo revoloteaban estáticamente o en predefinidos círculos alrededor de los penachos de las plantas más altas, que abanicaban motas de polvo. Todos ellos parecían recubiertos por una pátina de pan de oro. Más allá, las aguas estaban pintadas de un negro que no devolvía la luz del Sol. Las aguas lamían unas orillas planas, vacías, y una única isla arbolada destacaba en el centro de las aguas. Por fin, el horizonte se cortaba abruptamente, como si el gran Sol que presidía la escena hubiese decidido cortar la tierra justo por ese punto, y más allá sólo quedaba un vacío insondable de luz blanca. Tras contemplar tan extraordinario lienzo durante una eternidad me levanté y di la vuelta, subiendo por la pendiente, entre las altas hierbas, para regresar. Atenazaba mi corazón la necesidad de llegar, no sabía dónde, ni tampoco era capaz de pensar en ello. Las sienes de mi cabeza me presionaban rítmicamente, un dolor sordo y cálido que volvía con cada latido. De pronto aparecieron ante mi las altas torres de Las Cheins, y bajo ellas una ciudad rodeada por murallas dobles. En un suspiro ya las había cruzado y me movía veloz, con creciente ansiedad y desesperanza por sus calles. Vi una casa que me llamó la atención y crucé su puerta, bajo el letrero de un oso alborozado. Un enano pelirrojo tras la barra del mesón me ofreció sin hablar palabras de condena y vida. Salí de allí y corrí, sin esperanzas ya, por la ciudad de casas iguales que eran seguidas por calles idénticas, recubiertas todas por una pátina de lluvia que parecía acabar de caer hacía cientos de siglos. Hasta que alcancé una torre redonda construida en basalto negro, que no había visto hasta entonces. A su puerta encontré a mi padre, que me exhortó a continuar, a no detenerme. Dentro, la oscuridad se elevaba, tangible, hasta más allá de los sentidos. Abajo, unas escaleras de granito se introducían en la tierra. Bajé por ellas dominado por el dolor atronador en mi cabeza y una aprehensión en mi pecho que yugulaba mi respiración. Ninguna luz había en aquellas galerías de piedra y sin embargo yo las seguía sin esfuerzo, añorando la luz del Sol y el olor de los cipreses. Deseé que todo aquello dejase de existir y si con ello desafiara a las edades de los dioses o a la voluntad de la impertérrita eternidad entonces, que fuese yo el que desapareciese.

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04/04/2014, 12:44
Planta superior del Candil

No puedes entender toda la conversación que tiene lugar en el pasillo, en parte porque los dos interlocutores parecen estar algo alejados y hablando a media voz, en parte porque toda conversación en idioma animal siempre tiene mucho lenguaje corporal y en parte porque pillas la charla ya empezada. Sin embargo, eres capaz de escuchar cómo el mapache (Poggue) suelta la típica cháchara animal sobre que no le gusta la posada porque hay muchas personas, perros, ruido, olores fuertes... Nada interesante. Cuando ya estás lamentándote de haber empleado tu don para eso, Roywin detiene al animal y le insiste en que le dé su opinión sobre dos temas: el tal Arquedon y lo que deberían hacer a continuación. La respuesta no se hace esperar: sobre Arquedon, el mapache dice no sabes qué sobre mulas, caminos de tierra y “estar triste”. Respecto a lo otro, cree que deberían largarse de la ciudad: nada inesperado. Las conversaciones con animales, como ya sabes, no suelen ser especialmente entretenidas. Como dato destacable, parece no importarle que tú, Sorvo, les acompañes... ¡Enhorabuena!

Cuando hace unos minutos que has dejado de oir a tu prima y a su mascota, otro sonido llama tu atención: alguien ha entrado en la habitación contigua, ha movido algunos muebles (las paredes son de papel) y luego, el silencio. Tu prima aún no ha vuelto, lo que no es especialmente preocupante (todavía). Mientras esperas, alguien llama a tu puerta, sacándote de tus pensamientos:

—Señor... disculpe, señor... Le traigo sus cosas... —dice titubeante una voz femenina.

Cuando abres la puerta puedes ver que, en efecto, una de las camareras te ha subido las cosas que dejaste en consigna. El servicio parece ir en el precio de la habitación.

Notas de juego

Vuelves a tener tus cosas. (La puerta de la habitación, como ya sabes, tiene llave, así que es un lugar relativamente seguro para dejarlas.)

Por ahora, no pasa nada más: puedes actuar con normalidad (ordenar tus cosas, investigar los ruidos, poner en orden lo que sabes... mear... yo qué sé...) y yo te responderé con normalidad. Sin embargo, también puedes indicarme que simplemente haces esas u otras cosas mientras esperas a que lleguen noticias de tu prima o pase algo destacable. En tal caso, te escribiré cuando pase algo así.

Esto podemos extrapolarlo a futuras situaciones semejante, que llamaremos "de elipsis": si yo no tengo nada más que ofrecerte "por ahora" ("hasta el día siguiente", "durante unas horas", "hasta que el barco llegue a puerto", "durante un día", "hasta que Comadreja se recupere de sus heridas", "durante un rato", "hasta que los que están en el salón hagan X"...), te lo haré saber (como he hecho) y tú podrás decirme (como ahora) si quieres hacer algo más o no; si, por el contrario, eres tú quien no quiere hacer nada especial por ahora, me lo haces saber y yo te diré si pasa algo inmediatamente o no. En el momento en que ninguno de los dos quiera hacer nada en el momento presente, el que tenga la pelota en su tejado (en este caso, tú) describirá lo que hace (tú, jugador) o lo que ocurre (yo, director) mientras tanto y pasaremos al próximo momento significativo*.

* En este caso particular, como quiero dejar hacer a los demás, no podemos pasar ya, así que te toca hacer algo o describirme cómo pasas la elipsis.

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07/04/2014, 02:00
Una chica sureña

Cuando Comadreja le sugiere que “sería lo mejor que continuáramos la conversación en privado”, la mujer, que ha pasado de estar incómoda a mostrar claros signos de preocupación, responde con un “sí” entrecortado. Su siguiente movimiento habría sido para largarse de allí, pero cuando quiere darse cuenta el humano la ha cogido discretamente su brazo izquierdo.

—¿Es que no has oído bien, amiguito? —insiste la sureña al halfling, dejando su cuenco sobre la barra.

Es entonces cuando la gnomo se acerca lo suficiente como para intervenir. Mientras da el mensaje de su primo aprovecha para analizar la extraña situación: de izquierda a derecha, el halfling que está en la banqueta parece algo tenso y se ha llevado una mano a un colgante que lleva al cuello; la mujer rubia que estaba hablando con el halfling ahora parece asustada y su brazo claramente está siendo agarrado por el hombretón que tiene a su lado, cuya expresión facial es de todo menos amistosa; en cuando a la sureña que acaba de hablar, no parece disgustada, pero por el tono y sus rasgos felinos tampoco parece inofensiva.

—Chiquilla, ahora mismo la gente grande... —comienza, pero se detiene: parece haber caído en la cuenta de algo—. ¿El alquimista? —pregunta a todos y a nadie. Durante una fracción de segundo, parece estar atando cabos—. Claro. Claro, señorita: ahora vamos a subir todos a ver a su primo... ¿Verdad, señorita Jacqueline?

Por toda respuesta, la maga se retuerce, víctima de un repentino dolor en el brazo y abre la boca en un gemido mudo. La mujer sureña coge su bordón y hace un gesto a su compañero, que comienza a empujar a la amiga del gnomo en dirección a las escaleras.

Notas de juego

Por aclarar:

La mujer con la que hablaba Sorvo, Jacqueline, es una humana en sus veintimuchos, de melena rubia y lisa, robusta, alta, caucásica y atractiva. Viste una túnica de vivos colores sin mangas y una capa de viaje, lleva un sombrero de ala ancha colgado al cuello y se adorna con mucha bisutería en manos y cuello. En sus manos tiene un zurrón abultado y un bordón, pero también lleva colgado el típico estuche donde los magos llevan siempre su libro.

El hombretón que le agarra el brazo es un humano grande y fuerte, más feo que un culo y vestido con ropas de viajero (túnica corta abierta en el pecho, pantalones, botas). Tiene el pelo oscuro y corto, pero rizado y despeinado. Su mirada es fija y ojiplática, con el ceño fruncido. Aprieta los labios en una mueca de rabia contenida.

La chica sureña que os habla es bajita, morena y de pelo liso recogido en una coleta. Parece una niña, viste ropa de viajera también y lleva un bastón. Su voz es dulce y amable, con acento de la Costa Amarilla, pero su cara no expresa absolutamente ninguna emoción. Hay algo amenazante en sus movimientos delicados.

Estáis juntos.

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07/04/2014, 02:08
Salón del Candil

Notas de juego

La gente a la que en la Liga llaman "sureños" son idénticos a los asiáticos de nuestro mundo. Sus tierras son la Costa Amarilla, un territorio al noroeste de la Liga que recibía el nombre de "Costa del Comercio" hasta que oleadas masivas de refugiados extranjeros, expulsados de sus hogares (en el sur, de ahí el nombre) por la Plaga, llegaron de forma masiva y se establecieron en ella, hace ya casi tres siglos. Ahora son una parte más de la Civilización.

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07/04/2014, 18:29
Comadreja

¡Maldición! ¿Por qué demonios todo tiene que ser tan complicado? Ya no le dejan a uno ni hacer negocios tranquilo.

Los nuevos acontecimientos habían conseguido pegar el colgante la mano izquierda del halfing. Por lo demás, si estaba nervioso o asustado no lo aparentaba. Y si estaba enfadado tampoco. Pero lo estaba. Si la hombretón fuese sólo un poco más pequeño iba a soñar con piedras una temporada. Pero no. No merecía la pena. Comadreja tendría que contenerse. Era el momento de pensar.

Jaqueline era conducida hacia las escaleras por el monstruo, con la sureña y la gnomo detrás. Comadreja les seguía, pero si algo tenía claro es que no le apetecía estar en la misma habitación que aquella banda. Así que simplemente... desapareció. Un movimiento sutil y listo. No había nada que se le diese mejor. Hay sombras que hacen más ruido al moverse. Nadie podría jurar que alguna vez había estado un halfling allí. Mientras los demás giraban para empezar a subir las escaleras él ya se encontraba escondido detrás de la barra.

Mientras se dirigía a su escondite echó una mirada a la gente de la posada. Estaba buscando lo que más odiaba, gente grande. En concreto, gente muy grande y con cara de muy pocos amigos. Más específicamente gente muy grande, con cara de muy pocos amigos y que le gustase ganarse unas monedas a cambio de un poco de jaleo. No le costaba reconocerlos.

Ahora, ya en su escondite, buscó la última pieza de su rompecabezas particular. Sabía que iba a estar allí. Si alguien había prestado atención a sus movimientos era el hombre más nervioso de toda la taberna. Espero a que el posadero le mirase para hacerle una señal. Necesitaba hablar con él urgentemente.

- Tiradas (4)

Notas de juego

POT te voy a matar a ti y a tu maldito tejón.

Voy a tirar por "Mov. Silencioso", por "Esconderme", por "Avistar" y por "Escuchar". Con "Avistar" busco a toda persona grande, armada o follonera que parezca fácilmente comprable. 

Este turno he hecho mogollón de cosas, así que pon tu el límite donde creas conveniente. He asumido que me puedo colocar al final del grupo para escabullirme porque no has comentado nada de que me agarren o me obliguen a moverme. También he asumido que el único en el local que está atento a esto es el posadero, ya que la conversación no llamaría la atención de la gente y el agarre es sutil. Pero para el posadero es importante y no se estaría perdiendo detalle.

POT te voy a matar a ti y a tu maldito tejón.

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08/04/2014, 09:43
Sorvo Barbaflamígera
Sólo para el director

-Muchísimas gracias, estaba a punto de bajar a por ellas sin embargo no me apetecía bajar hasta estar seguro de que los ánimos estaban calmados por ahí abajo. A todo esto ¿Le importaría decirme quién está en la habitación contigua? Verá, está haciendo bastante ruido y me gustaría comentárselo pero tras mis últimas experiencias con alguno de los clientes me gustaría saber que me puedo encontrar ¿entiende?-

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08/04/2014, 12:27
Planta superior del Candil

La chica (regordeta y rubicunda, no mucho más alta que tú y algo tímida) no parece muy dispuesta a revelarte información sobre otro cliente, pero gracias a tus dotes diplomáticas consigues sacarle lo poco que sabe: sólo otro cliente ha tomado una habitación individual esta noche y es el tipo con el que subiste hace un rato, es decir, Arquedon.

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08/04/2014, 19:26
Director

Notas de juego

Os escribo cuando Pati diga algo, pero, para agilizar, y a no ser que Pati cambie algo, te puedo aclarar algunas cosas:
-En efecto, no te llevan con ellos.
-Tu "movimiento silencioso" ha sido una cagada de aúpa: ¡has sacado un 1 en el dado! Por suerte para ti, las habilidades no tienen pifias y tu eres un superdotado del sigilo, así que eso sólo significa que suenas como un halfling largándose: es decir, prácticamente nada. El problema sería si alguien estuviera buscando tu sonido, pero incluso así, el ruido de la taberna te ayuda.
-Tu intento de esconderte tampoco ha sido una maravilla, pero tienes un don, así que, si no te busca, has desaparecido.
-Hay diversos hombres y mujeres que parecen "espadas (o lo que sea) a sueldo" en la taberna, pero están a su rollo, y los únicos que parecen unos folloneros son Lester y su gente, y no parecen de buen humor.
-Si te esfuerzas, puedes ver que el tabernero está, efectivamente, mirando la escena con cierta preocupación. (Está al fondo de la barra, de ahí que tengas que esforzarte.) El único problema es que no creo que se fije en ti: ¡te has escondido!

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11/04/2014, 01:21
Planta superior del Candil

Antes de largarte hacia tu habitación y encerrarte a cal y canto, viste como el hombre del guante se sentaba en una mesa cualquiera y pedía algo de comer.* Con un rápido vistazo a la sala pudiste advertir otras cosas: la mujer rubia con la que antes hablaba el tal Sorvo estaba hablando con un halfling al que no habías visto, por lo menos hasta que el hombretón y la sureña no se pusieron a hablar también con ella. El señor Moginie, por su parte, observaba la escena desde una distancia prudencial, con su reconocible cara de estar teniendo retortijones. Lester y los suyos, mientras tanto, seguían en su mesa, hablando, pero ahora recogidos y taciturnos. Ninguno parece percatarse de tu presencia en la galería. La tarima ahora está desierta y sólo se oye el ruido de la concurrencia, que sigue parloteando, cada vez de forma más relajada. En cuanto a la pareja cydonia, no puedes verla, pues estás justo encima de ellos. Que la Gran Rueda gire sin mí hasta mañana, piensas, renunciando a inmiscuirte más en los asuntos de la taberna: ha sido un día largo, estás cansado y no quieres más problemas.

En la habitación no ocurre nada inesperado, ninguna pantera astral salta sobre ti rugiendo cuando abres la puerta, ningún cubo de meos cae sobre tu cabeza, ningún mecanismo oculto te dispara dardos emponzoñados cuando cruzas el umbral. Las velas de la habitación no explotan cuando las enciendes y no hay ni moradores de las sombras bajo la cama ni ninjas correteando por lo tejados. Vale: la puerta chirría un poco, los bajos de la cama están sorprendentemente limpios, alguien se ha dejado una roñosa nao de plata en el baúl que tienes a tu disposición y lo único que ves sobre los tejados de Dachois son las dos lunas en perfecta alineación sobre un campo de estrellas, como corresponde a una bonita noche de biluna en pleno verano. La ciudad huele como debe oler. La vieja madera del alfeizar tiene el tacto que debe tener. Recostado en la cama con tu más fiel aliada, te sumes en tus obsesivos pensamientos, primero, luego en extraños sueños...

¡...pero no por mucho tiempo! Un fuerte ruido te saca de tu ensoñación: ¡alguien está tratando de echar abajo la puerta de tu habitación! ¡Las embestidas son tan fuertes que la madera ya ha empezado a astillarse! ¿Qué vas a hacer ahora, Arquedon? Notas algo frío y duro a tu lado: tu espada.

Notas de juego

Tienes que perdonarme: antes no recordé que el pasillo de las habitaciones comunes estaba abierto al salón. Mea culpa. (: P) Por tanto, lógicamente todas las habitaciones tenía la puerta cerrada (sin llave) y tuviste que abrirlas para ver qué había dentro. Como lo hiciste con extrema prudencia y buenos modales, no pasó nada y nadie se molestó.

SÉ que registras el único mueble de la habitación: el baúl... ¡Parece que el último inquilino se dejó una sucia moneda! Su estado es probablemente lo que la ha hecho pasar desapercibido a los ávidos ojos de las criadas. Ganas +1 pp. (Lo apuntas tú o yo en tu “Estado”, como prefieras.)

Y siento la tardanza, para variar.

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11/04/2014, 19:01
Arquedon Lamdius
Sólo para el director

Los muros del sueño se vinieron abajo al toque de tambores de gigantes, y una mano todopoderosa me emergió brutalmente del pozo de mis sueños.

En lo que duró un latido comprendí la situación: la puerta de la habitación IBA a caer bajo el impulso de un desconocido o desconocidos. Nada que yo pudiera hacer detendría aquella voluntad. No escuchaba palabra de alarma, o voces con mi nombre entre los estallidos. NO. Era pues, la Muerte la que venía a presentarse con una corte de furia y timbales. El titán que tiraba la puerta abajo no temía despertar a toda la taberna. Quizás era toda ella la que se encontraba tras la madera.

Y con el exacerbado impulso que otorga el terror que despierta de una pesadilla, me puse en pie; de un manotazo cogí la silla, inútil ya, y la coloqué al lado de la puerta. A ella me subí, y en la inquieta oscuridad, en guardia alta, dispuesto a bajar la hoja ante la nuca de un desconocido; con mi corazón cabalgando los truenos; supliqué por una oportunidad… o una equivocación.               

Dios de la Justicia, dame la voluntad para abrir los ojos y ver al Tártaro.

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12/04/2014, 22:51
Roywin Daérgel

Roywin maldijo su suerte, ya estaba metida en otro lío, y todo por culpa se su estúpido primo. "En qué demonios andará metido este idiota, si el tío y la tía Jerrek lo viesen... a ver qué hago yo ahora, esta gente parece peligrosa... demasiado peligrosa, y sólo estamos el alquimista metepatas, su amiga a la que están retorciendo el brazo y yo. Voy a llamar al señor Arquedon, gritaré lo que pueda en el pasillo, no puede estar dormido todavía... ¡Ey! ¿Donde está el diminuto ese que hablaba con Jacqueline?" Miró a un lado y a otro pero no consiguió verlo. "Si se ha ido es que esto pinta peor de lo que pensaba".

Poggue empezó a hacer ruiditos mostrando su disconformidad con el cambio de rumbo. Roywin se agachó y le rascó la cabecita. "Tranquila amiga haré algo para irnos a descansar pronto. Si las cosas se ponen feas tienes que correr y esconderte" Los ojillos del animal se clavaron en los de la gnoma y ésta supo que lo había entendido. 

La comitiva avanzaba hacia el pasillo de arriba.

Notas de juego

1) No sabía si describir la escena en el pasillo ya o esperar a que herr direktor nos lleve hasta allí.

2) Esto va para Wences: si me matas PUTO WENCES mi mapache te perseguirá hasta sacarle los ojos a tu personajillo, hay cosas peores que la muerte. MUHA-HA-HA

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13/04/2014, 17:34
Otto Pintarrota
Sólo para el director

- Bueno, cada vez parece más seguro que alguno de mis familares anda cerca! 

Me quedo pensando un rato bebiendo aquella horrible cerveza y preguntándome de vez en cuando dónde están mis huevos fritos en manteca de cerdo.

"Obviamente no voy a matar a este señor por ninguna espada... si me quedo aquí, en cambio, puede que alguno de mis primos aparezca por esa puerta buscando cerrar este mismo encargo" - Miro nervioso a la puerta por un segundo, como esperando que al decir esto apareciera el buen primo Valkin Pintarrota - "Por Moradin, hace años que no le veo, debe tener ya sus buenos 40 inviernos"

"Hmmm, si, quedarse aqui seria lo mas sensato... pero la verdad es que la curiosidad me mata!" - Acabo la cerveza y me levanto - "Iré al Candil a ver qué encuentro, pero antes dejaré un mensaje para mi familiar"

Me dirijo hacia la barra a hablar con el gnomo.

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14/04/2014, 19:04
El Zángano y la Corona

Mientras lees la carta y piensas cómo proceder, el tipo que te la ha entregado desaparece de tu vista en dirección a la calle. El gnomo no está en la barra cuando te acercas: tienes que llamarle para que aparezca y no lo hace inmediatamente. Cuando aparece, te suelta un:

—¿Qué quiere? —pregunta asomándose por la cortina mientras mastica el palillo—. Si es por los huevos, tiene que esperar: el chico ha ido a por ellos.

No parece que esté especialmente malhumorado: es obvio que para él ese es el protocolo básico de interacción con otros seres vivos.

Notas de juego

Si solo quieres dejar un mensaje y largarte, puedes narrar hasta que sales a la calle y te pones en marcha. Para irte no tendrás problema: las cervezas “son dos infantes cada una” (la moneda de cobre de la Liga: cerveza barata, aunque ajustada a lo que vale) y el propio Koenipeg te devolverá tu burro (sin coste), si es que no vas tu mismo a por él. Para dejar el mensaje, podrás dejar una nota escrita y tendrás que pagar una nao (pieza de plata de la Liga). Si le preguntas por cómo llegar al Candil, pondrá mala cara, pero te lo dirá. Si haces cualquier otra cosa, vamos viendo.

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15/04/2014, 01:45
Wöten Pintarrota

Mientras tú, Roywin, te concentras en maquinar alguna salida para ti y tu pequeño amiguito animal y tú, Comadreja, desapareces de la vista de todos los implicados, el tiparraco y la sureña os llevan a la amiga de Sorvo y a ti, Roywin, hacia las escaleras. La mujer sureña, que te empuja delante de ella, parece haberse percatado de la rápida y discreta desaparición del mediano, pero no ha hecho nada más. El tiparraco, ni eso. En cuanto a Poggue, tan pronto como capta la mirada que Roywin le lanza, el animalito desaparece entre las piernas de otros clientes. Roywin sabe que está cerca, como tantas otras veces, con miedito pero atenta a ayudar si su amiga gnomo está en peligro.

Un enano aparece: es el mismo al que visteis antes disfrutar de la escena de antes con Arquedon y los matones, viejo incluso para los estándares de esa raza. No sabéis de donde ha salido, pero se acerca y pone su mano en el brazo con el que el hombretón sostiene a Jacqueline.

—Oica, amico —comienza tranquilamente el anciano—: iámeme anticuato, perro khreo khe iesta mugier no khierre irr con ustet.

No se le ve en absoluto acobardado por la diferencia de tamaño entre él y el hombretón, tiene el ceño fruncido y parece determinado a arreglar las cosas pacificamente. Además, viste una cota de mallas y lleva colgada a la espalda un hacha de guerra, pero no ha hecho ningún ademán de cogerla. Todo ello le señala como algún tipo de guerrero profesional: ¿un soldado? ¿Un mercenario? El tiparraco tiene que haberse dado cuenta también, pero por toda respuesta lanza una de sus miradas amenazantes al enano y le suelta un escueto “Apártate, montañés” en un tono cargado de nudillos. La mujer sureña, en cambio, no dice nada esta vez, sino que observa atentamente y se ha puesto visiblemente tensa. Cuando el anciano enano habla de nuevo, sonríe como si esperara esa respuesta.

—Me enkhantarría aparrtarrme, amico, pero me tiemo khe... —Antes de que os deis cuenta, su puño sale volando hacia delante e impacta en la entrepierna del bribón.— ¡...FOI A TENERR RREVENTARRLE SUS KRRONJÜWELEN!

¡Sorpresa, amigos! ¿¡Quién os iba a decir que un absoluto desconocido iba a salir en vuestra ayuda!? Algunos de los comensales de las mesas circundantes exclaman ante el espectáculo, pero todos se apartan al unísono, tratando de no verse implicados. El tiparraco se retuerce de dolor e intenta devolver el golpe al enano con un buen remazo, pero el vejestorio lo esquiva milagrosamente. La mujer del sur ha agarrado con fuerza su bastón y la amiga de Sorvo se ha soltado del agarre de su captor. Por el rabillo del ojo podéis ver como Wendy sube corriendo las escaleras... ¿Irá a avisar a Arquedon o a Sorvo?

- Tiradas (1)

Notas de juego

Daño (no-letal) de Wöten al hombretón feo: 3.

Comienza vuestro primer combate:
1) Tirad Iniciativa (es lo que se hace siempre al empezar: 1d20 + lo que ponga en vuestro estad) de forma pública (no oculta) y sin dificultad.
2) Describid/contad lo que hacéis, como de costumbre. (Para ver cómo va el combate y lo que podéis hacer, mirad las reglas de combate en la escena “Reglas” o en el manual.)
3) Haced las tiradas pertinentes (si entendéis cuales son).

Os pondré la siguiente "ficha del combate" entre asaltos: FICHA DEL COMBATE.

Podéis ver la descripción del enano clicando en su foto.

No me cansaré de decirlo: cualquier duda, decídmela.

¡Y puteaos en el Off-topic a la vista de todos, perturs! Que está muerto de asco... 

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15/04/2014, 15:18
Comadreja

Desde su escondite Comadreja no podía ver lo que sucedía, pero lo oía. En su mente la nueva situación iba tomando forma. 

Ahí están los músculos que me hacían falta. Y parece que me va a salir más barato de lo que pensaba. Además es un enano. ¡¡¡UN ENANO!!! Siempre se puede confiar en la gente bajita.

Ahora, con los brazos de su nuevo compañero en funcionamiento era el momento de actuar. Había que pensar rápido y actuar más rápido aún. Notaba que las piernas no le iban todo lo rápido que debían. Todas las emociones anteriores parecía que le empezaban a hacer mella. Pero aún así esperaba actuar con la velocidad suficiente. Con la honda cargada en una mano, el halfling se subió de un salto a una mesa detrás de la barra, recuperando la visión perdida. Iba a empezar la acción.

Todo halfling sabe que la mejor manera de derrotar a un enemigo es con una buena pedrada en la cabeza. En este caso parecía claro que la mujer sureña era la cabeza del grupo. Ese era su objetivo. El corazón le pedía atacar al gigantón, pero ahora mandaba el cerebro.

La muñeca de Comadreja giraba y la honda giraba con ella. La piedra iba cogiendo velocidad con cada vuelta hasta que, apenas un segundo después, ya estaba surcando el aire de la taberna en dirección a la sureña. 

En la posición de destino la escena aún no había cambiado. No había dado tiempo. La mujer sureña no había tenido tiempo ni a desenfundar. Y la piedra se acercaba rápidamente. Si las piedras tuviesen cara esta estaría sonriendo, feliz del destrozo que iba a causar. Por desgracia las piedras no tienen cara. El impacto fue perfecto. Objetivo alcanzado. Por desgracia, con las prisas, el honda no había cogido la velocidad suficiente. El disparo, aunque certero, había sido algo flojo. Pero no había tiempo para lamentarse. El combate seguía.

- Tiradas (4)

Notas de juego

En serio, vaya mierda de tiradas. En los dados de daño he sacado 2 veces 1. Y en los de 20 caras no he llegado al 10 en ninguno de los 2. Eso sumado a las pifias anteriores...

He asumido que ataco el primero aunque la tirada no es nada del otro mundo. Si me superan en iniciativa avisa y cambio lo que haga falta.

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16/04/2014, 01:49
Salón del Candil

Es obvio que el puñetazo del enano no ha provocado graves heridas a un hombretón como vuestro enemigo, pero el tipo no puede evitar soltar a Jacqueline y doblarse sobre sí mismo con una cara que da auténtica pena. Es la ocasión perfecta para el enano, quien, al grito de “¡Tausenfasser!”, golpea de nuevo a su oponente, esta vez en el rostro... ¡El enano tiene al rufián en sus manos!

Desgraciadamente, la sureña no ha perdido un segundo en ponerse en guardia (revelando lo que tú, Comadreja, ya sabías: que no es una simple rufiana, sino una experta combatiente) y su siguiente movimiento ha sido avanzar unos pasos (arrollando a un cliente) y soltar un veloz bastonazo contra vuestro salvador. El viejo enano, que claramente no es tan ágil como lo fue en su juventud, acusa el golpe con un gesto de dolor.

Jacqueline no es tonta, claro: liberada de la presa del rufián y aprovechando la intervención del enano, la mujer se aparta y se da la vuelta como un gato (empujando en el proceso a una camarera cuya bandeja llena de jarras cae estruendosamente al suelo), agarra con firmeza su bastón y arremeter contra el hombretón: el blanco es fácil y le da, pero no se la ve muy ducha en el combate y apenas le hace daño.

En cuanto al hombretón, el primer sopapo de su contrincante ha hecho que tarde en reaccionar, pero al segundo puñetazo ya es capaz de responder con otro semejante en la recia cara del enano. Una mala idea: por viejo que sea su oponente, aún es un enano y apenas parece darse cuenta del puñetazo recibido.

En cuestión de segundos, el personal y la clientela se han alejado del epicentro del combate con gritos de sorpresa y susto: no quieren recibir un bastonazo perdido... o algo peor. Ahora, tanto los más cercano como algunos más alejados (entre los que se incluyen los bribones que un rato antes trataron de mangonear a Sorvo) contemplan incrédulos el cristo que se está montando. En cuanto a Poggue, sigue sin vérsela por ningún lado (lo cual es buena señal), y Moginie, a lo lejos, se lleva las manos a la cabeza.

- Tiradas (12)

Notas de juego

Estos son los turnos de los PNJs en este asalto:
-EL ENANO da un puñetazo al hombretón (a. estándar);
-LA SUREÑA se mueve hasta E4 (a. de movimiento) y suelta un bastonazo sobre Wöten (a. estándar);
-JACQUELINE se libera y da un bastonazo al hombretón feo (a. estándar), y
-EL HOMBRETÓN FEO devuelve el puñetazo a Wöten (a. estándar).

En cuanto Roywin haga su movimiento, cierro el asalto 1 (describo lo que pasa) y pasamos al asalto 2. (Por eso no he incluido los hechos del mensaje de Comadreja: eso lo integraré en el mensaje-resumen del asalto.)

Roywin, no te estreses por las tiradas ni te sientas atada por lo que han hecho los demás PJs: sólo describe lo que quieres hacer y yo me encargo del resto.