Partida Rol por web

Viendo a Francesco en problemas, Grigore maniobra su caballo para situarse a la espalda del asaltante y le golpea sin piedad hiriéndole gravemente. Además justo después del ataque de Grigore, Hans le asesta una serie de estocadas rapidísimas que dejan al asaltante hecho un ovillo sangrante en el suelo...

Mihaela, en un impulso que no sabe de dónde viene se abalanza sobre el hombre restante y le empieza a morder del cuello succionando el escaso fluído vital que le resta, escena que se queda mirando Ion con asco y negación

Dalina una vez más se encuentra sin oponente al que asestar sus estocadas pues otro de sus compañeros ha acabado con él

Ahora que había terminado el combate, hans examina los cuerpos para ver si queda alguno vivo.
De repente cae en la cuenta de que el único que queda vivo esta siendo vaciado cual vaso de vino en garganta sedienta.
Corre rápidamente hacia Mihaela tirandola de los pelos intentando separarla de su "cena", con suerte podría decirles algo sobre quien les ha enviado.

Francesco se levanta con un dolor en el pecho, de a poco se va dando cuenta que sus heridas van cicatrizando hasta dejarlo completamente sano... Que sensacion mas extraña, parece que todo daño desapareciera solo...deseandolo...pero a pesar de todo el hambre ha crecido...,comienza asi a revisar los cuerpos de los caidos, en el camino toma su espada ya no me soltare de ti...mis artes aprendidas no ayudan tanto

-Entonces...es cierto...tenemos extraños poderes. He visto como acabábais con los bandidos sin esfuerzo casi.-digo, suavemente, aunque me quedo contemplando la visión de Mihaela saciendo su hambre impura en el caído. Mas dolorosa aún es al visión, ya que se que yo también, tarde o temprano, caeré en esa misma situación. El olor de la sangre que inunda el aire asi me lo dice, ya que aunque Roderigo nos ofreció alimento (sangre, por los dioses impíos!!!) ese olor me revuelve en lo mas profundo de mi ser, y siento la acometida de algo horroroso dentro mío.

Mihaela absorve el fluido vital del humano pero algo en su interior reacciona a tiempo y logra detenerse antes de acabar con su víctima evitando la carga de conciencia que eso conllevaría.. Justo cuando Hans se encuentra a su lado dispuesto a arrancarla del humano si es necesario ella misma se aleja.

El humano de todos modos está muuuuy mal pues aparte del sangrado que le ha hecho mihaela, tiene profundas heridas abiertas...

- Así es, Robert, nosotros acabamos con los bandidos, no tú. La próxima vez agradeceríamos tu ayuda, puede que así no tengamos que lamentar ninguna herida, por fácil que sea luego curarla. En todo caso, si no sois guerrero, pues más bien recuerdo que antes de convertirte en... eso eras una especie de erudito, podrás ayudarnos de otras maneras.

-La verdad es que estoy de acuerdo con el señor Grigore, Robert.- Dije siniestro y despectivo mientras miraba mi espada ensangrentada con curiosidad.- Tu cobardia nos infunde de temor al resto del grupo, vos fuisteis el primero en sucumbir bajo la opresion de Hardes y revelar todo lo que sabias.¿Que pruebas hay de que no haras lo mismo con nuestros "creadores"?

Me acerco la espada a la boca y empiezo a limpiarla con la lengua, saboreando con extasis aquellas gotas de sangre que hacian brillar el filo del acero en color carmesi. Despues de todo, tan pecaminoso era para un hombre, saborear de aquellos el fruto que habian desperdiciado despues de atacarnos, y sobretodo cuando yo mismo me procuraba que mis golpes no fueran letales. Cuando termine de limpiar y enfundar la espada, me dije que no, robar de un ladron no era ningun pecado, y aquellos hombres seguro que habian robado mas sangre que yo y desperdiciado por no encontrarla util.

-En cualquier caso, la verdad es que si que tenemos poderes.- Dije recordando mi vision clara de la venida de aquellos bandidos, mientras me dedicaba a mirar el interrogatorio del bandido moribundo.- Aunque los mios parecen muy inofensivos, en mi opinion. Como si los dioses solo me hubieran otorgado algo con que suplir mi defecto visual.- Baje la cabeza y me resigne amargado y asqueado, no me gustaba recordar ni mi herida, ni la cena donde me la hice.- Que por cierto, bien podian haberme dado los avaros de los seguidores de Hardes algo con que taparme esta marca del diablo. Aunque solo fuera un pañuelo.

Mientras el resto del grupo discutia entre si Hans estaba más ocupado en hacer algo útil.
Zarandeó el cuerpo del asaltante hasta que por un momento mostró señales de vida que se iban apagando segundo a segundo.
-¿Quien te envia y por qué?
Podían ser simples ladrones pero demasiada casualidad que un grupo tan reducido se enfrentase a mas de 5 hombres armados. Quizas alguien les estaria observando, pero ahora debía centrarse en lo importante.

Hans comienza a zarandear al asaltante mientras le pregunta algo que no alcanzais a oir.