Partida Rol por web

Se estaba cagando en todo los muertos de aquel bosque de mierda, en los árboles, en la puta nieve y en la madre que parió a aquella panda de niñatos prepotentes y sectarios, -porque vaya tela para sacarles algo de información, parecía que les cobraban por palabras, como en los putos anuncios- para sus adentros mientras le hacía un gesto a Gia para que no se preocupara por él, con una media sonrisa gélida en los labios.

Sonrisa que se congeló del todo, junto con el resto de su cuerpo, cuando el japonés desapareció en el aire, como en las películas. No hizo nada, no dijo nada, solo permaneció en silencio, quieto al lado del árbol del que se había caído, observado de hito en hito a todo el mundo y buscando con la mirada cualquier cosa que pudiera servirle para defenderse de aquellos... de aquellos... Joder, no sabía ni como llamarlos, sobretodo en voz alta, por si se ofendían y lo freían con la mirada o alguna mierda peor.

De momento se iba a limitar a ver, oír y callar, por si resultara que el rubiales podía de verdad trastear el corazón del otro chaval. Porque el japo había desaparecido como el puto Nightcrawler. Y ese japo podía hacer eso... A saber que podían hacer los demás bichos raros...

Recorrí con la mirada rápidamente la zona y pude reconocer con facilidad a nuestros compañeros. Eso me arrancó una sonrisa de alivio, aunque Ben y Elizabeth aún no habían despertado.

Rina me preguntó si sabía algo sobre aquellos desconocidos, a lo que negué con la cabeza, en silencio, mientras les examinaba con curiosidad.

- Una cosa es segura... - dije rodeando a Rina con el brazo sobre sus hombros mientras empezamos a acercarnos al resto - si están aquí, no es fruto de la casualidad ¿no te parece? - la miré fugazmente y cuando ella se dirigió a Chris, me acerqué a los desconocidos.

Parecían mirar con recelo todo a su alrededor (no era para menos) y, por lo que intuía, parecía que ya había habido algunas presentaciones.

Me acerqué al árbol y miré a la chica encaramada en las ramas, con curiosidad. Levanté la mano y sonreí amablemente, a modo de saludo.

Tendí luego la mano a los dos chicos de aspecto occidental que estaban cerca, a la vez que inclinaba levemente la cabeza.

- Lamento que os hayáis visto involucrados en una situación tan... compleja - dije en tono diplomático - soy Mako, supongo que tendréis muchas... preguntas.

Saludé desde ahí a las dos chicas desconocidas que permanecían cerca de un tercer muchacho, aparentemente de descendencia china.

Saludé enérgicamente a mis compañeros y, levantando algo la voz, me dirigí a Nyara.

- ¿Y ahora me dirás que éste es tu hermoso jardín?

La situación era desalentadora, pero no podía evitar sonreír, pues al fin podíamos tomar partido, y estaba decidido a lograr evitar el desastre.

Makoto estaba ya lejos, hablando con sus compañeros: ella llevaba rato ensimismada, intentado no pensar en lo de "la desaparición".  Hizo una reverencia japonesa perfecta⁽¹⁾, una presentación mil vez veces hecha como guía ... totalmente a destiempo:

- Katarzyna desu.  Douzo, yoroshiku onegai shimasu ⁽²⁾ - El ridículo fue patente.  Intentó refugiarse en "los nuevos".
- Hola, soy Katarzyna, de Polonia - Miró al "apuesto rebelde".  Parecía no tener atención más que para la italiana aquella ...
- ¿Acaso eso me molestaba? - Lo negó a si misma rotundamente.
- Es que "los nuevos" debemos estar unidos. - se convenció a si misma.

Llamó mi atención la exquisita educación de la chica que se presentó formalmente cómo Katarzyna. Era la primera vez que veía en alguien occidental tal deferencia; busqué la mirada de Rina con expresión de sorpresa y volví a mirar a la polaca, a quién le correspondí el saludo inclinando el torso frente a ella.

- Hahimemashite Katarzyna-chan - dije tomando una familiaridad inexistente, tratando de rebajar su evidente y más que comprensible estado de tensión.

- ¿De Polonia? Conocí un chico que hizo un Máster en Cracovia - dije acercándome a ella con una sonrisa y apoyando mi mano en el dorso de su brazo, procurando tranquilizarla, pues parecía estar molesta o preocupada por algo.

- No os preocupéis - hablé en tono tranquilo - de momento lo esencial es empezar a moverse cuanto antes, no nos conviene permanecer en la intemperie - dije mirando a izquierda y derecha, buscando dónde yacían Elizabeth y Benjamin.

Si la situación se alargaba, deberíamos encontrar la forma de trasladarlos.

La actitud del rubio no le había caído nada bien. - Hazlo y solo demostrarás quien eres en realidad - incitaba al joven, aun enojada frente a la falta de respuestas del grupo. Le molestaba mas aun el parecer el único que demostraba la desaprobación respecto a aquella situación. - Acaso soy el anormal que exijo una explicación luego de ser raptado y ver a un flaco desaparecer - miraba a su costados, ninguno de los que habían vivido lo mismo parecía apoyarlo.

- Esto es una maldita joda, no.... Me tratan como si fuera el enemigo al no confiar, soy el único que aparentemente vio lo que hizo el japones, el rubio chistoso se jacta de ironía y me amenaza. Luego de aparecer en un maldito lugar, cuando tengo una puta vida sin molestar a nadie...Y se supone que soy el raro por pedir una puta explicación - la voz de Erik era con un poco más de tono pero aun así no esta completamente fastidiado. Los demás parecían obviar la situación de tensión, solo dedicaban a presentarse. A pesar de haber sido el detonante de su actitud, Makoto parecía poner trapos fríos al asunto siendo el primero en presentarse.

Algo no me acababa de cuadrar con el chico.

-¿Demostrar quién soy en realidad? Kurt Rainer, bajista, cantante y me gusta hacer body painting en mis ratos libres. Lo de estrujar corazones aun no se que considerarlo.-Chasqueé los dedos de una mano terminando con el indice señalando a Lia.

Sus siguientes palabras ya no me gustaron tanto, ahora nos acusaba de amenazarle. "¿Yo? ¿Cuándo?" Reí con la mano tapándome la boca disimuladamente para evitar molestarme más. Luego levanté las manos hacia el para que parase un poco el carro.

-A ver, deshuesapollos. Tu estás aquí, nosotros también. Tu no sabes quienes somos nosotros y nosotros no sabemos quien eres tu. ¿Quieres explicación? Te hemos dicho lo que hay. Ahora estamos intentando solucionar esto y ayudaros. Además, por mi parte, lo de Makoto...-kun?-dije con un poco de duda, pues algo sabia-pues...no es la primera vez que lo hace, y mola mucho, ¿Verdad? Además acuerdaté, dije que o cooperas o...-Levanté una mano, con la palma hacia arriba cerrando muy lentamente apenas unos centimentros mis dedos-espero que puedas vivir sin corazón.

Aquello parecía personal, nadie parecía intervenir y para Erik solamente parecía que estuviera ellos 2 solos.

- Erik Balan, chef y con orgullo deshuesapollos; así de simple estrujador de corazones - Se presentaba hacía el pequeño enemigo que se había hecho, quizás por el simple hecho que había sido él único que tomaba atención a su forma de ser y había respondido de una forma poco diplomática pero efectiva para llamar su atención.

- Si, la verdad que mola lo que hace. Pero aun así siento que hay cosas que omiten, no soy idiota aun no confían; así como yo aun no confío - comentaba de forma sería y analítica. - Cooperaré porque veo que es el único modo de salir de aquí y tengo un Restaurant que atender al caer la noche. - contesto serenamente intentando no hacer notar el miedo y la duda frente a lo que podría realizar el músico; por otra parte sabía que no le quedaba otra opción que moverse con el grupo para poder salir de aquel lugar, pero a la primera de vuelta, volvería a su viejo edificio para volver a la rutina.

Al ver como parecía haber domado al rebelde y aceptar la situación(A pesar de querer ir esta noche a su restaurante) puse cara triste, aun con la mano a puto de apretar su corazón. "Me encanta esto...pero que pena..."

-Está bien, respuesta correcta, te libraste.

Rápidamente giré mi cuerpo y con el mi mano hacia un árbol y cerré el puño a la vez que movía el brazo con fuerza hacia arriba casi como si intentase atrapar una mosca en el aire.

Como estaba nevando, se apreció como la nieve se expandía hacia los lados con violencia hasta que de pronto el árbol crujió espolvorenado toda la nieve que sobre el había y el tronco empezó a resquebrajarse por una zona hasta que no se sostuvo más y cayó al suelo  con en sonido de sus rampas rompiéndose contra el suelo y un "bum" final del tronco sobre la nieve.

-Wow, ¡Heartbreaker!- Y empecé a reír y me giré hacia Erik con una mirada vacilona. "Creo que con esto ya se tranquilizará del todo, por si las moscas..."- Dudo mucho que vuelvas a tu restaurante al caer la noche...-Me acerqué hasta donde estaba Ben.-¿Coges tu a Elizabeth Makoto?

Ignoro la pequeña discusión/vacile/cosa que se trae Kurt con el deshuesador. Al fin y al cabo es una discusión chorra y tenemos cosas más importantes en las que pensar.

A Rina la miro con cautela, pensando en lo que ha dicho y digo en voz baja.-Como quieras, pero quizás prefieras hacerlo donde los nuevos no lo vean.-esto lo digo pensando en como ha reaccionado el deshuesador al ver a Makoto desaparecer. Si otra movida parecida pasa, lo mismo les da un chungo aquí mismo, y bastante tendremos con arrastrar a dos fardos humanos.-Pero no te alejes mucho ni te vayas sola.-Makoto sería el guardaespaldas ideal, pero veo que está ocupado en otros rollos.-Voy yo contigo siquieres.-entonces miro a Lia, a la que desde luego no quisiera perder de vista en un entorno hostil. No obstante se quedará con Kurt y los demás, y no nos alejaremos mucho. Aún así, la pregunto.-¿Quieres venir tú también?-digo mientras cojo ligéramente su mano.

Hmmmmf...

Abro los ojos con pesadez. Somnoliento y algo desorientado, incluso con un ligero mareo, oigo voces a mi alrededor. Algunas me resultan familiares, otras no. Al abrir los ojos veo ramas, y un cielo encapotado sobre mi cabeza.

¿Donde...?

Me incorporo lentamente, como si me pesara el cuerpo, llevándome una mano a la cabeza.

¿K-Kurt? -Pregunto al reconocer a quien tengo al lado- ¿Donde... donde estamos?

Los nuevos siguen entre pasmados, entre incrédulos,  Rina se queda en silencio, y los mira, pasando su mano por su nuca, uno de ellos parece resistirse a la idea, pelear, como si fuese algo natural.

- chicos, nosotros sigamos, si los nuevos quieren seguirnos.. bueno... nosotros debemos seguir...- levanta sus cejas y se separa un poco de Makoto, para que ayude a Eli, que seguía dormida, junto a Ben, pero él comenzaba a despertar. Rina sonríe, ellos dos estaban despertando, pero dejó a Makoto, y asintió a Christopher, era mejor  alejarse, ya los nuevos estaban muy alterados, y no parecían ser personas muy amables, no del todo por lo menos, mientras el miedo las poseyera.

- vamos... y veamos que podemos conseguir -  le guiña un ojo, y se aparta de Makoto, apretando su mano, volvería pronto, se alejarían lo suficiente como para que los nuevos no vieran lo que harían.

Ya más lejos, Rina se gira, ya no estaban cerca del resto, y esperaba que los chicos no dejaran que ellos vinieran, no quería asustarlos demasiado.

- Beni debe estar esperándonos, si ella nos trajo, ¿no crees? - pregunta, estaba algo asustada, con sus manos metidas en sus bolsillos, y lo queda mirando  y luego observando sobre el hombro, por si no habían espías - ya... veamos...- comenzó a concentrarse,  reunir su energía y hacer que el fuego féerico aparezca en su mano, y poder ver a los espíritus cercanos, para saber qué podrían decir. 

Aburrido del corralito de gallos y gallinas en que se había convertido el claro, y habiéndose dado cuenta de la falta de las gemelas,el oriental se internó en la maleza, en dirección de donde las había podido escuchar hablar.

El crujir de sus pisadas sobre la nieve pasó medianamente desapercibidas entre el numeroso grupo reunido en el claro, donde unos pocos habían iniciado una competición de "marcar paquete", otros y otras observaban el espectáculo con interés y los restantes estaban demasiado sorprendidos y consternados por aquella extraña y nueva situación.

A él en cambio todo aquello le aburrió rápido. Su situación no iba a cambiar por que se preocupase, lo que debía hacer era buscar la mejor manera de salir de todo aquello.

Cuando estuvo cerca de donde le pareció escuchar las voces, las buscó repasando la zona con la mirada.

-Esto...¿chicas?

Cuando apareció Mike, pudo ver a Kyara que tenía una mano alzada en dirección a su hermana, que parecía estar bajando de algún sitio. La vió justo cuando estaba tocando el suelo muy suavemente.

-Ouh, hola Bruce Lee -dijo como ai fuera lo más normal- ¿tienes mucho frío? Las cuevas están por ese lado -comentó por si buscaba eso para protegerse del frío.

-Mierda de hielitos... me veía haciendo una rampa que se rompiese a mitad de descenso- suspiró estirándose-gracias por echarme un aire. Hay unas cuevas... por el norte hay más montaña- iba a acabar yendo hacia allí sí o sí, pero antes era asegurarse algo que llevarse a la boca por el camino.

Entonces su hermana se dirigió al chino ese de los abducidos que parecía haberlas pillado terminando el truco.

-¡Ah! Genial-se escuchó un ruido tremendo y dio un salto en el sitio-Voy... voy a decirles que nos vamos adelantando, vas a coger una pulmonía de las chungas, bruce lee... -titubeó y le miró con el aspecto receloso de un animal salvaje-¿q.. has visto?

-Cazzo... tendría que pasarme algo peor para romperme...-murmuró a su vez a Chris, levemente ruborizada.

Estaba de pie al lado de Chris, mirando toda la escenita con la ceja levantada. Suspiró con cierto cansancio. Entendía la situción de los nuevos, no debía ser muy agradable aparecer de la nada en un bosque nevado, aún menos que los allí presentes empezaran a hacer cosas extrañas, como desaparecer en una nube o como Kurt, romper árboles como quien pisa una ramita.

Miró a Nyara y luego al resto. Bueno, si habían encontrado unas cuevas quizás era donde habían conocido a Beni. De no serlo, bueno, podrían hacer un fuego y no estar expuestos a la intemperie y pensar mejor en un plan.

-Por favor...calma-pidió con suavidad tras el rebote de Erik. Al menos empezaba a saber sus nombres, era un primer paso para almenos cooperar-Inspeccionaremos la zona para asegurarnos que estamos a salvo, necesitamos refugio antes de que se haga de noche-la italiana sentía empatía por los nuevos. Lo último que quería es que salieran corriendo y murieran bajo las fauces de un lobo o congelados. Luego se giró hacia Chris, tomo su mano y la acarició brevemente.

-Me quedo, no quiero que pase nada...-murmuró. Sabía que con el carácter de Kurt y las hermanas, quizás era buena idea quedarse y hacer de intermediaria sin cabezas que rodasen-No te esfuerces demasiado, luego no quiero cargar contigo-bromeó volviendo a despeinarlo. Era capaz, pero en una situación así quizás necesitase sus capacidades para otras cosas.

-Controlaré al trío asesino para que no maten a nadie...-apretó levemente la mano de Chris, imperceptible al resto. Lo hacía de forma discreta, como si le diese verguenza que el resto lo viera-Ten cuidado, por favor-volvía a mirarlo de forma tímida.

-¿Que he visto?-Se encogió de hombros -Cosas muy raras.. a tí aparentemente ¿flotando?  y.. ¡Ah si! un grupo de personas asustadas aparecidas en medio de un bosque nevado , divididas y muy diferentes entre si. Pero vaya, que tampoco creo que vaya a sacar gran cosa haciendo un mundo de todo esto. Lo principal es salir de aquí, y supongo que es peligroso que andéis las dos solas, ¿no?

Se sopló a las manos, que empezaba a tenerlas reálmente frías.

-Me estoy helando, no tendréis por ahí la habilidad de hacer fuego o lo que sea, ¿no?

Era evidente que Mike había decidido tomarse todo aquello de una forma muy poco sería, pero en el fondo esa era su manera de actuar normalmente