Partida Rol por web

Había sonreído a las palabras de Kat, sin dudas utilizaba el idioma de forma fluida y eso le ayudaba a generar sociales de manera más rápido.

- Je! - se rasco un poco la cabeza. - Es que siempre fui diferente al modelo típico, la cocina y la comida ayuda a unir a las personas, traer antiguos recuerdos y formar eventos que perduren en la mente - Explicaba formalmente, sus palabras le hicieron recordar a la ultima entrevista para la publicidad del restaurant en el periódico local.

- No hay problema, nací en un zona acostumbrada a un clima parecido y suponía que tú no - comento a Roxana cuando ella había aceptado aquel abrigo y agradecía por ello.

Tras el comentario de la italiana referente al idioma, presto atención a las palabras y pudo notar verdaderamente que cada uno hablaba idiomas distintos; igual aquello no era un impedimento ya que había aprendido en sus viajes a hablar y leer otros idiomas dentro de un ámbito cotidiano. Se acercó a Katarzyna para susurrarle - Gracias de todos modos - como disminuyendo aquel comentario que parecía quizás disminuir la intención de la joven al querer conversar en el idioma natal de cada persona. - Si, creo que todos esto es una locura pero parece que no tenemos opción........tu cercanía a mi dialecto es algo que me hace sentir tranquilo; y mucho más tú tono de voz que me resulta familiar y me hace sentir como en casa - continuo hablando con la polaca.

El comentario de los lobos dejo un poco impactado a Erik, ya que solamente los había visto en zoológicos y documentales. Esperaba que los comentarios de los demás sean ciertos . - Quizás alguno es biólogo o recuerda más que yo lo de Discovery - pensaba mientras se mantenía con el grupo.

Aquella caminata a través del bosque se tornó más amarga por la inesperada presencia de aquellos lógicos depredadores.  Katrazyna trató de aplacar su miedo con la conversación de Erik, aunque sin duda había en ella una presteza inusual para llegar a aquellas cuevas, aún sabiendo que lo que hubiera en ellas podría ser más temible incluso.

La mirada de Giulia y la seguridad que me transmiten sus palabras susurradas me reconfortan muchísimo.

Asiento en silencio mientras mantengo su mirada.

Y en ese páramo helado se cumplió la paradoja del desierto pues, cómo si de un oasis se tratara, ahí estaban las cuevas.

- Ahí están - digo a nadie en particular, con una pequeña sonrisa.

Espero a que todos accedan antes de entrar y dedico una cálida sonrisa a cada uno de ellos a medida que van entrando.

Hecho una última mirada hacia atrás, de espaldas al resto... desaparece mi sonrisa.

Maldita sea... dónde estáis...

Ya con el Lobos lejos, Rina se fue levantando y miró a su compañero que había quedado particularmente callado, seguramente se sorprendió por ver a ese espíritu, o ve tú a saber, pero Rina emitió un gran suspiro, había agradecido al espíritu aunque hubiera sido demasiado críptico, odiaba que fueran así, pero eran espíritus.

-  hemos ganado algo de tiempo, pero es evidente que estamos solos, Smith-san - sus labios formaron una sonrisa tensa, pero de todas formas, confiaba en que Beni se comunicaría con ellos de alguna manera, que habría dejado alguna pista, algo.

- vamos, el grupo de seguro se ha adelantado, y debo procurar que no hagan nada peligroso - y con eso pierda todos mis recuerdos, pensó,  y puso su mano en el hombro de Chris, notando su tensión, - sí, fue muy críptico, deberíamos acostumbrarnos a las verdades a medias, pero estaremos bien, ya veras - ¿en qué se basaba para asegurar eso?, en nada racional, sólo en un deseo de que fuera así. Se giró y apuró el paso, volviendo a esa forma tan taciturna en la que se había sumido desde los sucesos en Kyoto. 

Ante él, la entrada de las cuevas se muestran, casi desafiantes.

-Al menos la temperatura será más agradable... piensa para si y, tras inspirar profundamente, se interna tras las hermanas

La noche llego y como siempre cada uno decidió irse a dormir, algunos temprano, otros tarde, pero a fin de cuentas todos se acostaron en sus camas con el convencimiento de que la mañana siguiente sería diferente o tal vez igual, nadie lo sabia realmente, algunos esperaban un día tranquilo, otros un día importante, pero todo el mundo tenía ciertas esperanzas en el día de mañana, ya que un nuevo día siempre trae cosas nuevas o acaso esa era una mentira que algunos se habían inventado.

El sueño llego antes para algunos y después para otros, sin embargo, algo sucedió durante la noche, un sueño, un extraño sueño que se repitió en durante la vigilia de varias personas, algunos sabedores de su especialidad, otros aun no lo sabían y algunos simplemente sabiendo que eran personas normales, de diversas nacionalidades, de distintos países, no importaba, todos pudieron verlo, ese sueño, ese extraño sueño:

Una barca de madera está sola en la nieve, la embarcación tiene cerca un par de arboles, sin embargo, estos apenas se ven ya que hay una fuerte tormenta de nieve, el frio se siente real, tanto frio que realmente cuesta hasta respirar, la nave parece lejana, está sola, no se escucha nada en el bosque, solo el sonido de la nieve caer, ni siquiera se escuchan animales, es como si no existieran mas sonidos en el bosque, como si solo la nieve fuera capaz de hacer ruido, de perturbar la paz de ese lugar

Cuando el sorprendido soñador se disponía a acercarse siente una fuerte ráfaga de viento que hace que desvíe la mirada, cuando vuelve a mirar no ve nada, no está, la embarcación ha desaparecido, pero escucha unas pisadas, la nieve sigue cayendo pero con menor intensidad sobre el soñador.

Es entonces cuando al girarse hacia las pisadas ve a una persona que camina con dificultad arrastrando la canoa, vestida con ropas de abrigo hecha de pieles la chica tiene el pelo largo y negro, es imposible distinguir sus rasgos ya que está demasiado lejos y la nieve no deja ver nada, sin embargo, si puede distinguir que lleva unas raquetas en los pies para poder caminar mejor por la nieve. La chica camina rápidamente, parece que huye de algo, se mueve con prisas, sin duda parece asustada, de vez en cuando mira hacia atrás y no deja de tirar con fuerza de la embarcación

El soñador iba a acercarse cuando siente algo, un tremendo escalofrió, siente una sensación de malestar y de miedo, y la ve, la chica esta justo detrás suyo, está de espaldas y está totalmente quieta, el sorprendido soñador comienza a caminar para poco a poco encararse a la chica, pero esta comienza a hablarle, la voz sonaba joven, rondaria la treintena, y habla con miedo y desesperanza

- Porque ha pasado esto? nunca debería haber pasado esto... no... por favor no...

La chica empieza a girarse para encarar al soñador mientras dice terriblemente asustada y casi gritando:

- No vengas....no vengas...es tarde, no sirve para nada, no vengas, no deberías estar aquí

En ese instante la chica se derrumba y cae de rodillas, cuando el soñador trata de agacharse ve algo que no esperaba, la chica ha desaparecido en lugar de ella el soñador puede ver como esta ascendiendo poco a poco en el aire, es entonces cuando ve la canoa y la chica dentro de ella durmiendo, entre sus manos parece proteger algo que no consigue ver

Y es entonces cuando el soñador se despierta, esta vestido con su ropa habitual, nada más que eso, sin embargo, no está en su casa, está en un bosque, en un bosque nevado en el que no ve a nadie ni escucha nada

 Despierto confusa, buscando a Max con los brazos con intención de buscar consuelo en un abrazo tras el extraño sueño. Mi sorpresa, sin embargo, es mayúscula cuando me doy cuenta de donde estoy. -¿Qué está pasando? ¿Es esto otro sueño?- No podía ser. Esto no es tan abstracto. El tacto del suelo, el aire, el frío... Esto es real. ¿Pero cómo? El día anterior había hecho buen tiempo en la capital y los alrededores, no se esperaba frío ni nieve, así que debía estar lejos de donde durmió por última vez ¿Cuánto tiempo llevaba durmiendo? ¿Me habrían drogado?. Había pasado esa noche con Max como tantas otras, aunque descartaba que él tuviera nada que ver con esto. Es un buen hombre, un buen hombre al que busqué con la mirada nada más levantarme lentamente del suelo y mirar a los lados inquieta, con los brazos cruzados para mitigar el frío y comprobar, para mi desgracia o mi fortuna, que no estaba allí.

 -¿Hola? Grité desorientada mientras comenzaba a avanzar por el bosque con los hombros agachados y encogidos y miraba a los lados, escuchando y buscando a alguien que pudiera ayudarme, y examinando el lugar en busca de un posible camino, o de un rastro de alguna persona o vehículo. Durante la caminata, tratando de ordenar ideas, me vino un pensamiento más que obvio que debí haber tenido momentos atrás, y decidí buscar si llevaba mi móvil encima.

El bosque parecía realmente solitario, la fría brisa soplaba y apenas levantaba algunos copos de nieve del suelo y agitaba las ramas de los arboles. La chica comienza a caminar sin encontrar realmente nada que le llame la atención, no parecía haber pisadas, ni rastros nada. Cuando mira si tiene su teléfono móvil efectivamente lo tiene con ella, sin embargo, algo raro sucede, es como si no tuviera ningún tipo de conexión, ni por satélite ni línea, todas las funciones del teléfono funcionaban salvo estas.

-Mierda...- Reinicio el móvil intentando arreglar algo de esa forma, y lo aprieto con impotencia al ver que no sirve de nada para luego guardarlo. Continuo pues andando hacia lo que creo que es el norte mientras me froto los brazos intentando mantener el calor, buscando algo que pueda servirme de ayuda o guía. Sin importar lo perdida que esté, el sentido común me dice que tarde o temprano debería dar con contacto humano, carreteras que seguir o alguna población.

-¿Hola...? - Repito con la esperanza de dar con alguien.

Se demoró en la entrada de las cuevas unos minutos mas que los demás, viendo como iban pasando. Había entrado en calor con la caminata y no tenía demasiada prisa por meterse en aquellas cuevas, no le daban buen rollo.

- Este no es el cambio que esperaba en mi vida - Pensó con amargura - pero supongo que por alguna parte había que empezar... - Entró en las cuevas con paso pesado y las manos en los bolsillos, sin dejar de mirar hacia el bosque con desconfianza.

La chica caminaba dirección al norte por la nieve, no llevaba el calzado más adecuado para andar por ella y sentía el frio en los pies, realmente no le resultaba sencillo caminar por el bosque nevado, aun así avanzaba lentamente soportando como buenamente puede el frio. No muy lejos escucha sonidos de pisadas, no son muy pesadas pero si son muchas, seguramente sea una manada de animales. Tras unos 30 minutos caminando puede ver algo en la nieve, son pisadas de personas que se dirige hacia el sur pero no muy lejos de estas pisadas hay otras de animales